Acerca de la noción de "causa" y del principio de causalidad.

Santo Tomás de AquinoPresentamos a continuación un diálogo sobre la noción de “causa” y el principio de causalidad.

- ¿Cuál es la importancia filosófica del principio de causalidad?

- Mucha, sin duda. Es el modo en que tenemos de elevarnos desde la experiencia a lo que la trasciende. El ejemplo más claro es la prueba de la existencia de Dios, pero no es el único. De ahí que la crítica moderna al principio de causalidad está en la base del rechazo de la Metafísica y es una de las razones profundas de la divergencia entre la filosofía realista y la filosofía moderna.

- ¿Qué entiende la filosofía tomista por “causa”?

- Lo mismo que el sentido común: causa es “aquello que influye el ser en otro”. Es decir, un principio productivo de otra cosa.

- ¿Cómo sabemos que una cosa es causa de otra?

- Ante todo, experimentamos la causalidad, cuando experimentamos la acción de otra cosa sobre nosotros, por ejemplo, el viento que da en nuestro rostro, o nuestra acción sobre otras cosas, como cuando empujamos algo para que se mueva.

- ¿Y en los casos que ni algo actúa sobre nosotros ni nosotros actuamos sobre algo?

- Por ejemplo, voy por la calle, veo moverse las hojas de los árboles, oigo el sonido del viento y siento el aire que me da en el rostro. Entonces digo: “el viento mueve las hojas”.

- ¿Y cómo es eso?

- La inteligencia hace espontáneamente este razonamiento: las hojas no se mueven por sí mismas, puesto que a veces están quietas. Luego, pueden moverse o no, y entonces, si se mueven, es porque otra cosa las mueve. Luego, hay algo que está moviendo a las hojas.

- ¿Y cómo llega de ahí, a que es el viento la causa del movimiento de las hojas?

- Aplicando hipótesis. Al mismo tiempo que veo moverse las hojas, oigo el sonido del viento y siento el aire en la cara. Llamamos “viento” precisamente a la causa de que fenómenos como ésos se den juntos. La hipótesis que es que hay un cuerpo muy sutil llamado “aire”, cuyo movimiento es el “viento”, y que al moverse, mueve las hojas, produce el sonido que oímos y al chocar con nuestro rostro, produce la sensación que experimentamos.

- ¿No es que “viento” es el rótulo o cartel que le pegamos a conjuntos de fenómenos parecidos a esos: movimiento de las hojas, sonido, sensación en el rostro?

- Es más que eso, porque se trata de la razón por la que todos esos fenómenos van juntos. Está de por medio la inferencia intelectual de que todo eso es obra de una causa, por el principio de razón de ser. Ni las hojas se mueven por sí mismas, porque no se mueven siempre, ni la atmósfera está siempre produciendo ese sonido, ni siempre tenemos en el rostro esa sensación. Todo eso es señal de contingencia, de algo puede darse o no, y por tanto, tiene que haber una razón para que se dé, en vez de no darse. Ésa es la causa. La relación entre todos esos fenómenos se debe a la unidad de la causa productora.

- ¿El aire es entonces solamente una hipótesis?

- Tampoco es así. Experimentamos el aire al experimentar su acción sobre nosotros, al sentir el viento en el rostro y al oír su sonido. La hipótesis es la que hace del aire la causa del movimiento de las hojas.

- Hume dice que simplemente estamos acostumbrados a percibir juntos esos fenómenos, y entonces, decimos que el anterior es causa del posterior. Pero no percibimos, dice, con los sentidos, la acción causal misma, la producción, el influjo de un ente en el ser de otro, y como no hay nada en la inteligencia que no haya estado antes en los sentidos, concluye que en realidad no tenemos idea de “causa” distinta de esa misma sucesión regular de fenómenos.

- Por un lado, ya dijimos que en ciertos casos experimentamos la acción de otra cosa sobre nosotros o nuestra acción sobre otra cosa. Que no la veamos es otro asunto. Hume dice que no vemos la acción de una bola de billar sobre otra, pero la vista no es el único sentido que tenemos: si ponemos la mano interceptando la trayectoria de la bola de billar sentimos la fuerza que ejerce sobre nosotros. Por otro lado, es difícil entender lo que Hume quiere decir ahí, porque evidentemente tenemos una idea de “causa” como principio productor del ser de otra cosa. Si no la tuviéramos, no podríamos pensar en ello, como evidentemente lo estamos pensando por el solo hecho de entender lo que acabamos de decir.

- Tal vez quiera decir que no es una idea legítima, porque no se origina en la experiencia de los sentidos.

- Lo que sucede ahí es que el hecho de que todo nuestro conocimiento intelectual tenga que tener su origen en la experiencia sensible no quiere decir que deba tener su origen inmediatamente en la experiencia sensible. Es bastante más complicado que “ver” la causalidad. De la experiencia abstraemos la noción de “ente”, y a partir de las limitaciones de los entes, la de “no ente”. Con ellas formamos el primer principio, el de no contradicción: el ente no puede ser el no ente, ente y no ente son incompatibles, una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo y en el mismo sentido. La diferencia entre el ente y el no ente nos lleva al principio de razón suficiente o razón de ser: si ser y no ser no son lo mismo, ni pueden serlo, no alcanza con que algo no sea, para que sea, y entonces, es necesaria una razón para que algo sea, en vez de no ser. Luego hacemos la experiencia de que algunos entes comienzan a ser y dejan de ser, y son por tanto contingentes, es decir, capaces de ser y también de no ser. Y ahí inferimos que si esa es su condición, entonces tiene que haber una razón para que existan en vez de no existir, por el principio de razón suficiente, y esa razón no puede estar en la naturaleza de estos entes, pues ésta es compatible tanto con la existencia como con la no existencia. Luego, ha de ser una razón extrínseca a la naturaleza de estos entes y distinta por tanto de ellos mismos: una causa. Por tanto, si las hojas del árbol se mueven a veces y a veces no, tiene que haber una causa de que se muevan, y así llegamos al “viento”.

- Hume diría que tampoco vemos el “ente” ni el “no ente”, para empezar.

- Porque Hume confunde “origen empírico del conocimiento de un objeto” con “experiencia sensible de ese objeto de conocimiento”. La noción de “ente” la abstraemos de la experiencia de los sentidos, pero es la inteligencia la que lo hace, no los sentidos. De modo que efectivamente, es una noción inteligible, no sensible. Por otra parte, es evidente lo que queremos decir cuando decimos que las cosas captadas por los sentidos “son”, “existen”, y todos lo sabemos.

- Pero si el objeto de conocimiento es sensible, es claro que tiene que ser objeto de experiencia sensible.

- La cosa material que conocemos bajo el término de “ente” es, inicialmente al menos, un ente sensible, pero el modo de conocerlo mediante la noción de “ente” es inteligible, como el modo de conocerlo por la vista, por ejemplo, es sensible. Del mismo modo, el hombre concreto es captable por los sentidos, pero la noción de “hombre” en general, mediante la cual lo pienso, no lo es, pues puede aplicarse idénticamente tanto a los gordos como a los flacos, a los varones como a las mujeres, a los jóvenes como a los viejos, a blancos, negros, amarillos, etc.

- Hume objeta que esa relación necesaria entre causa y efecto de que estamos hablando no la podemos afirmar válidamente, porque no responde a ningún vínculo racional necesario, sino que procede de la experiencia y por tanto de la costumbre. Sabemos que el agua moja, dice, por la experiencia, pero Adán, la primera vez que vio el agua sin tocarla aún, no podía por la idea del agua deducir que ésta mojaba. Ahora bien, por la experiencia no podemos fundamentar suficientemente juicios universales y necesarios, como “el agua moja”, porque la experiencia es siempre particular y contingente.

- Las causas naturales producen necesariamente su efecto, las causas libres no lo hacen, pero el asunto es que el principio de causalidad no se apoya en una relación necesaria que vaya de la causa al efecto, sino al revés: la relación necesaria en que se apoya es la que va del efecto a la causa, como en nuestro ejemplo, del movimiento de las hojas deducimos que tiene que tener, necesariamente, una causa, por las razones dichas.

- Es lo mismo. En ambos casos partimos de la experiencia, y entonces, no podemos universalizar la relación entre el efecto y la causa.

- Como dijimos arriba, es verdad que partimos de la experiencia, pero porque de ella abstraemos las primeras nociones que nos permiten formar los primeros principios, como el de no contradicción y el de razón suficiente, los cuales poseen una universalidad y necesidad estrictas, y entonces, junto con la noción de “ente contingente”, también abstraída de la experiencia, nos permiten concluir con absoluta necesidad y universalidad, el principio de causalidad.

- ¿Cómo lo que procede de la experiencia puede ser absolutamente universal y necesario?

- Porque sólo los conceptos que forman la proposición en cuestión, como sujeto y predicado de la misma, proceden de la experiencia, mientras que el nexo entre el sujeto y el predicado ya no procede directamente de la experiencia, sino de los solos conceptos, y de tal modo, que afirmar uno de esos conceptos y negar el otro es contradictorio, lo cual hace que el vínculo entre ambos sea absolutamente necesario y por lo mismo universal.

- Pero dice Hume que incluso si partimos del efecto, la afirmación de que todo efecto tiene causa es una mera definición de “efecto”, pues eso quiere decir, justamente, “efecto”, que algo es causado. No se sigue de ahí, dice, que haya algo así como efectos y causas, como del hecho de que todo esposo debe tener esposa no se sigue que haya hombres casados.

- Es verdad, el principio de causalidad, al menos la formulación que vamos a considerar aquí, no dice “todo efecto tiene causa”, sino “todo ente contingente tiene causa”, o también “todo lo que comienza a existir, tiene causa”.

- Pero Hume tampoco está de acuerdo con eso. Para él, nada impide pensar que algo comienza a existir, sin causa.

- ¿Cómo es eso?

- Él parte del principio que dice que toda idea que es distinta de otra idea, es separable de ella. Y la idea del ente contingente o del ente que comienza a existir es distinta de la idea de su causa. Luego, son separables.

- Sí lo son, en el sentido de que la cosa que es causa, puede ser pensada sin producir su efecto. Por ejemplo, el fuego naturalmente quema, pero si algo está cubierto de amianto, no lo quema. No lo son, en el sentido de que la cosa que es efecto de otra, es decir, el ente contingente o el ente que comienza a existir, pueda pensarse que exista o venga a la existencia sin causa alguna.

- Insiste Hume en que podemos imaginar que algo comienza a existir sin causa alguna.

- Sin duda, y también podemos imaginar el “agujero portátil” que hasta ha aparecido en los dibujos animados, o la sonrisa subsistente como la del gato de Cheshire, pero eso no quiere decir que podamos pensarlos, concebirlos, ni tampoco, por tanto, que puedan existir en la realidad.

- Él dice, sin embargo, que las únicas proposiciones cuya verdad es absolutamente necesaria son aquellas en las que el predicado es de algún modo idéntico al sujeto, porque entonces, por el principio de no contradicción, no podemos afirmar el sujeto y negar el predicado. Por tanto, viene a decir, si analizando la noción de “ente contingente” o de “ente que comienza a existir”, encontrásemos la noción de “ente causado”, entonces sí, podríamos afirmar con toda razón, como verdad necesaria, que todo ente contingente o que comienza a existir es causado. Pero no sucede eso, sino que lo único que contiene la noción de “ente contingente”, es la posibilidad de ser y la posibilidad de no ser, y lo único que contiene la noción de “ente que comienza a existir” es una sucesión temporal entre la no existencia y la existencia de dicho ente. Luego, nada nos obliga a admitir que todo lo que es contingente, o todo lo que comienza a existir, tenga causa.

- Hume tendría razón si la forma de llegar al principio de causalidad fuese por solo análisis de conceptos, como él supone. En realidad, por lo dicho arriba, vemos que no es así, sino que lo que hace la mente no es solamente analizar el concepto de “ente contingente” y ver que incluye tanto la posibilidad de ser como la de no ser, sino además aplicarle el principio de razón suficiente y concluir que entonces, la razón de que ese ente exista no puede estar en él mismo, sino que ha de requerir una causa.

- ¿Y de dónde sale el mismo principio de razón suficiente? Me temo que Hume diría que es el mismo principio de causalidad que queremos probar, disfrazado bajo otro nombre para disimular la petición de principio.

- No es así, porque cuando decimos que “todo tiene razón suficiente”, no determinamos si esa razón suficiente ha de ser necesariamente, o no, distinta de la cosa de la que da razón, mientras que por “causa” se entiende siempre algo realmente distinto de lo que es causado. La “causa” es así un tipo particular de razón suficiente.

- Pero entonces todo el peso de la argumentación cae sobre el principio de razón suficiente. ¿Cómo podemos estar seguros de su validez?

- En primer lugar, es un principio evidente, así que no se puede demostrar en forma directa. Basta señalar que nunca aceptamos que nos digan que algo es u ocurre “porque sí”, es decir, sin razón suficiente alguna. Pero indirectamente, se lo puede demostrar o defender por reducción al absurdo: si no hace falta una razón para que algo sea, en vez de no ser, entonces alcanzaría con que ese algo no fuese, para que fuese; alcanzaría, por ejemplo, con que ese algo no existiese, para que existiese, lo cual va contra el principio de no contradicción. Luego, todo tiene que tener una razón suficiente.

- Kant, sin embargo, no estaría de acuerdo tampoco con lo que acabamos de decir. Hemos dicho que el principio de causalidad es válido porque depende del de razón suficiente, el cual a su vez es válido porque su negación sería contradictoria. Pero Kant sostiene que los únicos juicios que dependen del principio de no contradicción son aquellos en los que el predicado está contenido dentro del sujeto, como decía Hume. Y al igual que Hume, dice que el predicado “ente causado” no forma parte del concepto del “ente contingente” o del “ente que comienza a existir”. Son los juicios que él llama “analíticos” y afirma que el principio de causalidad no es un juicio “analítico”.

- Kant está en lo cierto, en cuanto a que para que un juicio sea absolutamente necesario, tiene que depender del principio de no contradicción, ya que solamente lo que es contradictorio es absolutamente imposible, y por tanto, sólo aquello cuya negación es contradictoria es absolutamente necesario. Y también está en lo cierto, en que de algún modo, entonces, el predicado de un juicio así debe estar contenido en el sujeto de ese juicio. Pero se equivoca al pensar que un predicado de un juicio necesario sólo puede estar contenido “formalmente” en el sujeto de esa proposición, y no también “virtualmente”.

- ¿Y eso qué quiere decir?

- Estar un predicado “formalmente” contenido en el sujeto de la proposición es ser parte de su definición, y por tanto, de la esencia del sujeto. Estar contenido “virtualmente” el predicado en el sujeto, es no ser parte de la definición del sujeto, ni de su esencia, pero derivarse necesariamente de la misma. Eso sucede con el predicado “ente causado” respecto del sujeto “ente contingente” o “ente que comienza a existir”: no es parte de la definición de ese concepto, ni por tanto de la esencia del ente contingente o que comienza a existir, pero se deriva necesariamente de la misma aplicando el principio de razón suficiente, como vimos.

- Pero entonces, se trata de un juicio analítico, pues depende del principio de no contradicción. Ahora bien, Kant enseña que los juicios analíticos son científicamente vacíos, porque no dicen nada, ya que el predicado, al estar contenido en el sujeto, no le agrega nada nuevo. No son, diríamos hoy, juicios informativos.

