Carta al Papa León XIV
Virgen de la Almudena, patrona de Madrid

Carta al Papa León XIV

«Por ello, le ruego que escuche al pueblo cristiano y que tome las medidas necesarias para que el Cardenal Fernández no siga provocando tanto lío entre los fieles.»

Querido Santo Padre:

Con el respeto que le debo como hijo de la Iglesia, creo que debo manifestarle mi profunda preocupación por la continuidad del Cardenal Víctor Manuel Fernández al frente del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.

El reciente texto en el que se desaconseja el uso del título de Corredentora para referirse a la Santísima Virgen María ha causado desconcierto y división. Con el argumento de que no hay que divinizar a María, se propone retirarle el título de «corredentora». Sin embargo, hasta un niño de primera comunión sabe que la Virgen no está al nivel de Dios, sino que es intercesora y corredentora. Desde que aprende a rezar, pide a la Virgen «ruega [a Dios] por nosotros», y le llama «abogada nuestra» (no juez), y le suplica «muéstranos a Jesús». ¿Quién está divinizando a María?

Para evitar darle «tanto protagonismo», ¿no habría que retirarla también del centro de los retablos de las catedrales y de las iglesias de todo el mundo? ¿No hay más riesgo de «divinizar a María» en los santuarios marianos como Lourdes o Fátima, o en basílicas como Guadalupe, donde acuden millones de cristianos para honrarla? ¿No habría que quitar las coronas de reina y señora que adornan a la madre de Dios? Obviamente, no. ¿Y por qué conviene ahora no llamarla «corredentora»?

¿No será que, en el fondo, se está asumiendo la tesis principal del protestantismo, según la cual los cristianos solo participamos pasivamente en la redención? No solo María, sino todos los cristianos somos corredentores. San Pablo lo dice claramente en su epístola a los Colosenses:

«Ahora me alegro de mis padecimientos por vosotros, y completo en mi carne lo que falta a los sufrimientos de Cristo en beneficio de su cuerpo, que es la Iglesia. 25 De ella he sido yo constituido servidor por disposición divina, dada en favor vuestro: para cumplir el encargo de anunciar la palabra de Dios, es decir, 26 el misterio que estuvo escondido durante siglos y generaciones y que ahora ha sido manifestado a sus santos». Col, 1,24-26

El papa Benedicto XV lo dejó bien claro en 1918:

«de tal modo, juntamente con su Hijo paciente y muriente, padeció y casi murió; y de tal modo, por la salvación de los hombres, abdicó de los derechos maternos sobre su Hijo, y le inmoló, en cuanto de Ella dependía, para aplacar la justicia de Dios, que puede con razón decirse que Ella redimió al género humano juntamente con Cristo» Benedicto XV, Carta Inter sodalicia, 22-V-1918, ASS 10 (1918), 182.

¿A quién hacemos más caso?

No es la primera vez que el cardenal Fernández provoca confusión doctrinal. Su influencia en la redacción de Amoris laetitia ha dado lugar a interpretaciones que han dividido a la Iglesia en cuestiones tan delicadas como la moral conyugal y la recepción de los sacramentos. A ello se suman sus publicaciones anteriores, como el libro «Sáname con tu boca -- El arte de besar», cuyo tono y contenido difícilmente se compadecen con la dignidad del ministerio sacerdotal y que, lamentablemente, parecen dar soporte intelectual a la «mística erótica» que ha acompañado a figuras tan controvertidas como el padre Marko I. Rupnik.

Santidad, la fidelidad al Evangelio y la claridad doctrinal son indispensables para sostener la unidad de la Iglesia. Mantener al Cardenal Fernández en un puesto tan crucial no sólo pone en riesgo la confianza de los fieles, sino que también provoca ambigüedad en la orientación doctrinal del magisterio. Por ello, le ruego que escuche al pueblo cristiano y que tome las medidas necesarias para que el Cardenal Fernández no siga provocando tanto lío entre los fieles.

Que el Espíritu Santo le ilumine y fortalezca en el gobierno de la Iglesia, y que la Santísima Virgen María, verdadera Madre y corredentora del género humano, interceda por nosotros.

