Al menos, 112.138 oraciones
Lo triste de los datos del aborto es que suenen, en nuestros oídos y en nuestro corazón, a pura estadística. Los hechos estremecen: Uno de cada cinco embarazos termina en aborto. Y mientras tanto, ¿qué? Por lo que respecta al Gobierno parece que la única preocupación es facilitar aún más el recurso al aborto. El resto de la población, salvo excepciones, parece callar y asentir, como si se tratase de un problema menor.
La gente de buena voluntad, creyentes o no creyentes, no puede quedarse cruzada de brazos. Y, desde luego, los católicos no. Debería elevarse un clamor desde cada Parroquia al cielo para pedir la asistencia divina a fin de convertir los corazones homicidas en corazones misericordiosos y justos.
Hoy es un día triste. Realmente, en lo que atiene al aborto, cada día es un día triste. Propongo, en esta Novena de la Inmaculada, que se rece, al menos, 112.138 veces - ¡mal sea que no queden 112.138 católicos que lo hagan -, la siguiente oración a la Virgen: