¿Canonizar a Darwin?

El presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, Gianfranco Ravasi, ha recordado una verdad conocida: La Iglesia nunca condenó a Darwin, ni tampoco el evolucionismo. La misma constatación la exponía, en 1997, el científico Michael Ruse, comentando, en una revista de Chicago, el posicionamiento del Papa Juan Pablo II al respecto de la evolución.

La teoría de la evolución es ciencia. Y la Iglesia no tiene, en cuanto tal, competencia directa en el ámbito de la ciencia. La Iglesia se remite a la revelación divina – cuyo testimonio principal es la Escritura unida a la Tradición - . La Iglesia nos habla de Dios y de la acción de Dios; de esa peculiar acción que se llama “creación” y “providencia”. En definitiva, la revelación nos dice que nada existe o sucede al margen de Dios. Él es el origen primero y el fin último de todo.

Si la teoría de la evolución se circunscribe a los ámbitos de la ciencia, nada, o poco, se puede decir a su favor o en su contra. Los científicos dirán, en base a las pruebas y a la capacidad explicativa de la teoría en cuestión. Claro que una cosa es la ciencia y otra la filosofía. La demarcación debería, en principio, ser todavía más nítida entre ciencia e ideología. Pero las fronteras no siempre son tan claras. Para algunos, traspasando estas fronteras, evolucionismo es lo mismo que materialismo y que ateísmo. Y ahí, basándose en la revelación, la Iglesia dice que no. Que Dios es la Causa Primera; lo cual no significa que sea la “única” causa. Dios puede actuar – y de hecho actúa – en y por las causas segundas.

Dios da a las criaturas la dignidad de cooperar a su designio. Por eso, a priori, no se puede decir que evolución y creación sean incompatibles. No lo son. Más bien todo lo contrario: son compatibles y complementarias. Juan Pablo II decía, al respecto, que “la evolución presupone la creación”. Pero no debemos equivocarnos. Los dos términos de este binomio no están en el mismo plano. La “evolución” es una hipótesis – “algo más que una hipótesis”, decía el Papa Juan Pablo II - , una teoría bastante, o muy, corroborada. Pero es saber humano y sólo humano. La “creación” es, además de saber humano, un dato de fe.

El fundamentalismo no distingue esta dualidad de planos. De lo que es revelación pasa, casi sin solución de continuidad, a lo que es ciencia. El fundamentalismo es “perezoso”; no quiere recorrer el sufrido esfuerzo de diferenciar entre la letra y la alegoría. – que diría el sabio Benedicto XVI en el Colegio de los Bernardinos - . Pero también se observa un exceso de vocación concordista; un afán inmoderado que da la impresión de que los teólogos habrían de enarbolar la bandera de una especie de “club de fans darwinista”. La historia – de la ciencia y de la teología – nos obliga, creo yo, a ser más cautos. A veces, lo que hoy parece evidente mañana ya no lo es.

Una teoría científica de la evolución que no excluya a Dios – y la ciencia no puede ni afirmar ni excluir a Dios – es perfectamente compatible con el cristianismo. Pero no es obligatoria. El cristiano queda libre para aceptarla o no, según le convenzan las razones aportadas. El complejo problema del origen de la vida, de la evolución de los vivientes y del origen del hombre ha dado, con Darwin, un paso importante. ¿Hay algún motivo de fe – o de ciencia – que nos lleve a pensar que es el “último” paso? Yo creo que hasta Darwin nos diría que no.

Guillermo Juan Morado.

26 comentarios

  
Luis Fernando
El evolucionismo nació como una teoría que buscaba contrarrestar la evidencia de Dios como creador. Eso es un hecho histórico.
Luego la ciencia ha ido haciendo su camino y parece claro que no debe analizar la presencia o ausencia del factor divino. Al fin y al cabo, hay algo tan elemental como es el alma y el espíritu humano que no puede ser analizado en una probeta. El hombre es mucho más que una materia animada, un animal evolucionado o inteligente. Es imagen de Dios. Y eso no hay científico que lo pueda desmentir o afirmar de forma tajante.
17/09/08 11:34 PM
  
Joaquín
Si hoy Santo Tomás tuviera que encararse con el darwinismo (o alguna de sus versiones actualizadas) lo tomaría en consideración al discutir la naturaleza del hombre, estoy convencido. Hoy no somos capaces de apreciar la inmensa osadía de Tomás de Aquino, de asimilar las ideas de un "físico" materialista, como era Aristóteles, dentro de su sistema teológico.

