Transexuales y bautismo

Bautismo

El Dicasterio para la Doctrina de la Fe ha respondido a una consulta de Mons. José Negri sobre el bautismo de los transexuales y sobre la posibilidad de que sean padrinos de bautismo.

Citamos de la traducción que se ha publicado en este portal y comentamos. Todos los resaltados en negrita son nuestros.

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Un transexual -que también ha sido sometido a un tratamiento hormonal y a una cirugía de reasignación de sexo- puede recibir el bautismo, en las mismas condiciones que el resto de creyentes, si no se dan situaciones en las que exista riesgo de generar escándalo público o desorientación en los fieles. En el caso de niños o adolescentes con problemas transexuales, si están bien preparados y dispuestos, pueden recibir el Bautismo.

Así dicho, contradice a lo que viene después. Es claro que ése no es el único requisito, sino que se requiere en los adultos el propósito de vivir de acuerdo con el Evangelio.

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Al mismo tiempo, es necesario considerar lo siguiente, especialmente cuando existen dudas sobre la situación moral objetiva en la que se encuentra una persona o sobre sus disposiciones subjetivas hacia la gracia.

En el caso de un hombre que se hace pasar por mujer, o viceversa, no hay dudas sobre su situación moral objetiva, que es gravemente mala, porque implica un rechazo consciente de la naturaleza masculina o femenina, según el caso, que Dios le ha dado. Este rechazo se realiza además públicamente, por el hecho de vestirse con ropas del sexo opuesto, pretender ser considerado como miembro del sexo opuesto e incluso operarse y mutilarse para “ser” del sexo opuesto.

Lo deja claro la anterior respuesta de la Congregación para la doctrina de la Fe del año 2015:

«Sobre este particular le comunico la imposibilidad de que se le admita. El mismo comportamiento transexual revela de manera pública una actitud opuesta a la exigencia moral de resolver el propio problema de identidad sexual según la verdad del propio sexo. Por tanto resulta evidente que esta persona no posee el requisito de llevar una vida conforme a la fe y al cargo de padrino (CIC can 874 §3), no pudiendo por tanto ser admitido al cargo ni de madrina ni de padrino. No se ve en ello una discriminación, sino solamente el reconocimiento de una objetiva falta de los requisitos que por su naturaleza son necesarios para asumir la responsabilidad eclesial de ser padrino» 

En efecto, entre otros requisitos para ser padrino, el canon 874 pone que el padrino “sea católico, esté confirmado, haya recibido ya el santísimo sacramento de la Eucaristía y lleve, al mismo tiempo, una vida congruente con la fe y con la misión que va a asumir”.

Es muy lamentable, sin duda, que a nada más que ocho años de una respuesta clara y luminosa como ésa, ahora el Dicasterio, que ya no Congregación, en cuestión publique la respuesta exactamente contraria. El escándalo que supuestamente se quiere evitar ya está servido por ese solo hecho, y más aún por el hecho de que la nueva respuesta contradice la doctrina católica.

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 “En el caso del Bautismo, la Iglesia enseña que cuando se recibe el sacramento sin arrepentimiento por pecados graves, el sujeto no recibe la gracia santificante, aunque recibe el carácter sacramental. El Catecismo afirma: «Esta configuración con Cristo y con la Iglesia, realizada por el Espíritu, es indeleble; permanece para siempre en el cristiano como disposición positiva hacia la gracia, como promesa y garantía de la protección divina y como vocación al culto divino y al servicio de la Iglesia».

En cuanto a la cita del Catecismo, hay que entenderla con la salvedad de que el carácter sacramental permanece también en los bautizados que se condenan eternamente, y que por tanto es solamente en esta vida una disposición positiva hacia la gracia, que además no llegará a actualizarse nunca si no se dan el arrepentimiento y el propósito de enmienda.

Por eso mismo, la promesa y garantía de la protección divina tienen como condición aquí el estado de gracia, sobre todo si miramos al destino eterno de las personas.

En cuanto a la vocación al culto divino, es claro que el solo carácter sacramental sin la gracia santificante, que supone en el bautizado adulto el arrepentimiento y el propósito de enmienda de sus culpas pasadas, no puede tomarse como vocación a la práctica del sacrilegio eucarístico consistente en recibir la Eucaristía en pecado mortal.  

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Dice el Concilio de Trento en sus cánones sobre el Bautismo:

Can. 7. Si alguno dijere que los bautizados, por el bautismo, sólo están obligados a la sola fe, y no a la guarda de toda la ley de Cristo, sea anatema.”

Dice Santo Tomás en IIIa., q. 68, a. 4, ante la pregunta de si han de ser bautizados los pecadores:

Se puede decir que alguien es pecador en dos sentidos. Primero, por la mancha y el reato de la culpa pasada. Y a estos pecadores se les ha de dar el bautismo, porque el bautismo ha sido instituido especialmente para eso, para que por él queden purificadas las inmundicias de los pecadores, según la expresión de Ef 5,26: Purificándola, o sea, a la Iglesia, en el baño del agua con la palabra de vida.

Segundo, se puede decir que alguien es pecador por su voluntad de pecar y por su propósito de persistir en el pecado. Y a éstos no se les ha de dar el bautismo. En primer lugar, porque mediante el bautismo los hombres quedan incorporados a Cristo, conforme a las palabras de Gal 3,27: Los que habéis sido bautizados en Cristo, os habéis revestido de Cristo. Y mientras que el hombre persiste en la voluntad de pecar, no puede estar unido a Cristo, como se dice en 2 Cor 6,14: ¿Qué consorcio hay entre la justicia y la iniquidad? Por lo que también San Agustín, en su libro De Poenitentia, dice que nadie que sea dueño de su propia voluntad puede comenzar una vida nueva si no se arrepiente de la vida pasada. En segundo lugar, porque en las obras de Cristo y de la Iglesia nada debe ser inútil. Ahora bien, algo es inútil cuando no consigue el fin para el que ha sido destinado. Pero nadie que persista en la voluntad de pecar puede, al mismo tiempo, ser purificado del pecado, que es a lo que está destinado el bautismo, porque esto equivale a afirmar al mismo tiempo dos cosas contradictorias. En tercer lugar, porque en los signos sacramentales no debe haber falsedad. Ahora bien, es signo falso aquel al que no corresponde la cosa significada. Pero el hecho de que una persona se presente para ser lavada en el bautismo significa que está dispuesta a la ablución interior, lo que no ocurre con quien tiene propósito de persistir en el pecado. De donde se concluye que a estos pecadores no se les puede dar el sacramento del bautismo.”

Y en las respuestas a las objeciones, agrega:

2. El médico espiritual, o sea, Cristo, actúa de dos modos. Uno, interiormente y por sí mismo, y de este modo predispone la voluntad del hombre para que quiera el bien y odie el mal. Otro, a través de sus ministros, administrando externamente los sacramentos. Y de este modo actúa perfeccionando lo que se ha comenzado externamente. Por lo que el sacramento del bautismo no se ha de dar más que a quien manifiesta signos de conversión interior. De la misma manera que la medicina corporal tampoco se da al enfermo si en él no se perciben signos de vida.

3. El bautismo es el sacramento de la fe. Pero la fe informe no basta para la salvación ni es su fundamento, sino sólo la fe formada, es decir, la fe que actúa por la caridad, como dice San Agustín en su libro De Fide et Operibus. Por donde se deduce que el sacramento del bautismo no puede otorgar la salvación con voluntad de pecar, la cual excluye la fe formada. Además, no se ha de disponer una persona a la gracia, imprimiendo en ella el carácter bautismal, mientras permanece en ella la voluntad de pecar, porque, como dice San Juan Damasceno, Dios no fuerza a nadie a la virtud.

Como vemos, Santo Tomás rechaza incluso que se quiera disponer al pecador no arrepentido a la gracia mediante el carácter bautismal, que es precisamente lo que se sugiere en este documento del Dicasterio, y su argumento es que no se debe forzar la voluntad del pecador de permanecer en el pecado.

Esto hace ver lo parcial y desenfocada que es la referencia a Santo Tomás en el párrafo siguiente del documento que comentamos:

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 “Santo Tomás de Aquino enseñó, en efecto, que cuando desaparece el impedimento a la gracia, en quien ha recibido el bautismo sin las adecuadas disposiciones, el carácter mismo «es una causa inmediata que dispone a aceptar la gracia». San Agustín de Hipona recordó esta situación diciendo que, aunque el hombre caiga en pecado, Cristo no destruye el carácter recibido por él en el bautismo y busca (quaerit) al pecador, en quien queda impreso este carácter que lo identifica como propiedad suya.

Así podemos comprender por qué el Papa Francisco quiso subrayar que el bautismo «es la puerta que permite a Cristo Señor establecerse en nuestra persona y a nosotros sumergirnos en su Misterio. Esto implica concretamente que «ni siquiera las puertas de los Sacramentos deben cerrarse por ningún motivo. Esto es especialmente cierto cuando se trata de ese sacramento que es «la puerta», el Bautismo […] la Iglesia no es una aduana, es el hogar paterno donde hay lugar para todos con su vida llena de fatigas».”

Es muy “secundum quid”, en todo caso, ese “establecimiento de Cristo” en la persona del pecador no arrepentido, solamente mediante el carácter bautismal y no mediante la gracia de Cristo, que es la que da sentido al Bautismo.

No se puede decir que quede sumergido en el misterio de Cristo el pecador que recibe el Bautismo sin arrepentimiento ni propósito de enmienda. No se puede estar sumergido en el misterio de Cristo sin la gracia de Cristo. De hecho, como se ha dicho, el carácter bautismal permanece también en los bautizados que incurren en la condenación eterna.

