Cómo se pasa la vida
“Cómo se pasa la vida,/ cómo se viene la muerte/ tan callando”, decía Jorge Manrique. No es que yo esté al borde de una depresión, no. Estoy tranquilo, animado y sanamente optimista. Pero no puedo evitar el pensamiento de la muerte. Tan cercana. Como Noviembre es el mes de los difuntos, voy de funeral en funeral. El lunes, uno, organizado por el Cabildo, y hoy, otro, en el Seminario. Y la semana que viene, más.
Lo que me sorprende es que ya, casi, he conocido a todos los difuntos por los que se pide de modo “especial”; es decir, a los más recientes. Han sido mis profesores, mis amigos, incluso mis compañeros de trabajo. Y eso me hace pensar y me conmueve.