(Efe) El documento destaca que los índices de mortalidad infantil en algunas tribus aumentaron un "513 por ciento con respecto a 2009", y cita al pueblo Xavante como el más afectado, con "sesenta bebés muertos por cada cien nacidos vivos".
En la enorme mayoría de los casos, el Cimi indica que las causas de las muertes son la desnutrición, los problemas respiratorios o diversos tipos de enfermedades infecciosas.
El informe también cita, aunque no precisa dónde ocurrieron, 33 casos de "invasiones" de tierras indígenas por parte de personas ajenas a esas comunidades y dedicadas a "la explotación ilegal de recursos naturales".
El comunicado del Cimi contiene declaraciones de la antropóloga Lúcia Helena Rangel, coordinadora del documento, quien denuncia el "abandono" que sufren los pueblos indígenas por parte del Estado.
"Todo continúa igual. El escenario es el mismo desde hace años y los factores de violencia se mantienen, con lo que los problemas se reproducen", afirma Rangel.
Según Mons. Erwin Kräutler, obispo de la prelatura de Xingu y presidente del Cimi, los indios brasileños "siguen clavados en la cruz, son violentados y asesinados o expulsados de sus tierras ancestrales, reducidos a parias de la sociedad y tratados como animales o vagabundos", "sin las mínimas condiciones de supervivencia física y mucho menos cultural".
El Cimi indicó que el estudio se apoya en informaciones de la Policía Federal y el Ministerio Público, aunque aclaró que "no se contemplan todos los casos", por lo que su contenido "indica sólo una tendencia".