El trono de David

Homilía para el IV Domingo de Adviento (Ciclo B)

El Libro Segundo de Samuel recoge la promesa hecha por Dios al rey David a través del profeta Natán: “afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas y consolidaré el trono de su realeza. Yo seré para él padre, y el será para mí hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mi presencia y tu trono durará por siempre” (2 Sam 7,12.14.16).

Dios quiso fundar para David una casa, una línea sucesoria. Esta promesa está en el origen de la esperanza mesiánica: Dios enviará al Rey-Mesías, descendiente de David, para reinar para siempre.

Esta promesa tiene su cumplimiento en Jesucristo. El evangelio de San Lucas recoge el anuncio del ángel Gabriel “a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María” (Lc 1,27).

El ángel le dice a María: “Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin” (Lc 1, 31-33).

El plan de Dios se realiza de un modo sorprendente e imprevisto. El Hijo de María será no solo el sucesor de David, sino verdaderamente el Hijo de Dios. A la pregunta de la Virgen: “¿Cómo será eso, pues no conozco varón?”, el ángel responde diciendo que su Hijo no tendrá un padre humano, sino que será concebido por obra del Espíritu Santo.

El Hijo de Dios, con la colaboración de María, se hace hombre a fin de instaurar el reino de Dios e introducir a los hombres en él. Con el anuncio del Evangelio se nos invita a nosotros y a todas las naciones a entrar en “la obediencia de la fe” (Rom 16,26), acogiendo el proyecto de Dios en nuestras vidas, reconociendo a Jesucristo como nuestro Rey y Salvador.

El papa Benedicto XVI, hablando a los sacerdotes de Roma, relacionaba el encuentro con Jesucristo con el conocimiento de Dios: “El encuentro con Jesús, con esta figura humana, histórica, real, me ayuda a conocer poco a poco a Dios; y, por otra parte, conocer a Dios me ayuda a comprender la grandeza del misterio de Cristo, que es el Rostro de Dios” (22-2-2007).

El Hijo de María, el Rey enviado por Dios, no es una de las grandes personalidades religiosas del mundo, sino que es “el Rostro de Dios”, pues Él mismo es Dios hecho hombre. Dios deja así de estar lejos para nosotros, “tiene un Rostro: es el Rostro de la misericordia, el Rostro del perdón y del amor, el Rostro del encuentro con nosotros” (Benedicto XVI).

Junto a María, que ejemplifica la perfecta obediencia de la fe, también nosotros estamos llamados a reconocer en Jesús el Rostro de Dios. Adorando al Rey que se hace Niño en Belén nos dejamos atraer por esa cercanía de Dios que es capaz de transformar nuestros corazones y de renovar el mundo para que, en lugar de una anti-civilización del aislamiento, de la dura competencia y de la inhumanidad, se extienda la verdadera civilización del amor.

Guillermo Juan Morado.

5 comentarios

  
Fortis
Pues a mí lo que me gusta es constatar que en los antepasados de Jesús, comenzando por David, hay gente pero que muy, muy pecadora. Y bien pesadamante. David, adúltero y criminal. Después los Reyes siguientes. También hubo antepasados santos. Y Jesús asume a su familia tal cual es. No reniega. Así también nosotros.... etc.
17/12/11 5:37 PM
  
César Fuentes
"El papa Benedicto XVI, hablando a los sacerdotes de Roma, relacionaba el encuentro con Jesucristo con el conocimiento de Dios: “El encuentro con Jesús, con esta figura humana, histórica, real, me ayuda a conocer poco a poco a Dios; y, por otra parte, conocer a Dios me ayuda a comprender la grandeza del misterio de Cristo, que es el Rostro de Dios” (22-2-2007)."

Y

"Junto a María, que ejemplifica la perfecta obediencia de la fe, también nosotros estamos llamados a reconocer en Jesús el Rostro de Dios. Adorando al Rey que se hace Niño en Belén nos dejamos atraer por esa cercanía de Dios que es capaz de transformar nuestros corazones y de renovar el mundo para que, en lugar de una anti-civilización del aislamiento, de la dura competencia y de la inhumanidad, se extienda la verdadera civilización del amor."

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Sinceramente, es que cuesta pensar-que no creer- que Dios se abajase, humillase, llegase a ser hombre. Es inconcebible un amor semejante que rompe toda barrera y toda lógica humana-por mucho que se escriba sobre esto,tal isterio sobrepasa el puro entendimiento-.

Sí, hemos visto su rostro,¡Dios ha dejado que le veamos!

Uno no puede sino, delante del Santísimo ,quedar mudo-a mí por lo menos la verborrea de cuando rezo en casa se me va ante El-; y a solas, cuando nadie hay, pues entonces ocurre "la magia del encuentro".