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 “Así, incluso cuando persisten dudas sobre la situación moral objetiva de una persona o sobre sus disposiciones subjetivas hacia la gracia, nunca debemos olvidar este aspecto de la fidelidad del amor incondicional de Dios, capaz de generar incluso con el pecador una alianza irrevocable, siempre abierta a desarrollo, incluso impredecible. Esto es cierto incluso cuando un propósito de enmienda no aparece plenamente manifiesto en el penitente, porque muchas veces la previsibilidad de una nueva caída» no perjudica la autenticidad del propósito. En cualquier caso, la Iglesia debe recordarnos siempre vivir plenamente todas las implicaciones del bautismo recibido, que siempre debe ser comprendido y desarrollado dentro de todo el camino de la iniciación cristiana.

Hay que aclarar que en todo caso la alianza irrevocable entre Dios y el bautizado no es tal que garantice la salvación eterna: el bautizado puede condenarse eternamente, como se dijo.

El hecho de que no podamos prever si el que se bautiza sin arrepentimiento ni propósito de enmienda se convertirá en el futuro no autoriza a bautizarlo en el presente en ese estado y disposición.

En el caso de los transexuales que persisten en pretender tener un sexo que no es el que naturalmente tienen, repetimos, no se trata de que no aparezca con claridad un propósito de enmienda, sino que aparece claramente que no lo hay, por el mismo hecho de que la persona rechaza públicamente la naturaleza masculina o femenina, según el caso, que Dios le ha dado.

En estos casos no se trata de la previsibilidad de una nueva caída que no empaña el propósito de enmienda en los que lo realizan, pues, como dijimos, es claro que no hay propósito de enmienda, desde que se sigue rechazando públicamente la condición sexual natural con la que se ha nacido.

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En definitiva, por el Bautismo se borra el pecado original, se hace el hombre hijo de Dios, se recibe la gracia santificante, y se hace la persona miembro de la Iglesia. En los adultos, eso supone la fe y el arrepentimiento de los pecados pasados junto con el propósito de vivir cristianamente en el futuro. Sin estas disposiciones, estamos ante una recepción “simulada” del Bautismo que impide que esos efectos se realicen en la persona, como dice Santo Tomás en IIIa., q. 69, a. 9:

Como dice San Juan Damasceno: Dios no fuerza al hombre a ser justo. Por eso, para que uno sea justificado por el bautismo se requiere que su voluntad quiera el bautismo y los efectos del bautismo. Ahora bien, se dice que una persona simula cuando su voluntad está en contradicción con el bautismo o con sus efectos. Porque según San Agustín se puede simular de cuatro modos. Primero, cuando uno no cree, mientras que el bautismo es el sacramento de la fe. Segundo, cuando uno desprecia el mismo sacramento. Tercero, cuando uno celebra el sacramento de un modo distinto al modo observado en el rito de la Iglesia. Cuarto, cuando se recibe sin devoción. Es, pues, manifiesto que la simulación impide el efecto del bautismo.”

Cierto, ahí mismo dice que sí se recibe en esos casos el carácter bautismal, y que una vez desaparecida la simulación por la penitencia, es decir, el arrepentimiento y el propósito de enmienda de que venimos hablando, sí se producen los otros efectos del Bautismo.

Pero no pensamos que el adulto pueda recibir en ese sentido simuladamente el Bautismo sin incurrir en un pecado. En la ceremonia del Bautismo el que se bautiza debe renunciar a Satanás y a sus obras. Eso no puede hacerlo el adulto sin arrepentirse del mal pasado y hacer el propósito sincero de no realizarlo en el futuro. Y eso es justamente lo que no puede hacer el transexual al mismo tiempo que se propone continuar en su actitud objetivamente pecaminosa de rechazar el sexo que Dios le ha dado. Por tanto, mentirá necesariamente al hacer públicamente esa renuncia a Satanás y a sus obras, y entonces, cometerá un pecado de sacrilegio contra el mismo Bautismo que recibe.

Aquí no puede alegarse ignorancia, además, porque se supone que ha habido un período de instrucción en la fe precisamente en orden a la recepción del Sacramento del Bautismo, durante la cual ha debido ser instruido también en las exigencias morales de la fe.

Queriendo hacerle un bien, entonces, a esa persona, lo que se habrá logrado será agravar su situación espiritual con una nueva acción pecaminosa objetivamente grave.

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Pero además, hay otras “respuestas” en este documento que producen auténtica perplejidad.

Se pregunta si dos personas “homoafectivas” pueden figurar como progenitores de un niño que debe ser bautizado, y que fue adoptado u “obtenido” por otros medios, como el vientre de alquiler.

En primer lugar, la “homoafectividad” no tiene por qué tener nada de malo, mientras no se trate de afectividad sexual propiamente dicha.  En toda amistad entre varones o entre mujeres hay “homoafectividad”. Por eso “homosexualidad” es un término mucho más apropiado.

Es claro, por el contexto, que se está preguntando si una “pareja” homosexual puede figurar como los padres de un niño en su Bautismo.

La “respuesta”:

Para que el niño sea bautizado debe haber fundada esperanza de que será educado en la religión católica”.

Eso, o no responde a la pregunta, o es una forma muy torcida e infundada de responder que sí. La pregunta no es acerca de las condiciones para que un niño sea bautizado, sino sobre algo muy preciso y puntual, como es la inscripción de los padres en el registro bautismal.

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También se pregunta si una persona “homoafectiva” que convive puede ser padrino de un bautizado.

Se sobreentiende, es claro, que esa persona convive con otra persona de su mismo sexo.

Se responde al parecer negativamente para el caso en que no se trata de una simple cohabitación sino que hay una relación estable “more uxorio”, es decir, al modo de los esposos, bien conocida por la comunidad.

 En primer lugar, qué alejados que estamos de la claridad de lenguaje y de pensamiento de la doctrina tradicional. “Convivir” no implica necesariamente relaciones sexuales, ni es necesariamente un pecado, aun cuando se conviva con una persona de nuestro mismo sexo.

En segundo lugar, no hace falta que la actividad homosexual sea con una pareja estable para que, si no media el arrepentimiento y el propósito de enmienda, incapacite a la persona para ser padrino de Bautismo.

Pero además, en el caso de que la relación homosexual es con una “pareja estable”, lo malo es esa relación misma y no sólo ni principalmente el hecho de que sea conocida por la comunidad y pueda así llevar a escándalo, cosa que además permite “solucionar” fácilmente el problema celebrando el Bautismo en un lugar donde nadie los conozca.

Respondiendo de ese modo parece que estuviese haciendo el elogio de la hipocresía: lo malo no es pecar sino que se sepa.

39 comentarios

  
Centurión Cornelio
Ya el hecho de que los padres elijan un padrino de estas características debería ser suficiente para cuestionarse la administración del sacramento.


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Sin duda. Saludos cordiales.
09/11/23 10:17 AM
  
Daniel Iglesias
Mons. Fernández ha comenzado una atroz labor de destrucción de la doctrina católica. Es algo simplemente inadmisible.

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Parece ser una especie de "premio consuelo" para los que quedaron desilusionados con el "sínodo sobre la sinodalidad".

Saludos cordiales.
09/11/23 1:08 PM
  
maru
Mire por donde se mire, está muy claro que, poco a poco ,(últimamente, bastante acelerado) quieren cambiarlo la doctrina como siempre ha sido. Incluso difieren de lo que dice el Catecismo. Al final, se impondrá lo q que estos herejes quieren.

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Al final se impondrá lo que el Señor quiere. Nadie tiene derecho a imponer cosas contrarias a la fe en la Iglesia, ni hay obligación de obedecerlas.

Saludos cordiales.
09/11/23 1:39 PM
  
Octavio
Magnífico artículo. Coincido con usted totalmente.
Solamente una pregunta... me parece haber leído hace algunos años que si una persona que se había operado para parecer del sexo contrario se arrepentía después de haberlo hecho, no se le exigía deshacer la operación. ¿Lo entendí bien? Y si lo entendí bien, ¿cabría la posibilidad de que se lo admitiera en alguno de estos casos o se debería evitar por razón del escándalo?
Muchas gracias por su atención.

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Muchas gracias, respondo un poco tarde lo mismo que en otros dos comentarios: puede haber razones por las que una operación así sea irreversible, lo importante es si hay arrepentimiento y propósito de enmienda en lo posible. El propósito de enmienda me parece que no consiste tanto en revertir la operación, que en todo caso se debe hacer si se lo ve posible y no causante de males mayores, sino en aceptar en adelante el sexo que Dios le ha dado y presentarse ante los demás en conformidad con el mismo, por ejemplo, en la vestimenta, el nombre por el que uno quiere ser reconocido, etc.

Saludos cordiales.
09/11/23 3:43 PM
  
Alan
Si lo que dijeron en 2015 hubiera sido lo que ha dicho hoy el Dicasterio y hoy se hubiera dicho lo que dijo la Congregacion en 2015, estarian ustedes encantados.
Finalmente parece que la tradicion y la historia de la Iglesia solo valen cuando dicen lo que una parte de ella quiere oir.

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Siempre vamos a estar encantados con que se enseñe de acuerdo con la Tradición milenaria de la Iglesia, no importa si esa enseñanza viene antes o después de la "enseñanza" contraria a esa Tradición.

Saludos cordiales.
09/11/23 3:44 PM
  
Federico Ma.
Muchas gracias, Néstor.

Sumamente lamentable, sin duda.

Además, monseñor Fernández parece ser "especialista" en malinterpretar a santo Tomás.

Lo único "bueno" que parece que puede seguirse de todo esto, además de la clarificación y apología por parte de los que se mantienen fieles a la verdad, es que, en cuanto se termine este calamitoso pontificado, sea "limpiado" cuanto antes (y esperemos que no asuma otro peor, lo cual parece difícil).

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Al menos han caído los disfraces, y de ese modo la situación no es sostenible por un tiempo muy largo. La principal reacción que debe tener lugar, pienso, es la de los Obispos.

Saludos cordiales.
09/11/23 4:46 PM
  
Urbel
No hay motivo de alarma.

El cardenal Tucho Fernández está en comunión plena con el Papa Francisco.

Queda a salvo la sucesión apostólica formal y con ella la indefectibilidad de la Iglesia.