Es significativo que Santo Tomás, interrogándose sobre si el mundo es eterno (como afirmaban los aristotélicos), o bien si tuvo un comienzo en el tiempo (como afirma la Escritura), concluyó que según la razón no puede responderse a esa pregunta, sino únicamente desde la fe en lo revelado.

Del mismo modo, responder a si el hombre es algo más que pura materia, es muy posible que sólo sea posible responder desde la fe. La ciencia permanece confinada en la inmanencia.

Está muy bien observado que los fundamentalistas y creacionistas confunden ambos planos (el racional y científico, y el de la fe).
17/09/08 11:38 PM
  
Luis Fernando
De todas formas, no tengo yo del todo claro que desde la fe no haya nada que decir sobre el plano material o científico. Algunos niegan la historicidad y veracidad "material" de los milagros en base precisamente a la idea de que no puede haber una intervención directa de la divinidad en el plano de la materia. Lo cual, dicho sea de paso, afectaría a la mismísima encarnación.
Y si Dios se hizo hombre, Dios podría haber creado al hombre literalmente del barro.
17/09/08 11:49 PM
  
Guillermo Juan Morado
Dios puede intervenir de modo "extraordinario". Pero ese modo de intervención hace resaltar aún más su modo "ordinario" de intervenir.
17/09/08 11:52 PM
  
Guillermo Juan Morado
Tampoco se debe identificar plano material y plano científico. Desde el plano científico no se puede probar la Encarnación. Eso no quiere decir que la Encarnación no tenga que ver con lo material.
17/09/08 11:54 PM
  
Joaquín
No, la fe no tiene nada que decir sobre las "causas segundas" (como las llaman los escolásticos). La fe no tiene nada que decir sobre la composición fundamental de la materia (el "modelo estándar", los electrones, el bosón de Higs, etc.), ni tampoco sobre el origen material de la especie humana. Simplemente la fe habla de otra cosa, o se sitúa en otro plano, como dice el Padre Guillermo.

En cuanto a la Encarnación, no debo responder porque no me siento cualificado. Pero, por ejemplo (y temo abrir otro debate), en cuanto a la Resurrección, creo que existe consenso teológico de que no puede interpretarse como un hecho físico. Por cierto, lo mismo que la Ascensión.
18/09/08 12:04 AM
  
Luis Fernando
Bien, yo creo que precisamente la creación del hombre fue una intervención del tipo "extraordinario".
18/09/08 12:05 AM
  
Guillermo Juan Morado
Vamos a ver, sí es un hecho que afecta a lo físico, aunque no sea un "hecho físico" convencional. De acontecimientos únicos, la ciencia no dice nada, como es normal. La Resurrección es un hecho sobrenatural que tiene repercusiones en lo físico. Pero no podemos compararlo con otro hecho. No es, en todo caso, un hecho "mundano" más.
18/09/08 12:07 AM
  
Guillermo Juan Morado
La creación del hombre es un hecho "extraordinario", porque Dios crea al hombre dotado de una dimensión espiritual. Pero ese carácter extraordinario, en sí mismo, me temo que la ciencia no lo puede indagar.
18/09/08 12:09 AM
  
Luis Fernando
Joaquín, sin duda existe un consenso en la teología liberal sobre eso que dices. En la teología católica lo que existe es la verdad de "mirad mis manos, mirad mis pies. Yo mismo soy".
18/09/08 12:11 AM
  
Joaquín
En cuanto a la Resurrección, el hecho físico que puede constatarse (indirectamente, por la vía del testimonio de los testigos de entonces), es que esos testigos creyeron que Jesús había resucitado y que creyeron haberlo visto (aunque los relatos de las apariciones en los Evangelios parece que no son, según quienes lo han estudiado bien, del todo congruentes unos con otros).