Con filial respeto y oración,

Diego Poole Derqui
Madrid, 9 noviembre 2025
Solemnidad de la Virgen de la Almudena

 

 

15 comentarios

2 de Enero
Magnífica carta, por lo breve, clara y concisa. Explica magníficamente, en primer lugar, la confusión doctrinal creada por el cardenal Fernández; en segundo lugar, la intención de acercarse con el correspondiente texto al protestantismo, renunciando a la doctrina católica.
10/11/25 2:22 PM
Lector
"...se propone retirarle el título de «corredentora». Sin embargo, hasta un niño de primera comunión sabe que la Virgen no está al nivel de Dios, sino que es intercesora y corredentora"



Yo he sido niño tempranamente bautizado y criado como católico tradicional y mariano, y nunca habría citado lo de "Corredentora" entre los títulos que he visto toda mi vida atribuir a la Virgen. Sé que lo hacen San Josemaría y otros, pero esto más bien afecta espiritualidades muy concretas. No sé por qué dan por sentado que los fieles en general estamos habituados a esta forma tan controvertida de ensalzar a María y, no digamos, de reclamar un nuevo dogma.
10/11/25 4:31 PM
Angeles Wernicke
Estoy convencida de que el propósito del cardenal Fernandez, en coordinación con su mentor el papa Francisco, es, en este caso, desacreditar el Magisterio de la Iglesia, como en otros casos han desacreditado la Tradicion bimilenaria, el Catecismo de la Iglesia Católica, el sacerdocio, el Evangelio y la Liturgia de la Santa Misa. Todo ello con la finalidad de demoler la Iglesia para luego establecer la nueva iglesia del Nuevo Orden Mundial. Y lo van logrando muy sagazmente
10/11/25 5:17 PM
G Flavius
A Tucho deberían enviarlo a Teherán, como hizo Paulo VI con Bugnini, aunque el problema, en realidad, no es Tucho, sino quien lo mantiene en el cargo, que además ha dado el visto bueno al documento.
10/11/25 5:19 PM
Jose
Sí, la carta es muy7 buena, pero si el Papa avaló con su firma el (desastroso, con perdón) Documento del Cardenal (¡qué grande le queda ese título!) V. Fernández... ¿qué se puede esperar?
Ya lo sé; se puede esperar en dos frases VERDADERAS: la primera, de Nuestro Señor Jesucristo: "Yo he vencido al mundo", y la segunda de la Santísima Virgen María: "Al final mi Inmaculado Corazón triunfará".
10/11/25 5:28 PM
José
Estoy de acuerdo en que el Cardenal Fernández no debe seguir al frente del Dicasterio de la Doctrina de la Fe. Es un teólogo que ha creado mucha confusión con sus escritos y declaraciones. Ha demostrado que no es idóneo para el puesto que ocupa.
10/11/25 5:40 PM
Eugenio, Aguinaga
Suscribo y añado mi firma a la carta de don Diego Poole.
El cardenal Fernández está haciendo mucho daño a la iglesia, y no me explico cómo todavía permanece en ese puesto tan delicado cuando debería apartarsele de toda labor pastoral. Los tumores cancerosos hay que extirparlos sin contemplaciones.
10/11/25 5:58 PM
Japo
San Pío X, en Ad Diem Illum (1904), explica que María “participó tan íntimamente en la Pasión de su Hijo, que si hubiera sido posible, habría aceptado sufrir todos sus tormentos”, y de esa unión “mereció convertirse en la Reparadora del mundo perdido y Dispensadora de todos los dones”.

Benedicto XV, en Inter Sodalicia (1918), afirma que María “se unió a la Pasión y muerte de su Hijo… de tal modo que puede decirse con razón que, junto con Cristo, redimió al género humano”.

Pío XI enseña: “El Redentor no podía dejar de asociar a su Madre en su obra; por eso la invocamos como Corredentora.”

Pío XII, en Mediator Dei (1947), subraya que “Dios quiso que todo nos llegara por medio de María”.

San Juan Pablo II habló reiteradamente de la Corredentora y Mediadora de todas las gracias: “María participó de modo admirable en los sufrimientos de su Hijo divino para ser Corredentora de la humanidad.”
“Su mediación está esencialmente definida por su maternidad divina.”

Benedicto XVI afirmó: “No hay fruto de gracia en la historia de la salvación que no tenga como instrumento necesario la mediación de la Virgen.”

John Henry Newman defendió el título ante un prelado anglicano que lo rechazaba, diciendo: “Habrían considerado pobre compensación que protestaras contra llamarla Corredentora, después de llamarla Madre de Dios, Nueva Eva, Madre de la Vida, Cetro de la Ortodoxia y Madre de la Santidad.”
10/11/25 6:26 PM
Japo
León XIII, en Adjutricem Populi (1895), llama a la Virgen “cooperadora en la obra de la redención y dispensadora de las gracias que de ella fluyen”. Y en Jucunda Semper Expectatione (1894), enseña que “la oración a María sigue a su oficio de Mediadora de la gracia divina”, citando a san Bernardino de Siena: “Toda gracia concedida al hombre pasa de Dios a Cristo, de Cristo a la Virgen, y de la Virgen a nosotros.”

