8.06.09

Sacramentos laicos

En estos días pasados los medios de comunicación comentan la extravagancia del bautismo laico de un niño, celebrado en el Ayuntamiento de Madrid. Podemos tomar esta noticia como una broma y dejarla pasar sin fijarnos en ella. No creo que sea lo más prudente. El hecho tiene significación y nos anuncia otras muchas cosas. Conviene analizarlo con una cierta calma.

Por lo pronto, llama la atención el empeño de los laicistas en seguir pendientes de las celebraciones religiosas. Parece que lo más normal sería que la gente no católica prescindiera de las celebraciones católicas y trataran de celebrar sus propias realidades, a su manera, olvidándose de las celebraciones de una Iglesia que no es la suya. No es así. Celebran bautizos laicos, primeras comuniones laicas, confirmaciones laicas y, por supuesto, bodas y funerales laicos. Tienen necesidad de imitar las celebraciones católicas, como queriendo ridiculizarlas o sustituirlas. Es difícil saber lo que les ocurre y lo que pretenden con esta manera de proceder.

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2.06.09

Construyendo Babel, si nos falta el Espíritu de Dios

Los cristianos de Occidente tenemos muy poco en cuenta las palabras de Jesús acerca del Espíritu Santo. Y sin embargo una lectura reposada de los evangelios, sobre todo el de S. Juan, nos hace ver cómo el cumplimiento de la misión de Jesús consiste precisamente en enviarnos el Espíritu Santo, el Espíritu de Dios, su Espíritu de Sabiduría y Amor.

Ordenemos un poco nuestras ideas. Jesús nos revela que Dios, el Dios que El conoce y del que nos quiere hablar, es tripersonal, Dios es a la vez Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esta tercera persona de la trinidad divina es la más escondida, la más recóndita.

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25.05.09

La Iglesia y el sida

A propósito de las palabras del Papa en Africa sobre los riesgos de las campañas que pretenden luchar contra el contagio del SIDA recurriendo exclusivamente al uso del preservativo, quiero ofrecer aquí algunas consideraciones aclaratorias. Tengo la impresión de que se habla muy confusamente sobre la posición de la Iglesia. A algunos les dará igual, porque sólo buscan excusas para atacar a la Iglesia y a la fe cristiana. Pero otras muchas personas de buena voluntad merecen una aclaración.

En primer lugar, es conveniente recordar que la lucha sanitaria contra la difusión del SIDA no es misión ni responsabilidad propia de la Iglesia. La Iglesia no es una institución sanitaria. Son los organismos sanitarios, nacionales e internacionales, los que tienen la obligación de informar a la población sobre cómo tienen que actuar para defenderse de ese terrible contagio.

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11.05.09

María en la devoción del Pueblo de Dios (II)

III. Fiel en el silencio y en el dolor

El pueblo cristiano ha visto en María el ejemplo del amor silencioso y fiel, la confianza de Caná y la fortaleza del Calvario, la prueba del sábado santo y el gozo de la resurrección. La devoción de los cristianos a la Virgen de los Dolores, a la Virgen de la Soledad, las muchas maneras de representar y de venerar el dolor y la fidelidad de la Virgen María en la prueba terrible de la Pasión y muerte del Señor, tiene, al menos, una doble significación. En primer lugar es una forma de manifestar la autenticidad y la fidelidad del amor de María a su Hijo, la intensidad y la fortaleza de la fe que no duda ni se debilita ni se acobarda en los momentos de la más dura prueba, y es también una manera de buscar protección y fortaleza en las dificultades de la vida en este mundo que los cristianos siente tantas veces con especial dureza. La Virgen María, que estuvo firme junto a la Cruz de su Hijo, la Mujer fiel que sostuvo la fe de los Apóstoles y de la Iglesia naciente en los días oscuros de la Pasión y Muerte de Jesús, podrá también ayudarnos en las horas duras y oscuras de nuestra vida. Ella la Mujer por excelencia, la verdadera Eva, la Madre universal, modelo y consuelo de todas las madres, de todas las mujeres, de todos los hombres y mujeres en los muchos momentos dolorosos de la vida y de la muerte. Las imágenes, los títulos, las devociones a la Madre de los Dolores se multiplican. En su dolor y en su soledad María es ejemplo de fidelidad, de fortaleza, de esperanza, apoyo y ayuda de los que tienen que sostener a los demás cuando la vida se hace dura como el desierto y oscura como la noche.

IV. Glorificada y coronada en el Cielo

A los cristianos nos gusta ver a la Virgen María glorificada en el Cielo, rodeada de ángeles y de santos. La consideración de María glorificada nos ayuda a creer de verdad en la resurrección y en la vida eterna. Todo lo que es María lo es por su vinculación maternal a Cristo. Ella forma parte de la humanidad de su Hijo y por eso mismo compartió maternalmente su vida y su misión. Y ahora comparte también su gloria y su función salvadora en relación con todos nosotros. Pues bien, esa mujer que está ahora con Cristo en el Cielo, es nuestra. María es nuestra, es parte de nosotros mismos, forma parte de nuestra humanidad y de nuestra familia espiritual. Si Ella está en el Cielo, su ascensión confirma y facilita nuestra fe en la resurrección y en la vida eterna.

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6.05.09

María en la devoción del Pueblo de Dios (I)


Introducción

El título María en la devoción del Pueblo de Dios suena muy bien, pero es tan amplio que resulta imposible de dominar. ¿Cómo recoger en unos cuantos folios el inmenso despliegue de piedad y devoción del Pueblo de Dios a la Madre del Salvador? Veía posibles maneras de abordarlo pero todas me parecían excesivamente amplias, desbordantes. Por fin me decidí por presentaros una especie de radiografía de los sentimientos que los cristianos expresamos en nuestra devoción por la Madre de Dios.

La presencia de María en la vida de Jesús y en la historia de la Iglesia ha sido una “presencia silenciosa” que rodea y empapa la vida de los cristianos y de la Iglesia entera. El Nuevo Testamento habla poco de Ella, pero de una manera iluminadora. Pablo en su carta a los gálatas alude a ella por primera vez “nacido de mujer” (4,5). De esta manera Pablo expresa del mejor modo posible la verdad de la encarnación de Dios y la normalidad de la humanidad de Cristo.

Por fin me decidí a centrar mi exposición en la respuesta a estas sencillas preguntas: ¿Qué sentimientos expresan los fieles cristianos cuando invocan a la Virgen María? ¿Cuál es el dinamismo interior que mueve a los cristianos a relacionarse con la Madre del Salvador?

I. Ermitas y santuarios

Lo primero que podemos considerar como expresión de la devoción popular a la Stma. Virgen María es la profusión de Ermitas y Santuarios que los fieles cristianos dedican a la Señora en los alrededores de los pueblos y ciudades. Es sabido que las cumbres de los montes son lugares especialmente “religiosos”. En ellos el hombre de todos los tiempos ha sentido de manera especial la presencia de Dios y ha intentado acercarse a El. En la geografía cristiana las cumbres de los montes, los lugares más escondidos de los valles, los cruces de los caminos, han sido con mucha frecuencia escogidos por los fieles cristianos para levantar pequeñas ermitas dedicadas a la Madre del Redentor. Entre nosotros no hay pueblo que no tenga en las cumbres de su entorno una o varias ermitas dedicadas a la Virgen María. En muchos puntos de la vieja Europa cristiana y de América hispana existen Santuarios famosos dedicados a María.

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