¿«Marketing» sacerdotal?

Nuestro Señor Jesucristo era experto en destrozar todas las técnicas de marketing: cuando llamaba a las gentes, les mostraba, precisamente, la faceta más molesta del «producto»: «El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz, y me siga»… «¡Maestro, que los espantas!», le dirían. «Sí», podría responder, «pero nadie dirá que le engañé».

Creo, de verdad, y lo he escrito muchas veces, que a Nuestro Señor Jesucristo lo hubiesen despedido de cualquiera de nuestras modernas empresas de marketing en menos de diez minutos. Nada más lejos de su forma de anunciar el Evangelio que las técnicas de “embellecimiento” de la verdad que tanto nos gustan hoy día. A mí, cuando me intentan captar para una compañía telefónica, me dicen que obtendré veinte megas de velocidad adsl, pero me ocultan que probablemente, debido a la distancia a la que vivo de la central, no llegaré ni a los ocho, y que, si llamo al servicio de atención al cliente, tendré que pasar más de cuarenta minutos escuchando música. El resultado es que los incautos muerden el cebo, y, una vez mordido, se encuentran a sí mismos maldiciendo a la compañía mientras escuchan a Mozart en telefónica lata. La empresa cuenta con ello, pero le importa menos: al fin y al cabo, el cliente ya está en el bote.

    Nuestro Señor Jesucristo era experto en destrozar todas las técnicas de marketing: cuando llamaba a las gentes, les mostraba, precisamente, la faceta más molesta del “producto”: “El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz, y me siga”... “¡Maestro, que los espantas!”, le dirían. “Sí”, podría responder, “pero nadie dirá que le engañé”. Jesucristo no se dirige a los incautos, sino a los insaciables buscadores de la verdad, a quienes quieren ser santos, a los enamorados y a los aventureros. Es un público distinto. Quienes le hemos seguido hemos visto confirmados todos sus pronósticos: nos hemos encontrado con la Cruz, y vivimos con Ella. Pero somos los hombres y mujeres más felices de la Historia, porque en Ella y tras Ella hemos encontrado lo que todo corazón humano ansía: la Vida Eterna y el Amor Eterno. Y ninguno de nosotros le hemos dicho a Jesús, cuando la Cruz apareció en nuestro camino: “Maestro, de esto no nos habías avisado”, porque, si algo sabíamos, era, precisamente, que el Tesoro estaba en la Cruz.

    El primero en acudir al marketing para “vender” el Evangelio fue San Pablo. En Atenas, cuando encontró ante sí el enorme mercado de ideas que era el Areópago, quiso publicitar su oferta, y decidió “lavarle la cara” a la Buena Noticia. Preparó un discurso perfecto, bien hilado, como una pieza maestra de oratoria... Pero omitió mencionar el “incómodo” asunto de la Cruz; ¿para qué escandalizarlos antes de tiempo? Presentó una Resurrección sin Pasión ni dolor, una de esas resurrecciones de “oferta” en las que te llevas el Bautismo ahora y no empiezas a pagar hasta 2012, cuando la cosa ya no tenga remedio... Se rieron de él, y con razón. Pero, como era hombre sabio y santo, tomó nota de la lección, y, en su siguiente parada, Corinto, mostró que la había aprendido a la perfección: “Cuando fui a vosotros, no fui con prestigiosos discursos de sabiduría humana para anunciaros el Misterio de Dios, pues no quise saber, entre vosotros, sino a Jesucristo, y éste crucificado” (1Cor 2, 1-2).

    No sé si es por que Francia está lejos de Corinto, o porque Grecia está al borde la quiebra, pero en el país galo no parecen haber aprendido la lección que con tanto dolor aprendió el Apóstol de la Gentes. La campaña que ha lanzado el episcopado francés para obtener vocaciones al sacerdocio es una campaña de marketing en el más estricto sentido de la palabra. “Mi jefe es Jesús”, dice el pin que lleva prendido un joven cuya postiza vestimenta es un clergyman bastante hortera, recortable, y de “quita y pon”. El joven, desde luego, es atractivo, y parece estar diciendo que se ha decidido entre ser ejecutivo de Microsoft o serlo de Catholic Church Incorporated, dado que le mola más el jefe de la segunda empresa que el de la primera. Échenle un vistazo a este vídeo, y díganme si no les parece un promocional de “Operación Triunfo” destinado a seminaristas en lugar de a aspirantes a estrellas del pop. El lema que anima toda la campaña es el siguiente: “soy un hombre como los demás. Acompaño a la gente en los grandes acontecimientos de su vida. Cristo me apasiona y lo digo. Me gusta la vida. Soy cura”... ¡Toma del frasco, carrasco! Cualquier incauto pensará que estamos anunciando un parque de atracciones. Sin embargo, en toda la campaña no aparece ni un solo crucifijo, ni se menciona la Cruz en lugar alguno. Cuando el incauto que “pique” y se ponga un clergyman con chaqueta azul celeste de ejecutivo reciba el primer insulto por la calle; cuando se encuentre en un pueblucho de la campiña francesa en el que a misa sólo asisten cinco viejecitas; cuando conozca a una joven preciosa que suspira a su lado, y tenga que decir “no” a lo que su naturaleza humana desea; cuando le despierten a las tres de la mañana para que lleve los santos óleos a un anciano que agoniza en su casa... ¿No tendrá derecho a decir “a mí no me ficharon para esto; me preguntaron si me gustaba la vida, y vivo rodeado de soledad y muerte; me ofrecieron el Tabor, y me han llevado al Gólgota”? ¿Podrá perseverar una vocación “cazada” con el marketing? ¿Realmente piensan que la mejor respuesta a la crisis de vocaciones consiste en llenar los seminarios de incautos, o en convertir en platós de “Operación Triunfo” los cenáculos cuya única salida es hacia el Calvario? ¿O acaso han creído que la única forma de "lavar la cara" al sacerdocio frente a las acusaciones de pederastia consiste en fotografiar niños pijos vestidos con clergyman o jóvenes metrosexuales adornados con tirilla, en lugar de mostrar al mundo los cientos de miles de sacerdotes, jóvenes y ancianos, que se dejan los días y las noches, la salud y los amores terrenos, y que soportan soledades, ingratitudes y humillaciones sin cuento para dar vida a sus hermanos mientras ellos pierden la suya? ¿No valdría más la pena, no sería más realista, mostrar esos "crucifijos humanos" empapados de Amor que son tantos presbíteros, en lugar de vender un sacerdocio burgués de "niños de papá"?