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Es cierto, la indefectibilidad de la Iglesia queda a salvo en cualquier hipótesis, porque es una verdad de fe, de eso no nos tenemos que preocupar.

Incluso si mañana se organizase un cisma "ortodoxo" que tuviese que poner a sorteo el nombramiento del próximo "Sumo Pontífice", explicando además porqué "su" "Sumo Pontífice" es el verdadero y no los de los otros cuarenta y tres grupos "ortodoxos" que harían lo mismo.

Eso no quiere decir, obviamente, que no debamos oponernos a las enseñanzas contrarias a la fe que se difundan en la Iglesia.

Saludos cordiales.
09/11/23 5:40 PM
  
Rmontaud
La frase de "cuando existen dudas sobre la situación moral OBJETIVA, en la que se encuentra una persona o sobre sus disposiciones SUBJETIVAS hacia la gracia.”, creo que lo he leído en Amoris Laetitia, (objetiva, subjetiva), que es causa, razón, motivo y fundamento, para que mi párroco de la comunión a divorciados vueltos a casar. Estos dos términos dan para varias interpretaciones, aunque aquí se ha dado ya una interpretación sobre la situación moral OBJETIVA.
Es necesario el padrino en el bautizo y confirmación?, el presente ejemplo no se que pensar.
En la archidiócesis siciliana de Catania no se nombrarán padrinos para el bautismo y la confirmación durante los próximos tres años, ( inicio año 2021) debido a un decreto del arzobispo que ha entrado en vigor este mes. El prelado cree que la figura del padrino ha PERDIDO EL SENTIDO para la que fue creada.

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La frase que Ud. cita es una disyunción, o sea que alcanzan las dudas sobre la situación moral objetiva. Mucho más alcanza, entonces, la certeza de que la situación moral objetiva de la persona que rechaza su propio sexo es contraria al plan de Dios.

Tengo entendido que el problema con los padrinos en Sicilia tiene que ver con el tema de la mafia.

En todo caso, el problema de la administración del Bautismo en estos tiempos es otra cuestión distinta de la cuestión acerca de si un transexual que no tiene arrepentimiento ni propósito de enmienda puede ser bautizado o puede ser padrino de bautismo.

Saludos cordiales.
09/11/23 6:16 PM
  
Cayetana de Barriocanal Gomez Acevedo
Néstor no lo ha apuntado pero no es para nada cosa menor. Los adultos trans bautizados lo son en no pocas ocasiones con su nombre de DNI, es decir, por sexo registral y no por sexo biológico.

No es cosa menor que puedan acceder por tanto perfectamente a ser padrinos porque esto supone también que podrán acceder en aras de no discriminación a candidatos de sacerdocio o monjas.

Como la iglesia les reconoce su sexo registral del DNI y no su sexo biológico por esa razón tienen derecho acceder al sacerdocio. También en breve veremos conventos de monjas con postulantes monjas trans.

Todo ha sido adrede para directamente cargarse el sacerdocio masculino y el celibato.

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Es que nada se queda donde está, sino que todo va a más, por las consecuencias y vinculaciones, etc.

Simplemente en esos casos las ordenaciones sacerdotales no serían válidas al ser en realidad mujeres las que atentasen la ordenación.

Saludos cordiales.
09/11/23 7:36 PM
  
Rexjhs
Admiro mucho a Néstor, por su claridad teológica. Pero tengo un objeción importante que llevo detectando en él desde hace meses. Lo que él dice de la indefectibilidad de la Iglesia ha sido correcto siempre y lo será en todo momento de la historia de la Iglesia. Pero no contempla que el entendimiento de ese dogma en el fin de los tiempos cambia. Imagine que un masón ha usurpado el trono de Pedro, como la masonería lleva intentando desde hace más de 100 años (le remito a lo que Pío IX reveló de los planes de la masonería carbonaria), en cuyo caso, la Iglesia a la que se le debe imputar la indefectibilidad no sería la visible y oficial (que caería en la gran apostasía de la que nos habla San Pablo) sino aquella pequeña porción, aquel pussilus grex que acabe siendo "excomulgado" por su fidelidad al magisterio de siempre. La Iglesia católica sería ésta y no aquélla. Como se ve, se mantiene el dogma de la indefectibilidad, pero en el resto fiel, expulsado de la Iglesia.... Recuerde el aviso de Cristo: Os echarán de las Sinagogas.... Es de pura lógica que no se podría hablar de gran apostasía (San Pablo) sin que el corazón de la Iglesia, su jerarquía y su vértice, la impulsen. Y lo estamos viendo desde 2013, con documentos que van en contra de la fe de la Iglesia como Amoris Laetitia, y ahora esto. De hecho, el cardenal Ciappi, que leyó las palabras de la Virgen en las que les explicaba a los pastorcitos la visión del Tercer Secreto de Fátima (que Sor Lucía escribió tras muchos ataques del demonio el 9 de enero de 1944) dijo que en ellas Ella revelaba que "la gran apostasía saldría del vértice de la Iglesia". Y de nuevo la Virgen le dijo al padre Gobbi, en varios mensajes recogidos en libro con imprimátur "A los sacerdotes, mis hijos predilectos" que sus palabras comentando la visión del Tercer Secreto se referían "al hombre de iniquidad entrando en la Iglesia".

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Partimos entonces de la indefectibilidad de la Iglesia. Ahora bien, la visibilidad es una nota esencial de la Iglesia en este mundo. La Iglesia invisible es de los protestantes, no es católica, y sobre todo, no existe. Es invisible, porque según los protestantes consiste en el conjunto de los predestinados, que sólo Dios sabe quiénes son.

La cuestión es entonces si ese pequeño resto va a ser visible o no. Sin duda que sus integrantes sí lo serán, porque están en esta vida, pero podría ser que estuviesen invisiblemente unidos por una comunión puramente espiritual e inmaterial. Eso no puede ser la Iglesia Católica, que es visible porque es la continuación de la Encarnación del Verbo de Dios por la cual Dios mismo quiso ser visible y así estar entre nosotros.

Luego, va a hacer falta algún tipo de vínculo institucional, visible, público. Ante todo, la común profesión pública de la fe con el público reconocimiento de formar todos parte de esa misma institución visible.

Y entonces viene la cuestión de la legitimidad. ¿Cómo sabemos que ese grupo visible de personas que dicen profesar la fe católica son la Iglesia Católica? Porque es claro que pueden existir grupos de esas características que no sean la verdadera Iglesia Católica, pensemos en todos los cismas que ha habido en estos dos mil años, y en que cualquiera de nosotros con un poco de esfuerzo y perseverancia puede organizar un grupo así.

A esa pregunta, la Iglesia ha tenido siempre una única respuesta: no la santidad de vida, ni la pureza de la doctrina, ni los milagros, sino la sucesión apostólica, es decir, el hecho de que en esa comunidad haya Obispos, y que esos Obispos puedan llamarse sucesores de los Apóstoles por una línea ininterrumpida de ordenaciones episcopales hasta llegar a los tiempos primitivos.

Con la salvedad importantísima de que uno de esos Obispos tiene que ser el sucesor de Pedro y como tal, Obispo de Roma, y por eso las Iglesias orientales separadas tienen Obispos válidamente ordenados pero no tienen sucesión apostólica formal, porque no están en comunión con el Papa.

Como se ve, un criterio crudamente institucional, acorde con ese “sano materialismo cristiano” del que hablaba Chesterton. Porque es un criterio objetivo que el más sencillo de los fieles puede comprender y apreciar.

Fuera de eso no hay forma de hablar de Iglesia Católica, y por tanto, si la Iglesia, según nuestra fe, es indefectible, es que eso es lo que va a durar hasta la Parusía.

Por eso, la gran apostasía no puede entenderse católicamente como la defección de la Iglesia como tal, y la Iglesia como tal es la Iglesia “oficial”, es decir, la Iglesia jerárquicamente instituida en torno a los sucesores de los Apóstoles, incluido el sucesor de Pedro.

Que esta gran apostasía salga del vértice de la Iglesia no quiere decir que sea una apostasía de la Iglesia, que en la silla de Pedro llegue a sentarse alguien indigno no quiere decir que esa silla haya dejado de existir o haya dejado de ser la silla de Pedro, ni se sigue ello tampoco del hecho de que el hombre de iniquidad entre en la Iglesia.

Para ser más claro, vamos a distinguir en la Iglesia (que no separar) el aspecto divino y el aspecto humano. Según el primero, la Iglesia es Santa (recordar que no estamos separando), es la Esposa siempre fiel de Jesucristo, más aún, es el Cuerpo de Cristo. Según el segundo, puede albergar en sí a muchos pecadores, y más concretamente, puede padecer de un cáncer extremadamente desarrollado, que debería ser mortal, pero con una particularidad: que la Iglesia no muere ni puede morir.

Y dada esa circunstancia de ese cáncer maligno e “incomprensiblemente” no mortal, que parece claro que es la de estos días, ésa es toda la Iglesia que hay, y fuera de ella no hay salvación.

Por eso mismo, la Iglesia no es la Sinagoga. La Sinagoga no tenía de Cristo la promesa de la indefectibilidad. Una excomunión puede ser válida o inválida, y en este último caso, es claro que no separa a nadie realmente del cuerpo visible de la Iglesia, que por ser visible también es el “oficial”, aunque en los hechos a esa persona sí se le pueda impedir el acceso a los Sacramentos, por ejemplo.

El demonio sabe todo esto, y experimenta la lógica frustración. Al menos intenta consolarse convenciendo precisamente a algunos de los católicos más fervorosos de que se salgan de la Iglesia con el cuento del pequeño resto de imprecisos contornos y ese tipo de cosas. Nosotros no tenemos excusa, porque el Señor fue claro: “Las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella”.

Saludos cordiales.
09/11/23 11:43 PM
  
claudio
Estimado Néstor.
Estamos con el mismo criterio de los obispos argentinos sobre los adúlteros y la eucaristía de AL.

Me permito indicar el siguiente párrafo de Fernández:
"Un transexual -que también ha sido sometido a un tratamiento hormonal y a una cirugía de reasignación de sexo- puede recibir el bautismo, en las mismas condiciones que el resto de creyentes, si no se dan situaciones en las que exista riesgo de generar escándalo público o desorientación en los fieles".

El Sacramento ya no está sujeto objetiva y subjetivamente a Cristo sino al "qué dirán", a que existan situaciones de generar escándalo público o desorientación en los fieles, es decir efectos externos totalmente ajenos al Sacramento.
Cómo se mide eso, con un escandalómetro ?.
La forma de no desorientar a los fieles es usar la brújula de la Fe y la Revelación no trabar el mecanismo.

En definitiva la propuesta es esconder el Sacramento, tapar el sol con un arnero, para qué...y con los Ojos de Dios qué hacemos...

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En efecto, es que no hay por dónde agarrarlo. Eso del escándalo va a quedar en puro "lip service" porque además ya se ha dicho que hay que "educar" a la comunidad para que no se escandalice, precisamente.

Saludos cordiales.
10/11/23 12:02 AM
  
pedro
Perdón
No me ha quedado clara una cosa
Entonces una pareja de homosexuales, que viven en situación de pecado, con adopción de un niño, puede este ser bautizado o no?

Y lo de vivir en situación de pecado público, pensaba que no se trataba de que sea conocida o no por la comunidad, si no que llamara a escándalo no?

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Dice el Código de Derecho Canónico:

"867 § 1. Los padres tienen obligación de hacer que los hijos sean bautizados en las primeras semanas; cuanto antes después del nacimiento e incluso antes de él, acudan al párroco para pedir el sacramento para su hijo y prepararse debidamente.

§ 2. Si el niño se encuentra en peligro de muerte, debe ser bautizado sin demora.

868 § 1. Para bautizar lícitamente a un niño, se requiere:

1 que den su consentimiento los padres, o al menos uno de los dos, o quienes legítimamente hacen sus veces;

2 que haya esperanza fundada de que el niño va a ser educado en la religión católica, sin perjuicio del § 3; si falta por completo esa esperanza, debe diferirse el bautismo, según las disposiciones del derecho particular, haciendo saber la razón a sus padres.

§ 3. El niño de cristianos no católicos puede ser lícitamente bautizado si los padres o al menos uno de ellos o la persona que legítimamente ocupa su lugar lo piden y si es imposible para ellos, física o moralmente, acceder a su propio ministro."

Dos observaciones: 1) Parece claro que en la hipótesis que Ud. señala no hay esperanza fundada en que el niño va a ser educado en la religión católica. ¿Cómo podrían hacerlo precisamente esas personas que están contradiciendo la doctrina moral de la Iglesia todos los días a la vista de ese mismo niño? Y no me refiero a que pecan, que eso todos los hacemos, sino a que pretenden hacer una legitimación de ese pecado por el mismo hecho de vivir públicamente "en pareja".

2) El canon habla de la licitud de semejante Bautismo, que es cosa distinta de la validez. Es decir, lo que dice el canon no es que si se celebra el rito bautismal con ese niño, en esa hipótesis de que falten esas mínimas garantías de que el niño será educado en la fe católica, éste no queda bautizado, sino que los que lo hacen transgreden la ley de la Iglesia y cometen una falta de tipo jurídico y moral.

El canon 868 dice que siempre se puede bautizar, aún contra la voluntad de sus padres, al niño en trance de muerte.

Además, una cosa es que un niño sea bautizado, y otra cosa es que sea bautizado un "transexual" que no se arrepiente ni hace propósito de enmienda por el desprecio que ha hecho y hace del sexo que Dios le dio; o que esa persona "transexual" salga de padrino del bautismo.

Pongo "transexual" entre comillas porque tiene razón el Card. Mûller acerca de que no existen en realidad los "transexuales", porque de sexo no se cambia, quien es XX sigue siendo XX toda la vida, y lo mismo quien es XY.

En cuanto a la situación pública de pecado, es aquella situación más o menos permanente que contradice objetivamente la ley de Dios en materia grave, y es conocida por los demás. Por ese solo hecho, ya es escandalosa.

Saludos cordiales.
10/11/23 12:22 AM
  
Juan Argento
Néstor, lo que S. Tomás explica y vos glosás es una expansión de la respuesta que S. Pedro dio a los oyentes del primer anuncio del Evangelio (el de Pentecostés del año 30) que habían respondido con fe a ese anuncio, cuando éstos preguntaron «¿Qué hemos de hacer, hermanos?»:

Pedro les contestó: «Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo;» (Hec 2,38)

Para que quede claro que el "Convertíos" en la respuesta de Pedro no se refiere a creer sino a cambiar de vida, el verbo es el mismo usado por Jesús cuando al inicio de su predicación en Galilea decía «El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva.» (Mc 1,15). (Hilando muy fino, en Mc 1,15 el verbo es metanoeite, presente imperativo, y en Hec 2,38 es metanoēsate, aorista imperativo. Evidentemente el significado es idéntico.)

Esto es particularmente evidente en las traducciones del NT al inglés, porque en esta lengua "convert" no tiene el sentido de "cambiar de vida" sino el de adoptar una creencia religiosa particular habiendo antes profesado otra o ninguna. Por eso en inglés metanoeite/metanoēsate es traducido como "repent".

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Yo diría que se refiere también al creer, porque además sin creer no es posible convertirse. Lo dice la misma frase de Cristo: "Convertíos y creed". La fe es el primer paso de la conversión, la cual no es posible mientras yo no crea que hay Dios y que hay pecado y que Dios me ofrece por el Evangelio el perdón de los pecados.

Saludos cordiales.
10/11/23 2:34 AM
  
Rexjhs
Muchas gracias, Néstor. Pero, insisto: no es que el resto fiel se separe de la Iglesia. Es que al estar usurpada la Iglesia visible por la masonería (que llevará a la apostasía a muchos obispos y laicos, de ahí la expresión "gran apostasía") seremos expulsados por alguien que no tendrá la autoridad papal. Y ese resto fiel no será visible porque pasará a las catacumbas, como pasó la primera Iglesia. Por pocos años, perseguida por la falsa Iglesia, que se "embriagará con la sangre de los mártires". Está muy bien descrito en Apocalipsis XII. Pocos años, digo, de persecución desde fuera y desde dentro, hasta la Parusía.

Tampoco fueron visibles San Atanasio o San Hilario cuando fueron expulsados y desterrados, Y, sin embardo, en esos años terribles del arrianismo, ellos eran la Iglesia, y no los obispos visibles que, con sus edificios, aparentaban ser la Iglesia.

El vínculo institucional de ese resto fiel será la fidelidad al magisterio y la persecución. Y ellos tendrán algunos cardenales, obispos, sacerdotes y, por supuesto, laicos. Será llevado al desierto, donde será alimentado los 3,5 años que reinará el AC (de nuevo, Apoc. XII). Y luego la Parusía.

Muchas gracias.

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Es que “visible” quiere decir “institucional”. No es un tema de óptica, sino de institucionalidad, es decir, de institucionalidad humana e histórica. Esto último porque nada impide que los ángeles, por ejemplo, tengan instituciones, aunque ahí sí que no serán “visibles”.

Quiere decir que la salvación no es exclusivamente individual e interna, sino también social y externa, y por eso “visible”, y eso, en toda sociedad humana, exige una autoridad legítima y unas leyes. Por eso Nuestro Señor comenzó la Iglesia eligiendo a los Apóstoles.

Cuando los cristianos estaban en las catacumbas, eran la Iglesia visible, porque tenían sus presbíteros, sus Obispos y al Obispo de Roma, que a veces estaba ahí también con ellos.

Y la forma de saber que alguien era cristiano era saber que era reconocido como tal por las autoridades de la Iglesia, de ahí las “cartas de comunión” que les daban a los cristianos que viajaban a otras ciudades para que fuesen recibidos por la Iglesia local.

La fidelidad al Magisterio y la persecución no son vínculo institucional alguno. Lo primero lo reclamaron y lo segundo lo tuvieron muchos grupos cismáticos. Al final, el único que puede decir si Fulano es fiel al Magisterio es el Magisterio mismo. Yo digo que soy fiel al Magisterio y Fulano, que me contradice, dice que él lo es. ¿Qué criterio objetivo puede haber ahí? Sólo el Magisterio mismo. Por eso es un Magisterio vivo, que puede responder a las “dubia” (en todo caso, debe hacerlo :))

Lo contrario es el libre examen protestante aplicado a los textos del Magisterio de la Iglesia.

Y no alcanza tampoco con que haya Obispos y Cardenales. En las Iglesias orientales separadas hay montones de Obispos válidamente ordenados. Pero no están en plena comunión con la Iglesia Católica, porque no aceptan la autoridad del Papa.

Al final el único criterio objetivo es la sucesión apostólica formal, es decir, la que incluye la comunión con el Obispo de Roma, sucesor de Pedro. Todo lo demás es subjetivismo, y por tanto, protestante, y no difiere esencialmente del grupo que Ud. o yo podemos formar poniendo en el garaje de nuestra casa un cartel que diga “Verdadera Iglesia Católica”.

Por supuesto que jerarcas indignos pueden en la Iglesia “excomulgar” a alguien. Pero como dije, esa excomunión es válida o no lo es. En el segundo caso, no separa realmente del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, y la Iglesia "oficial", aunque fácticamente puedan privar a la persona de los Sacramentos.

En esos casos el vínculo con la Iglesia “oficial” puede no ser ópticamente visible, pero sigue siéndolo institucionalmente, porque estamos en la hipótesis de que la excomunión no es válida.

Como dije, la visibilidad en la Iglesia no es algo “per se”, sino consecuencia de su institucionalidad humana e histórica.

