Las preocupaciones de Pablo VI
No hace mucho que su obispo le indicó que estudiara Historia y se matriculó en mi Facultad de Alcalá. Era listo como los ratones colorados y trabajador como el que más. Le di matrícula de honor, que todos sus compañeros reconocieron merecidísima. Se presentaba siempre en clase vestido de cura. No era de «la secreta». Venía cuando podía, y un día me confesó el motivo: era el cura de 17 pueblos y estaba él solo para atenderlos. Me quedé pegado a la silla de mi despecho, y en cuanto se fue me salió el instinto de historiador, para averiguar lo que había pasado. Les cuento mi descubrimiento.
El 26 de enero de 1970, Pablo VI se reunió con un nutrido grupo de obispos españoles, que habían asistido a la canonización de Santa María Soledad Torres Acosta, esa gran madrileña, fundadora de las Siervas de María, las ministras de los enfermos. En esa reunión, Pablo VI pronunció un discurso profético, en el que describía la situación de la juventud española y los males que la amenazaban. Sus palabras fueron las siguientes: «No os faltan, ni nos faltan, preocupaciones al constatar y afrontar los problemas relacionados con la juventud, con los seminarios, con el mundo del trabajo, con el enfriamiento de la fe y del sentido moral: problemas cada día más insoslayables y que el pasar del tiempo agravaría si no se adoptasen medidas clarividentes y proporcionadas».
Sin duda que las palabras de Pablo VI estaban dirigidas a todos los obispos españoles, tanto a los allí presentes como a los que no pudieron asistir entonces a la canonización. Y por supuesto que deben espolear a todos los obispos españoles, no solo a los de hace cuarenta años, sino también a sus sucesores actuales, por cuanto Pablo VI afirma que de no poner remedio a la situación de 1970, de «no adoptar medidas clarividentes y proporcionadas», el paso del tiempo agravaría la situación.
Es conocido que Pablo VI, al referirse a los seminarios españoles, sabía que se había producido un notable descenso del número de aspirantes al sacerdocio. El año 1961 había en España 24.179 seminaristas y en 1968 se habían reducido a 20.355. Pero lo que no podía ni sospechar Pablo VI es que ese descenso llegaría a los 1.265 (mil doscientos sesenta y cinco, lo pongo en letra para que se vea que no es un error) seminaristas del curso 2009-2010. Y las cifras de los años posteriores a 2010 han motivado que se echen las campanas al vuelo en algunas publicaciones eclesiásticas por el aumento en unas pocas decenas, tan pocas que por eso ni se atreven a dar la cifra en números absolutos y dan el aumento en tantos por cien para que no se note la ridiculez del aumento. Y en este curso, 2015-2016, en España hay 1.203 seminaristas menores, en edades adolescentes, y 1.300 seminaristas mayores que durante el curso 2015-2016 estudian filosofía y teología.
Tan inmovilista es el pesimismo radical –está todo tan mal, que no hay nada que hacer- como el optimismo bobalicón –estamos tan bien, que no hay nada que cambiar-. Lo cierto es que mientras nuestra sociedad y nuestra juventud se descristianiza, aquí son muy pocos los que se preguntan si se han hecho los deberes, si se han adoptado esas medidas clarividentes y proporcionadas que reclamaba Pablo VI hace ya tantos años, para que el paso del tiempo no siga agravando la situación.
Javier Paredes
30 comentarios
La jerarquía católica de los ochenta y noventa ha sido montiniana.
Montini es uno de los desastres históricos de España.
¿Cuáles? ¿Los del CVII?
Si, esos si. Por eso hay Matricula de Honor a los peores resultados.
Arramplaron con todo sin representar a casi nadie, por el simple hecho de que todos entendían que aquello venía "de Roma".
Y claro, los mismos que causaron el problema con el mismo "espíritu del Concilio" no van a arreglarlo si encima ahora vuelven con el mismo mantra.
Benedicto XVI quiso arreglarlo (y San Juan Pablo) y le hicieron la guerra interna.
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Nota: Yo me echo la mano a la cartera, cuando escucho palabras "comadreja", como: solidario, comprometido, ecológico, radical ("Tan inmovilista es el pesimismo radical...), etc.
Pero, ¿No es persona radical, la que va a la raiz de las cosas? (Me da que nada tiene que ver con inmovilismo, ni pesimismo, aquí aludido.
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Animo JUAN NADIE, cuida un poco el teclado; que tu pimienta nos viene bien.
Saludos
Pero en realidad ¿que significa esto? Porque esto tiene muchas lecturas.
Voy a hacer la mía, aunque de entrada se que no estaréis de acuerdo en algunos (o todos) de mis planteamientos:
En America Latina hay líderes que están al frente de comunidades, celebradores de la Palabra, catequistas, predicadores. Son cristianos con formación, pero sin grandes estudios universitarios ni intelectuales, con lo cual me pregunto; sin negar la validez del sacerdocio ministerial, necesario eso sí, ¿porque no se da un desarrollo de los ministerios laicales o eclesiales? ¿por que da tanto miedo en España a dar esos pasos? Que un presbítero tenga que llevar 17 pueblos.......otro tema es si el clero está bien repartido; algunos en la ciudad no hacen mas que tres cosas, y no digamos del "carrerismo" de algunos para abandonar los pueblos y acercarse a la ciudad, como los funcionarios. Que esto se da ¿eh?