- Eso podrá ser verdad o no, en todo caso, respecto de aquellos predicados que están contenidos formalmente en el sujeto, ahora no entramos en esa discusión. Pero sin duda que no es verdad de los predicados que no están contenidos formalmente en el sujeto, sino sólo virtualmente, como ocurre con el predicado del principio de causalidad. Son otros conceptos distintos, que no pueden encontrarse por análisis del concepto que hace de sujeto en el juicio, y que por tanto, sin duda que agregan algo al conocimiento que tenemos de lo significado por ese concepto.

- Pero si el predicado es otro concepto distinto del sujeto, que no forma parte de la definición del concepto, ¿cómo todavía el juicio en cuestión depende del principio de no contradicción? ¿Por qué habría de ser contradictorio afirmar una cosa y negar otra que es distinta de la primera?

- Porque el predicado se deriva necesariamente del sujeto, en virtud del principio de razón suficiente. También es contradictorio negar B de A, cuando B se sigue necesariamente de A, más allá de que B forme parte o no de la noción de A.

- ¿Pero cómo podemos derivar necesariamente B de A, si B no está contenido en la noción de A?

- Si sólo tuviésemos el principio de no contradicción, y no también el de razón suficiente, entonces tal vez no podríamos derivar necesariamente de un concepto, más que lo que contiene formalmente, y entonces la única forma de deducir un predicado necesario sería por análisis del sujeto. Pero por el principio de razón suficiente podemos deducir de un concepto algo que no está contenido en su definición, como vimos.

- Si B no forma parte de la noción de A, ¿por qué decimos que B, el predicado, está contenido “virtualmente” en A, el sujeto?

- Porque la definición del sujeto, A, nos da a conocer su esencia, y al derivarse B, por el principio de razón suficiente, de esa definición, se ve que B se deriva de la esencia de A, y todo lo que se desprende de algo es porque está de algún modo contenido en ello. Decimos entonces que B está contenido en la esencia de A, y decimos “virtualmente”, porque como B no forma parte de la noción de A ni propiamente de la esencia misma de A, está en ella como en potencia, a partir de la cual se actualiza, sea realmente, como la inteligencia, por ejemplo, deriva de la esencia del alma humana, o sólo respecto de nuestro conocimiento, como el “ser causado” deriva de la esencia del “ente contingente” como tal.

- Pero la inteligencia es realmente distinta del alma, como toda potencia o facultad del alma lo es. Luego, lo que deriva de la esencia del sujeto puede ser realmente distinto de esa esencia. Pero entonces, no puede pertenecerle al sujeto por el principio de no contradicción, porque no es idéntico realmente a él. Por ejemplo, la persona podría perder su inteligencia, a causa de un accidente, y seguiría siendo ella misma. Luego, esa conexión no es absolutamente necesaria.

- En efecto, pero ése no es el caso del principio de causalidad. El “ente causado” no es realmente distinto del “ente contingente”. Lo que nos muestra la prueba del principio de causalidad es que se trata del mismo ente, considerado bajo dos conceptos diferentes. La relación entre esos dos conceptos, por tanto, es absolutamente necesaria.

- Sin embargo, el ente causado agrega algo al concepto del ente contingente, y lo que agrega, es realmente distinto del ente contingente: su relación de dependencia respecto de una causa. Luego, la verdad necesaria de este juicio no se basa en la identidad real del ente contingente consigo mismo, solamente.

- Es cierto que la relación real de dependencia respecto de su causa es realmente distinta del ente contingente, pero éste no tendría razón suficiente sin dicha dependencia causal, de ahí la absoluta necesidad del principio de causalidad, y de que haya una identidad real entre el ente contingente existente y el ente causado.

- Pero entonces, finalmente, ¿qué dirías, atendiendo a la clasificación que hace Kant de los juicios: que el principio de causalidad es un juicio analítico, o un juicio sintético?

- Kant define el “juicio analítico” de dos maneras: la primera dice que es el juicio en el que el predicado está contenido en el sujeto, la segunda, que es el juicio cuya negación es contradictoria. Según esto, también el “juicio sintético” se puede entender de dos maneras: como el juicio cuyo predicado no está contenido en el sujeto, o como el juicio cuya negación no es contradictoria.

- ¿Y no son en ambos casos los mismos juicios los que son analíticos o sintéticos?

- Eso depende de cómo se entienda lo de “contenido en el sujeto”, si sólo formalmente, o también virtualmente, según lo que vimos arriba. En el primer caso, va a haber otros juicios que también van a depender del principio de no contradicción, y no van a ser “analíticos”, que son todos los casos en que el predicado está contenido virtualmente en el sujeto, siendo además el sujeto y el predicado realmente idénticos. No va a ser cierto, entonces, que ningún juicio “sintético” dependa del principio de no contradicción. En este caso, el principio de causalidad no sería “analítico”. En el segundo caso, sí, todos los juicios que dependen del principio de no contradicción son analíticos, y el principio de causalidad es analítico.

- Kant dice que no todos los juicios necesarios son analíticos, hay algunos juicios sintéticos que son necesarios también, pero no por el principio de no contradicción, sino por la intervención de una forma “a priori” de nuestra mente. Es decir, no son necesarios en sí mismos y absolutamente hablando, sino sólo para nosotros, para mentes como las nuestras, y por tanto, en forma relativa. Entre ellos coloca el principio de causalidad, y por eso mismo le niega valor metafísico, ya que no vale respecto de la realidad en sí misma, sino solamente respecto de nuestro modo de conocer.

- Kant dice eso porque piensa el “estar contenido en el sujeto” que es propio del predicado de todo juicio analítico, exclusivamente como estar contenido “formalmente” en el sujeto, y porque desconoce o no valora el rol del principio de razón suficiente en establecer la conexión absolutamente necesaria entre el ente contingente y el ente causado, de modo que también algunos juicios en los que el predicado está contenido sólo “virtualmente” en el sujeto son absolutamente necesarios y dependen del principio de no contradicción, como es el caso, según vimos, del principio de causalidad. De modo que en el caso de este principio, y en todos los casos semejantes, no hay necesidad de poner una “forma a priori” de la mente que dé cuenta de la necesidad de estos juicios, ni hay razón, por tanto, para restringir su validez a nuestro modo de conocer las cosas en vez de extenderla a la realidad misma, ni para negar, por tanto, la posibilidad de la metafísica.

- ¿Qué piensa Kant del principio de razón suficiente?

- Eso lo vemos en un opúsculo que escribió después de escribir la “Crítica de la Razón Pura”, en respuesta a un tal Eberhard, que era un seguidor de Leibniz. La obra se llama “Porqué no es inútil una nueva crítica de la razón pura”. Este Eberhard había propuesto un argumento a favor del principio de razón suficiente, que decía más o menos así: “Un viento que se mueve hacia el Este, sin ninguna razón suficiente, podría igualmente moverse hacia el Oeste, al mismo tiempo, lo cual es contradictorio. Luego, todo tiene una razón suficiente.”

- ¿Y cuál fue la crítica de Kant?

- Kant le critica que Eberhard debería haber dicho que el viento que se mueve hacia el Este podría moverse “en su lugar” hacia el Oeste, no “al mismo tiempo”, del mismo modo que un jugador de lotería puede ganar o en su lugar perder, pero no al mismo tiempo, y un artista puede hacer de un trozo de mármol un dios o un banco, pero no ambas cosas a la vez.

- ¿Y en qué fallaría esta crítica de Kant a Eberhard?

- En que Kant no toma en cuenta el punto de partida del argumento de Eberhard. Kant procede como si Eberhard hubiese simplemente dicho que un viento que va hacia el Este podría ir al mismo tiempo hacia el Oeste, lo cual es obviamente absurdo. Trata esta proposición de Eberhard como si fuese una premisa, cuando en realidad es una conclusión. Eberhard está partiendo, para refutarla por absurdo, de la hipótesis de que no hay una razón suficiente para que el viento vaya hacia el Este, más de la que hay para que vaya al Oeste o a cualquier otra parte. Es en esa hipótesis que Eberhard sostiene que, dado que no hace falta nada para que el viento vaya al Este, alcanza para ello con cualquier cosa, y entonces, podría alcanzar con que el viento no fuese al Este, para que fuese al Este, y por tanto, también podría alcanzar con que fuese al Oeste, para que fuese al Este, de modo que iría al Este y al Oeste al mismo tiempo.

78 comentarios

  
Ricardo de Argentina
Néstor, permitime que te felicite una vez más y manifieste mi admiración por la precisión, seriedad y contundencia con las que desmontas los sofismas de Hume y de Kant.

La desfachatez conque éste último tergiversa la argumentación del seguidor de Leibnitz, inadmisible en una lumbrera de la "filosofía" como era él, deja a las claras que su procerato (¡y el de tantos!) no se debe a las genialidades que parieron sino a los apoyos que gozaron. ¡Y que gozan actualmente!.

En el post anterior escribieron comentaristas que negaban lo más frescos el principio de causalidad. Si la experiencia nos muestra que existe "algo", bueno, punto, eso está "ahí" y no la pienso más... Chau y a otra cosa. ¡No lo podía creer!
Pero este artículo tuyo nos muestra que esa necedad viene de lejos y proviene de la filosofía empirista-idealista, heredera del nominalismo. Pasando por el cartesianismo, pues Hume escribió su principal tratado basándose en las ideas de René Descartes.

"La filosofía es el sentido común vestido en traje de fiesta", señalaste anteriormente en un comentario.
Entonces queda claro que los rebuscadísimos, intrincadísimos y eruditísimos sofismas de tanto cagatinta a sueldo que ha habido en la historia, no son propiamente FILOSOFIA.
Aunque así se llamen a sí mismos los tales sofistas. Aunque así los llame y considere el mundo intelectual modernista.
Que en la Grecia de Sócrates, Platón y Aristóteles pasaba exactamente igual. Nada nuevo bajo el sol.
06/11/11 4:39 PM
  
Elugelab
"...la precisión, seriedad y contundencia con las que desmontas los sofismas de Hume y de Kant."
Si contestar a una serie de preguntas que el autor se hace a medida para poder dar las respuestas que le interesan, es desmontar con seriedad, precisión y contundencia, entonces hay que aceptar que Néstor ha creado una nueva forma de hacer filosofía.
06/11/11 7:12 PM
  
Ricardo de Argentina
En una de esas es al revés. En una de esas, los que pretendieron hacer una nueva forma de filosofía fueron quienes pisotearon el sentido común y descalificaron la capacidad del intelecto humano de conocer la realidad.
Y les salió mal el intento. Comenzaron por dinamitar la Metafísica, que es el carozo de la Filosofía, y terminaron por llamar "filosofía" a cualquier cosa. En ésa andamos.

Néstor, por el contrario, defiende la filosofía de siempre, llamada por eso mismo "perenne". No prejuzga ni descalifica a priori la capacidad cognitiva del hombre. No contraría el sentido común sino que lo "limpia, fija y da esplendor".
06/11/11 7:57 PM
  
Elugelab
La filosofía perenne, el fundamento del tradicionalismo. Percepción intuitiva de la verdad absoluta, la revelación divina, la realidad superior, el alma.... una buena colección de "petitio principii" que evita cualquier debate si no se aceptan a priori y sin cuestionarlos.

06/11/11 8:57 PM
  
Juan Carlos
El hombre, por las solas fuerzas de la razón, puede conocer a Dios de un modo espontáneo, y si bien tal cognoscibilidad no deja de ser mediata y discursiva, es aun imperfecta.

No obstante, esa inferencia espontánea de la existencia de Dios es suficiente en su orden: la humanidad siempre ha tenido una cierta noción de Dios a partir de la propia experiencia, o como lo dijera Aristóteles, "de sus propias almas y el movimiento ordenado de las estrellas". No es pues un conocimiento irrelevante con el que haya que cortar, ya que se estaría cortando con la experiencia y el sentido común natural mismos.
06/11/11 9:32 PM
  
Ricardo de Argentina
¿Pedidos de principio? No, para nada. Evidencias y demostración por el absurdo de los principios fundamentales, sí.

Ahora bien, si negamos el principio de causalidad, entonces la demostración por el absurdo no funciona. Y si adherimos a la duda sistemática cartesiana y a los desarrollos de ella derivados, tampoco hay evidencias. Pero ojo, estas proposiciones sólo pueden hacerse instalados desde el más crudo relativismo. Y desde el relativismo, todo lo que no sean dudas son "peticiones de principio". O como les gusta decir a muchos, "hacerse dueños de la verdad".
Otros hablan de "fundamentalismo".
Todo por el mismo precio.
06/11/11 11:33 PM
  
Néstor
Leyendo un texto de Metafísica sobre el tema de la posibilidad encuentro lo siguiente:

“Nicolai Hartmann considera como realmente posible, o “posible real”, aquello que posee como algo actualmente dado todas las condiciones de su actualización. Si una de estas condiciones llegase a faltar, ya no habría posibilidad real. Si no falta ninguna, lo posible se realiza infaliblemente. La posibilidad y la necesidad se recubren en la realidad: nada es aquí posible que no sea necesariamente realizado, nada se realiza necesariamente sin ser posible”.

(De Raeymaeker, Louis, Filosofía del ser, Gredos, Madrid, 1968, p. 107).

En resumen:

““Posible” es lo que tiene actualmente la totalidad de las condiciones requeridas para su realización. Y por tanto, existe. Por tanto, nada puede ser posible y no existir. Por tanto, sólo es posible lo que existe, y entonces, lo que existe es necesario. Necesario y posible se identifican”.

Hartmann probaría la Mayor:

“Lo que no puede existir, no es posible.
Pero nada puede existir si no está dada la totalidad de las condiciones de su existencia.
Luego, nada es posible sino aquello que tiene dada la totalidad de las condiciones de su existencia.”

CRÍTICA:

Es sin duda un brillante sofisma este de Hartmann, pero sofisma al fin.

Distingo la Mayor: A) Lo que no puede existir en ninguna situación pensable, no es posible: Concedo. B) Lo que no puede existir en una situación pensable determinada, a saber, cuando no están dadas todas las condiciones extrínsecas de su existencia, no es posible: Subdistingo: A) No es posible en esa situación determinada: Concedo. B) No es posible absolutamente hablando: Niego.

Contradistingo la Menor: A) No puede existir en esa situación determinada: Concedo. B) En ninguna situación pensable: Niego.

Distingo la Conclusión: A) No es posible en esa situación determinada en que carece de las condiciones necesarias para existir: Concedo. B) No es posible absolutamente hablando, en cualquier situación pensable: Niego.

Sin duda, todo lo que es posible, supone ciertas condiciones extrínsecas, además de su posibilidad intrínseca o no contradicción, para darse en la realidad. Y si no están dadas esas condiciones extrínsecas, no podrá darse en esa situación concreta en la que no están dadas esas condiciones, pero eso no lo convierte en imposible absolutamente hablando, porque no quiere decir que no pueda darse en situación alguna.