Lo vuelvo a decir, me resulta aún inconcebible que ese Amor se pudiese hacer carne.......y me gusta, ya me han hecho digno por un amor que no tiene igual. ¿Seré capaz de amar la milésima parte, la millonésima parte de lo que El me da?
Si no amo al otro, por el amor de El recibido, qué mala bestia sería yo entonces.
18/12/11 9:03 AM
  
Norberto
Hoy, Fiesta de la Expectación del Parto - Nuestra Señora de la O - en superposición con el IV domingo de Adviento, se nos muestra cómo María está a punto de salir de cuentas, no eran sus cuentas, ella no contaba con que una ángel del Señor le dijera aquello, pero, tras turbarse - era Inmaculada su Concepción, pero no se daba cuenta - con la rotundidad y convicción que solo la fe profunda proporciona, y que se aloja en lo más profundo del corazón del creyente dijo :Fiat.

Acompañemos a esta parejita que está de camino a una distante población, para cumplir la inscripción en el censo, más cuentas Madre, pero a ti las cuentas que de verdad te interesan son aquellas que cuentan antes que nada y que nadie con Dios, gracias por esa lección, ¡Bendita seas por siempre!.

Por cierto, Madre, cuenta conmigo, no me pierdas de vista.
18/12/11 8:31 PM
  
Nerea
La Virgen está apunto de dar a luz al hijo amado del padre,verdaderamente hermoso,gracias por la homilía y comentarios y esas oraciones sencillas,ante tal manifestación de amor nos hacemos como los niños pequeños y de nuestro corazón brota sinceridad e inocencia.
En el trabajo hicieron un concurso de pinturas de todos los niños de 0 a 12 años,de los hijos del personal y casi todos dibujaron un Belén,sólo una niña de 4 años dibujo a la Virgen embarazada ,fue la que ganó el concurso.
19/12/11 11:18 PM
  
Nerea
¡Buenos días! queridos/as blogueros/as de las lecturas de hoy,de las homilías de San Bernardo es una gozada.

SEGUNDA LECTURA
De las Homilías de san Bernardo, abad, Sobre las excelencias de la Virgen Madre
(Homilía 4, 8-9: Opera omnia, edición cisterciense 4 [1966], 53-54)

EL MUNDO ENTERO ESPERA LA RESPUESTA DE MARÍA

Has oído, Virgen, que concebirás y darás a luz un hijo. Has oído que no será por obra de varón, sino por obra del Espíritu Santo. Mira que el ángel aguarda tu respuesta: ya es tiempo de que vuelva al Señor que lo envió. También nosotros, condenados a muerte por una sentencia divina, esperamos, Señora, tu palabra de misericordia.

En tus manos está el precio de nuestra salvación; si consientes, de inmediato seremos liberados. Todos fuimos creados por la Palabra eterna de Dios, pero ahora nos vemos condenados a muerte; si tú das una breve respuesta, seremos renovados y llamados nuevamente a la vida.

Virgen llena de bondad, te lo pide el desconsolado Adán, arrojado del paraíso con toda su descendencia. Te lo pide Abraham, te lo pide David. También te lo piden ardientemente los otros patriarcas, tus antepasados, que habitan en la región de la sombra de muerte. Lo espera todo el mundo, postrado a tus pies.

Y no sin razón, ya que de tu respuesta depende el consuelo de los miserables, la redención de los cautivos, la libertad de los condenados, la salvación de todos los hijos de Adán, de toda tu raza.

Apresúrate a dar tu consentimiento, Virgen, responde sin demora al ángel, mejor dicho, al Señor, que te ha hablado por medio del ángel. Di una palabra y recibe al que es la Palabra, pronuncia tu palabra humana y concibe al que es la Palabra divina, profiere Una palabra transitoria y recibe en tu seno al que es la Palabra eterna.

¿Por qué tardas?, ¿por qué dudas? Cree, acepta y recibe. Que la humildad se revista de valor, la timidez de confianza. De ningún modo conviene que tu sencillez virginal olvide ahora la prudencia. Virgen prudente, no temas en este caso la presunción, porque, si bien es amable el pudor en el silencio, ahora es más necesario que en tus palabras resplandezca la misericordia.

Abre, Virgen santa, tu corazón a la fe, tus labios al consentimiento, tu seno al Creador. Mira que el deseado de todas las naciones está junto a tu puerta y llama. Si te demoras, pasará de largo y entonces, con dolor, volverás a buscar al que ama tu alma. Levántate, corre, abre. Levántate por la fe, corre por el amor, abre por el consentimiento. Aquí está -dice la Virgen- la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra.
20/12/11 7:01 AM

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