Y otra cuestión, desde que tengo uso de razón se habla de pasar de una pastoral de mantenimiento a otra de misión y cosas parecidas; pero aqui, con matices y diferencias todo sigue centrado mas o menos en el culto y la sacramentalización, . A pesar de los ambiciosos planes pastorales en las diferentes diócesis ¿no habría que cambiar ya el esquema de parroquia? En un pais de misión como es España creo que se han quedado algo obsoletas, sin negar que se hacen cosas muy buenas en ellas.
Mi admiración personal al Sr. Paredes sigue intacta.
Lo de la "chorrada la diga Agamenón o un catedrático...", me ha hecho gracia. Este nombramiento oculto de "porquero" nunca me la habían hecho. Sin duda que quien me lo concede, me tiene más en cuenta como catedrático que yo mismo, que no ejerzo. Doy clases, atiendo y quiero a mis alumnos, voy a los archivos y hago lo que puedo; esa es toda mi vida. Cosas tan corrientes, que solo tienen valor si hacen por amor de Dios. Por eso un porquero si trabaja con visión sobrenatural será más a los ojos de Dios que un catedrático, que solo trabaja con miras humanas. Y aquí el negocio que importa es el de el Cielo, las glorias humanas no valen para nada.
En conclusión, los que puedan hacer algo por los seminarios que lo hagan urgentemente, y todos los demás a rezar por el aumento de vocaciones, que nos va mucho en ello.
puesto que aquí se le permite participar, nada tengo que objetar, pero un fraternal consejo le puedo dar,
que en días de padecer "diarrea mental" severa, puede ser mejor guardar sus comentarios en la nevera,
al igual que no acudo yo al trabajo, cuando los 40 grados de una gripe me mandan al carajo.
Está más que visto que esto de escribir en anónimo, aviva a todo buen iluminado a largar sin el menor rubor todo lo que se le pasa por la imaginación, sin antes contrastar su propia noticia, no fuese a ser que estuviese diciendo simples sandeces.
Déle a leer el denostado artículo de hoy a un menor de 11 o 12 años y pregúntele de qué trata el mismo. Seguro que le saca de dudas.
El catedrático sólo exponía una realidad, puesta en un horizonte temporal que nos facilite cierta "perspectiva" de problema actual, y qué mejor que el comentario de un Papa para poder valorar en justa medida lo que viene ocurriendo en nuestro tiempo. Es bueno tomar conciencia de las diversas realidades; una vez tomada conciencia se puede hacer muchas cosas; antes no.
En cuanto a su deriva hacia la crítica a Pablo VI, no debería dejar de lado el hecho de que el Papa es el representante de Dios con los hombres. Quizá no debiera olvidar cierto respecto a la hora de realizar meros comentarios sobre su papado. Difícil juzgar; más sabiendo tan poco de todo el meollo; prudencia, prudencia.
La Iglesia no es un partido, ni un equipo, ni club, ni ná parecido. Mejor trato exquisito a la hora de pronunciarse. más como si fuese cosa celestial más que terrenal. Eh?
Ud y sus corifeos deberían ingresar de inmediato en el selecto grupo de los "más papistas que el Papa"
Y disculparme, pues si hoy ha perdido el tiempo con el artículo del catedrático, no puedo imaginar el que perderá con mi desacertado comentario. Dese un respiro.
Que Dios lo bendiga y a la iglesia.
Del lat. coryphaeus, y este del gr. κορυφαῖος koryphaîos 'jefe, jefe del coro'.
1. m. Persona que es seguida por otras en una opinión, una ideología o un partido.
2. m. Seguidor o partidario. U. m. en pl.
3. m. En la tragedia griega, director del coro.
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JUAN NADIE:
Me apunto a parte de las dos primeras (Opinión, partidario).
Confío en que D. Javo aporte tantos conocimientos, humor, etc. para apuntarme también con él.
Me reafirmo en que la publicación de la Encíclica Humanae Vitae fue un valiente y extraordinario documento(junto a otras constituciones y exhortaciones apostólicas: Indulgenciarum Doctrina, Divinae Consortium Naturae...). Con razón, Mons. Munilla ha escrito: El rechazo a la Humanae Vitae es el origen de la gran crisis de occidente.
No, no fue Pablo VI quien introdujo el "humo de Satanás" en la Iglesia sino, quien primero lo sufrió y se dolió, cuando ya se iniciaba la decadencia cultural en el mundo civilizado, la crisis de valores, la ideología de género...y un largo etcétera en el que estamos sumidos desgraciadamente. Recemos para que se acorte el tiempo de la prueba.
La Santa Madre Iglesia, cuando promueve la Beatificación de una persona, hace un estudio exhaustivo y minucioso de su vida y milagros. Y al Beato Pablo VI no se le ha regalado nada.
Esperemos que pronto sea elevado a la Canonización. ¡Dios sabe más!
Le tocó lidiar con el vendaval cuya cara más sórdida estamos sufriendo ahora. De hecho, con lo que veo ahora, en fin...(me voy a callar ) lo califico como los mejores Papas de la Iglesia juntos en todo.
No voy a polemizar con usted, sería luchar un esmirriado con un poderoso campeón en sabiduría, que sabe confesar hasta en siete idiomas.
Sus comentarios no dejan a nadie indiferente, muchos me gustan pero algunos chirrian, especialmente en su falta de caridad para con Pablo VI, ¿no le dice nada su beatificación? Por supuesto todos los santos y beatos cometieron errores.
Le ruego emplee se sabiduría con más caridad.
El Señor le bendiga y le guarde.
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