Saludos cordiales.
07/11/11 1:45 PM
  
Carlos Vaz Ferreira
El paralogismo de los metafísicos

«la gran mayoría de las demostraciones clásicas de las tesis metafísicas son un caso de esta falacia, pues consisten en admitir una tesis y darla por probada con la demostración que la tesis contraria nos lleva a absurdos, a contradicciones, a inconsecuencias o a improbabilidades, sin tener en cuenta que posiblemente las dos tesis están en ese mismo caso»

En estos argumento Néstor Martínez comete la típica falacia metafísica conocida por algunos como "el paralogismo de los metafísicos", que consiste en plantear gratuitamente un pseudoproblema absurdo y sin sentido semántico como la distinción gratuita entre lo contingente, que puede dejar de existir y el ente necesario que no puede dejar de ser; asunto metafísico que tiene tan poco sentido como preguntarse si el espíritu es redondo o cuadrado o si es blanco o amarillo. Entonces, una vez que el interlocutor acepta la cuestión absurda, el metafísico le demuestra lo absurdo que es una alternativa (por ejemplo, que el espíritu sea cuadrado o que haya sólo entes contingentes) para a continuación exclamar triunfante que la única alternativa válida es la suya (por ej, que el espíritu es redondo o que hay también un ente necesario). Pero el metafísico no da a conocer la posibilidad de que ambas alternativas sean igualmente absurdas, inadecuadas semánticamente o un completo misterio ininteligible. Y para más inri pretende que el absurdo de una alternativa es prueba de la verdad de la otra, cuando ambas pueden ser igualmente absurdas y, por tanto, el argumento no tiene valor.

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Lo respondemos exclusivamente porque es ilustrativo de un paralogismo muy frecuente hoy día entre los críticos de la metafísica.

Aquí se está hablando de la tesis "contraria", cuando se debería haber dicho "contradictoria", y ver si después de decirlo se podía seguir diciendo lo que se dice a continuación, que obviamente no.

Dos proposiciones contradictorias no pueden ser ambas verdaderas, por el principio de no contradicción, ni tampoco ambas falsas, por el de tercero excluido.

De modo que si se prueba que una es falsa, la otra es automáticamente verdadera, y es lógica elemental, no paralogismo de metafísico alguno.

Si es falso que el espíritu sea cuadrado, es verdadero de toda verdad que el espíritu no es cuadrado, y el que quiera puede intentar probar que esta última proposición es falsa.

La cuestión no se plantea entre "el espíritu es cuadrado" y "el espíritu es redondo", sino entre "el espíritu es cuadrado" y "el espíritu no es cuadrado", o entre "el espíritu es redondo" y "el espíritu no es redondo".

Del mismo modo, si es falso que el espíritu sea blanco, es la más sólida verdad que no es blanco, y si es falso que sea amarillo, nada hay más cierto que la proposición que dice que el espíritu no es amarillo.

Igualmente, la cuestión se plantea entre "sólo existen entes contingentes" y "no sólo existen entes contingentes". O sea, entre "existen entes contingentes y no existe nada más" y "existen entes contingentes y además existe algo que no es contingente" y que por tanto es Necesario, ya que lo distinto de "poder no ser", es decir, de ser contingente, siendo un ente, y por tanto, no siendo imposible, es "no poder no ser", es decir, ser necesario.

Y es evidente que si es falso que "existen entes contingentes y no existe nada más", entonces es verdad, o que no existen entes contingentes, o que existe algo que no es contingente, o ambas cosas.

Como por nuestra parte aceptamos que existen entes contingentes, de la falsedad de "sólo existen entes contingentes" deducimos con todo derecho que "existe algo que no es contingente", o sea, el Ser Necesario.

Nunca es absurda una cuestión planteada en términos de tercero excluido, si se la plantea bien, es decir, sobre la base de una contradicción, como "existen círculos verdes - no existen círculos verdes".

Lo que hay que hacer es no plantear estas cuestiones en términos de "contrariedad". Es decir, no es una situación de tercero excluido la oposición entre "las igualdades son de goma - las igualdades son de plástico", ni la Metafísica se vale de tales oposiciones para argumentar.

Saludos cordiales.

07/11/11 3:07 PM
  
Ricardo de Argentina
Bueno, vamos mejorando.
Parece que los realistas ya no utilizamos retorcidamente a la filosofía para demostrar las verdades de Fe (Sagan dixit), sino que hacemos razonamientos equivocados (paralogismos) y almas piadosas y lúcidas vienen prestas a sacarnos de nuestro error.

Lástima grande que un supuesto paralogismo no puede criticarse con otro (evidente) paralogismo, como ha dejado en claro Néstor.
07/11/11 5:18 PM
  
Leonardo R.
Néstor y amigos todos:

"plantear gratuitamente un pseudoproblema absurdo y sin sentido semántico "

varias afirmaciones sin prueba, giramos siempre sobre la misma falta de honestidad y rigor.

para ser honesto, el comentarista debería probar varias cosas:

1. que las afirmaciones de Néstor son "gratuitas".

(eso me gustaría verlo porque obviamente supondría el enorme trabajo de agarrar todas las proposiciones hechas por él hasta ahora, que deben ser cientos si atendemos al esquema "S es P" )

2. Probar que los planteamientos de Néstor son un "pseudoproblema".

(eso también me gustaría verlo)

3. Probar que las tesis de Néstor son "absurdas".

(pago por ver)

4. Probar que carecen de "sentido semántico"

(Idem)

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sabemos que el amable comentarista no lo hará. Básicamente por dos razones:

1) porque es imposible.

2) porque no es de su interes. Razón por la cual no entendemos su participación en este espacio.

Afirmar sin probar es muuuuuuuuy sencillo. Los niños pequeños lo hacen a cada rato.


Laus Deo Virginique Matri
07/11/11 5:41 PM
  
Elugelab
En mi opinión Néstor centra la cuestión en defender la no contradicción de sus proposiciones, olvidando que de ahí no se derivan mayores conclusiones. Es evidente que si se asume la contingencia de los entes, no puede asumirse también la no contingencia de los entes, pero lo que queda por demostrar es si realmente los entes son contingentes. Eso hay que asumirlo sin más, como petitio principii que nos impone el señor Martínez y sobre el que pasa con bastante ligereza. Por tanto, entiendo que lo primero que debería establecerse por parte del autor es la prueba irrefutable de la contingencia de los entes o bien, si no dispone de dicha prueba, aceptar que su argumento es puramente especulativo, fundamentado en afirmaciones gratuitas y sin valor real fuera del discurso metafísico, en resumen, sólo literatura para entretener la mente.

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El argumento que prueba la existencia de un Ser Necesario a partir de los entes contingentes tiene esta forma general:

“Si hay entes contingentes, existe el Ser Necesario. Pero hay entes contingentes. Luego, existe el Ser Necesario”.

Por tanto, no es necesario probar “la contingencia de los entes” para llegar la conclusión, basta probar que existe por lo menos un (1) ente contingente.

Además, si se probara “la contingencia de los entes”, por eso mismo se probaría que no hay un Ser Necesario.

¿Cómo se prueba que hay al menos un ente contingente?

Una primera forma:

1) “Ente contingente” es el que puede existir y puede no existir.

2) Todo ente del cual es verdadero decir que en determinado momento existe y en otro determinado momento no existe, puede existir y puede no existir.

  1. En efecto, si un ente no puede existir, no podrá ser verdad decir de ese ente que en algún momento existe, y si un ente no puede no existir, no podrá ser verdad, respecto de ese ente, decir que en algún momento no existe. Porque la afirmación “En tal momento X existe” o “En tal momento X no existe” sólo puede ser verdadera si se da el caso de que en ese momento X existe, o X no existe, respectivamente, y ese caso no puede darse nunca, en la hipótesis de un ente que no puede existir, o no puede no existir, respectivamente.

3) Es así que hay entes de los cuales es verdadero decir que en algún momento existen y en algún momento no existen.

  1. Por ejemplo, el Empire State Building, que ahora existe, y del cual es verdad decir que hubo un tiempo en que no existió. Y las Torres Gemelas, que existieron, y de las cuales es verdad además decir que ahora no existen. Lo mismo, esta hormiga que camina por la pared, etc.

4) Luego, hay entes contingentes.

Segunda manera de probar lo mismo:

1) “Ente contingente” es el que puede existir y puede no existir.

2) Todo ente cuya noción no es contradictoria, y en cuya definición no entra la existencia actual, ni se deriva de la misma, puede existir, y puede no existir, y por tanto, es contingente.

  1. En efecto, lo que no forma parte de la definición de un ente ni se deriva necesariamente de la misma, no pertenece necesariamente a ese ente, y por tanto, puede no tenerlo.

3) Hay entes en cuya definición no entra la existencia actual ni se deriva necesariamente de la misma.

  1. En efecto, si la existencia actual entrase en la definición de un ente o se derivase necesariamente de la misma, sería contradictorio negar la existencia actual de ese ente, porque lo negado en el predicado estaría necesariamente afirmado en el sujeto de la misma proposición.
  1. i. Del mismo modo que la proposición “Algún triángulo no tiene tres lados” es contradictoria, porque el tener tres lados se desprende necesariamente de la definición del sujeto de esa proposición, el triángulo.
  1. Pero no es contradictorio negar la existencia de determinados entes, por ejemplo, los dinosauros, los caballos, los árboles, los seres humanos, las estrellas.

4) Luego, hay entes que pueden existir y pueden no existir.

5) Luego, hay entes contingentes.

Saludos cordiales.

07/11/11 7:41 PM
  
Estepario
ojalá alguna vez los comentaristas que intentan refutar a Néstor dieran muestras de una tal solidez de argumentación.

Pero se dedican sólo a hacer afirmaciones gratuitas, utilizando la antigua consigna Volteriana de repetir y repetir esperando que algo quede.

Estos señores entran, lanzan afirmaciones, luego se van, cambian de nombre, vuelven, lanzan als mismas afirmaciones, por inguna aprte se les ve detenerse a probar, a argumentar, nada, nada, nada.

Néstor,

gracias por su último comentario, muy claro
07/11/11 9:52 PM
  
Elugelab

Mensaje editado:

"2) Todo ente del cual es verdadero decir que en determinado momento existe y en otro determinado momento no existe, puede existir y puede no existir."

Falso, el ente que en un determinado momento existe y en otro determinado momento no existe:

O ha existido y ha dejado de existir, si el momento de la no existencia es posterior al de la existencia, o no existe aún y va a existir más adelante en el tiempo. En ningún caso se desprende que puede existir o puede no existir, eso, si me permite es de su propia cosecha y no se deriva para nada de que algo que existe DEJE de existir o de que algo que no existe lo haga.
El único modo en que sería cierta su afirmación es que pudieramos retroceder en el tiempo y eliminásemos cualquier posibilidad de que se produzca esa existencia antes de que se llegue a producir o borrar cualquier rastro de su existencia previa una vez a dejado de existir; salvo que nos traslademos al terreno de la ficción pura, estamos ante un absurdo. Una vez se ha producido la existencia, carece de sentido plantearse que pudiera no haber sido, es un ejercicio que no conduce a nada fuera de, como ya comenté, escribir literatura metafísica para entretenimiento mental.

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Sin embargo, esa afirmación que aquí se niega se deriva de esta otra, que en el mismo mensaje se aprueba:

"1.En efecto, si un ente no puede existir, no podrá ser verdad decir de ese ente que en algún momento existe, y si un ente no puede no existir, no podrá ser verdad, respecto de ese ente, decir que en algún momento no existe. Porque la afirmación “En tal momento X existe” o “En tal momento X no existe” sólo puede ser verdadera si se da el caso de que en ese momento X existe, o X no existe, respectivamente, y ese caso no puede darse nunca, en la hipótesis de un ente que no puede existir, o no puede no existir, respectivamente."

Nada que objetar, salvo que resulta bastante obvio que lo que no puede existir, no puede existir y además no existe ni existirá.

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Si concedemos que lo que no puede existir, no existe, ni existirá, entonces, por un simple Modus Tollens, tenemos que lo que existe, o existirá, puede existir. Por tanto:

1) Lo que no puede existir, no existe ni existirá.

2) Lo que existe o existirá, puede existir.

3) El Empire State Building existe.

4) Luego, el Empire State Building puede existir.

5) Lo que no existe, puede no existir. En efecto, lo que no puede no existir, nunca se da el caso de que no exista.

6) En el siglo XVIII, el Empire State Building no existe.

7) Luego, el Empire State Building puede no existir.

8) Luego, el Empire State Building puede existir y puede no existir.

9) Luego, el Empire State Building es contingente.

Saludos cordiales.

07/11/11 10:11 PM
  
Ricardo de Argentina
pero lo que queda por demostrar es si realmente los entes son contingentes.
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¡Ay mi madre, a qué nivel hemos descendido!
Pero si con una pizca de sentido común te das cuenta al toque, sin necesidad del riguroso desarrollo que la bonhomía y la infinita paciencia de Néstor te han propinado!.

Pero no hay mal que por bien no venga. Esto sirve para darse una idea de la vacuidad e inconsistencia de los sistemas filosóficos que desprecian y contradicen el sentido común.
07/11/11 10:54 PM
  
Juan Carlos
¿Puede haber algo más arbitrario que el empirismo?.No.

El cognoscente no puede quedar comprendido en la red empirista de todo lo cognoscible. El cognoscente inteligente -que contempla los datos, se esfuerza por entenderlos,interpretarlos y hacer un juicio de valor o disvalor,lo que es el deber y lo que no- no está ahí afuera, entre los datos sensoriales. Si el empirismo es verdadero, el cognoscente no puede "contemplarse" como un yo autoconsciente, que se autoposee,que se autogobierna.

Sin embargo, hacemos eso todo el tiempo.
07/11/11 11:15 PM
  
Losantos
Seguimos respondiendo a estos mensajes enviados por la misma persona con nombres diferentes simplemente porque puede ser útil a otros lectores.

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"El argumento que prueba la existencia de un Ser Necesario a partir de los entes contingentes tiene esta forma general:

“Si hay entes contingentes, existe el Ser Necesario. Pero hay entes contingentes. Luego, existe el Ser Necesario”.

Por tanto, no es necesario probar “la contingencia de los entes” para llegar la conclusión, basta probar que existe por lo menos un (1) ente contingente."


Sí que es una petición de principio porque del hecho de que haya sólo un ente contingente usted deduce que TODOS lo tienen que ser y, lo que absolutamente va en contra de las leyes de la lógica: que aunque todos fueran contingentes el conjunto también lo fuera.

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No. Del hecho de que existe un (1) ente contingente, se deduce que tiene una Causa Primera que es el Ser Necesario. No hace falta hablar de otros entes contingentes.

Lo que pasa es que existe la costumbre de referirse al Universo material al hablar de las pruebas de la existencia de Dios. Un poco por deformación procedente de la mentalidad cientificista, que nos hace estar más seguros del Universo que de nuestra propia existencia, y otro poco, porque algunos plantean la objeción de que el Ser Necesario que es causa del ente contingente podría ser el Universo material.

En respuesta a esta objeción, se pueden hacer dos cosas:

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1) Mostrar que el Universo material no puede ser el Ser Necesario. Esto se hace mostrando que un conjunto de entes contingentes es contingente. A esto se objeta que no necesariamente las propiedades de los componentes son propiedades del conjunto, como un conjunto de células no es una célula o un conjunto de hormigas no es una hormiga.

Pero nosotros no partimos del principio de que dice que las propiedades de los elementos son propiedades del conjunto, sino del principio que dice que el efecto no puede superar la causa. Los elementos de un conjunto son las causas del mismo, ya que son sus componentes. Por eso el conjunto no puede ser de naturaleza superior a sus elementos. y el Ser Necesario sin duda que es superior al ente contingente.

Eso explica que una multitud de ciegos tenga que ser ciega, a pesar de que no necesariamente las cualidades de los elementos se transfieren al todo. Porque ser vidente implica un "plus" respecto de ser ciego.

