La absolución general: la excepción que confirma la regla
Nuestro Señor nos dice en el evangelio del V domingo de Cuaresma : “el que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna”(Jn. 12, 25). Lo que más debe aborrecer uno de sí mismo son los pecados cometidos contra Dios, cuyo Amor por cada uno de nosotros no tiene igual. Esa contrición personal nos debería de llevar a la confesión sacramental individual.
Según el Código de Derecho Canónico:
” 960 La confesión individual e íntegra y la absolución constituyen el único modo ordinario con el que un fiel consciente de que está en pecado grave se reconcilia con Dios y con la Iglesia; sólo la imposibilidad física o moral excusa de esa confesión, en cuyo caso la reconciliación se puede tener también por otros medios.”
¿Y la absolución general o comunitaria sin previa confesión individual?

Jesús predijo su crucifixión varias veces y en
A comienzos del 2004, los alumnos de “Thomas Aquinas College” (EE.UU.) ayudaron a cerrar un abortuario en Ventura, California, tras rezar 6 años ante la clínica los días en que se practicaban abortos [ver foto]. Se cerró en el sexto aniversario del fallecimiento de Angela Baird, una jóven de 19 años que comenzó la iniciativa pocos meses antes de morir y que murió ofreciendo sus sufrimientos por las víctimas del aborto.
El Señor le dice a Nicodemo en 





