9.10.09

Silencio sobre Katin

Ayer estuve en el estreno de la película de Katin. Fue tal la concurrencia del público que hubo que habilitar dos salas para que pudiéramos verla todos. Animo a verla y sugiero a los profesores de Historia de colegios e institutos que la vean y comenten con sus alumnos, porque si una imagen vale más que mil palabras, ver Katin puede equivaler a leer toda una colección de libros sobre el comunismo.

El drama y el ritmo de la película están perfectamente equilibrados para contar lo que fue la masacre y la losa de silencio y de mentira que sepultó aquellos acontecimientos. Los comunistas no podían tolerar dos cosas a los polacos: ni su patriotismo ni su catolicismo, y eso el director lo cuenta admirablemente. En una de las escenas los soldados del ejército soviético quitan una bandera polaca y la cortan por la mitad, separando la banda blanca de la roja, y vuelven a colocar en su sitio la bandera solo con la banda roja; en otras escenas se ve a los militares polacos con el rosario en las manos o confesándose. Vamos, que no es una película aconfesional y, cuando salimos de la sala, ya se ocupó de recordármelo un personaje, criticando la fotografía de la película y no se que otro detalle técnico. Ojalá me equivoque, pero mucho me temo que el sistema imperante en España va a seguir sepultando en el silencio lo ocurrido en Katin.

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1.10.09

El santo cura de Ars

Benedicto XVI ha proclamado, oficialmente, un año sacerdotal, con ocasión del 150 aniversario del dies natalis (4-VIII-1859) de San Juan María Bautista Vianney, el Santo Patrón , que comenzó el viernes 19 de junio 2009, solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús y concluirá en la misma solemnidad de 2010. Como es sabido, el cura de Ars fue canonizado por Pío XI en 1925 y tres años más tarde le nombró patrono de los párrocos. Y recientemente, el 19 de junio de este mismo año, Benedicto XVI le ha nombrado también patrono de todo los sacerdotes del mundo. Paradójicamente, el cura de Ars, nunca fue párroco según las normas canónicas, pues Ars era una pequeña aldea con una iglesia de poco más de doscientos habitantes, dependiente de la parroquia de Mizérieux. Vianney recibió el encargo de Ars en 1818 y allí pasó el resto de su vida, hasta que murió el 4 de agosto de 1859.

“La personalidad del cura de Ars –ha escrito mi querido y admirado historiador y sacerdote, Gonzalo Redondo, que en paz descanse- es como un mentís decidido de la visión de un siglo XIX trepidante y cientifista, agitado tan sólo por revoluciones, guerras o movimientos sociales. El siglo XIX fue, a la vez, tiempo de espiritualidad renovada y profunda. Por su parte el cura de Ars es considerado como el prototipo de lo que puede conseguir un sacerdote de sus feligreses, cuando se entrega plenamente a su servicio, de acuerdo con su vocación y consciente de la ayuda constante de Dios”, como muy refleja este breve y magnífica biografía de Michel de Saint Pierre. Las páginas de este breve libro, al hilo de la sucesión cronológica de la vida del cura de Ars, están llenas de anécdotas de la vida del santo, que ilustran muy bien su comportamiento y el momento histórico que le tocó vivir.

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21.07.09

Teresa Gallifa

A los ojos humanos la vida de Teresa Gallifa Palmarola fue un fracaso. Nació en 1950, madre de siete hijos, se quedó viuda a los 32 años y en la pobreza más absoluta. Padeció toda clase de contradicciones y de calumnias, por no desviarse de las inspiraciones que tuvo del Espíritu Santo para recoger y ayudar a mujeres en estado de gestación para que no abortasen. En este empeñó fue perseguida hasta por “los buenos”, pues tenía que fundar una asociación que debía convertirse en un Instituto Religioso. El objetivo era imposible si se tiene en cuenta que a comienzos del siglo XX, las leyes civiles no permitían a una mujer soltera la profesión de obstetricia. Había que estar casada o viuda y Teresa se empeñaba en que unas religiosas se ocuparan en este oficio. Ella misma estudió obstetricia con muchos sacrificios.

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9.07.09

Sor Patrocinio

Hace poco más de 30 años que me encontré por primera vez con una referencia de Sor Patrocinio. Trabajaba entonces en mi tesis de Historia Contemporánea de España. Concretamente investigaba a uno de los personajes más importantes del partido progresista, como fue Pascual Madoz. Este hombre, que justificó desde su escaño en el Congreso de los Diputados las matanzas de los frailes, en los años 834 y 1835, y fue el autor de la desamortización de 1855, colocó al principio de uno de los libros que escribió la siguiente frase: “El siglo XIX, que es el siglo de las luces es incompatible con la existencia de los conventos”.

Esta era la línea de pensamiento del partido progresista de entonces, entre cuyos dirigentes se encontraba además de Madoz, Salustiano Olózaga y los generales Espartero y Prim. Como historiador me pareció entonces bastante sorprendente, y mucho más me lo parece hoy, que se culpara a una monja de clausura, como era la madre Patrocinio de las desgracias de España. Que la culparan y la castigaran injustamente con destierros y expatriaciones. Y aunque era evidente para mí que los políticos del siglo XIX habían encontrado en sor Patrocinio el pretexto sobre el que descargar sus propios errores, no me dejó de sorprender que la mayoría de mis colegas de Historia Contemporánea siguieran repitiendo en esa fechas los mismos tópicos y las mismas mentiras de más de 150 años. Hubo excepciones honrosas sin duda, entre las que debo destacar a Pedro Voltes, catedrático entonces de Barcelona, que publicó un libro riguroso y documentado sobre sor Patrocinio.

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19.06.09

Persecución religiosa

Revuelta González, M. La exclaustración. Madrid 1976. BAC.503 págs.

Madrid y 17 de julio de 1834, a golpe de blasfemia las turbas asaltan el convento de Santo Tomás y el Colegio Imperial de los jesuitas. Se dividen en dos bandas, una se dirige al convento del Carmen y la otra al de san Francisco. Es de noche y buscan con antorchas a los indefensos franciscanos. Los enfermos y los enfermeros son degollados en la enfermería. Algunos son asesinados en el coro y otros que se esconden no van a correr mejor suerte: al ser descubiertos, tras los insultos y las blasfemias, la voz del jefe se hace escuchar: No hay necesidad de gastar pólvora con esta canalla; a éstos los tenemos seguros; cuchillada, bayonetazo, sablazo y ¡firme con ellos! (pág. 218). En la noche del 17 al 18 de julio fueron asesinados en Madrid ochenta religiosos. Cualquiera que conozca un poco el plano de Madrid, me dará la razón si digo que a paso ligero los militares del palacio real se hubieran podido presentar en lugar de los acontecimientos en menos de diez minutos. Pero el régimen dejó hacer y las turbas de asesinos, cuando iban de un convento a otro en busca de más sangre, le agradecieron su pasividad con esta copla blasfema:

Muera Carlos
Viva Isabel
Muera Cristo
Viva Luzbel

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