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Además, ya hemos demostrado que un conjunto de entes contingentes es contingente, por la definición misma de "contingente":

1) "Contingente" es lo que puede ser y puede también no ser.
2) En un conjunto de entes contingentes, cada integrante de ese conjunto puede ser y puede también no ser.
3) Luego, una de las posibilidades es que todos los integrantes de ese conjunto dejen de ser al mismo tiempo.
4) Por tanto, una de las posibilidades es que el mismo conjunto deje de ser.
5) Con lo que se ve que el conjunto mismo puede no ser, y por tanto, es contingente.

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2) Mostrar que el Ser Necesario no tiene algunas de las caracteristicas esenciales del Universo material.

Por ejemplo, el Universo material es necesariamente cambiante. Pero todo lo que cambia tiene una causa, ya que nada puede darse a sí mismo ni lo que tiene, porque ya lo tiene, ni lo que no tiene, porque no lo tiene. Ahora bien, el Ser Necesario es tal, porque es Causa Primera, y todo ente contingente es causado (principio de causalidad), y por tanto, ningún ente contingente puede ser Causa Primera. Pero "Causa Primera" quiere decir "Causa no causada". Luego, el Ser Necesario no tiene causa. Y entonces, no puede ser el Universo material.

Saludos cordiales.
08/11/11 8:25 AM
  
jabotella
"Pero nosotros no partimos del principio de que dice que las propiedades de los elementos son propiedades del conjunto, sino del principio que dice que el efecto no puede superar la causa"

Pero es que ese principio no tiene por qué ser verdadero.

El conjunto puede superar a sus partes. El efecto puede superar a lo que lo causa.

Toma como ejemplo a una célula, o un conjunto de ellas que forman el cerebro. En él se "forman" los pensamientos, los razonamientos. ¿No es en ese caso el efecto superior a lo que lo causa?

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"Superior" es lo que "supera" a algo, y eso quiere decir, que es más que ese algo. Si A es más que B, entonces el "plus" de ser que hay en A no puede venir de B, porque allí no ha estado nunca. Y tampoco puede venir de la nada. Luego, A es imposible, a no se que haya otra causa de A, C, que tenga al menos tanto ser como A, es decir, que sea tal, que A no sea "superior" a C.

En efecto, el pensamiento es superior a todo lo que pueden realizar las neuronas, y precisamente por eso, las neuronas no son la causa del pensamiento. El que piensa no es el cerebro, sino la inteligencia .

El cerebro es necesario para el pensamiento porque “nada hay en la inteligencia que no haya estado antes en los sentidos”, y el cerebro es como el órgano central de la sensibilidad. Pero así como el hecho de que la inteligencia abstraiga los conceptos de la experiencia sensible, no quiere decir que la inteligencia sea un sentido más, del mismo modo, el hecho de que el cerebro sea necesario para el pensamiento no quiere decir que el cerebro piense.

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En el fondo es la noción de "materialismo emergente" de Bunge.

¿Qué tiene esto de erróneo?

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Lo que tiene de erróneo es que lo superior no sale de lo inferior, y eso no cambia por más que le pongamos encima la palabra “emergente”.

“No tenía nada en el bolsillo, y sin embargo, pude sacar una moneda”
“¡Pero eso es imposible!”
“No, lo que pasa es que la moneda “emergió”"
“¡Ah, haberlo dicho antes!”

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"Eso explica que una multitud de ciegos tenga que ser ciega, a pesar de que no necesariamente las cualidades de los elementos se transfieren al todo."

¿No te das cuenta que por la misma regla estás afirmando que un equipo de fútbol formado por personas negras tiene que ser negro o que no puede ser blanco?

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No lo estoy afirmando, a no ser que partamos de que ser blanco es superior a ser negro.

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¿Se puede decir de verdad que la multitud de ciegos es... ciega?

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¿Tiene sentido hablar de un pueblo culto, inteligente, o trabajador, etc.? ¿Logran ver los ciegos por el hecho de unirse entre ellos? ¿Se le puede hablar a una multitud? ¿Se le puede decir a esa multitud de ciegos que camine ordenadamente hacia aquella bandera roja?

Si no tiene sentido decir que una multitud es ciega, tampoco tiene sentido decir que es vidente. Y entonces, tampoco tiene sentido decir que un conjunto de entes contingentes es necesario. Pero a partir de un solo ente contingente se prueba que hay una Causa Primera, que es necesaria. Y entonces, no se puede decir que esa Causa Primera sea el universo material, conjunto de entes contingentes.

Saludos cordiales.
08/11/11 11:55 AM
  
Luis el canario
¿Es la filosofía una ciencia?
En caso de respuesta afirmativa, ¿qué clase de ciencia es?
¿en cuál de las dos grandes familias de las ciencias se encuentra la filosofía, en las ciencias formales o en las ciencias fácticas?

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La Filosofía es una ciencia que estudia lo que las cosas son, y sus causas. ¿En cuál de esas dos grandes familias de ciencias la incluiría Ud.?

Saludos cordiales.

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La pregunta la hice yo, Néstor. Por favor, trate de contestarla. Si dice que la filosofía es una ciencia, ¿entonces es formal o fáctica?

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Defina entonces qué entiende por "ciencia formal" y qué por "ciencia fáctica".

Ya hemos dicho que no aceptamos "links" porque preferimos que cada uno exponga los argumentos que entiende que son válidos.

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Sigo en que la pregunta la he hecho yo. Por favor, no evite responderla haciéndome preguntas a mí. Yo le he preguntado si la filosofía es una ciencia formal o una ciencia fáctica. Si para usted es una cosa u otra, por favor, dígalo, y si lo necesita, exponga luego porqué es una cosa u otra.

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El hecho de que Ud. pregunte no le da derecho a pedir que yo adivine el sentido de los términos que emplea. Defina, y entonces contestaremos.
08/11/11 1:49 PM
  
jabotella
"Lo que tiene de erróneo es que lo superior no sale de lo inferior, y eso no cambia por más que le pongamos encima la palabra “emergente”."

La causa del pensamiento o de los razonamientos no es la "inteligencia", que es simplemente un concepto para definir la capacidad de de entender, asimilar, elaborar información y utilizarla para resolver problemas del hombre. La causa de esa capacidad de razonar es la estructura y características físicas de nuestro cerebro y sus componentes.

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Esa capacidad es una capacidad real, y no se identifica con el cerebro.

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Pero, aparte de negar con este principio el que del conjunto de partes pueda surgir algo superior,con ese principio puedes negar la teoría de la evolución de plano.

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No necesariamente, basta con reconocer que la Causa Primera de la evolución es superior a todo lo que la evolución pueda eventualmente producir.
08/11/11 1:55 PM
  
jabotella
Pero, aparte de negar con este principio el que del conjunto de partes pueda surgir algo superior,con ese principio puedes negar la teoría de la evolución de plano.

-------------------------------

No necesariamente, basta con reconocer que la Causa Primera de la evolución es superior a todo lo que la evolución pueda eventualmente producir.


Pero ¿no había usted hablado de una serie de causas?
Y ahora ¿aplica el principio de "el efecto no puede ser superior a su causa" sólo a la causa primera?

¿Es un principio aplicable sólo a la Causa primera?

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Es un principio aplicable a cualquier causa principal, no necesariamente a las causas instrumentales. El techo de la Capilla Sixtina sobrepasa a los pinceles de Miguel Ángel, pero no a Miguel Ángel usando los pinceles. Las creaturas son causas principales en la producción de los efectos que caen dentro de su capacidad natural, pero para producir lo que supera su naturaleza sólo pueden ser causas instrumentales.
09/11/11 8:24 AM
  
Dnip
Estimado Néstor, una duda antes de repasar lo que hemos dejado pendiente.

Pienso que su deducción no es correcta, pues juega con el marco temporal de forma ventajosa. Veamos un ejemplo con los mismos tiempos verbales.

1) Lo que no se puede leer, ni se lee ni se leerá.
2) Lo que se lee o se leerá, puede leerse.
3) Un firma escrita con una tinta que se borra al año de ser utilizada es legible.
4) Luego esa firma puede leerse.
5) Lo que no puede leerse puede no leerse. En efecto, lo que no puede no leerse, nunca se da el caso de que no se lea.
6) Hace un año y un día, mi firma escrita con la tinta especial se lee.
7) Luego, mi firma se puede leer.
8) Luego mi firma puede leerse y puede no leerse.
9) 8) no es cierto en forma general, pues, por ejemplo, hoy, mi firma no se puede leer.

Para ser riguroso habría que indicar el marco temporal de validez de la frase.

Si el Empire State no existe en el siglo XVII puede no existir en el siglo XVII, pero eso no demuestra que puede existir en el siglo XVII ni que, existiendo hoy (y por tanto pudiendo existir hoy), pueda no existir hoy.

Un saludo atento.

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“Si el Empire State no existe en el siglo XVII puede no existir en el siglo XVII, pero eso no demuestra que puede existir en el siglo XVII ni que, existiendo hoy (y por tanto pudiendo existir hoy), pueda no existir hoy. “


Decir que “A puede existir” es decir que puede existir siendo A. La existencia de lo que es posible no es existencia de otra cosa distinta.

Por tanto, si en algún momento A no existe, pudiendo existir, el poder existir y poder no existir es una característica de eso que es posible, a saber, A, y eso quiere decir cuando exista, siendo así que será A lo que exista, seguirá pudiendo existir y pudiendo no existir.

Igualmente, si A puede no existir, y ahora existe, es característica de eso que es posible, A, el poder no existir y el poder existir, y entonces, ahora que existe sigue pudiendo no existir, porque es A y no otra cosa, lo que ahora existe.

“Pero A no puede no existir al mismo tiempo que existe.”

Aquí hay que distinguir: "No puede no existir al mismo tiempo que existe, en sentido compuesto: Concedo. En sentido dividido: Niego". Es decir, es claro que en tanto que existe, no puede no existir, pero eso no quiere decir que eso que ahora existe no pudiese no haber existido ahora.

Es lo mismo que si alguien dijese "el que está sentado no puede estar de pie": En sentido compuesto: Concedo. En sentido dividido: Niego.

Saludos cordiales
09/11/11 11:28 AM
  
Luis el canario
Es evidente que está evadiendo la pregunta. Ud. no tiene que adivinar nada, ni es necesario que sepa "qué sentido le doy yo" a los términos. Le repito que si para usted la filosofía es ciencia fáctica o formal que lo diga y luego, que exponga porqué es fáctica o formal. Por ejemplo: "La filosofía es una ciencia formal porque las ciencias formales son aquellas que..."

09/11/11 2:37 PM
  
Ricardo de Argentina
Sigo en que la pregunta la he hecho yo. Por favor, no evite responderla haciéndome preguntas a mí. Yo le he preguntado si la filosofía es una ciencia formal o una ciencia fáctica.
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Luis Canario, tu honestidad intelectual está en sus cotas más bajas. Lo que es decir.

El hecho de que Néstor te pida aclaraciones acerca de tus insólitos neologismos, que vaya uno a saber adónde los has leído y si sabes tú lo que significan, de ningunísima manera es pretender responderte con repreguntas. Y tú bien lo sabes.

Aclara pues qué es lo que entiendes por tales términos y déjate de tontas acusaciones.
09/11/11 3:21 PM
  
Néstor
"Es evidente que está evadiendo la pregunta. Ud. no tiene que adivinar nada, ni es necesario que sepa "qué sentido le doy yo" a los términos. Le repito que si para usted la filosofía es ciencia fáctica o formal que lo diga y luego, que exponga porqué es fáctica o formal. Por ejemplo: "La filosofía es una ciencia formal porque las ciencias formales son aquellas que..."

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Bien, ya que Ud. no las quiere definir, veamos qué dice Bunge:

“Tenemos así una primera gran división de las ciencias, en formales (o ideales) y fácticas (o materiales). Esta ramificación preliminar tiene en cuenta el objeto o tema de las respectivas disciplinas; también da cuenta de la diferencia de especie entre los enunciados que se proponen establecer las ciencias formales y las fácticas: mientras los enunciados formales consisten en relaciones entre signos, los enunciados de las ciencias fácticas se refieren, en su mayoría, a entes extracientíficos: a sucesos y procesos. Nuestra división también tiene en cuenta el método por el cual se ponen a prueba los enunciados verificables: mientras las ciencias formales se contentan con la lógica para demostrar rigurosamente sus teoremas (los que, sin embargo, pudieron haber sido adivinados por inducción común o de otras maneras), las ciencias fácticas necesitan más que la lógica formal: para confirmar sus conjeturas necesitan de la observación y/o experimento. En otras palabras, las ciencias fácticas tienen que mirar las cosas, y, siempre que les sea posible, deben procurar cambiarlas deliberadamente para intentar descubrir en qué medida sus hipótesis se adecuan a los hechos.”

Según esto, la Filosofía no es ni una ciencia formal ni una ciencia fáctica. No es formal, porque se ocupa de cosas, no es fáctica, porque no se limita a procesos y sucesos, sino que conoce lo que las cosas son, y sus causas, y además, no recurre al método experimental ni siempre puede recurrir a la observación.

Además, la Filosofía no conoce cualesquiera causas, sino las últimas, situadas en el nivel metafísico, así que seguramente no entra en la clasificación de Bunge.

Se la deberá llamar, entonces, por ejemplo, “ciencia real” (de “res”, cosa), y agregar un tercer término a la clasificación.

Notar finalmente que al hacer esa clasificación, Bunge hace obra de filósofo, no de científico. En efecto, esa clasificación no es parte de la física, ni de la química, etc.

Por tanto, su clasificación puede y debe ser discutida filosóficamente.

Saludos cordiales.
09/11/11 3:24 PM
  
Ricardo de Argentina
La ciencia (del latín scientia 'conocimiento') es el conjunto de conocimientos sistemáticamente estructurados, y susceptibles de ser articulados unos con otros. WIKI
----
1. f. Conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales. DRAE
----

Es evidente que la Filosofía entre como anillo al dedo en estas definiciones de ciencia.

Pero viene Bunge y, filosofando él, nos dice que se le acaba de ocurrir una clasificación de TODAS las ciencias en la cual, casualmente, no cabe la Filosofía.

Así que razonando lógicamente la deducción es : Lo que afirma Bunge no es muy científico que digamos.
Porque filosofando acerca de que la filosofía no es ciencia, el pobre ha serruchado la rama en la que se apoyaba, entonces,... ¡pum!

A otro pajarito (o pajarón) con ese alpiste.

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Tal cual.

Saludos cordiales.
09/11/11 4:49 PM
  
Dnip
Estimado Néstor:

Le cito:

"Es decir, es claro que en tanto que existe, no puede no existir,"

"Ente contingente: El ente contingente... Desde el punto de vista de la existencia, es el que puede existir, y puede también no existir."

1) El ente contingente puede no existir

2) El ente existente no puede no existir

Dado que una de las características, según usted mismo, de un ente contingente, es que puede no existir y una de las características de un ente existente, según usted mismo, es que no puede no existir, comprobamos que ningún ente existente tiene una de las características de un ente contingente, con lo que ningún ente existente sería contingente ni ningún ente contingente sería existente.

Un saludo atento.


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Fíjese bien en lo que ha citado. Ahí dice que el ente existente, en tanto que existe, no puede no existir. Eso no quiere decir que no pueda no existir simplemente hablando.

Dicho de otra manera, el ente existente no puede no existir en sentido compuesto, es decir, mientras existe, eso no quiere decir que no pueda no existir en sentido dividido, o simplemente hablando.

