Ofrecer y hacer

Homilía para el Domingo XXVI del TO (Ciclo A)

¿En qué consiste cumplir la voluntad de Dios? Ante todo en poner en sus manos nuestra voluntad y decidir escoger lo que el Hijo de Dios siempre ha escogido: hacer lo que agrada al Padre (cf Catecismo 2825). Necesitamos, para ello, unirnos a Jesús y dejar que el Espíritu Santo nos haga semejantes a Él plantando en nuestros corazones “los sentimientos propios de una vida en Cristo Jesús” (Flp 2,5).

En la parábola de los dos hijos (cf Mt 21,28-32) contrasta la actitud del primero de ellos con la del segundo. El primero dice que no quiere aceptar la invitación del padre de trabajar en la viña. Pese a esta negativa inicial, se arrepiente y va. El segundo contesta de inmediato: “Voy, señor”, pero no va.

De algún modo se ven reflejadas en esta parábola las distintas respuestas que Jesús obtiene en Jerusalén: los pecadores, ejemplificados por los publicanos y las prostitutas, no cumplían la voluntad de Dios, pero al escuchar a Juan el Bautista y a Jesús, se arrepintieron y creyeron. En cambio, los sumos sacerdotes y los ancianos, que decían obedecer a Dios, al rechazar a Juan y a Jesús, no le obedecen en realidad, sino solo de labios hacia fuera.

Por su arrepentimiento y por su fe son los pecadores quienes “llevan la delantera en el camino del Reino de Dios”, ya que no se puede avanzar en este sendero sin creer y sin convertirse. Van por delante no por ser publicanos y prostitutas, sino por haber sido los primeros en convertirse. También los sumos sacerdotes y los ancianos pueden incorporarse a este camino si están dispuestos a la fe y a la conversión.

La parábola puede ayudarnos a revisar nuestras vidas. Orígenes dice que “el Señor habló en esta parábola a aquellos que ofrecen poco o nada, pero que lo manifiestan con sus acciones, y en contra de aquellos que ofrecen mucho y que nada hacen de lo que ofrecen”. ¿En cuál de los dos grupos nos vemos reflejados? ¿Entre aquellos que, aunque sea tarde, hacen la voluntad de Dios o entre quienes se limitan a decir “Señor, Señor” (Mt 7,21).

¿Cómo es nuestra respuesta a Dios, nuestro cumplimiento de su voluntad? Tal vez, a lo largo de nuestra vida, nuestra obediencia – resumen concreto de la fe y de la conversión – no ha sido perfecta. La historia personal puede estar marcada por sucesivas respuestas negativas; por nuestros pecados. Pero Dios espera pacientemente nuestro arrepentimiento. Si nos volvemos a Él, secundando la acción de la gracia, podemos trabajar en su viña y seguir a Cristo en el camino del Reino.

Un riesgo, especialmente para quienes desde hace muchos años nos decimos cristianos o incluso desempeñamos un ministerio en la Iglesia, es hacer compatible una confesión aparentemente devota de obediencia y, en la práctica, en la realidad de nuestras vidas, anteponer nuestros caprichos a la voluntad de Dios y al trabajo en su viña. Si este fuese el caso, ha de resonar cada día con mayor fuerza la llamada a la conversión.

Mediante la oración podemos discernir cuál es la voluntad de Dios y, sobre todo, obtener constancia para cumplirla.

Guillermo Juan Morado.

11 comentarios

  
José Luis
Debemos pensar en Jesús, como fue su entrega al Padre celestial, a pesar de lo amargo del cáliz, lo aceptó, lo bebió hasta la muerte, y muerte de cruz.

Amar a Dios, es obedecer a la Iglesia, en lo que que nos manda según nuestra vocación. No debemos poner obstáculos a la Santa Obediencia. Para vivir en paz y con alegría, debemos obedecer al Papa que es Cristo visible en la tierra.

«Los sacerdotes buenos son Luz de Dios»

[Editado: No pongan enlaces. Me complica muchísimo la moderación de los comentarios el tener que revisar los enlaces. Gracias]

Las tentaciones deben superarse con la gracia de Dios. Y debemos acordarnos de los ejemplos de los santos, en tiempos y generaciones distintas, perseveráron en ese ¡sí! al Señor, nuestra época puede ser distinta, pero la fe en Cristo no lo es.

