La coherencia de los obispos de Italia
En un comunicado, la Conferencia Episcopal Italiana ha afirmado que «la Iglesia aceptó, con sufrimiento y sentido de responsabilidad, las limitaciones gubernamentales asumidas para afrontar la emergencia de salud», pero ahora, «cuando se reducen las limitaciones asumidas para enfrentar la pandemia, la Iglesia exige poder reanudar su acción pastoral».
Es un posicionamiento puramente lógico:
- «La Iglesia aceptó, con sufrimiento y sentido de responsabilidad, las limitaciones gubernamentales asumidas para afrontar la emergencia de salud». Con sufrimiento, porque renunciar a la celebración pública de la santa Misa comporta pesar para todos los católicos; también, y no en último lugar, para los pastores. Con sentido de responsabilidad, porque lo que estaba en juego era la vida de las personas, y con docilidad a lo ordenado por las autoridades civiles.
- La aceptación de estas limitaciones es admisible en la medida en que la situación de peligro se mantenga. Y es aceptable si no se discrimina injustamente, permitiendo – arbitrariamente - unas actividades públicas y prohibiendo otras.
- En consecuencia, «cuando se reducen las limitaciones asumidas para enfrentar la pandemia, la Iglesia exige poder reanudar su acción pastoral».
Una coherencia semejante hemos de esperar, de modo razonable, de las demás conferencias episcopales. Así creo que se deben de hacer las cosas, con racionalidad, con sentido común, ya que la razón no es enemiga de la fe, sino una dimensión interna de la misma. Sin racionalidad, la fe deriva en fanatismo. Sin coherencia, la Iglesia se convertiría en una secta apartada del mundo real.