InfoCatólica / María Lourdes Quinn / Categoría: ........ - Presbíteros

19.05.09

Los 12 mandamientos de los abogados


San Ivo de Treguier (1253-1303), Patrono de los abogados
, fue un abogado, juez y sacerdote bretón. Estudió tanto el Derecho Civil como el Canónico y fue nombrado Juez Eclesiástico en 1280 en Rennes y cuatro años después en Treguier.

A pesar de sus altos cargos tenía la costumbre de dormir sobre el suelo y se hizo terciario franciscano. Se ofrecía a defender a los pobres sin aceptar paga, por lo cual fue conocido como “Abogado de los Pobres”. Bien podría decir el Señor de él como hizo de los apóstoles en el Evangelio del VI Domingo de Pascua: “a vosotros os llamo amigos” (Jn. 15, 14). S. Ivo consideraba a los más desafortunados y pobres sus amigos y estaba siempre dispuesto a servirles y a ayudarles a obtener justicia.

Este santo compuso 12 Mandamientos de los Abogados. ¿Son pertinentes hoy en día?

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14.05.09

2.05.09

Sin rendirse ante presiones

En el Evangelio del III Domingo de Pascua oímos que Jesús: “les abrió el entendimiento” (Lc. 24, 45) a los apóstoles cuando se les apareció tras Su Resurrección. Aún así, no fue hasta la venida del Espíritu Santo que los apóstoles confesaron su fe sin temor.

San Atanasio (297-373) nació en Alejandría, Egipto, que en su tiempo fue lugar de orígen de la herejía arriana (que equivocadamente pensaba que Jesucristo no era Dios por naturaleza). S. Atanasio templó su fe católica viviendo una temporada en el desierto, donde fue discípulo de S. Antonio Abad (cuya biografía escribió). Huyendo de la fama del mundo, la encontró al no poder esconder su caridad. Ésta le llevaba a hacer todo lo posible para salvar almas. Por combatir la herejía arriana tuvo que huir 5 veces de su sede episcopal, donde finalmente terminó sus días en paz.

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23.02.09

Guardando serenidad en tiempos de crisis

Oímos en el Evangelio del 7o. domingo de tiempo ordinario que los fariseos pensaban que Jesús blasfemaba al perdonar los pecados del paralítico, por lo cual el Señor les preguntó: “¿Por qué pensáis eso?” (Mc. 2, 8) Los fariseos dudaban de Jesús porque no tenían confianza y fe en él. En este mundo pasamos por muchas situaciones que prueban también nuestra fe y confianza en el Amor y la Bondad de Dios por nosotros.

San Policarpo (69-c.155) (obispo de Esmirnia, discípulo de S. Juan Evangelista y maestro de S. Ireneo) se escondió en varios lugares cuando empezó una persecución por miedo de apostar, siendo él anciano. Pero, cuando le encontraron los soldados, no intentó escapar y dijo: “Hágase la voluntad de Dios”. Les dió de comer a los soldados, que le dejaron rezar antes de arrestarle. Se mantuvo firme ante amenazas hasta que le quemaron vivo. Pidió que no le ataran porque “Aquél que me da su gracia para soportar el fuego me la dará también para soportarlo inmóvil”.

Esta segunda parte de “¡Confiad en Dios!” por S. Claudio de Colombiere (1641-1682) [que mandó el lector Joserra a “sarmientosdelavid(arroba)gmail(punto)com”)], nos ofrece unos consejos para mantenernos serenos en medio de las tormentas de este mundo. ¿Las demuestra bien S. Policarpo?

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21.02.09

Las indulgencias de la Iglesia Católica: Usos y abusos

Se podría decir que S. Pedro Damián o Damiano (1007-1072) apreciaba mucho la posición del leproso en el Evangelio del 6o. domingo de tiempo ordinario ante el Señor: “de rodillas” (Mc. 1, 40). Este cardenal y obispo benedictino, doctor de la Iglesia, se impuso penitencias muy severas que le dañaron la salud e imponía penitencias duras a los que se lo merecían para convertirles, a pesar de ser muy bondadoso con todos. Escribió muchas cartas exigiendo que los sacaerdotes y religiosos fueran más disciplinados, se mantuvieran puros y no practicaran la simonía.

Bien entendía lo que Sta. Catalina de Génova diría mucho después en su Tratado sobre el Purgatorio:

“Dejen de abrazarse, diciendo: ‘Yo confesaré mis pecados y entonces recibiré la indulgencia plenaria, y en ese momento me purgaré de todos mis pecados y así me salvaré’. Piensen en la confesión y la contrición necesarias para esa indulgencia plenaria, que vienen aparejadas. Si ustedes supieran, temblaría de gran miedo, más seguros de que nunca la ganaron que de que alguna vez lo hicieron“.

¿Desea saber más sobre las Indulgencias de la Iglesia Católica? Estos enlaces podrían ser de gran ayuda para aprender más sobre lo que son, cómo obtenerlas y los abusos que existían siglos antes de la Reforma y lo que hizo la Iglesia en esas situaciones. Ayudan también para aclarar errores comunes sobre las Indulgencias:

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