1.05.08

Mes de Mayo: Anunciación

Día 2. “Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo”

“Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. “No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús” (Lucas 1,28.30-31).

El plan de salvación llega a su momento culminante con la Anunciación a María. Dios, que es fiel, cumple sus promesas y proporciona la señal dada a Acaz: “la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel” (Isaías 7,14).

El Espíritu Santo santificó el seno de María para que Ella concibiese al Hijo del Altísimo que, sin dejar de ser Dios, se hizo verdaderamente hombre, asumiendo una naturaleza humana para llevar a cabo por ella nuestra salvación. En Jesús habita “corporalmente la plenitud de la divinidad” (Colosenses 2,9). Cada día, al rezar el Ángelus, los cristianos hacemos memoria de este misterio que constituye el signo distintivo de nuestra fe. El Verbo se hizo carne para habitar entre nosotros; para reconciliarnos con Dios; para que conociésemos el amor del Padre; para ser nuestro modelo de santidad; en definitiva, para hacernos partícipes de su naturaleza divina.

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Mes de Mayo: Hija de Sión

“Regocíjate, hija de Sión; grita de júbilo, Israel; alégrate y gózate de todo corazón, Jerusalén. El Señor será el rey de Israel, en medio de ti” (Sofonías 3,14.15b).

Contemplar a María, en el mes de mayo, es meditar sobre el plan salvador de Dios. Desde toda la eternidad, Dios estableció un designio benevolente, un proyecto de salvación. Él ha querido darse a conocer a nosotros y hacernos partícipes de su vida. Dios y el hombre no son realidades mutuamente aisladas, paralelas, incomunicadas. Dios ha pensado en cada hombre y cada hombre alcanza su destino, su realización, su meta y su fin en la comunión con Dios.

Libremente, movido sólo por su bondad y sabiduría, Dios quiso hacernos capaces - en una medida absolutamente imprevisible, considerada desde parámetros meramente humanos - de responderle, de conocerle; en definitiva de amarle. Gradualmente, como un buen pedagogo, nos ha ido llevando de la mano para que podamos acoger su revelación. En las cosas creadas ha dejado impresa una huella de sí mismo y, en diversa etapas, ha ido dispensando su salvación.

Todo el Antiguo Testamento muestra el celo de Dios por los hombres. Establece una alianza con Noé, con la pluralidad de las “naciones”, con todos los hombres vivientes. Elige a Abraham, para congregar en un pueblo a los hombres dispersos. Forma a Israel y, por medio de Moisés, le dio su Ley. A través de los profetas, Dios sembró en la humanidad la esperanza de una Alianza nueva y eterna. Una esperanza que será mantenida, ante todo, por los pobres y los humildes del Señor; por aquellos que sólo esperan de Él la salvación.

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Hacia la beatificación del Cardenal Newman

Se habla de una próxima beatificación del cardenal John Henry Newman (Londres, 21 de febrero de 1801- Edgbaston, 1 de agosto de 1890). Su figura y su pensamiento conservan una perenne actualidad.

Con razón ha sido considerado como un profeta de nuestro tiempo, amén de un precursor del Concilio Vaticano II. Su proceso de beatificación va adelante; al parecer, ya muy avanzado. En la oración para pedir esta gracia, se ruega a Dios que su santidad sea reconocida por todos para que “la lealtad a Cristo y a la Iglesia, su amor a la Inmaculada Madre de Dios, y su comprensión para con los hermanos que viven en la incertidumbre y en la duda”, puedan servir hoy de guía al pueblo cristiano.

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Una oración a María, en Mayo

María, Madre de Jesús,
Virgen Inmaculada.
Tú eres la señal que puso Dios en nuestra historia,
anunciando al Emmanuel.
Tú, elegida antes de que existiese el mundo,
destinada a hacer resplandecer la Gloria del Creador.

María, Madre de Jesús,
Virgen Inmaculada,
¡Mujer!
De ti ha nacido el Redentor.
De ti nos vino la alegría de la fe,
¡Hija de Sión!

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28.04.08

Rosa d’abril

Con estas palabras, “Rosa de abril”, comienza el famoso himno, el Virolai, dedicado a Nuestra Señora de Montserrat. El autor de la letra fue el sacerdote y poeta Jacinto Verdaguer y el de la música, el maestro Josep Rodoreda. Es especialmente emotivo escuchar el canto de este himno, interpretado por la escolanía, en ese santuario mariano.

Este año se celebra en Italia una “semana montserratina”, que incluye diversos actos. Entre ellos, una conferencia del P. Abad, Josep M. Soler, sobre “Los santos peregrinos de Montserrat”. Han sido muchos. El más ilustre, sin duda, San Ignacio de Loyola. Pero también han peregrinado a Montserrat santos de nuestros días, como San Josemaría Escrivá de Balaguer. María ha sido, a lo largo de la historia, y sigue siendo en el presente, el mejor camino para llegar a Jesús.

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