Todo ente que en un momento existe y en otro no existe, puede no existir, sin que para ello haga falta que no exista mientras existe.

De lo contrario habría que concluir que el que está sentado no puede estar de pie en ningún sentido.

Dicho aún de otra manera más: ¿piensa Ud. que es lo mismo decir “x puede existir y x puede no existir”, que decir “x puede existir y no existir al mismo tiempo"?

Saludos cordiales.
09/11/11 7:11 PM
  
Luis el canario
Mensaje editado.

Decir también que sería muy curioso entonces que un filósofo como Bunge excluya a la filosofía de las ciencias, ¿no cree?

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No me diga que Bunge reconoce que la Filosofia es una ciencia.

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Tengo más preguntas:

1- Cuando dice ud. que la filosofía no es formal porque se ocupa de "cosas", ¿a qué tipo de "cosas" se refiere? Porque según Bunge hay cosas ideales o abstractas (que sólo existen en la mente humana) y cosas reales, materiales y tangibles. Escribo resumiendo lo que ud. ha omitido de Bunge:

"La lógica y la matemática son racionales, sistemáticas y verificables, pero no son objetivas; no nos dan informaciones acerca de la realidad: simplemente, no se ocupan de los hechos. La lógica y la matemática tratan de entes ideales; estos entes, tanto los abstractos como los interpretados, sólo existen en la mente humana. A los lógicos y matemáticos no se les da objetos de estudio: ellos construyen sus propios objetos. Es verdad que a menudo lo hacen por abstracción de objetos reales, pero la materia prima que emplean los lógicos y los matemáticos no es fáctica sino ideal".

Por tanto, ¿a qué tipo de "cosas" se refiere ud.?

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No lo veo aquí a Bunge hablando de cosas materiales y tangibles. En cuanto a las cosas que conoce la filosofía, tenemos el propio sujeto, los demás seres humanos, los otros entes materiales no humanos, y realidades espirituales como Dios y el alma humana.

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2- Si la ciencia fáctica es la que no se conforma con la lógica formal para validar sus conclusiones, sino que necesita también de la observación y experimentación, la filosofía queda entonces excluída de las ciencias fácticas. Hasta ahí de acuerdo. Pero entonces, ¿en qué se apoya la filosofía para dar validez a sus conclusiones? ¿cuál es el sustento de las conclusiones filosóficas? ¿qué es lo que hace que una conclusión filosófica deba ser tomada en serio?

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Esto ya lo expliqué unas 20 o 30 veces, nada más. La Filosofia se ocupa de las condiciones de posibilidad de las cosas dadas en la experiencia, es decir, de aquellos principios sin los cuales dichos entes dados en la experiencia serían imposibles y no se darian, por tanto.

La forma que tiene de saber que sin dichos principios tales entes empíricos no se darían, es porque la hipótesis de que se diesen sin ellos es contradictoria, y por tanto, imposible.

La existencia de esos principios es una conclusión necesaria por eso mismo, porque las cosas que sin ellos no se darían, existen.

A ver si esta vez se entiende: Si A no puede existir sin B, es que B es condición necesaria de A, y entonces es verdadera la proposición condicional que dice:

"Si A existe, B existe".

Para hacer un Modus Ponens, sólo hace falta algo que ya está dado por la experiencia, a saber: "A existe".

La conclusión es irreprochable: "B existe".

Saludos cordiales.
09/11/11 7:58 PM
  
Luis el canario
Por cierto, Néstor, si Bunge hace obra de filósofo y la filosofía es una ciencia, ¿no hace entonces obra de científico?

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Bueno, para no mezclar el tema de la calidad científica de la filosofía de Bunge, digamos que si Bunge cree que hace obra de filósofo, y cree que la filosofía es una ciencia, entonces obviamente tiene que creer que él es un científico por el solo hecho de dedicarse a la Filosofía.

La pregunta siguiente es: ¿dónde entra entonces la Filosofía en la clasificación de las ciencias de Bunge?
09/11/11 7:59 PM
  
Néstor
Estimados amigos:

Existe contradicción entre decir que la Filosofía conoce solamente ideas y que sólo se puede conocer válidamente la existencia de algo mediante verificación empírica, porque la existencia de las ideas no es empíricamente verificable.

Además, la Filosofía no puede conocer solamente ideas, porque no es posible conocer solamente ideas, ya que la noción misma de “idea” implica al menos la noción de una mente que piensa esas ideas.

Y la mente tampoco es verificable empíricamente, es decir, mediante los sentidos.

¿Se dirá que la mente es el cerebro y que al cerebro sí se lo puede conocer empíricamente?

Pero no se puede conocer empíricamente la relación entre el cerebro y las ideas, porque a las ideas, como se ha dicho, no se las puede conocer empíricamente.

Además, cuando decimos “la Filosofía conoce solamente ideas, la ciencia además se ocupa de las cosas reales”, estamos haciendo una afirmación filosófica, y en ella no estamos hablando solamente de las ideas, sino también de las cosas reales.

A la Filosofía, además, no se la puede conocer empíricamente, es decir, mediante los sentidos. ¿Existe, entonces, la Filosofía?

Más aún, a las ciencias tampoco se las puede conocer empíricamente. No se las puede observar, pesar, medir, no tienen color, olor, peso, sabor, no producen sonido identificable, etc.

Se puede conocer empíricamente algunas cosas estudiadas por las ciencias, pero no a las ciencias mismas.

¿Existen entonces las ciencias?

Por otra parte ¿la ciencia pertenece al plano de las ideas, o al de las cosas reales? En el primer caso, según el que sostiene que la Filosofía no puede conocer la realidad porque las ideas no guardan relación con la realidad, la ciencia no puede conocer la realidad. En el segundo caso, la ciencia sería una cosa, lo que es absurdo.

A una idea, además, se la puede conocer de dos maneras: en ella misma, y en cuanto al objeto representado por esa idea.

Una cosa es decir que la idea de caballo es abstracta, y otra, que lo representado por esa idea tiene cuatro patas.

Esos predicados no son intercambiables: no se puede decir que el caballo sea abstracto o que la idea tenga cuatro patas.

No se puede negar tampoco que el caballo tiene cuatro patas, y sin embargo, eso nos viene dado en la idea del caballo. ¿Cómo sostener entonces que las ideas no nos dan a conocer la realidad?

Por tanto, el hecho de que la Filosofía conozca mediante ideas no quiere decir que no conozca la realidad, si lo que conoce mediante esas ideas es justamente los objetos de esas ideas, lo representado por ellas, a saber, caballos, seres humanos, árboles, piedras, estrellas, galaxias, movimientos, etc .

Saludos cordiales.


12/11/11 12:16 AM
  
Ricardo de Argentina
¡Brillante contestación Néstor!
Muestras lo absurdo que resultan ciertos planteos sumamente usuales, que han llegado a formar parte del acervo cultural de millones.
¡Parece mentira lo que ha logrado el adoctrinamiento masivo y machacón!.

Es para mí ocasión propicia para agradecer una vez más a la Iglesia su defensa inclaudicable de la filosofía realista, que nos ayuda a evitar los errores del pensamiento moderno.
12/11/11 5:22 AM
  
Néstor
Estimados amigos:

La falta de seriedad y de verdadera voluntad de discusión argumentada en algunos participantes nos llevó a tomar la decisión de moderar las intervenciones. Solamente dejarán de ser publicados los mensajes que contengan las irregularidades comunes en estos casos: ataques personales, argumentaciones repetidas que no toman siquiera en cuenta las respuestas dadas una y otra vez, y ese tipo de cosas. La idea no es obstaculizar el intercambio de argumentos con el “blogger” ni entre los participantes. Recordamos que en vez de “links” a otros sitios web pedimos que se resuma personalmente la argumentación que nos parece pertinente.

Saludos cordiales.
14/11/11 11:53 AM
  
Ricardo de Argentina
Bueno Néstor, yo no quise decirlo antes porque me hubiesen dado de todos lados, pero entiendo que esos sucios recursos dialécticos que mencionas tiene por intención torpedear el blog, hacerlo ininteligible, reiterativo y pesadísimo.
He observado además que este tipo sofisticado de "troll" es muy frecuente entre los ateos.
Frente a esa actitud disolvente, no hay más opción que la moderación de los contenidos. Porque son inasequibles al desaliento y sordos como tapias.
14/11/11 5:00 PM
  
Néstor
Estimados amigos:

Hay que completar lo dicho acerca del modo de demostrar que tiene la Filosofía. La Filosofía, como toda ciencia, conoce por medio de ideas o mejor dicho, conceptos. Esos conceptos pueden considerarse, como ya dijimos, desde el punto de vista de su existencia en la mente, o desde el punto de vista de lo significado por ellos, es decir, de su objeto.

Así, desde el primer punto de vista, el concepto de “caballo” se multiplica según la cantidad de personas que lo piensan, desde el segundo punto de vista, es esa naturaleza única en la que todos ellos están pensando: el caballo.

A su vez, el concepto considerado desde este segundo punto de vista, puede ser visto además de dos maneras distintas. La primera lo considera en cuanto a las relaciones que tiene con otros conceptos, desde el punto de vista de su extensión y comprensión, o como sujeto o predicado de un juicio, o como término mayor, medio o menor de un razonamiento, y éste es el punto de vista de la Lógica.

La segunda lo considera según las propiedades que tiene en la realidad, como ser un ente, un cuerpo, un viviente, un mamífero, un herbívoro, etc., lo cual, según el concepto del que se trate, corresponderá a la Metafísica o a la Filosofía de la Naturaleza, o a la ciencia particular encargada de estudiarlo.

Desde este último punto de vista, la demostración, respecto de estos conceptos, puede hacerse de dos maneras: o se demuestra una relación necesaria entre dos conceptos, o se demuestra que esa relación entre conceptos se da en la realidad.

La relación necesaria entre conceptos se demuestra porque uno se deriva necesariamente del otro. Por ejemplo, “causado” se deriva necesariamente de “contingente”, como ya hemos mostrado varias veces.

Con eso estamos diciendo que “si existe un ente contingente, es causado”, pero todavía no estamos demostrando la existencia de nada.

Sí estamos diciendo que "ser causado" es condición necesaria de "ser contingente", de modo tal que no puede existir un ente contingente que no sea causado.

Para poder afirmar que “existe un ente causado”, siguiendo el mismo ejemplo, debo verificar que “existe un ente contingente”, para lo cual recurro a la vez a la experiencia, que me muestra cosas que comienzan a existir y dejan de existir, y a la razón, que me dice que lo que deja de existir, o comienza a existir, alguna vez no existe, y por tanto, puede no existir, o sea, es contingente.

Una vez comprobada la existencia de un ente contingente cualquiera, se aplica lo que ya hemos dicho también varias veces: si B es condición necesaria de A, y A existe, entonces, B existe. En este caso, si “ser causado” es condición necesaria del ente contingente, y existe un ente contingente, entonces existe la causa de ese ente contingente.

Saludos cordiales.
16/11/11 10:58 PM
  
Néstor
Agreguemos que el concepto según que existe en nuestra mente se llama “concepto formal”, mientras que el objeto del concepto, que en lo esencial es independiente de nuestro pensamiento, se llama “concepto objetivo”.

Según el realismo moderado, el concepto objetivo presenta un doble aspecto: su contenido inteligible, que es lo que existe individualizado en la realidad, independientemente de nuestro pensamiento, y el modo de darse ese contenido en nuestra mente, que tiene características, como la universalidad y la abstracción, que sólo se dan en ella.

De esos dos aspectos distintos del concepto objetivo nace, por un lado, la ciencia formal, que es la Lógica, que estudia los conceptos objetivos según el modo que tienen de darse en nuestra mente, es decir, en tanto que universales, dotados de mayor o menor extensión, y así relacionados en juicios y razonamientos, y las ciencias reales: Metafísica, Filosofía de la Naturaleza, ciencias particulares, que estudian el contenido inteligible del concepto objetivo en tanto realizado en las cosas mismas.

Por eso mismo la Matemática no es una ciencia formal, porque no se ocupa del modo universal y abstracto en que se dan los conceptos matematicos en nuestra mente, ni de cómo funcionan como sujetos o predicados en los juicios, ni de cómo son términos en los razonamientos, sino del contenido de esos conceptos, de su "materia", que tienen que ver con la cantidad y el número.

Saludos cordiales.
16/11/11 11:33 PM
  
Leonardo R.
Néstor:

Varias cosas en las que he venido reflexionando a la luz de los comentarios que tanto aquí como en sitios semejantes encuentra uno a cada paso cuando se toca el tema de la demostración racional de la existencia de Dios.

1)

He notado que hay una ignorancia respecto de lo que es la filosofía. En verdad no le hayan puesto en ninguna parte. Literalmente no saben dónde ponerla. Y si sólo se limitaran entonces a pedir aclaraciones sobre su naturaleza, pero no, declaran desde los postulados del positivismo que la filosofía NO es una ciencia, que a lo sumo es una bonita poesía para desocupados, para gente que no se relaciona con el mundo REAL.

Considero señor Néstor que esto es consecuencia de la profunda ignorancia en materia filosófica que existe actualmente. Otras disciplinas han acaparado los afanes de los centros de formación, disciplinas más prácticas, más eficaces a la hora de labrarse un futuro profesional. Y se ha descuidado la formación en las áreas “humanistas”.

Y la consecuencia NO ha sido la neutralidad filosófica, al contrario, han bebido junto a su formación específica, una filosofía implícita, subrepticia, que no es otra que la filosofía del materialismo, ni más ni menos.

Y señor Néstor uno la verdad por momentos pierde la paciencia y ya no sabe por dónde argumentarles, por donde rebatirles, por donde llegarles. De cierta forma, su aceptación tácita de la “filosofía” materialista los hace invulnerables a la argumentación filosófica. Literalmente habría que decir que “NO LA VEN”.

De aquí saco yo algunas valiosas enseñanzas acerca del inmenso mal que puede hacer un prejuicio.

2)

Otra ignorancia. En realidad consecuencia de la ignorancia que señalaba en el primer punto, hay una profundísima ignorancia acerca de la naturaleza del conocimiento. Reina en las mentes el empirismo más rancio y radical: existen ideas y existen cosas reales, con ideas y nada más que ideas trabaja la filosofía; las cosas reales las estudian las ciencias “fácticas”, o sea las ciencias positivistas.
De manera que la filosofía será a lo sumo un agradable ejercicio de malabarismo mental, una poesía, un gracioso entretenimiento mental, pero nada más. Tratándose de determinar sobre si algo existe o no, es a las ciencias “fácticas” a las que hay que preguntar, y sólo a ellas.

Señor Néstor, sus dos últimos comentarios vienen como anillo al dedo, y son muestra de que también usted ha detectado por donde va el problema. Esa distinción entre concepto formal, concepto objetivo, etc. son verdaderamente el núcleo del problema y sería de esperar que de su comprensión viniera la recta interpretación de muchas de las cosas que usted ha tratado de aclarar.

Y vuelvo a lo de más arriba. ¿Cómo argumentar con personas que ignoran todo esto? Ya una vez recuerdo que usted me decía que la inteligencia y sus principios son los mismos en todas las personas y que por tanto era útil argumentarles porque eran cosas “naturales” para todos y por tanto entendibles por todos.

Señor Néstor, no le discuto lo anterior, sé que es cierto, ni más faltaba. Pero, comprenderá usted también que ciertos hábitos inveterados de pensamiento tienen la capacidad de desnaturalizar a tal punto EL USO, que no la esencia, que hacemos de nuestras facultades de conocimiento, que con el tiempo se hace, en la práctica, IMPOSIBLE pensar de otra manera; como bien decía santo Tomás, la costumbre se hace una segunda naturaleza.