Eso no hace que la Iglesia “oficial” deje de ser la Iglesia de Cristo, porque no son nuestras virtudes las que la hacen tal, sino el poder de Dios, que es incapaz de fracasar.

Saludos cordiales.
10/11/23 7:33 PM
  
Gabriel Abreu
Me gustaría preguntarle si es posible que el Papa propague errores doctrinales -de fe y moral- en un documento magisterial -con "magisterial" me refiero en este caso a cualquier documento público oficial del Romano Pontífice (encíclicas, etc.)-. El P. Rodrigo Menéndez Piñar, que colabora en la tertulia de la Sacristía de la Vendée, ha afirmado que existe la posibilidad de que el Papa en su Magisterio meramente auténtico contradiga doctrinas ya definidas, y, precisamente, en la última tertulia del citado programa (9 de noviembre) afirmó que a este documento de Doctrina de la Fe, que, naturalmente, está aprobado por el Papa, no se le puede prestar el obsequio pertinente, sino que antes bien lo debemos rechazar so pena de dejar de ser católicos. Es esta una cuestión que considero de gran importancia, porque algunos sedevacantistas, por ejemplo, afirman que el Papa no puede errar jamás en su enseñanza pública magisterial; luego, como supuestamente los papas postconciliares han errado en tal o cual cosa, nunca fueron papas.

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Lo único que la Iglesia ha definido dogmáticamente es la infalibilidad del Papa cuando enseña "ex cathedra", lo cual tiene unas condiciones muy precisas y de hecho ocurrió por última vez en 1950 cuando se definió la Asunción de María Santísima en cuerpo y alma al Cielo.

También enseña el Magisterio que el Papa es infalible cuando, aunque no defina un dogma de fe, presenta una enseñanza como "definitiva" para la Iglesia, por ejemplo, eso sucede en el pronunciamiento de Juan Pablo II sobre la imposibilidad de conferir el sacerdocio a las mujeres. En ese caso se trata siempre de enseñanzas puntuales y no me parece que sean muchas.

Fuera de eso no es dogma de fe definido que el Papa sea infalible en todo acto suyo que se presente como magisterial, ni creo que sea la opinión teológica mayoritaria.

Es que eso se daría de bruces contra los hechos históricos, porque Juan XXII, por ejemplo, dijo en algunas homilías cosas que luego pasaron a ser herejías tras las definiciones dogmáticas que realizó su sucesor, Benedicto XII. Y se supone que algún Magisterio querría ejercer Juan XXII en esas homilías, aunque no fuesen, obviamente, definiciones dogmáticas.

Por otra parte, es claro que no puede ser un acto magisterial, aunque se presente como tal, lo que contradice al Magisterio infalible de la Iglesia, dentro del cual entra también el Magisterio ordinario y universal de los Obispos.

Saludos cordiales.
10/11/23 8:25 PM
  
Juan Argento
Es evidente que el metanoeite prerrequiere creer en Dios y en la voluntad de Dios para nosotros, tanto la normativa (lo que Él quiere que obremos) como la super-creativa (lo que Él quiere obrar en nosotros, la creación de la realidad super-natural, esto es la gracia santificante y la caridad, y su subsiguiente crecimiento). Quise decir "no significa meramente creer".
10/11/23 8:27 PM
  
John
«las Iglesias orientales separadas tienen Obispos válidamente ordenados pero no tienen sucesión apostólica formal»;
craso error teológico, la misma iglesia catolica en sus documentos reconoce que la iglesia ortodoxa tiene sucesión apostólica formal.
por cierto, la indefectibilidad no es algo magico o una especie de cheque en blanco como para decir, no importan las herejias , la apostasia, el anti testimonio, el abuso sexual, y la inmoralidad absoluta, a fin de cuentas las puertas del infierno no prevaleceran. esa es una premisa arrogante y peligrosa que puede llevar al relativismo y al nihilismo mas absoluto.

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Es que los católicos creemos eso, porque lo dijo Nuestro Señor Jesucristo: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella".

En cuanto a la sucesión apostólica formal, no existe si no hay comunión con el Papa. De hecho, es el colegio de los Obispos el que sucede al colegio Apostólico, y no hay colegio episcopal sin comunión con el Obispo de Roma, como enseña "Lumen Gentium", cfr. n. 21 y 22:

"La consagración episcopal, junto con el oficio de santificar, confiere también los oficios de enseñar y de regir, los cuales, sin embargo, por su misma naturaleza, no pueden ejercerse sino en comunión jerárquica con la Cabeza y los miembros del Colegio. (...) 22. Así como, por disposición del Señor, San Pedro y los demás Apóstoles forman un solo Colegio apostólico, de igual manera se unen entre sí el Romano Pontífice, sucesor de Pedro, y los Obispos, sucesores de los Apóstoles (.,.) Uno es constituido miembro del Cuerpo episcopal en virtud de la consagración sacramental y por la comunión jerárquica con la Cabeza y con los miembros del Colegio."

Obviamente, no es que no importen todos los pecados que se dan dentro de la Iglesia, es que no importan a los efectos de la indefectibilidad de la Iglesia misma, como se desprende de la noción misma de "indefectibilidad".

En cuanto al relativismo y al nihilismo, más bien que son opuestos a la noción de "indefectibilidad".

Saludos cordiales.
10/11/23 8:56 PM
  
Federico Ma.
Podría darse el caso, al menos es posible, de un llamado "transexual" arrepentido que no puede acceder al tratamiento de "reparación", sea porque no tiene dinero, o porque su salud no lo aconseja o no lo permite, teniendo, sin embargo, el firme propósito de ello (que está incluido en el auténtico arrepentimiento). En ese hipotético caso, podría ser de una vida moral recta y parece que, evitándose el escándalo, podría ser bautizado lícitamente.

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Parece claro que sí. En ese caso, obviamente, se vestiría, por ejemplo, de acuerdo con su sexo real, etc.

Saludos cordiales.
10/11/23 11:44 PM
  
Federico Ma.
(P. S. Lo anterior, evitándose el escándalo: no recuerdo si lo escribí).

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Claro, por eso digo que debería vestirse de acuerdo con su sexo real, por ejemplo.

Saludos cordiales.
10/11/23 11:46 PM
  
claudio
Estimado Néstor.
Con tu permiso me permito traer al presente el Concilio, pero el Ecuménico Vaticano I, que terminó poniendo límites infranqueables a cuestiones que ahora quieren ser "discernidas nuevamente, que de aquí que de allá, depende...." (hay Concilios Providenciales....).

El principio importante es que a los sucesores de San Pedro les ha sido prometido el Espíritu Santo, no para promulgar nuevas doctrinas, sino sólo para preservar e interpretar la Revelación entregada a los apóstoles.

"Por esto, adhiriéndonos fielmente a la tradición recibida de los inicios de la fe cristiana, para gloria de Dios nuestro salvador, exaltación de la religión católica y salvación del pueblo cristiano, con la aprobación del Sagrado Concilio, enseñamos y definimos como dogma divinamente revelado que: El Romano Pontífice, cuando habla ex cathedra, esto es, cuando en el ejercicio de su oficio de pastor y maestro de todos los cristianos, en virtud de su suprema autoridad apostólica, define una doctrina de fe o costumbres como que debe ser sostenida por toda la Iglesia, posee, por la asistencia divina que le fue prometida en el bienaventurado Pedro, aquella infalibilidad de la que el divino Redentor quiso que gozara su Iglesia en la definición de la doctrina de fe y costumbres. Por esto, dichas definiciones del Romano Pontífice son en sí mismas, y no por el consentimiento de la Iglesia, irreformables".

Eso, únicamente eso, no otra cosa, Santo Límite permanente...(aviso de no trespassing).
10/11/23 11:48 PM
  
John
«Es que los católicos creemos eso, porque lo dijo Nuestro Señor Jesucristo: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Infierno no prevalecerán contra ella"».
efectivamente, pero recordar que israel también tenia la promesa de la indefectibilidad, sin embargo por el pecado israel fue castigado y rechazado por DIOS. el pecado trae consecuencias, independientemente de la indefectibilidad. por ende hay que tener cuidado con asumir un cierto triunfalismo catolico de creer que somos inmunes a las consecuencias del pecado, de la herejía y de la apostasía.

[....]

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Israel no tenía promesa alguna de indefectibilidad, y atenerse a las promesas de Cristo a su Iglesia no tiene nada de triunfalismo. Ni es triunfalismo creer que Cristo ya ha triunfado, lo cual es efectivamente así, como dice Él mismo: "Yo he vencido al mundo".

Saludos cordiales.
11/11/23 12:03 AM
  
Juan Argento
John dijo: "la misma iglesia catolica en sus documentos reconoce que la iglesia ortodoxa tiene sucesión apostólica formal."

Error. Los obispos Ortodoxos tienen sucesión apostólica solamente material, no formal. Citando el artículo de la Enciclopedia católica sobre Apostolicidad [1], " la formal añade el elemento de autoridad en la transmisión del poder; consiste en la transmisión legítima del poder ministerial conferido por Cristo sobre sus Apóstoles."

Noto que John Salza y Robert Siscoe en su sitio "True or False Pope", aún cuando su fin principal es la refutación del sedevacantismo, han tratado extensamente este tema en relación con la SSPX [2], llegando a la conclusión de que sus obispos tampoco tienen sucesión apostólica formal.