Desgraciadamente no somos tan fieles al Señor y entramos en un sentido de contradicción en nosotros mismos. Por ejemplo, en las promesas bautismales, que decimos hacer una renuncia al mundo, al demonio y a la carne, y apenas nos acordamos de acudir al Señor para que nos ayude a serle más fieles.

¿Por qué consentimos que nuestro corazón se embote? ¿De verdad buscamos en toda su integridad obedecer a Dios?

Nuestro hombre viejo, ¡ojo! que trata de salirse con la suya. Pero Cristo que viene a nosotros, no nos apartemos más de Él, no le traicionemos.
24/09/11 2:37 PM
  
José Luis
Ese sitio, precisamente se defiende los derechos de Cristo, con los sentimientos de la Iglesia Católica, que respeta al Papa.

Usted mismo lo puede ver, se busca ante todo la unidad con la Iglesia Católica, y no sé si por decir esto, por defender los derechos de Jesucristo como es la sotana y el hábito religioso, algo que manda la Iglesia y los Papa, fuera tan peligroso. No hay ofensa a nadie. Y otros buenos católicos lo han comprobado.

No que que negar el derecho de la verdad que enseña la Iglesia a nadie.

Los buenos sacerdotes que son luz de Cristo, es el tema que trato hoy en mi blog católico. Y la luz de la verdad no puede negarse a los que aman a Cristo, a la Iglesia Católica y al Papa. Pero si no hay amor.

Guillermo, es posible que este mensaje afecte al "amor propio" y no se publique o se edite.

Aprendamos con obras el camino de la humildad.


GJM. Es muy fácil de comprender: Yo no tengo tiempo de visitar todos los enlaces. Por eso pido que no pongan ninguno. Y no entro en la calidad de los sitios enlazados. Que puede ser grande o pequeña. Pero no deseo enlaces.
24/09/11 4:13 PM
  
José Luis
Guillermo, pienso que el asunto podríamos tratarlo por el correo electrónico, lo digo, porque usted sí admite otros tipos de enlaces, que los he visto, el de un periódico por ejemplo, pero el enlace que yo he intentado compartir para que otros hermanos y hermanas, sepan muy bien que es lo que enseña la Iglesia Católica, las maravillas de la verdad. Defender que haya sacerdotes que vistan con sotana, no es pecado, usted se le ve en la foto, tal como manda la Santa Madre Iglesia Católica, y es eso el asunto que hay en mi blog. Pero que también trato con respeto a los sacerdotes que no lo llevan.

Yo me mantengo fiel a la Iglesia Católica y al Papa.

¿Podemos fiarnos de enlaces de algún periódico en que hay una variedad de noticias? Pero en lo que se trata de mi blog, nunca me saldré fuera de la Iglesia Católica.

En las reflexiones sobre la dignidad de la sotana y el hábito religioso, hay una oposición al secularismo, pues esas cosas, que son traidoras, hace que el hombre descuidado, cometa infinidad de errores, y poco a poco, sin que apenas se de cuenta va perdiendo la fe.

Usted usa Internet, para hacer el máximo bien posible, en ayudar a los lectores a encontrarse con Dios, y eso es muy importante. Yo no tengo la dignidad del sacerdocio, y otras personas que tienen su espacio en Infocatólica también están dando gloria a Dios como colaborador o comentarista. Yo tan solo soy el último de los comentaristas, con la intención de dejar a los que llegue a que estén delante de mí, yo prefiero para mi comocidad el último puesto.

Escríbame un correo, y le enviaré la dirección del blog, y no lo volveré a poner aquí más, y así, como usted ha dicho que no, pues no lo he puesto una segunda vez. Aunque ya queda claro, que por favoritismo, otros han puesto otro tipo de enlaces.

¿Le parece bien que le envíe el enlace por correo electrónico, y cuando pueda usted puede revisarlo todo, poquito a poco, aunque lo haga por años?

Dice San Pablo: examinadlo todo, y quedáos con lo bueno.

Y no se olvide que ha permitido la entrada a algún otro enlace, aunque no sé cuánto más habrá.