Ahora le pregunto, ¿es posible que en los adictos al positivismo, con años y años de crudo materialismo, se haya “desnaturalizado” a tal punto EL USO, que no la esencia, de sus facultades de conocimiento, de sus senderos de razonamiento, de sus vías para pensar, que actualmente sean humanamente incapaces de pensar de otra forma, a no ser con una alta dosis de esfuerzo, de buena voluntad, o por un milagro?
¿Y si a la anterior posibilidad le añadimos la intervención de la voluntad, del orgullo, de la soberbia cientificista, de la necesidad de defender un status adquirido con la carrera de toda una vida?

3)

En fin señor Néstor, uno se agota en estos debates, yo los he tenido desde hace tiempo y debo decirle que cuando ha habido frutos, estos se deben más a un cierto “buen natural”, que a la clara comprensión de las tesis filosóficas del tomismo. Y no estoy diciendo que ello se deba a debilidad del tomismo, lejos de mi tal afirmación; NO, el tomismo conserva su fuerza hoy como ayer, por cuanto se funda en la verdad, que nunca cambia. Lo que afirmo más bien es que un prejuicio, sumado a una buena dosis de soberbia, hacen impenetrables a muchos, NO VEN lo que se les propone, por más luminosos y evidente que ello sea “IN SE”.

No quisiera que mis palabras sonaran a desaliento. La labor del apologista continua independientemente de los resultados; santa Juana de Arco solía decir “a los hombres el combate y a Dios la victoria”, de manera que…

Pdta: el debate en este blog se ha visto un poco afectado creo yo que por su decisión de censurar la aparición de los comentarios. Sabrá usted las razones que lo llevaron a tomar tal determinación. Es su casa.

Laus Deo Virginique Matri
17/11/11 12:36 AM
  
Néstor
Estimado Leonardo:

Es así como Ud. dice, los malos hábitos intelectuales pueden llegar a ser una especie de "segunda naturaleza".

Por eso mismo, me parece que la finalidad de estas discusiones no necesariamente y siempre es la convicción inmediata de los interlocutores directos, sino la difusión más amplia posible de las tesis y los argumentos del tomismo, para que ante todo sean conocidos y pasen a formar parte, en la mayor medida posible, de los materiales usuales en la discusión sobre estos temas.

Es decir, me parece que hasta ahora el tema ha sido enfocado de nuestra parte desde un punto de vista excesivamente individual, y se ha dejado de lado más de lo debido considerar el saludable efecto social, colectivo, que puede tener una difusión lo más amplia posible de la filosofía perenne.

Debería ser, como lo veo, un movimiento inverso al que nos ha llevado a la situación actual, en la cual lo decisivo, me parece, es el predominio social, cultural, de la filosofía barata del nominalismo y el materialismo.

Me parece que de nuestra parte se ha subestimado demasiado el peso de lo social y cultural en la formación de las mismas opiniones individuales. Seguimos pensando en la misión individual del que va a hablar individualmente con otro a tratar de convencerlo.

Yo prefiero que el tomismo sea discutido públicamente y alcance "existencia" en ese nivel, por ejemplo, en Internet, aunque no todos los interlocutores salgan convencidos, a que no se diga nada y se siga dando por supuesto que la única voz que hay para oír es la de la filosofía nominalista.

Alguien dijo, y con razón, que toda idea pasa por tres etapas en lo que toca a su aceptación por parte de la sociedad: 1) Se la ridiculiza 2) Se la ataca 3) Es evidente para la mayoría.

Pero para eso es necesario que se insista en difundirla.

Por eso, en las discusiones, más que centrar todo en la convicción personal y subjetiva del otro, que obviamente es de desear, me parece prioritario el mostrar la superioridad de la tesis realista y de sus argumentos frente a la insuficiencia o falta de argumentos del otro lado.

Las convicciones personales se irán dando, con la gracia de Dios mediante, por añadidura y además, apostaría a que irán aumentando a medida que la idea vaya adquiriendo existencia social y en los medios de comunicación.

Si ese es el objetivo, no puede detenernos ni demorarnos demasiado el hecho que en tal o cual caso individual no se produzca la aceptación inmediata.

Por supuesto que eso no quiere decir que en cada caso no argumentemos hasta la última posibilidad, me parece que lo que lleva de existencia el blog deja eso claro. Más bien se trata de que debemos ceñirnos precisamente a eso, a debatir argumentos, y dejar a Dios el estado de la convicción personal de los interlocutores.

En lo que respecta al blog, lamentablemente no veo otra forma de proceder por ahora. Es evidente la falta de voluntad real de discusión leal en algunos casos, y algún medio de defensa hay que tener en esas condiciones. Andando el tiempo veremos, Dios mediante.

Saludos cordiales.
17/11/11 4:38 AM
  
Ricardo de Argentina
Leonardo, con el permiso de Néstor me permitiré manifestarte una convicción a la que día a día adhiero con más fuerza: la proscripción del tomismo y de la fiosofía perenne en general viene de los políticos, de los amos del mundo.

Si bien esta afirmación de filosófica no tiene nada, sino que es más bien una firmación política, está muy relacionada con lo que dices y con el pulular avasallante de palmeros del Pensamiento Único los que, al igual que los perror de Pavlov, destilan su saliva de odio e intolerancia apenas escuchan algo referido a esa nobilísima disciplina científica. En nombre de la "ciencia", claro.

El "problema" de Santo Tomás es que hace muy problemáticas las tiranías. Tanto las tiranías aristocráticas (ologarquía), monárquicas (absolutismo) y democráticas (el actual liberalismo). Las combate abiertamente y muestra que son aberraciones de formas de gobieno en sí legítimas. Es más, llega a defender abiertamnete el derecho del pueblo a liberarse del tirano e incluso, hasta de matarlo si no hubiese otro medio eficaz y conducente a su derrocamiento.
Al respecto, hace poco se conoció la noticia de que en Corea los obispos promueven la beatificación de un militar comando que asesinó a un tirano extranjero que subyugaba al pueblo. Y mientras los cristianos dulzones liberalotes se rasgaban las vestiduras, otros recordábamos las enseñanzas de Santo Tomás. Que no se si será el caso, pero bueno, para eso está la Iglesia.

En síntesis, creo que se ha llegado al actual estado de cosas, adonde la filosoía y también la religión han sido postergadas, porque estamos políticamente en manos de tiranos. Y no desde ayer. Estamos en un sistema adonde a los ciudadanos se nos inculca desde la más tierna edad y por todos los medios de que somos "libres" como nunca antes lo ha sido hombre alguno. Al punto que si a alguien se le ocurre, por lo que ve, opinar distinto, es considerado peor que un hereje. Pero hete aquí que ese sistema tan "libre" no deja pensar rectamente, pues ha archivado la filosofía verdadera, ha proscripto la metafísica y ha combatido por todos los medios a la verdaderra religión, que es la que tiene la llave del conocimiento de donde venimos y hacia donde vamos. Nos han dejado sin sentido, como a los animales. Y entonces vemos cómo la gente se comporta día a día más como animales que como hombres.

En cuanto al blog, los adoctrinados por el Pensamiento Unico hacen lo mismo que los propagandistas democrático-liberales que los han (de)formado: intentan imponer sus confusas ideas por medio de la saturación.
Y eso es hacer trampa.
17/11/11 1:11 PM
  
Leonardo R.
Néstor

Muchas gracias por su amable respuesta. Tiene usted razón, se subestima a veces la importancia del factor social en la formación de las convicciones individuales.

Y estoy de acuerdo co usted cuando afirma que lo que hoy vemos es un predominio cultural de la "filosofía" materialista. Habría que ver entonces cuales son los sostenes de tal orden de cosas, a quienes beneficia la subsistencia cultural de un sistema equivocado de NO-pensamiento.

A veces creo que el pensamiento materialista se ha impuesto, no por la solidez de sus tesis, que no la tiene, sino más bien porque cuadra a la perfección con el nuevo paradigma de sociedad y de Hombre que se ha impuesto de dos siglos a esta parte. Resulta útil para "racionalizar" el nuevo estado de cosas.

Ricardo:

Apunta usted un poco en la misma dirección, y yo lo resumo así: NO SE TRATA SÓLO DE FILOSOFÍA.

No sé que tanto entienden los políticos de filosofía, tiendo a creer que más bien poco a juzgar por sus discursos que son de una mediocridad pasmosa; pero lo que sí es cierto es que hay mucha gente que "lucra" del estado actual de cosas; gente a cuyos intereses, ya sean estos pecuniarios o hedonistas, conviene el mantenimiento del actual estado de "Di-sociedad" como dijera en su tiempo el gran Marcel de Corte, tan olvidado.

Obviamente, como ya dije más arriba, la "filosofía" nominalista-materialista no se ha impuesto tan globalmente por su intrínseco valor inteligible, que no lo tiene, sino ante todo porque es la manera de No-pensar que mejor cuadra con la sociedad actual.

¿cuál es la característica dominante de la sociedad actual?, diría que el desenfreno por la libertad; libertad entendida como espontaneidad; libertad entendida como independencia de todo vínculo, incluido el vínculo de la verdad. Ya no se quiere más eso de que "la verdad os hará libres", no, ahora se dice más bien: "la libertad os hará estar en la verdad, porque la libertad es la única verdad".

¿Y que viene a ser un mundo metafísico de esencias? ues la proclamación solomne de la "creaturidad" del hombre, de su radical dependencia, de la existencia objetiva de on orden natural no dependiente del hombre, al cual éste ha de someterse en orden al logro de su propia plenitud. Y esto es lo que no se quiere, se quiere una plenitud autofundada, autónoma, inmanente.

Es también obvio que el relativismo desemboca en totalitarismos asfixiantes, en tiranías, como lo ha dicho el Papa entre otros, la dictadura del relativismo, la dictadura del pensamiento políticamente correcto, la dictadura del pensamiento único. Nuevas tiranias desconocidas en las edades pretéritas.

Se forma entonces como una ilusión coelctiva de libertad, en la que los hombres "se sienten" libres, pero son esclavos (más o menos como en la película Matrix, y perdón por el recurso Hollywodesco)

De todas maneras considero que Néstor lleva razón en esto. A los hombres el combate y a Dios la victoria; romper lanzas por la difusión del pensamiento realista, baluarte del orden moral, político y social, es un deber de los que tengan la competencia para hacerlo, de otra forma se hacen acreedores al grito de isaias, CANES MUTI, perros mudos que teniendo dientes callan mientras los lobos destrozan el rebaño.

Laus Deo Virginique Matri
17/11/11 2:23 PM
  
Ricardo de Argentina
Totalmente de acuerdo Leonardo.
Los grupos de poder desde el Renacimiento a esta parte buscan segregar al hombre de su creador, romper los vínculos mediante una satánica "libertad" que es en realidad un renovado "non serviam".
Pero eso es imposible razonando rectamente como lo enseña el Aquinate. Entonces la "reingeniería mental", de la cual el Nominalismo es precursora y el Protestantismo gran difusora, ha buscado relegarlo y contradecirlo, y su triunfo ha sido tan completo que ha destruido a la mismísima Filosofía haciendo trizas su núcleo, la Metafísica.
Por eso acierta plenamente Néstor cuando propone:
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Debería ser, como lo veo, un movimiento inverso al que nos ha llevado a la situación actual, en la cual lo decisivo, me parece, es el predominio social, cultural, de la filosofía barata del nominalismo y el materialismo.Me parece que de nuestra parte se ha subestimado demasiado el peso de lo social y cultural en la formación de las mismas opiniones individuales. Seguimos pensando en la misión individual del que va a hablar individualmente con otro a tratar de convencerlo.
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Así es, el peso de lo político-social es decisivo en la (de)formación de las mentes que presenciamos. Y es muy interesante notar cómo en este punto el análisis se encadena con las propuestas del P. Iraburu en "Católicos y Política". Don José María básicamente propone desechar la estrategia de la "cola de león", o sea sembrar de católicos los partidos "con posibilidades", que es la estrategia a la que apuestan hoy en día la inmensa mayoría de los fieles y de la jerarquía católica. En cambio hay que optar por la más sacrificada estrategia de la "cabeza de ratón" : católicos munidos de una sólida formación tomista fundando partidos pequeños, a la espera de que Dios bendiga el momento en que el quicio volverá a estas sociedades, en las que se supo poner a la salvación de la propia alma por encima de todo otro objetivo.
17/11/11 8:10 PM
  
Néstor
Sobre porqué la Matemática no es una ciencia formal.

La Lógica es “ciencia formal” porque se ocupa de la “forma” y no de la “materia” de los razonamientos. La “forma” es la disposición de los conceptos en los juicios y en los razonamientos, según su extensión, según que sean sujeto o predicado, según que los juicios sean afirmativos o negativos, y según que esos conceptos sean término mayor, medio o menor del razonamiento.

La “materia” es lo que tiene que ver con la significación de esos conceptos y por tanto, con la verdad o falsedad de los juicios compuestos de esos conceptos.

La Lógica es formal porque la validez de un razonamiento es “formal”, es decir, depende de la forma y no de la materia de ese razonamiento.

Así, el razonamiento

“Todo hombre es mortal. Todo griego es hombre. Por tanto, todo griego es mortal”

es válido, porque es válida la forma:

“Todo A es B. Todo C es A. Por tanto, todo C es B”.

independientemente de que los conceptos sean “hombre”, “griego”, y “mortal”, u otros.

La Matemática no se ocupa de la forma de los razonamientos, sino que se ocupa con aquello que es la materia de los mismos.

Por ejemplo, un razonamiento como éste:

“Todo número primo es par. Pero 7 es un número primo. Por tanto, 7 es par”

es lógica y formalmente correcto:

“Todo A es B. Pero C es A. Por tanto, C es B”

pero matemáticamente, lleva a una conclusión falsa, porque parte de una premisa falsa.

Eso quiere decir que la matemática no tiene que ver con la forma, sino con la materia de sus razonamientos, y por tanto, no es una ciencia formal.

Algunos han dicho que la lógica de las matemáticas es especial, es una “lógica de relaciones”. Pero ni siquiera los “silogismos oblicuos”, en los que la validez depende de ciertas relaciones, son exclusivos de las matemáticas.

Por ejemplo:

“6 es mayor que 4, y 4 es mayor que 2, por tanto, 6 es mayor que 2”

Pero también, el famoso ejemplo de De Morgan:

“Todo caballo es un animal, por tanto, toda cabeza de caballo es una cabeza de animal”.

También pertenece a la “lógica de relaciones”, pues se basa en la relación “ser cabeza de...”

Y aún si la “lógica de relaciones” fuese exclusiva de las matemáticas, eso no querría decir que las matemáticas sean una ciencia formal. Porque en la misma “lógica de relaciones”, el razonamiento:

“4 es mayor que 6, y 6 es mayor que 8, por tanto, 4 es mayor que 8”

es lógica y formalmente válido, pues su forma es:

“A es mayor que B, y B es mayor que C, por tanto, A es mayor que C”

mientras que desde el punto de vista matemático, lleva a una conclusión falsa, porque sus premisas son falsas. Lo cual muestra, una vez más, que el objeto de las matemáticas tiene que ver con la materia de los razonamientos matemáticos, no son su forma, y por tanto, la matemática no es una ciencia formal.