[1] ec.aciprensa.com/wiki/Apostolicidad
Original en inglés: www.newadvent.org/cathen/01648b.htm

[2] www.trueorfalsepope.com/p/sspx-page.html
11/11/23 2:49 AM
  
Juan Argento
Retiro mi ultimo comentario sobre la respuesta del Card. Muller en alemán e inglés porque acabo de enterarme de que ya hay una traducción al español:

infovaticana.com/2023/11/09/el-cardenal-muller-advierte-que-las-ultimas-declaraciones-de-doctrina-de-la-fe-abren-la-puerta-al-malentendido/
11/11/23 3:56 AM
  
Rubén (de Argentina)
Con todo respeto, discrepo Nestor con algunas de tus afirmaciones:

Con la salvedad importantísima de que uno de esos Obispos tiene que ser el sucesor de Pedro y como tal, Obispo de Roma...
No necesariamente. Está escrito y es Palabra de Dios que:

primero debe venir la apostasía y hacerse manifiesto el hombre de iniquidad, el hijo de perdición; el adversario, el que se ensalza sobre todo lo que se llama Dios o sagrado, hasta sentarse el mismo en el templo de Dios, ostentándole como si fuera Dios.
¿Y cual puede ser el Templo de Dios sino un Templo Católico? Los únicos Templos de Dios son los de la única religión verdadera, la católica; por ende el anticristo no se va a sentar en un templo protestante, ni judío, ni musulmán. El anticristo se sentará en Roma, en San Pedro, el Templo de Templos. Para que se cumpla Apocalipsis 13:11. ¿Un antipapa? Seguro, pero ostentará como Papa y lo seguirán cientos de millones y encarnará a la Iglesia de Laodicea (la última etapa de la Iglesia), la que el Señor vomitará de su boca.

Y cuando dices:

Por eso, la gran apostasía no puede entenderse católicamente como la defección de la Iglesia como tal, y la Iglesia como tal es la Iglesia “oficial”, es decir, la Iglesia jerárquicamente instituida en torno a los sucesores de los Apóstoles, incluido el sucesor de Pedro.
Hay que hacer una distinción en ese comentario; una cosa es que la Iglesia permanezca firme en el "pequeño remanente" y otra que pueda o no apostatar un sucesor de Pedro (mira lo que está haciendo Francisco; te puedo escribir una hora acerca de las herejía materiales en que las que ha caído). Precisamente el signo que marca la gran apostasía, es que es el Papa el que apostatará. Que apostate Juan de los Palotes no tiene mayor significado o relevancia; el triunfo que quiere ostentar el maligno es precisamente el que haya logrado hacer apostatar a uno de los sucesores de Pedro. Y será tanta la apostasía que será quitado el perpetuo sacrificio y en su lugar se instituirá la abominación de la desolación. Y ya están trabajando para cambiar la fórmula de la consagración y será un Papa (un antipapa, el falso profeta si te gusta pero que oficiará como Papa y estará sentado en el trono de San Pedro) el que instituirá la "nueva fórmula" de la "consagración" (que no será ninguna consagración).

Y finalmente, con respecto a esto que afirmas:

pero con una particularidad: que la Iglesia no muere ni puede morir.
Pues va a ser que no, el Catecismo dice otra cosa:

Art. 677 CIC. La Iglesia sólo entrará en la gloria del Reino a través de esta última Pascua en la que seguirá a su Señor en su muerte y su Resurrección (cf. Ap 19, 1-9). El Reino no se realizará, por tanto, mediante un triunfo histórico de la Iglesia (cf. Ap 13, 8) en forma de un proceso creciente, sino por una victoria de Dios sobre el último desencadenamiento del mal (cf. Ap 20, 7-10) que hará descender desde el cielo a su Esposa (cf. Ap 21, 2-4). El triunfo de Dios sobre la rebelión del mal tomará la forma de Juicio final (cf. Ap 20, 12) después de la última sacudida cósmica de este mundo que pasa (cf. 2 P 3, 12-13).
"Oficialmente", la Iglesia morirá; por supuesto que quedará el pequeño remanente, el remanente fiel, pero no estará en los Templos católicos, sino en las catacumbas; será como en el arrianismo, donde en los templos estaban los que negaban la divinidad de Dios y los que la sostenían estaban en el exilio y excomulgados.

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Para empezar, la cita bíblica a la que se hace referencia en ese pasaje del Catecismo no dice absolutamente nada de una muerte de la Iglesia:

Apoc. 19, 1 – 9:

“1 Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro; 2 porque sus juicios son verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella. 3 Otra vez dijeron: ¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos. 4 Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y decían: ¡Amén! ¡Aleluya! 5 Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes. 6 Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! 7 Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. 8 Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.”

Así que sólo queda esa afirmación del Catecismo, sin que se pueda saber en qué elemento de la Tradición católica se apoya, salvo una referencia general a las grandes tribulaciones que anuncia el Apocalipsis.

En efecto, la “muerte”, y la participación en la muerte y Resurrección del Señor se pueden entender de muchas maneras, de hecho, en el Bautismo nosotros hemos muerto con Cristo y hemos resucitado con Él. Es claro que el Catecismo hace referencia a una última gran tribulación de la Iglesia, en la cual se asociará de algún modo a la Pasión de Cristo.

Más que eso no creo que se pueda afirmar a partir de ese pasaje del Catecismo, sobre todo teniendo en cuenta el dogma de fe acerca de la indefectibilidad de la Iglesia.

¿Cuál es el sentido del dogma de la indefectibilidad? Es que sin él no habría Iglesia posible. Si en la fe se aceptase la posibilidad de una defección de la Iglesia como tal, entonces la Iglesia no habría durado dos días, porque ese tiempo más o menos habría tardado en aparecer alguno que dijese que la Iglesia ya había defeccionado, y de nada serviría en esa hipótesis que la Iglesia dijese que no era así, porque se le respondería que esa respuesta suya se debía precisamente a su defección ya ocurrida, y que esa posibilidad estaba admitida en la fe.

Un Magisterio que deba imponerse a los creyentes como Magisterio infalible tiene que ser necesariamente el de una Iglesia indefectible, porque de lo contrario sería muy fácil esquivar los pronunciamientos dogmáticos que no nos gustasen, bastaría decir que la Iglesia ha defeccionado por el mismo hecho de definir esos dogmas.

Además, por lo dicho arriba, en esa hipótesis nada impide que alguien diga que ahora, hoy, la Iglesia ya ha muerto, porque ya ha defeccionado, y a partir de ahí, ni el Catecismo sirve para nada, cada uno con su Biblia y a interpretarla como le parezca, o también, cada uno con su colección de encíclicas pontificias y a interpretarlas como le parezca. O sea, el perfecto protestantismo.

Admitir, entonces, que en un momento dado de la historia la Iglesia ha muerto, lleva a la conclusión de que es imposible que la Iglesia entre en la gloria del Reino, como dice ese pasaje del Catecismo, porque en esa hipótesis, cuando viene el Señor ya no hay Iglesia, sino un conjunto de bautizados nada más, que no tienen ninguna autoridad eclesiástica infalible que les certifique acerca de la Revelación divina, y que por tanto realizan, como dije, el ideal del perfecto protestante.

Tampoco se sigue la defección de la Iglesia del hecho de que el Anticristo se siente en el Templo de Dios y se haga adorar como Dios. Ya se han sentado en el trono de Pedro algunos personajes realmente nefastos, como Juan XII, por ejemplo, y en principio no hay límite a que un personaje nefasto pueda querer hacer. Ha habido además cantidad de antipapas sin que por eso la Iglesia haya defeccionado, bueno fuera.

Lo que pasa es que lo que haría falta para hablar de una defección de la Iglesia como tal, sería, por ejemplo, un Papa, que, no como Antipapa, sino como Papa, y en el grado supremo de su autoridad doctrinal, una definición dogmática realizada con todos los requisitos, enseñase una herejía. Ahí sí que esa herejía se podría achacar a la Iglesia como tal, y no solamente a uno que por el hecho de proferirla ya habría dejado de ser Papa legítimo y se habría salido de la Iglesia. Y entonces se podría hablar de defección de la Iglesia, y no solamente defección de Fulanito de Tal. Pero lo que pasa es que ésa es obviamente una idea contradictoria, a la luz de nuestra fe, precisamente la infalibilidad del Papa quiere decir que eso no puede suceder.

Sobre los detalles del Apocalipsis, qué significan las trompetas, la Iglesia de Laodicea y todas esas cosas, ni Ud. ni yo sabemos nada con certeza. Podemos tener comentarios del sacerdote tal y del padre cual, pero nada de eso da la suficiente certeza como para oponernos nada menos que a un dogma de fe como es la indefectibilidad de la Iglesia.

Hay que saber jerarquizar las cosas. No se puede poner al mismo nivel el dogma de fe y las especulaciones subjetivas por más bienintencionadas que sean. Por ejemplo, eso de que el signo que marca la gran apostasía es que el Papa apostatará no está ni en la Escritura, ni en la Tradición, ni en el Magisterio de la Iglesia.

Y sin Escritura, Tradición y Magisterio, lo más que se puede tener son opiniones, que no obligan a nadie a creer en ellas, y que en todo caso, ni los que las creen pueden creerlas con fe teologal, que es la que hay prestar a la Verdad revelada por Dios y trasmitida por la Iglesia, sino con una simple fe humana. Y de nuevo, no se puede preferir una fe humana a un dogma de fe católica.

Saludos cordiales.
11/11/23 6:16 AM
  
LJ
Con respecto a la consulta de Rexjhs, muy acertada a mi ver, la relación de visible con institución es de Ud.
Puede haber otro tipo de visibilidad. O puede no ser visible en los últimos tiempos.
Como dijo Mons. Aguer, se revela con mayor claridad el misterio de la iniquidad en los últimos tiempos.
Una institución carcomida por la corrupción, la soberbia y la apostasía es una anti-institución.
Si no se acepta a un obispo (como el que 'olvidó' mencionar a Cristo en la bendición, y se proclamó en contra de verdades de fe), no se está en comunión con él, y es el de la zona, y bueno es una prueba. No es culpa de la persona si el obispo hipotético dice herejías. Como otros tendrán un obispo fiel.
Esos fieles de esa zona no tienen obispo.

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Ojo con ese “se revela con mayor claridad en los últimos tiempos”, porque se puede entender (y no le atribuyo eso a Mons. Aguer) en el sentido de una nueva Revelación divina que vendría a agregarse a la que terminó con la muerte del último Apóstol.