San Pío X, en Ad Diem Illum (1904), explica que María “participó tan íntimamente en la Pasión de su Hijo, que si hubiera sido posible, habría aceptado sufrir todos sus tormentos”, y de esa unión “mereció convertirse en la Reparadora del mundo perdido y Dispensadora de todos los dones”.

Benedicto XV, en Inter Sodalicia (1918), afirma que María “se unió a la Pasión y muerte de su Hijo… de tal modo que puede decirse con razón que, junto con Cristo, redimió al género humano”.

Pío XI enseña: “El Redentor no podía dejar de asociar a su Madre en su obra; por eso la invocamos como Corredentora.”

Pío XII, en Mediator Dei (1947), subraya que “Dios quiso que todo nos llegara por medio de María”.

San Juan Pablo II habló reiteradamente de la Corredentora y Mediadora de todas las gracias: “María participó de modo admirable en los sufrimientos de su Hijo divino para ser Corredentora de la humanidad.”
“Su mediación está esencialmente definida por su maternidad divina.”

Benedicto XVI afirmó: “No hay fruto de gracia en la historia de la salv
10/11/25 6:31 PM
Ana Luisa Butler
Suscribo cada una de sus palabras y me uno a su petición. Dios quiera que el Papá León XIV se dé cuenta del daño que está causando este señor con su -esto es de mi cosecha- anticatolicismo.
10/11/25 6:45 PM
Maldan
Suscribo la carta de don Diego Poole, con quien tanto disfrutó riendo San Juan Pablo II.

Yo, de verdad, no puedo entender que estos títulos de Corredentora, o de Mediadora de todas las Gracias, generen más polémica que otros dogmas marianos, ni que sean menos evidentes.

Cabria citar también la Medalla Milagrosa, diseñada por la misma Virgen, donde Ella explica la Gracia que administra, el escapulario del Carmen (¿cómo iría Ella a prometer la salvación a quien lo portase, si no es precisamente porque es mediadora de todas las gracias?), y por supuesto el Santo Rosario y todas sus promesas, y todo lo que implican sus misterios: la Anunciación "Salve, Llena de Gracia"; la Visitación: "te llamarán Bienaventurada todas las generaciones"; la Presentación "Una espada te traspasará el alma"; la Coronación de María como Reina y Señora de Cielos y Tierra...

O nuestras españolísimas Cantigas: "Miragres fremosos faz por nos Santa María e maravillosos"...

En todo caso, que este triste episodio sirva como revulsivo para aumentar el amor a María Santísima, y a que se imponga la necesidad de proclamar el quinto dogma.
10/11/25 7:25 PM
Lector
¿Y por qué Juan Pablo II no dejó sentenciado el título de "Corredentora" donde mejor y más solemnente habría podido: nada menos que en la encíclica dedicada a la Virgen "Redemptoris Mater"? Y, sin embargo, no lo hizo.
10/11/25 8:47 PM
Sancho
Es usted injusto con el cardenal Fernández, cargándole toda la responsabilidad, y me sorprende que no mencione también en su carta las escandalosas bendiciones de "Fiducia Supplicans", más aun cuando, después de ese monumento al escándalo, la confusión y la división, se atreven a decir ahora, respecto al título de corredentora, que "cuando una expresión requiere muchas y constantes explicaciones, para evitar que se desvíe de un significado correcto, no presta un servicio a la fe del Pueblo de Dios y se vuelve inconveniente". Vamos, que cuelan el mosquito y se tragan el camello.

También me sorprende que no haga usted referencia al título de medianera de todas las gracias, y a la sandez esa de que María es la "primera redimida" y "no puede haber sido mediadora de la gracia recibida por ella misma", ¡cuando María nació libre del pecado original!, por lo que Jesucristo bien puede haberla hecho medianera, estando ya en cuerpo y alma en el cielo.
10/11/25 9:31 PM
Raul de Argentina
Como argentino y compatriota del Papa Francisco y del Eminentísimo Cardenal Víctor Manuel Fernández... ¡Adhiero de manera ENFÁTICA a esta solicitud al Santo Padre!
10/11/25 10:04 PM
Ale Mendez
Sugerencia fraterna: envíe esto tanto directo a la Santa Sede como a la Nunciatura apostólica.
Acá no se si tiene mucho sentido.
Saludos.
10/11/25 11:22 PM

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