Pero la Resurrección como tal no puede entenderse como un fenómeno físico (como sí lo sería en cambio la reanimación o regreso a la vida: Lázaro). Otra "traza" o rastro físico presunto de la Resurrección, la tumba vacía, parece estar muy discutido.

La Ascención nos plantearía aporías más graves, si confundimos los planos natural (físico) y sobrenatural.

Luís Fernando, esto es teología de teólogos católicos, no necesariamente de la teología liberal.
18/09/08 12:19 AM
  
Guillermo Juan Morado
De acuerdo, pero no podemos tampoco establecer una especie de "doble verdad". De todos modos, hablamos de hechos únicos, sobrenaturales, aunque con incidencia - una incidencia que escapa a los laboratorios - en el plano físico.
18/09/08 12:22 AM
  
Guillermo Juan Morado
639 El misterio de la resurrección de Cristo es un acontecimiento real que tuvo manifestaciones históricamente comprobadas como lo atestigua el Nuevo Testamento. Ya San Pablo, hacia el año 56, puede escribir a los Corintios: "Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se apareció a Cefas y luego a los Doce: "(1 Co 15, 3-4). El Apóstol habla aquí de la tradición viva de la Resurrección que recibió después de su conversión a las puertas de Damasco (cf. Hch 9, 3-18).

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Me parece equilibrada la postura del Catecismo.
18/09/08 12:25 AM
  
Joaquín
La cuestión puede ramificarse sin fin.

Estamos obligados a reconocer una dimensión espiritual en los embriones, en los fetos de los concebidos y no nacidos, en los niños, en los dementes, en los que sufren síndrome de Down, en quienes han sufrido un traumatismo cerebral, en los que se hallan en estado vegetativo...

A donde quiero ir a parar es que la dimensión espiritual no puede identificarse con la "mente consciente", que de hecho también está siendo investigada ya por la ciencia, aunque se muestre más elusiva (por razones que no vienen ahora al caso).

Por tanto es cierto que la espiritualidad del hombre es de fe, y no de ciencia. Julián Marías decía, si mal no recuerdo, que sólo por la fe podemos aceptar que el hombre es algo más que una cosa entre las cosas.
18/09/08 12:27 AM
  
Guillermo Juan Morado
es cierto que la espiritualidad del hombre es de fe, y no de ciencia. Julián Marías decía, si mal no recuerdo, que sólo por la fe podemos aceptar que el hombre es algo más que una cosa entre las cosas.
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No estoy de acuerdo: Filosóficamente puede mantenerse - sin necesidad expresa de la fe - que el hombre es espiritual; que está dotado de entendimiento y voluntad.
18/09/08 12:29 AM
  
Guillermo Juan Morado
Aunque es cierto que el fundamento último de la espiritualidad del hombre es su condición de criatura "hecha" a imagen y semejanza de Dios.
18/09/08 12:31 AM
  
Joaquín
Sí, el Catecismo es equilibrado porque al referirse a un "acontecimiento real", no prejuzga su naturaleza (no confunde la realidad con la fisicidad).
18/09/08 12:31 AM
  
Guillermo Juan Morado
En eso tienes razón. Habría que discutir mucho sobre qué se entiende por "fisicidad".
18/09/08 12:32 AM
  
Joaquín
Pero el demente que carece de entendimiento y voluntad, ¿es menos hombre, está desposeído de dimensión espiritual?

Tal vez yo lo interprete mal, pero los hechos tal vez fuerzan a postular que la espiritualidad es sobrenatural, no natural.
18/09/08 12:34 AM
  
Guillermo Juan Morado
Yo no creo que el demente carezca de espiritualidad: Es un ser humano, pero algo hay en su cerebro que está dañado. Por ejemplo, si por un accidente, pierdo mi capacidad de razonar, no dejo de ser humano por ello.

La condición espiritual del hombre, tal como lo entiendo, no viene de su llamada al orden sobrenatural - permíteme expresarme así - sino de su condición natural, por creación.
18/09/08 12:37 AM
  
Joaquín
La espiritualidad del hombre requiere, como condición sine qua non, que exista un hombre del que se la predique. Pero entiendo que aquí tampoco debería confundirse el plano natural, biológico, con el sobrenatural.