Y eso no existe, según nuestra fe. La Revelación pública terminó con la muerte del último Apóstol y ahí termino de revelarse el conjunto de las verdades que debemos creer para nuestra salvación, sin que pueda en el futuro agregarse una sola más.

Crece solamente, con el tiempo, la comprensión de esas verdades reveladas, pero esa comprensión más profunda sólo llega al nivel de verdad de fe que debe ser creída por nosotros cuando es objeto de una definición dogmática de la Iglesia, por ejemplo, el “omousios” de Calcedonia o la infalibilidad papal definida en el Concilio Vaticano I, o la Asunción de María definida en 1950.

Fuera de eso, estamos en el campo de las opiniones individuales, que no se pueden imponer a nadie como verdad de fe católica, y que ni siquiera los que las profesan las pueden creer con fe teologal, sino con simple fe humana.

La visibilidad de la Iglesia, como ya dije, y la existencia misma de la Iglesia como institución humana histórica son la misma cosa. Que la Iglesia es visible quiere decir que tiene una dimensión institucional, o sea, que es una sociedad humana que tiene autoridades y normas públicamente reconocidas, y que esa misma sociedad humana es de institución divina. No hay “otra forma” de ser eso, se lo es o no se lo es.

Claro, se puede ser la “iglesia” puramente invisible y espiritual de los protestantes, que es el conjunto de los predestinados, pero eso no es otra forma de ser visible, y además no existe.

Y si la Iglesia deja de ser una sociedad humana, instituida por Dios, que tiene autoridades y normas públicamente reconocidas, entonces deja de ser simplemente la Iglesia, y estamos negando la indefectibilidad de la Iglesia, que es dogma de fe.

Por otro lado, una cosa es no aceptar una enseñanza particular de un Obispo cuando esa enseñanza se opone a la fe, y otra no reconocer a ese Obispo como Obispo legítimo. Lo segundo no se sigue necesariamente de lo primero. San Pablo no dejó de reconocer a San Pedro como cabeza visible de la Iglesia cuando le reprochó su actitud en las comidas con los gentiles.

Sí, claro, a Nestorio se lo dejó de reconocer como Patriarca de Constantinopla cuando el Concilio de Éfeso lo declaró hereje, pero en ese mismo Concilio, hasta la declaración misma de la herejía se lo seguía llamando “el santísimo Patriarca de Constantinopla”, después de la declaración no, obviamente.

Saludos cordiales.
11/11/23 12:22 PM
  
Argia
¿ puede un transexual bautizarse, si su conversión ha sido posterior a su cambio de cuerpo, y tiene Fe y las debidas intenciones de seguir a Jesucristo ?
En los hechos de los apostoles, está la historia de Felipe y el enuco, al que despues de evangelizar le bautiza.

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Como digo respondiendo a otro comentario, sin duda, todo pecador que se arrepiente y hace propósito de enmienda se puede bautizar. En el caso de lo que hoy día se llama "transexual", eso implicará, por ejemplo, reconocer y asumir su verdadera identidad sexual natural, vestirse de acuerdo con el sexo que Dios le ha dado, y hacerse llamar y nombrar de mismo modo, etc.

Saludos cordiales.
11/11/23 1:21 PM
  
luis bru
intolerable. Vamos camino de un cisma desgraciada y dolorasamente. Las fuerzas del mal se han apoderado de la Iglesia. Las peores profecías se están cumpliendo, pero al final Cristo triunfará!

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Los cismas en la Iglesia son una lamentable realidad histórica. Debemos rezar para que los que pervierten hoy día la verdad revelada por Dios se conviertan y así permanezcan en la Iglesia sin formar cisma alguno. En caso contrario, es claro que es mejor que estén fuera y no dentro, según aquello de San Pablo: "expulsad de vosotros al malvado" (1 Co. 5, 13)

La fuerza del mal no puede apoderarse de la Iglesia, porque la Iglesia es el Cuerpo de Cristo, y Cristo es el Señor de todo lo creado. Lo que sí pueden hacer las fuerzas del mal es oprimir, maltratar, torturar a la Iglesia como lo hicieron con el mismo Señor Jesucristo en su Pasión.

En cuanto a las profecías, las únicas que obligan a la fe son las que están en la Escritura, y eso, según la interpretación que la Iglesia hace de ellas. Precisamente en estos tiempos difíciles tenemos que ser muy rigurosos en lo que creemos, porque es normal que en situaciones como ésta salgan a luz voces de toda clase diciendo toda clase de cosas.

Y ni siquiera las apariciones de la Virgen o de los santos aprobadas por la Iglesia obligan a creer en ellas, y en todo caso, si se cree en ellas, se debe hacer en perfecta sintonía con la Revelación pública, que terminó con la muerte del último de los doce Apóstoles, y tal como la interpreta y trasmite el Magisterio de la Iglesia.

Así se cumplirá en nosotros lo que dice San Pablo en Efesios 4, 14 - 16:

"para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en el amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en el amor."

Saludos cordiales.
11/11/23 3:23 PM
  
Francisco
También habría que preguntarse si un sacerdote homosexual activo, un sacerdote pedófilo o un sacerdote hererosexual activo pueden administrar el bautismo, sin escándalo público, ya que estamos ocupándonos de este sacramento.

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Ahí hay que distinguir: si se conoce o no se conoce esas actividades inmorales de esos sacerdotes. En el primer caso, sin duda que habrá escándalo público, en realidad, ni siquiera haría falta que bautizasen a alguien para que se diese el escándalo. En el segundo caso, no.

En todo caso, es claro que el deber de los superiores al enterase de que esas cosas suceden es tomar las medidas que ya están indicadas en la legislación de la Iglesia.

Saludos cordiales.
11/11/23 7:20 PM
  
Argia
Entiendo que dice que el resto fiel será el que este con el Papa en una institución visible. Pero eso no tiene porque ser asi, porque en el llamado cisma de occidente que comenzó en 1378, hubo hasta 3 Papas a la vez, los tres con seguidores y en institucion visible, pero en diferentes zonas geografícas.
Este desfile de Papas a la vez, duro 40 años, y mientras tanto unos santos reconocian a uno y otros a otro. Esto no impidió su santidad, a pesar de que esto implica que unos siguieron al Papa auténtico, y otros a un antipapa.
Asi pues, al resto fiel, le puede tocar diferentes circunstancias, como también que despues de la muerte del Papa se tarde en elegir al siguiente por diferentes razones, y esten sin Papa durante largo tiempo.
La conclusión, es que el resto fiel estará formado por santos, que a pesar de las duras circunstancias que les toquen vivir, seran fieles a Dios y aceptaran cualquier vicisitud, persecución o acontecimiento negativo que les suceda, porque ese es el plan de Dios.

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En realidad, nunca hubo tres Papas en la Iglesia, porque no los puede haber. Lo que puede haber en todo caso es un Papa y dos Antipapas, o incluso tres Antipapas en un momento de sede vacante.

Por la misma razón, nunca hubo tres instituciones visibles distintas en la Iglesia, que seria lo mismo que decir tres Iglesias. Como rezamos en el Credo los Domingos, la Iglesia es Una (si rezamos el Credo "largo", o sea, niceno-constantinopolitano)

En cuanto a la noción del "resto fiel", como respecto de toda otra noción, es bueno preguntarse qué quiere decir.

Sin duda, la Iglesia toda es un "resto fiel" en el conjunto de la humanidad. Y dentro de la Iglesia, sin duda que hay muchos que en realidad no son fieles, de modo que el "resto fiel" son los otros.

Más de eso no alcanzo a ver qué pueda significar esa expresión.

Saludos cordiales.
11/11/23 7:43 PM
  
Charles
siga con su ridículo triunfalismo católico, que en un abrir y cerrar de ojos la podrida iglesia catolica quedara reducida a un cadáver maloliente y solo quedara en pie la iglesia ortodoxa, la única y verdadera iglesia. saludos cordiales.

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Se acaba Ud. de integrar a la legión de personalidades históricas que a lo largo de veinte siglos han venido anunciando el inminente fin de la Iglesia Católica. Sin duda que tiene algunos compañeros ilustres, aunque muchas veces los únicos que nos acordamos de ellos somos precisamente los católicos.

Con una corrección: la Iglesia ortodoxa no existe. Existen Iglesias locales orientales, cada una con su Obispo, separadas de Roma, pero por eso mismo no tienen un cabeza visible ni una unidad visible entre sí, fuera de la que les impone por lo general la autoridad política.

Saludos cordiales.
12/11/23 3:14 AM
  
Gregory
Sobre la.idoneidad de los padrinos.de bautizo hay mucho que decir, este asunto de los homosexualidad y transgeneros no es igual, aunque parezcan serlo quizá existen mas padrinos homosexual que viven la fe con transparencia de hace tiempo, a ellos ni a nadie se le pregunta si es gay.
Ahora esta de "moda" serlo o por lo menos se vende esa creencia en buena medida por la ideología del genero.
Con los transgeneros es otra cosa es una cosa muy reciente hombres y mujeres que cambian de sexo como de Camisa.
Es malo que se sepa? Si porque eso es provocar escándalo, es un problema esto por precisamente los lobbys gay quieren que se sepa.
La situación es confusa si lo es porque es inedita ¿ ahora le negaría el bautismo al hijo de unos homosexuales la verdad es que no.?

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Para aclarar la confusión de las situaciones conviene empezar por aclarar la confusión de las ideas.

Hay que distinguir entre la tendencia homosexual y los actos homosexuales, y entre el que solamente tiene la tendencia homosexual, y el que además realiza actos homosexuales.

Lo que es pecado son los actos homosexuales, no la tendencia homosexual como tal, que es sí, desordenada, porque es contra natura, pero no es de suyo un pecado, porque para que haya pecado tiene que haber elección voluntaria libre, como la que hay en los actos homosexuales. La tendencia la puede tener alguien por razones que no han dependido de su voluntad.

Por eso mismo, el que solamente tiene la tendencia homosexual, pero se esfuerza por vivir de acuerdo con la ley de Dios, como hacemos por otra parte todos los católicos, sin duda que puede ser padrino de Bautismo.

