I Domingo de Adviento: El recuerdo y la esperanza
Textos: Is 63,16b-17.19b,64,2b-7; Sal 79; 1 Cor 1,3-9; Mc 13, 33-37.
En una meditación sobre el Adviento el Card. Ratzinger, hoy Benedicto XVI, escribe que el “Adviento designa justamente la conexión entre memoria y esperanza que el hombre necesita. El Adviento quiere despertar en nosotros el recuerdo propio y el más hondo del corazón: el recuerdo del Dios que se hizo niño. Ese recuerdo sana, ese recuerdo es esperanza” (El resplandor de Dios en nuestro tiempo, 21).
Recordar es traer a la memoria algo. Los profetas, al hacerse portavoces del anhelo del pueblo de Israel por la venida del Mesías, traen a la memoria los beneficios recibidos de Dios: “Jamás oído oyó, ni ojo vio un Dios, fuera de ti, que hiciera tanto por el que espera en él. Sales al encuentro del que practica la justicia y se acuerda de tus caminos. (…) tú eres nuestro padre, nosotros la arcilla y tú el alfarero; somos todo obra de tu mano” (cf Is 63-64).