    No sé, no sé...

José-Fernando Rey Ballesteros, sacerdote

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15 comentarios

conchi
Padre José-Fernando:gracias por su escrito.¡Cuánta verdad!.Por eso hay tanto abandono.Una cristiana de a pié.
21/04/10 7:06 PM
Yolanda
¿Y dónde está el enlace al vídeo?
21/04/10 7:10 PM
Para ver los enlaces, leed el artículo en mi blog:
http://www.jfernandorey.es/blog/?p=350
21/04/10 8:26 PM
Roi
Muy coherente su discurso. Pero a mí me da que en la IC francesa ya no saben qué hacer. Perdieron la batalla hace mucho tiempo,y lo intentan como buenamente pueden.
22/04/10 1:38 AM
Jose Angel Antonio
MMm... a ver, la campaña busca 2 cosas:

1) Que los chavales que ya son católicos se planteen "¿podría yo ser cura?", sin que se lo tome a la tremenda y con temor y temblor que no es el de Dios, sino el del miedo adolescente a tomar decisiones serias.

2) Que la campaña, al ser de tono amable y "modelno", llame la atención de la prensa... que la difundirá más, y así llegará a más gente. ¡¡¡La estamos comentando en España, nos ha hecho reflexionar sobre el sacerdocio, y eso que es de Francia!! Una campaña "de las de siempre" ni la habríamos conocido en Infocatolica.

No es la campaña la que debe hacer el cribado de metrosexuales, blanditos, despistados y comodones: es el primer curso de seminario, y los demás años de formación.

Si un blandito metrosexual descubre que llevar la comunión a las ancianas rurales le espanta 6 años después de entrar en el seminario... ¡el problema no es de la campaña, sino el seminario!

Y el criterio que ponen no es malo: "Cristo me apasiona y lo digo", dice la campaña. Alguien así, que va diciendo que le apasiona Cristo YA HA RECIBIDO insultos en la calle, no ha vivido en una pecera hasta que se puso clérgyman.

Un joven católico en Francia lleva toda su vida siendo miembro de una microminoría: el único católico en su clase, en su club de futbol, en su grupo de amigos callejeros... Ya está acostumbrado a dar la cara.
22/04/10 1:17 PM
Marta
Coincido en parte con usted. El márketing actual en la Iglesia es muy malo.

Los óvenes desean riesgo, desean darse por entero a una causa, desean Amor (con mayúsculas)... Y se les ofrece un "eres como los demás, no te avergüences", cuando se les tiene que ofrecer la excelencia : ¡¡llega a lo más alto!! ¡¡Arriésgate!! ¡¡Vive cada minuto, no lo desperdicies!!

He escuchado hace poco que la Iglesia en España buscaba ACTORES para una campaña... POR FAVOR!!!!! Que no tengamos que decir: "ese nos cuenta eso porque le han pagado, pero seguro que ni es cura... " como decimos de los detergentes. Es cierto que cualquier católico te puede salir "rana", pero creo que esas campañas están meor dentro de las parroquias y los movimientos, que la Iglesia no tenga que aprender dentro de 20 años lo que ya saben los de Danone: "no somos actrices, somos madres reales, y danonino es bueno para nuestros hijos"...
22/04/10 4:37 PM
Gregory
Muy buen articulo, es necesario destacar que el Sacerdote es por encima de todo un servidor, un hombre que se entrega a los demás por Cristo y que su vida es dura porque es un servidor y la gente el Santo Pueblo de Dios no siempre es agradecido y este mismo pueblo exige y esta muy bien que lo haga.
22/04/10 6:25 PM
Yolanda
Sí, bueno el vídeo de la Dióceis de Besançon no parece "anunciar" lo que anuncia.