Se puede objetar que las matemáticas propiamente dichas tienen que ver con las relaciones abstractas “ser mayor que”, “ser primo”, “ser par”, etc., y no con las instancias particulares del 6, el 4 o el 8.

De todos modos es lo mismo. Si decimos:

“Todo número natural es par o impar, y todo número real es natural, por tanto, todo número real es par o impar”

nuevamente el razonamiento es lógica y formalmente correcto y la conclusión es matemática y materialmente falsa, porque parte de una premisa falsa.

En definitiva, en una ciencia formal no se habla de “verdad”, sino de “corrección”, porque se trata de la corrección o validez de los razonamientos. Pero en matemáticas se habla de “verdad”, se habla de “demostrar” teoremas, porque lo decisivo es la materia, no la forma, de los razonamientos, o sea, porque no es una ciencia formal.

Saludos cordiales.
18/11/11 3:53 PM
  
Ricardo de Argentina
Entonces Néstor, ¿la matemática es una ciencia real, como las demás?
19/11/11 6:45 PM
  
Néstor

Estimado Ricardo:

Salvo mejor opinión, yo diría que el objeto de las matemáticas no es real, sino que es un ente de razón fundado en la realidad.

En efecto, en la realidad no vamos a encontrar el punto geométrico, que no tiene extensión, ni la línea geométrica, que tiene longitud pero no ancho, ni el plano geométrico, que tiene longitud y ancho pero no volumen.

Son objetos de pensamiento que sólo aparecen en el segundo grado de abstracción, que es la abstracción matemática, y por eso mismo no son reales en cuanto tales. La mente contempla desligado de toda materia sensible aquello que no puede existir en la realidad sin materia sensible.

Pero tienen fundamento en la realidad, porque el accidente “cantidad”, del cual deriva la “extensión”, base del número y de la cantidad continua geométrica, es real. Y es precisamente uno de los accidentes que afectan a la sustancia en razón de la materia.

A estos efectos, conviene distinguir entre la primera intención y la segunda intención. Se habla de un conocimiento de “primera intención” cuando el objeto de ese conocimiento es algo distinto del conocimiento mismo, mientras que hay “segunda intención” cuando el objeto del conocimiento es el mismo conocimiento.

Por eso, clásicamente se ha dicho que el objeto de la Lógica es “el ente de razón de segunda intención”, pues los conceptos, juicios, razonamientos, son entes de razón, en el sentido de que no existen independientemente del acto de pensar (y teniendo en cuenta además que la Lógica, como dijimos, tiene por objeto el concepto objetivo, no el concepto formal), pero son “de segunda intención”, porque comportan una reflexión del conocimiento sobre sí mismo.

En ese sentido, pienso que habría que decir que el objeto de las matemáticas es una clase de ente de razón de primera intención, con fundamento en la realidad.

En efecto, el objeto de las matemáticas no son las condiciones que lo conocido tiene en nosotros en tanto que conocido, como es el objeto de la Lógica, sino aspectos de la realidad material, basados en el accidente “cantidad”, que la mente contempla en el segundo nivel de abstracción.

Saludos cordiales.
19/11/11 9:48 PM
  
Ricardo de Argentina
¡Uf, es difícil esto! Pero me sirve para desempolvar las estanterías de conceptos almacenados en mi juventud, que algunitas décadas de despiadada lucha por la vida han arrinconado al desván de los trastos viejos. Y eso está muy mal.

Parafraseando a Voltaire (con perdón): Néstor, enseñá y enseñá, que algo siempre queda.
20/11/11 12:31 AM
  
Néstor
Estimados amigos:

Si la filosofía tomista de las matemáticas es compleja, la reflexión moderna y contemporánea sobre el tema no le va en zaga en ese aspecto, como intentaremos mostrar brevemente.

La idea de que la matemática es una ciencia “formal”, probablemente procede de la corriente “formalista” en el tema de la fundamentación de las matemáticas, que es una variante del “logicismo”. Frege y Russell, representantes de esta última corriente, intentaron mostrar que la matemática es una mera continuación de la lógica deduciendo los teoremas aritméticos y geométricos a partir de la lógica simbólica.

Hilbert, el “formalista”, agregó la idea de que los sistemas axiomáticos de lógica y matemática tenían un carácter meramente sintáctico, en el que se trataba de deducir consecuencias a partir de axiomas convencionalmente establecidos, mediante reglas igualmente preestablecidas.

Esta corriente se oponía al kantismo en la medida en que consideraba, por tanto, que las proposiciones matemáticas no son sintéticas, sino analíticas. Russell llegó a decir que toda la matemática no es más que una inmensa tautología, mientras que Kant sostenía que los juicios matemáticos no son tautológicos ni analíticos, sino sintéticos: el predicado no está comprendido en el sujeto, y por tanto, es necesario recurrir a alguna intuición sensible ("a priori", de ahí su carácter necesario) para enlazarlos.

En una perspectiva kantiana nada sería más impracticable que la identificación de las matemáticas con la lógica. Sin embargo, ése fue el espíritu con que comenzó la moderna lógica simbólica, a partir de Boole, inspirado a su vez en Leibniz, el cual a su vez depende para ello del inmenso prestigio de las matemáticas en las ciencias a partir de Galileo y otros, y del intento de Descartes de construir toda la filosofía sobre el modelo matemático.

Opuesto al logicismo y al formalismo fue el fundador del “intuicionismo”, Brouwer, más cercano a Kant. Brouwer sostenía que la matemática es la forma básica del pensamiento humano, y no la lógica.

Mientras que Boole, por su parte, siguiendo a Leibniz, buscaba dar a la Lógica el rigor de las matemáticas, Frege y Russell, los “logicistas”, buscaban lo contrario: fundamentar las matemáticas, a las que encontraban faltas de rigor en su tiempo, derivándolas de la Lógica. En lo que coincidían ambos, contra Kant y Brouwer, era en la identificación final de la Lógica y las matemáticas.

El programa “formalista” de Hilbert llevaba consigo la pretensión de que la mente humana podía controlar totalmente el campo de las matemáticas, porque en el fondo era su creadora. Contra esto fue que proyectó Gödel su famosa demostración de “incompletud”.

Generalmente se presenta este descubrimiento de Gödel como argumento a favor del irracionalismo, cuando en realidad lo que sucede es que Gödel era un platónico que creía en la realidad objetiva de los entes matemáticos, al estilo de las Ideas platónicas, y por tanto, estaba en las antípodas del convencionalismo de Hilbert.

Gödel razonó de esta manera: si se prueba que siempre habrá verdades matemáticas que no podrán ser demostradas por el hombre, se comprueba que las matemáticas no son creación de la mente humana. La verdad matemática existe, dice Gödel, antes de que nosotros la conozcamos y con independencia de ello, de modo que incluso puede haber verdades matemáticas que jamás podamos conocer.

Y logró demostrar matemáticamente que en cualquier sistema axiomático que intente formalizar la aritmética elemental habrá por lo menos una proposición verdadera en el lenguaje de ese sistema que no podrá ser deducida de los axiomas del mismo, ni por tanto probada.

Se considera que el teorema de Gödel es el acta de defunción del “formalismo” hilbertiano. Sin embargo, no hace falta aceptar que las entidades matemáticas existen como tales fuera de la mente, basta con sostener, como hicimos en el mensaje anterior, que son “entes de razón” con fundamento en la realidad.

La alternativa “tautología o juicio sintético” sobre la que se apoya el debate entre Kant y los “logicistas” descuida lo que exponemos en el “post” con ocasión del principio de causalidad: el predicado de una proposición puede estar incluido en el sujeto “virtualmente”, aunque no lo esté “formalmente”. En ese caso, el juicio no es ni una tautología, ni un juicio “sintético” en el sentido de que haya que recurrir a algo distinto de los conceptos, como ser, la intuición sensible “a priori” que decía Kant, para percibir su necesidad.

Esa inclusión “virtual” consiste en que el predicado puede ser deducido del sujeto mediante algún principio, que por serlo será necesariamente verdadero. Por eso la necesidad de las matemáticas no exige ni su carácter tautológico, ni su identificación con la lógica, ni la existencia de alguna “forma a priori” del sujeto.

Por otro lado es insostenible la pretensión de Brouwer de que las matemáticas sean más fundamentales que la lógica. Es la matemática la que supone a la Lógica, y no viceversa.

Saludos cordiales.
20/11/11 11:21 AM
  
Leonardo R.
Señores

Un pequeño aporte, tomado de un texto de Sanguinetti, "La filosofía de la ciencia según santo Tomàs de Aquino":

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La matematica es una ciencia particular que tiene por objeto el ente corporeo ut quantum, en tanto que afectado por el accidente cantidad: "el matematico considera lo corporeo, que pertenece al genero de la sustancia, no en cuanto integrado por materia y forma, sino en cuanto esta en el genero de cantidad y sujeto a las tres dimensiones, y asi su objeto se relaciona con la cosa corporea situada en el genero de la sustancia, del cual forma parte la materia fisica, como el accidente al sujeto". In Boet.de Trin.,q.V,a.3, ad 2.


Laus Deo Virginique Matri
20/11/11 7:03 PM
  
Néstor
Estimados amigos:

Dos citas, una del P. Thonnard y otra de Maritain, más una de Santo Tomás, sobre el tema del objeto de las matemáticas:

“Como todas las ciencias reales, las matemáticas encuentran sus nociones fundamentales mediante la experiencia sensible (...) En la realidad, no se tendrá jamás esta medida adecuada: en ninguna parte hay masas que tengan exactamente el mismo volumen. Sin embargo, no es imposible, de derecho, y no es por tanto sin fundamento que nuestro espíritu concibe esa relación de igualdad (...) El objeto estudiado en matemáticas es una realidad del mundo corpóreo, a saber, la cantidad. Sin embargo, es considerado en cuanto a las propiedades que le convienen en lo real, sino en sí mismo, haciendo abstracción de su existencia en el mundo físico, en tanto que goza de propiedades puramente posibles, y tal vez incluso incapaces de realizarse de hecho.” (pp. 124 – 126). (THONNARD, F.-J., A.A., “Précis de Philosophie”, Desclée & Cie., París, 1950).

“...la abstracción matemática es de un tipo completamente aparte. Aunque difieren específicamente, la [abstracción] física y la metafísica tienen en común que ambas no se dirigen sino hacia objetos inteligibles que pueden existir en las cosas, es decir, hacia seres reales, en cuanto este término “real” designa no sólo la existencia actual, sino también la existencia posible fuera del espíritu. Las matemáticas, por el contrario, tienen por objeto algo que no es necesariamente real, sino que puede ser (permissive, decían los antiguos) tanto un ser imaginario o ficticio, un ser de razón, como un ser real. Esta diferencia capital hace que los tres grados de abstracción no estén sobre la misma escala, y que el primero y el tercero por un lado, y el segundo por otro, determinen maneras opuestas de enfocar el conocimiento de las cosas” (MARITAIN, Jacques, Los grados del saber, Capítulo 2º, II.)

El P. Thonnard coloca las matemáticas entre las ciencias reales, pero luego reconoce que hay ocasiones en que el objeto de las matemáticas no puede existir en la realidad de las cosas. Pensemos simplemente en los números negativos o en los números irracionales.

Maritain parece decir sustancialmente lo mismo, salvo que no sostiene que el objeto de las matemáticas sea algo real, como lo hace el P. Thonnard.

Lo que parece claro es que no se puede decir sin más que las matemáticas sean una ciencia real, a no ser que se incluya en “real” a los entes de razón fundados en la realidad. Lo cual chocaría con la oposición básica entre “ente real” y “ente de razón”.

Pero tampoco se puede negar sin más que lo sean, porque el punto de partida de las matemáticas está obviamente en la experiencia de la realidad material.

Maritain cita a Santo Tomás en el Comentario al De Trinitate de Boecio, q. 6, a. 2:

“En cualquier conocimiento se deben considerar dos cosas, a saber: el principio y el fin o término. El principio pertenece a la aprehensión, mas el término al juicio, pues allí se lleva a cabo el conocimiento. El principio, pues, de cualquier conocimiento nuestro está en el sentido (...) Pero el término no está siempre en lo mismo: a veces está en el sentido, a veces en la imaginación, y a veces, por último, sólo en el entendimiento (...) Pero ser conducido hacia algo es terminar en eso, y por eso en lo divino no tenemos que ir al sentido ni a la imaginación; mas en las matemáticas a la imaginación, y no al sentido, y en las ciencias naturales también al sentido. Y por eso yerran los que proceden uniformemente en estas tres partes de la especulación”.

Es interesante que Maritain divide el “ente ideal” en “real posible” y “de razón”.

Saludos cordiales.
21/11/11 2:59 PM
  
Leonardo R.
Néstor:

Leí no sé si acá o en otro lado que cuando se proclama que Dios es innmaterial y por tanto no estudiable por medio de las ciencias experimentales sino sólo por la filosofía se está recurriendo a un subterfugio tramposo.

Quieren decir más o menos lo siguiente: sólo las ciencias experimentales nos pueden decir si algo existe o no, la filosofía NO porque trabaja con ideas que sólo existen en la mente (¡cerebro!). Y como "sabemos" que Dios no existe o por lo menos que no lo "encuentran" los científicos en sus laboratorios, buscamos escapar a esa conclusión que no nos gusta proclamando que Dios es inmaterial.

Pero dicen que esto no se puede hacer porque NO se puede predicar nada de Dios sin antes saber que existe, y que predicar algo de Él y luego probar que existe es un círculo porque previamente lo suponemos existente al predicar algo de Él.

Mi pregunta es: ¿No es acaso verdad que antes de emprender el estudio de cualquier Ente debemos partir del conocimiento al menos de lo que significa nominalmente?

En tomismo se habla de algunas cosas que se requieren como preconocimientos para toda demostración, unas condiciones se refieren a las premisas, otras al predicado de la conclusión y otras al sujeto de la conclusión.

Respecto de las premisas se requiere saber "quod verae sunt"; del predicado se requiere saber "quid est" o al menos "quid nomen significat". Y en las demostraciones "quia- a posteriori", como es el caso de la existencia de Dios, se requiere saber de Dios, al menos, "quid nomen significat".

Y ¿de dónde tomamos ese significado del nombre de Dios sino del sentido común?, como cuando se dice entendemos por Dios un ser perfectísimo, omnipotente, creador, etc.

¿Y no es así con todo sujeto de estudio? por ejemplo, ¿se puede estudiar el bliblibli ? y si alguien nos pregunta qué es el bliblibli, según estos señores ¿deberíamos decir que no sabemos nada del bliblibli, ni siquiera que significa ese nombre?

Y si esto es así, ¿cómo saber qué estudiar?, ¿si ni siquiera sabemos que queremos decir al abrir la boca y pronunciar bliblibli?

de antemano gracias por la respuesta.

Laus Deo Virginique Matri
21/11/11 3:07 PM
  
Néstor

Estimado Leonardo:

Sin duda, para demostrar que “X existe”, sólo puedo proceder de este modo:

“Algo que incluye las propiedades A, B, y C, existe.
Pero llamamos “X” a algo que incluye las propiedades A, B y C.
Luego, eso a lo que llamamos “X” existe.”

Es claro que la Menor de ese razonamiento sólo puede ser la definición “nominal” de X es decir, el sentido que le damos al vocablo “X”. Porque a la altura de la Menor todavía no sabemos si "X" existe o no, y entonces, no podemos conocer todavía su definición esencial.