En cambio, el homosexual activo, que realiza actos homosexuales y que además no se arrepiente de ellos ni tiene propósito de cambiar de vida no puede ser padrino de Bautismo, porque el padrino debe ayudar al bautizado a vivir cristianamente, y eso significa entre otras cosas vivir aceptando la enseñanza moral de la Iglesia, que es justamente lo que no hace la persona de la que venimos hablando, y entonces tampoco puede enseñar a otros a hacerlo.

Lo mismo en el caso de los así llamados "transexuales": estas personas, si se arrepienten de haberse rebelado contra el sexo que Dios les dio, y por tanto, en adelante llevan un estilo de vida acorde con su sexo real, pueden también ser padrinos de Bautismo. No así en caso contrario.

Saludos cordiales.
12/11/23 4:25 AM
  
Federico Ma.
La pregunta que cabe hacerse es si en la respuesta a la primera pregunta del documento, a saber, "¿Se puede bautizar a un "transexual"?", se está considerando al llamado "transexual" tan sólo materialmente (es decir, no en cuanto perseverando en su pecado de "transexualidad", sino arrepentido del mismo, lo cual parece estar implícito en el sostener que se exigen de tal persona "las mismas condiciones que [para] el resto de creyentes") o bien se lo está considerando (también) formalmente (es decir, en cuanto no arrepentido de su pecado de "transexualidad", en cuyo caso no parece tener mucho sentido eso de evitar el escándalo público y la desorientación de los fieles que podrían generar su bautismo). La respuesta anterior de la CDF, del año 2015, se refería a este segundo caso.

Entendida la respuesta del primer modo, no habría nada que objetar, salvo la poca claridad de la respuesta (y se ha de dar por supuesto que el llamado "transexual", por algún motivo, no podría, al menos inmediatamente, revertir lo que lo manifiesta como aparentemente "transexual"). Entendida del segundo modo la respuesta, claro que habría que rechazar tal respuesta, como se expone en el post y dice santo Tomás.
12/11/23 5:02 PM
  
Federico Ma.
Luego parece haber algunas afirmaciones que más bien confirmarían lo segundo y otras lo primero. Conclusión, a lo menos: confusión, en algo de no poca gravedad. Y se cumple así nuevamente lo del cardenal Pell, desgraciadamente: "Roma loquitur, confusio augetur".

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Hablando solamente del tema del bautismo de los llamados "transexuales", a mí me parece que lo que se confirma es lo segundo, porque se hacen consideraciones sobre la recepción del Bautismo sin arrepentimiento ni propósito de enmienda, se dice que las puertas de los Sacramentos no deben cerrarse por ningún motivo, se habla de la alianza irrevocable que Dios realizaría con el pecador, y de casos en los que el propósito de enmienda no aparece plenamente manifiesto en el penitente.

Todo esto hace imposible, entiendo, que el texto se refiera solamente al caso del "transexual" arrepentido.

Lo cual eliminaría, por ese lado, la ambigüedad.

Saludos cordiales.
12/11/23 5:09 PM
  
Federico Ma.
Gracias, Néstor. Pienso que estoy de acuerdo. Únicamente me parece que entonces no cierra esa condición: "...si no se dan situaciones en las que exista riesgo de generar escándalo público o desorientación en los fieles". Porque si al bautismo ha de ser admitido cualquiera, por más pecador sin arrepentimiento que sea, ¿qué habría de escandaloso o de motivador de desorientación en que sea admitido al bautismo un transexual impenitente...? Pareciera que el primer párrafo es ambiguo con inclinación hacia la interpretación ortodoxa, mientras que luego del mismo se decanta la respuesta por la posición heterodoxa, como concluyes.

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A lo mejor se considera la situación actual de la Iglesia, en la que parece claro que la gran mayoría de los fieles sí que quedaría escandalizada.

Por otra parte, si el documento habla solamente de "transexuales" arrepentidos y con propósito de enmienda ¿tendría sentido negarles el Bautismo sólo por el escándalo que de ello se pudiese seguir?

Saludos cordiales.
13/11/23 8:09 PM
  
Néstor
Sobre los tiempos precedentes a la venida del Anticristo dice San Gregorio Magno en "Moralia in Job", XXXIV, 7:

“Porque por el terrible curso de la dispensación secreta, antes de que este Leviatán aparezca en aquel hombre maldito que él asume, los signos de poder son retirados de la Santa Iglesia. Porque la profecía está oculta, la gracia de las curaciones es quitada, el poder de una abstinencia más prolongada se debilita, las palabras de la doctrina callan, los prodigios de los milagros son removidos. Y aunque la dispensación celestial no los retira por completo, sí deja de manifestarlos abiertamente y de múltiples maneras como en tiempos pasados. Y esto es causado por una maravillosa dispensación, para que la misericordia y la justicia divinas se cumplan juntas por los mismos medios. Porque cuando la Santa Iglesia aparece como más abyecta, al retirarse los signos de poder, aumenta tanto la recompensa de los buenos, que la reverencian por la esperanza de cosas celestiales, y no a causa de señales presentes; y la mente de los malvados se dispone más rápidamente contra ella, es decir, de quienes descuidan perseguir las cosas invisibles que ella promete, cuando no están constreñidos por señales visibles. Por tanto, cuando la humildad de los fieles es privada de la múltiple manifestación de maravillas, por el terrible juicio de la dispensación secreta, hay por el mismo medio una acumulación de misericordia más abundante para los buenos y de ira justa para los malos.”

Saludos cordiales
13/11/23 8:20 PM
  
Federico Ma.
Sobre si "tendría sentido negarles el Bautismo sólo por el escándalo que de ello se pudiese seguir", ¿no sería acaso similar la situación (del llamado "transexual" arrepentido) a la de los separados vueltos a juntar que viven como hermano y hermana y que, para que sea lícito su acceso a la sagrada comunión, se requiere evitar el escándalo? El llamado transexual es, a la vista, alguien que lleva en su cuerpo, por así decirlo, materializado su pecado. Por eso, por más arrepentido que esté, de suyo puede generar escándalo y desorientación que se lo admita al bautismo: parece lo lógico que las genere (tratándose, se entiende, del que no ha podido "reparar" su cambio de apariencia).

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Es posible que la explicación sea mucho más sencilla: en el documento lo que dice es que si no hay escándalo, estas personas se pueden bautizar, no dice lo que pasa si efectivamente hay escándalo, querer concluir algo para ese caso sería incurrir en la falacia de negación del antecedente.

Curiosamente, así se eliminaría toda apariencia de contradicción entre esa frase y el hecho de que evidentemente se está hablando de personas "transexuales" no arrepentidas.

Saludos cordiales.
13/11/23 8:26 PM
  
Federico Ma.
Si es así, es decir, si aun habiendo escándalo podrían bautizarse, ¿qué sentido tiene poner esa condición, al responder por sí a una pregunta de si pueden bautizarse? Si pueden bautizarse aun habiendo escándalo, sobra tal condición.

"¿Puedo salir a jugar?" -pregunta un niño a su padre-. "Puedes -le responde su padre-, si no tienes malas calificaciones". Pienso que, en este caso, no sería correcto sostener que si tiene malas calificaciones podría quizá también salir, pues se sobreentiende que es una especie de "conditio sine qua non" para salir el no tenerlas. Así no sería falaz deducir de la respuesta que si tiene malas calificaciones no puede salir.

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Sí, es lo que espontáneamente se entiende, pero no puede exigirse en rigor lógico. El asunto es si partimos de la base de que este documento debe tener en todo caso una total coherencia lógica y una sólida fundamentación, o incluso un significado claro y pertinente, para cada una de sus afirmaciones.

En todo caso, es claro que es ambiguo, porque una cosa se interpreta desde la pura lógica, y otra desde el sentido común, y el documento no permite determinar claramente cuál de las dos interpretaciones es la correcta.

Con todo, dentro de esa ambigüedad es claro que el documento opta por el bautismo de los "transexuales" no arrepentidos, de lo contrario un buena parte de las consideraciones que se hacen en él y que ya cité no tendrían razón de ser.

Saludos cordiales.
14/11/23 3:44 AM
  
Jordi
¡Qué dolor de cabeza!

La transexualidad es intrinsece malum, como la homosexualidad: un pecado objetivo.

Es un enredo lo de la "previsibilidad", "dudas" sobre la situación moral objetiva de una persona, "fundada esperanza"... Lenguaje ambiguo anticatólico que contradice el "sí sí, no no"...

...

Actos intrinsece malum per se semper et pro semper in omnibus locis:

Catecismo 1753-56
Veritatis splendor 79-83/95-97.

Catecismo 1753-1756. Numeral 1756: Hay actos que, por sí y en sí mismos, independientemente de las circunstancias y de las intenciones, son siempre gravemente ilícitos por razón de su objeto; por ejemplo, la blasfemia y el perjurio, el homicidio y el adulterio.

La respuesta de Doctrina de la Fe carece, por ejemplo, de la obligada referencia a los actos intrínsece malum, verdad divinamente revelada, y por tanto, lo que dice Fernandez en todo el documento es nulo a todos los efectos por falta de completa justificación, por ambigüedad, por falta de seguridad jurídica y teológica, por arbitraria...

[...]
16/11/23 4:09 PM
  
Pedro de Madrid
Puede darse un problema gordo si una trans, se considera niño, pasados unos años quiere entrar en u n seminario, haber quien la discrimina, según las leyes.

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No es una discriminación injusta. La sociedad humana es un tejido de discriminaciones, quién tiene derecho y quién no a qué cosa. Y así es como debe ser. No puedo llevarme el automóvil de mi vecino porque no es mío. No tenemos todos los mismos derechos.

En cuanto a las leyes, no creo que haya una ley sobre los Seminarios. Y si la hubiese y de ese tenor, sería injusta y no habría obligación de obedecerla.

Saludos cordiales.
19/11/23 6:15 PM

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