De todos modos, J-F Rey, ¿tan desagradable es dedicarse a da la comunión a seis ancianas de pueblo? Es que se habla de ellos (tanbién en el comentario de JAA) como del "trabajo" menos motivador o de menos "estatus"... ¿Vale menos el alma de una vieja pueblerina que la de un joven varón universitario y yuppie?
22/04/10 9:01 PM
pepiño
No se vaya Vd. tan lejos, creo que el Opus Dei saben algo de este modo de actuar...solo que un poquito más pesado.

Por otra parte, al lanzar campañas de ese tipo, es a la misma Iglesia a la que se pone en evidencia. Porque la vocación es una llamada de Dios, que se medita y se reconoce en la oración, y el hacer campaña para que los jóvenes se metan en el seminario, es una pequeña ofensa a la dignidad del sacerdocio. El sacerdocio es una invitación de Cristo, no es la venta de un producto. Es un regalo.

Por eso toda campaña pública sobre la promoción del sacerdocio a la juventud, así en general, como el que anuncia una nueva peli en el cine, resulta grotesco, de igual modo que resultaría grotesco ver un anuncio de alguien que busca casarse así, en general, por muy elegante que quisieran ponerlo.

De todas formas, creo que el fondo de la cuestión es que la comunidad cristiana entienda de verdad el mensaje de Cristo. Entienda quién es, entienda la obra de Dios, entienda su papel en el plan de Cristo, que lo entienda de verdad. Si esto se consigue, no hará falta hacer propaganda del sacerdocio, ni de ir a misa, ni de nada, y la cruz sería muy llevadera.

¿Propanga en la Iglesia?, es como hacer la mejor y más fina y delicada de las tartas, y después echarle nocilla por encima para que entre mejor.
23/04/10 4:51 PM
Antonio Zapata
Me parece interesante su comentario especialmente porque estoy discerniendo la vocacion es muy cierto lo que dice. Pero tambien creo que el sacerdorcio hay que presentarlo "atractivo" en el sentido de inspirar a como lo hizo Juan Pablo II en las jornadas mundiales y Benedicto XVI que dice "Cristo no quita nada, lo da todo". Estos videos me han ayudado a reflexionar. Que opina de ellos, los invito a verlol. Me parece buena la iniciativa de los franceces solo que como dice necesitan presentar las facetas del sacerdocio mas profundas y no tan superficial.

Porque ser sacerdote : http://www.youtube.com/watch?v=bYLIWWtqPx8

Sacertote heroe por la diocesis de Brookling http://www.youtube.com/watch?v=ktX8pMtKqbM

Pescador del hombres por los Obispos de USA 2006
http://www.youtube.com/watch?v=MTSdiMnbyCk&feature=related

ALTER Cristus
http://www.youtube.com/watch?v=xAUxRacyx-M
24/04/10 1:34 AM
Antonio Zapata
Ademas ese video no motiva a nadie, estan tres personas posando para las fotografias en una pantalla verde , no interesa para nada y lo digo como Joven
25/04/10 10:48 AM
telespectador
El blogger no sabe mucho de marketing, ciertamente. Nos da el enlace a un 'teaser', que está diseñado precisamente para causar extrañeza e interesar en ver más. Quien se deja 'teasear' por el anuncio y va a http://www.pretres-academy.com/, encuentra entrevistas con seminaristas reales a punto de ordenarse, no más metrosexuales que el promedio de sus respectivas generaciones. Luego, si cada uno de ellos quiere narrar su historia más desde una perspectiva o desde otra de la vida cristiana, allá él. Precisamente porque no son actores que recitan un guión, sino pre-curas de verdad, cada uno cuenta lo que le parece significativo.
25/04/10 6:42 PM
Vicente
les hacemos creer que van a ser felices
y no les decimos que hay que cargar con la cruz.
25/04/10 8:56 PM
sdb
Buena reflexión padre. He leido el artículo en francés y no encuentro nada que llame a la realidad de la vida. Bien es verdad que no conozco el campo francés, pero en lo que se refiere al español, si que un sacerdote se puede encontrar con cinco pueblos por atender en los que no encontrará unas docenas y mucho es, de personas en la eucaristía. Aparte de todo lo que usted ha estado reflejando. Pero también es cierto que en esta nuestra España, más de un seminarista sueña para cuando termine, ir unos años a estudiar a Roma, comprarse un coche y un móvil de último modelo,si es que no lo tiene ya. Buscar un puesto de trabajo en un instituto o buscando alguna oficina en el obispado de turno o en el mismo seminario, seguir viviendo con sus padres y apareciendo por los pueblos en una carrera vertiginosa los domingos para asistir a cinco o seis eucaristías y todo esto sin campañas, jaja imagine si se hicieran campañas de ese tipo?.
¿Por qué no se dice en los seminarios que las cosas no son asi? Que eligieron servir a Cristo en los hermanos y allá donde les enviaran.
Que no es nada malo hacerlo y sí muy saludable. Creo que estamos todos en la ley del mínimo esfuerzo
25/04/10 11:53 PM
Antígono
A su artículo sólo cabe añadirle una cosa: Amén.
28/04/10 12:10 AM

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