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13.04.14

Otro "milagro" de la capilla de adoración perpetua

Lean este sencillo intercambio de correos. No hace falta nada más:

De una adoradora al coordinador de su turno:

Buenos días, J.:

Cómo soy un desastre, acabo de caer en que este próximo XXX a las XXX h. tengo cita con el dentista para alguno de mis niños. La cita me la dieron hace mucho tiempo, pero no caí en que coincidía con mi turno de adoración.

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12.04.14

Las "cosillas" del cura D. José

Decían de don José que era un cura raro. El caso es que su parroquia marchaba como una seda: liturgia cuidada, confesiones, misas, buena formación, Cáritas, asociaciones de fieles… Definitivamente una buena parroquia cultivada por su buen cura que, entre otras cosas, estaba horas y horas pero que a la vez se las apañaba para hacerse presente en ese domicilio con problemas o visitar a un enfermo.

Rarezas muchas tenía el bueno de D. José. Algunas malas lenguas contaban que mucha parroquia y mucho apostolado pero que él personalmente ya se sabe: se decía, se rumoreaba, que si una vez vieron, que… Pues eso, que…

Conocí a D. José. Un ejemplo de vida sacerdotal y celo apostólico. Hablamos largo y tendido. Y así, a lo tonto, le pregunté una cosa: ¿es posible que un sacerdote sea realmente un buen sacerdote, un buen pastor y luego en su vida personal tenga importantes lagunas?

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11.04.14

Liturgia: entre el derroche y la cutrez

Vengo ahora mismo del centro de Madrid de comprar una capa pluvial para la parroquia. Ya sé que su uso no es obligatorio, pero también sé que es una vestidura litúrgica que se lleva utilizando siglos en la iglesia en solemnidades y celebraciones especiales como procesiones, bendición con el Santísimo, oficio divino y algunos sacramentos como bautismo y matrimonio.

Este próximo domingo es “de ramos”, conmemoración de la entrada del Señor Jesús en Jerusalén, y en multitud de parroquias se celebra solemnemente con la procesión de ramos. No por ser corta una procesión o con poca gente, ha de ser algo cutre. No es difícil encontrar “ministros” para acompañar con hisopo y acetre, una cruz alzada, ciriales, incienso… Y el celebrante vestido de gala porque la ocasión lo merece. Por eso la capa pluvial. Roja, como lo pide la liturgia del domingo de ramos, roja como lo exige el viacrucis del viernes santo.

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10.04.14

Sugerencias de un cura -este servidor- para vivir la semana santa

Oigan, que cada cual vive la semana santa como Dios le da a entender y le parece, y ya sabemos que no es igual vivirla como cofrade de una gran cofradía andaluza, que como viejecita en Villarriba, niño en Almendralejo, joven en pascua juvenil o matrimonio en Socuéllamos. Igual en lo básico, pero con sus evidentes matices.

Desde ahí, se me ocurre ofrecer pistas. Por si sirven, que tampoco pretenden otra cosa. Hasta las voy a ir numerando.

1. Una buena confesión. Porque hay que comenzar por lo básico. Si aún no hemos tenido tiempo, seguir que desde hoy encontraremos multitud de celebraciones penitenciales con confesión y absolución individuales y confesores en muchas iglesias. Lo primero y principal. Es que si no comenzamos por ahí… pues qué quieren que les diga.

2. Vamos a intentar acudir el domingo de Ramos a la procesión. A participar y cantar con los ramos en la mano. En la semana santa “hay que meterse”.

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9.04.14

Antes: religioso díscolo. Ahora: espíritu libre y creativo. Ja

Es que la diferencia es abismal. Porque supongamos que un superior religioso llama a dos hermanos y les dice que por obediencia les toca trasladar sus reales a un convento de la otra punta del mundo. Si uno directamente dice que no le da la gana, pues queda fatal. Ahora bien, si la respuesta del otro es que necesitas llevarlo a la oración, discernir con la comunidad, decidir en conciencia y responder desde el diálogo fraterno, y al final dice que nanay, pues otro que dice que no, pero eso sí, quedando como un señor serio y responsable.

Es un ejemplo sin más pero muy ilustrativo de cómo, so disfraz de madurez, bonhomía, responsabilidad e intensa vida común, hemos aprendido a vivir bajo esa viejísima consigna de hacer exactamente lo que me viene en gana.

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