Mes de Mayo: Anunciación
Día 2. “Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo”
“Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. “No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús” (Lucas 1,28.30-31).
El plan de salvación llega a su momento culminante con la Anunciación a María. Dios, que es fiel, cumple sus promesas y proporciona la señal dada a Acaz: “la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel” (Isaías 7,14).
El Espíritu Santo santificó el seno de María para que Ella concibiese al Hijo del Altísimo que, sin dejar de ser Dios, se hizo verdaderamente hombre, asumiendo una naturaleza humana para llevar a cabo por ella nuestra salvación. En Jesús habita “corporalmente la plenitud de la divinidad” (Colosenses 2,9). Cada día, al rezar el Ángelus, los cristianos hacemos memoria de este misterio que constituye el signo distintivo de nuestra fe. El Verbo se hizo carne para habitar entre nosotros; para reconciliarnos con Dios; para que conociésemos el amor del Padre; para ser nuestro modelo de santidad; en definitiva, para hacernos partícipes de su naturaleza divina.