Chile: algunas consideraciones respecto a la propuesta de nueva Constitución
Votación constitución Chile | © Francisco Javier Stegmeier

Chile: algunas consideraciones respecto a la propuesta de nueva Constitución

Estamos a un mes de plebiscitar el proyecto de nueva Constitución Política de la República de Chile, «elaborada y aprobada por el Consejo Constitucional», democráticamente «elegido el 7 de mayo de 2023, a partir del anteproyecto elaborado por la Comisión Experta, nombrada por la Cámara de Diputadas y Diputados y el Senado».

Quiero exponer algunas consideraciones desde una perspectiva antropológica y moral, sin entrar en otros aspectos de orden propiamente político, en los que los especialistas tendrán que ofrecer sus conocimientos para que todos podamos tomar una decisión informada y responsable.

Sin embargo, más allá de los diversos y legítimos modos de configurarse políticamente una Nación, es necesario estar bien informado respecto a las ideas fundamentales que están a la base de la propuesta concreta de una Constitución Política que no sólo afectará al Estado en sus instituciones, sino por sobre todo a las personas, a quienes el Estado está llamado a servir.

El Papa Benedicto acuñó la expresión «principios no negociables», para señalar los límites que no pueden ser traspasados al momento de ponerse a debatir acerca de las normas emanadas desde el poder político que buscan regular las relaciones personales, sociales y laborales entre los ciudadanos de un país. El sentido de estos «principios no negociables» es reconocer que existe una verdad objetiva de quién es la persona humana según un orden natural de la realidad establecido por el Creador de todas las cosas. Un sistema político basado en esta verdad objetiva estará en condiciones de promover el auténtico bien de cada persona y de la sociedad en su conjunto.

Entre los «principios no negociables» están la familia fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer, la tutela de la vida humana desde la concepción hasta su muerte natural, y el derecho y obligación de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones morales y religiosas, lo que conlleva asegurar la auténtica libertad de educación y religiosa.

A la luz de la actual propuesta constitucional, es importante resaltar el tratamiento de estos aspectos esenciales, que interesan particularmente a una nación fundada sobre los principios cristianos y, específicamente, como han quedado propuestos los relativos a la dignidad de la persona humana, el respeto a la vida, la familia, la educación y la libertad de enseñanza y la libertad religiosa, de pensamiento y de conciencia.

En sucesivas columnas me propongo exponer a la consideración de los ciudadanos la adecuación de la nueva propuesta de Constitución a estos «principios no negociables» y a la verdad del hombre y del orden natural. Corresponderá a cada uno discernir con conciencia recta cómo votará en el Plebiscito.

 

4 comentarios

Rmontaud
Se agradecería está adecuación a los principios no negociables para formar el juicio de un católico que se encuentre entre el porcentaje de indecisos.
La última encuesta semanal de Cadem (12/11), es que el 31% cree que va a ganar el “a favor” frente a 51%, que piensa que va a ganar el “en contra". Hay un 18 % de indecisos.
19/11/23 1:14 PM
JOSÉ MANUEL ZUBICOA BAYÓN
Lo no negociable es que la educación que reciban los hijos sea católica.
Lo que pasa es que la formulación liberal acatólica que suele figurar en las constituciones del derecho a que la educación que reciban los hijos sea conforme a las convicciones morales y religiosas que decidan o que tengan los padres, tenemos la obligación de utilizarla los católicos, a falta de otra cosa, para exigir que los hijos reciban educación católica, que no es sólo que tengan clase de religión católica, sino que las clases de todas las asignaturas sean coherentes con la religión católica.
Pero no se puede reivindicar que a los hijos se les dé educación satanista y terrorista, porque esas son las convicciones religiosas y morales que los padres tienen o eligen para sus hijos.
O sea, todo como Dios manda y no como decide quien sea, como si Dios no existiera.
19/11/23 2:40 PM
JOSÉ MANUEL ZUBICOA BAYÓN
Le ruego que me disculpe. No he pretendido llevarle la contraria, ni enmendarle la plana con esas líneas tan mal redactadas, sino hacer una aportación. Como munición, por si es utilizable.
Usted, monseñor, no lo necesita. No sólo porque sus enseñanzas son las de mayor tensión católica, que proceden, como usted escribió aquí, de las que transmitía mi amigo Don Antonio Pérez-Mosso, sino porque las enseña con autoridad. Yo intento también transmitirlas, porque como él las recibí. Usted las podrá enseñar mejor y, sobre todo, Dios las hará eficaces, porque para eso le ha dado el carisma de la autoridad, como a Don Antonio, pero más.
20/11/23 12:02 AM
Cristián Yáñez Durán
Hay que recordar que todo este "proceso constituyente" es absolutamente ilegal. Se impuso, en octubre 2019, mediante una revuelta de extrema violencia planificada y ejecutada por la progresía radical a cuya base está el PC y prohijada por un hayo de tontos útiles.
Nadie sensato puede considerar legítimo este proceso.
22/11/23 1:09 AM

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