Un niño con síndrome de Down tiene espiritualidad (sobrenatural), aunque naturalmente (en su mente consciente) tenga disminuídas sus potencias (entendimiento, voluntad).

Lo mismo un feto.

(Me disculpo y me retiro, es ya muy tarde...).
18/09/08 12:43 AM
  
Miguel Serrano Cabeza
Parece claro que en el depósito fósil existen restos que muestran variaciones entre individuos de la misma especie.

Pero en ese mismo depósito fósil se pueden identificar dos fenómenos inquietantes para cualquier "evolucionista ortodoxo":

1.
Se supone que la evolución sigue un paso homogéneo basado en las modificaciones aleatorias provocadas por la copia errónea del material genético en los descendientes. La selección del más adecuado "filtraría" a los individuos menos aptos, incluidos los que han sufrido modificaciones genéticas poco afortunadas.

Sin embargo, está bien documentado que hay periodos como el Cámbrico en los que se producen auténticas "explosiones" evolutivas tanto en la cantidad como en la importancia de las modificaciones sufridas por los individuos hallados.

No está muy claro cómo explicar semejante fenómeno desde el punto de vista de la teoría de la evolución contemporánea.

2.
En el registro fósil apenas si existen algunas evidencias que muestren la evolución, paso, o cambio de una especie en otra. En la base de los árboles genealógicos de la mayoría de las especies se suponen multitud de "eslabones perdidos".

Uno de esos "eslabones perdidos" aún no encontrado es el que tiene que relacionar al Homo sapiens sapiens (y al hombre de Neanderthal) con sus supuestos antepasados homínidos.

Digo "supuestos" porque a día de hoy no existe resto material alguno que indique la relación entre el ser humano y los simios.

La clasificación científica de las pruebas paleontológicas sólo se se puede atener a los hallazgos realizados. Hoy por hoy, los hallazgos realizados han demostrado que los eslabones entre las distintas especies son, prácticamente en su totalidad, elusivos.

Quizá ese fenómeno tenga algún significado que la teoría de la evolución aún no ha sido capaz de interpretar.
18/09/08 12:54 AM
  
Silveri Garrell
Tomando como ejemplo el reducido capitulo primero del Genesis cuando dice de la Creación en 6 dias, si callamos esto (pecado de omisión) abrimos la puerta a una creencia de la Creación en períodos larguísimos de millones de años, millones de años de sufrimiento, muerte y lucha por la vida y todo antes del Pecado Original, realmente un embrollo donde no hay quien se aclare. Hoy dia más que nunca conviene usar literalmente estos 6 dias, el darwinismo nos ha suprimido a Adan y Eva. Los primeros capítulos del Genesis estoy seguro que se escribieron para ser usados en este milenio antes que en otras épocas, el escritor inspirado ya sabía a quienes iban dirigidos.
18/09/08 9:54 AM
  
Silveri Garrell
En el Creacionismo los musulmanes nos pasan delante de los católicos, o sinò leed el libro EL ATLAS DE LA CREACIÓN que esta colgado en internet y gratis se puede descargar en PDF. Salen las fotos de la mayoria de fosiles encontrados en todos los paises del mundo y todos son animales como los actuales, si que se aprecie nunguna evolución.
18/09/08 9:59 AM
  
Isaac García Expósito
Es dudoso que la teoría de la evolución sea científica.
18/09/08 12:12 PM
  
Luis López
En cuanto a la resurrección de Jesús, es un hecho "físico", en cuanto existía temporalmente el cadáver de Jesús, y por la acción de Dios (Hch. 2, 24) pasó a convertirse en un cuerpo espiritual (no un espíritu, no un fantasma -Lc.24, 39); un cuerpo no sometido a los límites del espacio o del tiempo (la vacilación en los relatos de la resurrección, indica el esfuerzo por narrar lo inexplicable de un fenómeno absolutamente único, primicia de nuestra futura resurrección): el mismo cuerpo espiritual que tendremos en la resurrección del último día (1 Cor. 15, 44). Es, pues un hecho "físico" pero también sobrenatural y único, hasta el momento en el que, como dice San Pablo, "resucitemos incorruptos y seamos transformados" (1 Cor. 15, 51).
18/09/08 6:42 PM

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