GJM. Ya sé que he permitido la entrada a varios enlaces. Y de esa experiencia he llegado a la conclusión de ya no permitirlos. Por motivos de tiempo. Su blog se llama "Salvacion en la Iglesia Catolica". El que desee leerlo, con esa referencia ya podrá encontrarlo. Gracias.
24/09/11 4:42 PM
  
Ángeles
Muy esclarecedor su artículo, me deja reflexionando ya no en lo que digo que creo, sino en lo que efectivamente hago en mi vida. Gracias Padre!
24/09/11 9:25 PM
  
César Fuentes
¿Por qué será que cuando uno está remolón, o tibio,o en mundanales quehaceres, surge de repente la posibilidad de hablar de Dios a alguien que lo necesita, o apenas sabe de El, y al finalizar,el pecho está inflamado de amor, de sed de Dios como cuando te enamoraste de El por vez primera?
25/09/11 8:21 AM
  
Yolanda
Los fieles de LPD tenemos cada semana dos homilías, la de nuestra parroquia real y la de nuestra parroquia virtual: ya sabe usted que soy una gran aficionada al género homilético, y que no hay homilía que no se me haga corta, particularmente las del blog. Pero hoy, otra vez, en mi parroquia real estrenamos párroco. Desde luego, por variedad de estilos que no quede; menos mal que en la virtual mantenemos el mismo párroco desde hace ya unos años...

:)

Me sumo al comenario de Ángeles y a su exhortación final: que no hagamos compatible una confesión aparentemente devota de obediencia y, en la práctica, en la realidad de nuestras vidas, antepongamos nuestros caprichos a la voluntad de Dios .
25/09/11 11:46 AM
  
José Luis
Guillermo, pues tiene usted razón, su idea es muy buena, gracias.



Feliz Domingo, Día del Señor.
25/09/11 3:58 PM
  
Percival
En efecto, la mejor actitud es la de Jesús: sí de principio a fin, sí de palabra y de acción. Ése es el Buen Hijo.
25/09/11 8:00 PM
  
Fredense
Yolanda, y que no nos cambien en muchos añoas al párroco virtual ;-)

Yo nunca me pierdo la homilía del Páter, que, además de ayudarme, me da muy buenas ideas para muchas cosas ...

Pero hoy hay una "tercera" homilía que a mí me ha gustado especialmente. Espero que el Páter no se enfade si le pongo el enlace:

SANTA MISA

HOMILÍA DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI

Aeropuerto turístico de Friburgo de Brisgovia
Domingo 25 de septiembre de 2011
(se puede localizar en vatican.va)
Un saludo muy cordial.
25/09/11 10:29 PM
  
Carolina
Fue la desobediencia del hombre la que provovó el pecado y fue la obediencia de otro hombre la que nos liberó del mismo. La historia de la Salvación pasa por el cumplimiento de la Voluntad de Dios.
La virtud de la Obediencia tiene tres dimensiones:
-la conciencia, la "ley que el hombre tiene inscrita en su corazón, el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que está solo con Dios, cuya voz resuena en lo más íntimo de ella."Gaudium et spes
-el cumplimiento de los Mandamientos y,
-la obediencia a la Iglesia, en cuanto que es Madre y Maestra.
A propósito de la conciencia, hace tiempo escuché a un sacerdote decir en una homilía que cuanta mayor conciencia se tenía, mayor era el sufrimiento. Comparto lo dicho, lo mismo que pienso que el sufrimiento nos acerca a Dios.
También es verdad que la conciencia es algo subjetivo, de ahí las distintas valoraciones que puede tener un acto; por ello, es necesaria una buena formación a través de los medios oportunos:oración, lectura de libros espirituales, Catecismo,etc.
Todos los santos han covertido su vida en una aceptación de la Santísima Voluntad de Dios, pero por motivos personales quiero ensalzar en este blog la figura de la Beata Ana María Javouhey quien "a pesar de la noche, fue buscando siempre la luz de la Voluntad de Dios".
26/09/11 12:29 AM
  
Nieves
Aunque a veces no pueda leer la homilía del Pater el domingo, es seguro que en algún día de la semana cae.

Y....teniendo en cuenta la última frase, me tengo que poner ¡desde ya! a rezar como una loca....a ver si me llega algo de discernimiento para saber cuál es Su voluntad para mí. Qué dificil es no poner por delante lo que yo quiero, lo que yo pienso, lo que yo decidido, lo que yooooooo......
27/09/11 3:33 PM

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