Y es claro también, por tanto, que todo el peso existencial de la prueba recae, no sobre la Menor, sino sobre la Mayor.

Por ejemplo, si queremos demostrar que el Unicornio existe, tenemos que decir:

“Un ente que tiene comprende las propiedades A, B, C,...etc. (en este caso, tener cuerpo y cabeza de caballo, con un solo cuerno que le nace de la frente), existe.

Pero llamamos “Unicornio” al ente que comprende las propiedades A, B, C,...etc.

Luego, eso que llamamos “Unicornio” existe.”

Por lo cual todo depende de que podamos demostrar la Mayor, mientras que la Menor no implica presuposición alguna respecto de la realidad de las cosas.

En las demostraciones imperfectas o “quia”, que van de los efectos a las causas, como es el caso de las pruebas de la existencia de Dios, la definición que es necesario presuponer es nominal, no esencial, como dice Santo Tomás en Iª q. 2 a. 2 ad 2:

“A lo segundo hay que decir que cuando se demuestra la causa por los efectos, es necesario usar el efecto en lugar de la definición de la causa, para probar que la causa existe, y esto máximamente tratándose de Dios. Porque para probar que algo existe, es necesario tomar como medio qué signifique el nombre, no qué es la cosa, porque la cuestión acerca de qué es algo, es posterior a la cuestión acerca de si ese algo existe. Los nombres de Dios son impuestos a partir de los efectos, como se mostrará más adelante, por lo cual, para demostrar que Dios existe por los efectos, podemos tomar como medio el significado del nombre “Dios”.”

O sea:

1) No se puede tomar como término medio la definición esencial de la cosa para probar su existencia, porque la cuestión sobre la existencia de la cosa es anterior a la cuestión sobre su esencia.

2) Por tanto, se debe tomar como término medio la definición nominal, “el significado del nombre”, como dice Santo Tomás.

3) En el caso del conocimiento de la causa por los efectos, y sobre todo en el caso de Dios conocido a partir de sus efectos, el “significado del nombre” es el que se toma de los efectos mismos.

Esto se hace, entiendo, del siguiente modo:


“Una Causa Primera Necesaria, etc. (todos los atributos que se pueden deducir de las nociones de “Causa Primera Necesaria, Primer Motor Inmóvil", etc., que son las conclusiones de las Vías) existe.

Pero llamamos “Dios” a una Causa Primera Necesaria, etc.

Por tanto, eso a lo que llamamos “Dios”, existe.”


La Mayor se prueba por las 5 vías y todo lo que se puede deducir de las conclusiones de las mismas. Es lo que hemos intentado hacer en los "posts" dedicados a la prueba por la contingencia de los entes basándonos en una versión de la Tercera Vía.

La Menor es la constatación del sentido que usualmente damos al término “Dios”, y de cómo los principios filosóficos llevan a que ese sentido sólo pueda mantenerse coherentemente explicitando en él todo lo que las 5 vías llevan a concluir sobre la Causa Primera.

El término medio de este razonamiento es justamente lo que podemos saber de Dios a partir de los efectos.

Obviamente, es necesario suponer algún significado del término “Dios”, es lo que hacemos en la Menor, y si lo explicitamos suficientemente, allí está ya la Inmaterialidad divina.

Al presuponer ese significado, no estamos presuponiendo nada acerca de lo que existe en la realidad de las cosas, como, salvando las infinitas distancias, al explicar lo que entendemos por “Unicornio” no estamos presuponiendo nada acerca de lo que existe o no en la realidad de las cosas.

El peso existencial de la prueban no está en esa Menor en la cual simplemente damos la definición nominal de “Dios”, sino en la Mayor, que se prueba por las 5 vías y por todo lo que se puede deducir lógicamente de las conclusiones de las 5 vías.

Obviamente, el argumento sobre la existencia del Unicornio no es concluyente, precisamente porque no tenemos forma de demostrar, en ese caso, la premisa Mayor.

A la objeción según la cual sólo la ciencia experimental puede demostrar la existencia de algo, respondemos simplemente, entonces, que esa afirmación no es ni evidente ni demostrable.

A la acusación de que suponemos la inmaterialidad de Dios para escapar a la crítica según la cual la Filosofía no puede demostrar nada experimentalmente, respondemos que no es así, que la suponemos porque es la única forma de plantear la discusión acerca de si Dios existe o no, de lo contrario, como Ud. dice, no sabríamos de qué sujeto, de qué objeto de pensamiento, estamos discutiendo la existencia o la inexistencia.

A la objeción que dice que en ese caso estamos suponiendo lo que tenemos que demostrar, respondemos que no es así, porque suponer la definición nominal de un nombre no es suponer nada respecto de la realidad de las cosas.

Por tanto, no hay círculo vicioso alguno.

Y por eso mismo, estamos autorizados para decir que no se puede argumentar de este modo: “Dios no es dado en la experiencia, ni observable en ella, por tanto, no existe.”, porque eso implica “ignoratio elenchi”, ignorancia del estado de la cuestión, ya que lo que se está discutiendo es la existencia o no de un ser inmaterial que por tanto en ninguna de esas dos hipótesis podría ser captado por los sentidos.

Saludos cordiales.
21/11/11 4:51 PM
  
Leonardo R.
Néstor:

Muchas gracias por la respuesta, imprimo y leo.
21/11/11 10:43 PM
  
Leonardo R.
Néstor:

Revisando entre mis apuntes de lógica encontré un par de párrafos del querido padre Calderón, de quien me siento orgulloso de haber sido alumno; es de particular interes la respuesta dada a la objeción que planteada al final:
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Aquello de lo que se busca ciencia por la demostración es una conclusión en la que se predica una propiedad (propria passio) de algún sujeto; conclusión que es inferida a partir de algunos principios.

Como el conocimiento de lo simple precede al conocimiento de lo compuesto, antes de conocer la conclusión es necesario conocer de alguna manera el sujeto y la propiedad (passio). Además, es necesario preconocer el principio del que se infiere la conclusión, ya que del conocimiento del principio se pone de manifiesto la conclusión.

Tres cosas, entonces, deben conocerse con anterioridad: el principio, el sujeto y la propiedad. Pero hay dos modos como algo puede conocerse antes de la ciencia :

a) «quia est», [en cuanto a la verdad de su existencia];
b) «quid est», [en cuanto a su esencia o naturaleza, dada por la definición].

El principio es una enunciación en la que se dice algo de algo; ahora bien, no puede haber definición de algo complejo: no puede definirse «hombre blanco» y mucho menos una enunciación «el hombre es blanco»; por lo tanto, del principio no puede conocerse «quid est» sino sólo «quia verum est».

La propiedad es un accidente del sujeto; ahora bien, los accidentes tienen en cierto modo definición (no simpliciter sino secundum quid); por lo tanto, puede conocerse de ella «quid est». Pero el modo de existencia de la propiedad, como el de todo accidente, es de inhesión en el sujeto; ahora bien, que la pro-piedad se dé o no en el sujeto, no se sabe con anterioridad sino que se concluye por la demostración; por lo tanto, de la propiedad no se conoce previamente «quia est», sino sólo «quid est».

El sujeto, en cambio, no sólo tiene definición, sino que su existencia se presupone a la de la propiedad y no depende de ella; por lo tanto, del sujeto debe conocerse previamente tanto «quid est» como «quia est», sobre todo porque – como se verá – de la definición del sujeto y de la propiedad debe tomarse el medio de la demostración.

Objeción: La pregunta «an sit» precede a la cuestión «quid sit», porque no puede definirse una cosa de la que no se sabe si existe o no existe, pues no hay definición del no ente. Por lo tanto, no puede pedirse que de la propiedad se sepa «quid est» antes de saber «quia est».

Respuesta: Es verdad que no puede conocerse proprie «quid sit» una cosa antes de saber «an sit». Pero tampoco podría decirse de una cosa «an sit» si no se sabe primero de qué entendemos hablar, es decir, si no se define qué significa el nombre sobre el que se discute. Por lo tanto, de la propiedad se pide preconocer, no la definición real simpliciter, sino sólo la definición nominal .
21/11/11 10:51 PM
  
Juan Carlos
Alguien dijo con humor que Kant había pretendido ser "el Atila" de la Filosofía, eliminando de tajo a la metafísica.Pero es obvio que apuntó muy mal sus baterás "eliminacionistas".
23/11/11 2:06 AM
  
Ricardo de Argentina
Juan CArlos, ¿porqué dices que apuntó mal?
Si su intención era destruir a la filosofía, no lo pudo haber hecho mejor.
23/11/11 12:29 PM
  
Daniel Riquelme
Un comentario sobre matemáticas.

En mi opinión personal, las matemáticas son simplemente un lenguaje. Si se quiere un lenguaje con muchos dialéctos: Aritmética, álgebra, análisis, etc.

Las matemáticas son un lenguaje porque son un conjunto "de código semiótico estructurado, para el que existe un contexto de uso y ciertos principios combinatorios formales" (Wikipedia).

El gran éxito de las matemáticas en física, especialmente, se debe justamente a su caracter lingüistico. Mediante las matemáticas (un lenguaje) es posible comunicar información sobre la realidad.

Según la Wikipedia, A. R. Luria, en 1977, decía que por lenguaje entendemos un sistema de códigos con cuya ayuda se designan los objetos del mundo exterior, sus acciones, cualidades y relaciones entre los mismos. La física hace justamente eso, designar objetos del mundo real, sus acciones, cualidades y relaciones, empleando las matemáticas para alcanzar tal fin.

Las ciencias, en particular la física, emplea el lenguaje común para describir el mundo y sus relaciones, y también las matemáticas cuando requiere más rigor en expresar esa descripción o esas relaciones.

En física hay muchas teorías sobre muchos aspectos de la realidad física, todas expresadas con lenguaje común y con rigor matemático, pero falsas o incompletas. Se suele decir que si es matemático, es exacto y no tiene error. Eso es falso, porque las matemáticas, como todo lenguaje puede ser falaz o incorrecto.

Saludos.

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El lenguaje es, para lo que importa en nuestro tema, la comunicación del conocimiento. Por lo cual implica dos cosas: el conocimiento y su comunicación. Así entendido, el conocimiento es una parte del lenguaje.

Por tanto, si decimos que la matemática o la ciencia en general es un lenguaje, estamos haciendo una designación “toto pro pars”, es decir, el todo en lugar de la parte.

Y así, obviamente, no es extraño que el lenguaje permita “comunicar información sobre la realidad”; “designar objetos del mundo exterior, sus acciones, cualidades y relaciones”, etc.

Pero de todo ese complejo, obviamente que el aspecto propiamente cognoscitivo, que mira a saber algo de la realidad, es distinto del aspecto propiamente lingüístico, que mira a comunicar a otros eso que se sabe.

En cuanto a los “errores de las matemáticas”, en realidad, son errores de los matemáticos, no de las matemáticas. La ciencia, en tanto conocimiento de la realidad, no puede ser errónea, porque en el error no se conoce nada.

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Aunque capaz que sería mejor decir que conocimiento y lenguaje forman en concreto una totalidad que consta de dos realidades esencialmente distintas, que son partes de la misma. Y entonces, decir que el lenguaje conoce o permite conocer la realidad sería tomar "pars pro pars", es decir, una parte por otra, dentro de ese todo complejo formado por el conocimiento y el lenguaje.

Propiamente hablando, el lenguaje no conoce la realidad, sino que habla de ella.

Saludos cordiales

24/11/11 6:13 PM
  
Juan Carlos
La pretensión kantiana de haber mostrado de manera efectiva la vanidad de la Teología natural por su uso de la idea de causalidad o las demás categorías de manera ilegítima (al margen del marco fenoménico),a pesar de haber plagado la mayor parte de la epistemologia occidental moderna,sufre del fatal defecto de querer impedir el acceso a cualquier afirmación válida sobre el mundo (ser) real más allá del cognoscente, y es en ese sentido que se trata de una pretensión fallida.

La postura antirrealista y antimetafísica de Kant triunfa, finalmente, sólo cuando destruye con sus propias minas al que las pone, dejándonos, a los demás, libres para navegar con sensatez entre las rocas y rápidos.
25/11/11 1:26 AM
  
indignado 1
Los que niegan el principio de causalidad, tienen que negar también que haya causalidad, y por tanto que hayan causas y efectos.

Pero, si no hay ni causas ni efectos, tampoco las formas a priori kantianas ni las intuiciones sensibles podrán ser causa de nuestro conocimiento ni tampoco nuestro conocimiento efecto de ellas ni de ninguna otra causa y por tanto nada podemos conocer de la manera que pretende Kant.

Si no hay causalidad, tampoco nuestro conocer ni nuestro querer ni nuestro obrar, ni ninguna otra cosa tiene causa alguna, y si nada tiene causa no tiene sentido tratar de explicar las cosas por sus causas ni por tanto hacer ninguna ciencia acerca de las cosas.

En tal supuesto sólo podríamos conocer lo incausado, ya que nada de lo que existe tiene causa.
27/11/11 10:44 PM
  
Ricardo de Argentina
Disculpen que me inmiscuya con mi "filosofía de carbonero", pero sólo se puede aprender cuando hay otros que saben más que uno.

Yo lo que veo es que hay un verdadero "amor al saber" (filosofía) en Aristóteles,Platón, Sócrates o Sto. Tomás, por ejemplo. Tratan de utilizar las facultades naturales para inquirir en la realidad de nuestra circunstancia.
Pero luego ha aparecido toda una larguísima serie de personajes que se han empeñado en cuestionar el discurso inquisitivo del hombre, en descalificarlo, en condicionarlo. Han puesto en la picota el sentido de las palabras, la mismísima capacidad de conocer, la posibilidad de tener certezas y hasta los principios fundamentales de la filosofía.

¿Y con qué títulos, con qué autoridad justifican semejante y tan radical descalificación de las facultades de la inteligencia y del trabajo intelectual de siglos y siglos de generaciones de grandes pensadores? Pues nada, por la sola condición de gurúes que ellos mismos se atribuyen, su retórica a veces brillante, y el apoyo del poder político que difunde sus obras.

No hay en esto "amor al saber" sino odio. Odio y desprecio también por el hombre pensante. Ellos no hacen propiamente filosofía sino "contrasofía" o "antisofía". Intentan convencer al prójimo de que no utilice las herramientas que los grandes y verdaderos filósofos han brindado para conocer la realidad y poder discernir rectamente. Y como producto final de sus desvaríos ha aparecido el "hombre masa" manejado a fuerza de eslóganes y medios de difusión, incapaz de pensar por sí mismo, al punto de depender del discurso de los gurúes del momento para saber "qué pasa". Un hombre cada vez más salvaje y embrutecido (aunque paradójicamente más "instruido" por estos próceres), más desesperanzado, más desorientado, más alejado de Dios.

Mil disculpas por esta intormisión tan poco "técnica", pero ¿saben que pasa?: yo me agarro la cabeza con las "genialidades" de tanto charlatán antitomista y me pregunto: ¿cómo es que a este tipo le han dado artículo? ¿Cómo ha podido tener seguidores semejante fabricante de absurdos?
Y dentro de mis limitadas posibilidades trato de encontrarle alguna explicación.
28/11/11 11:14 AM
  
indignado 1
Después de todo, ¿qué es una causa y qué es un efecto?

Voy a dar mi definición "carbonera", como dice Ricardo de Argentina. (Se admiten todo tipo de correcciones y críticas, incluídas las kantianas)

Causa es todo aquel ser del cual depende el ser de otro.

Efecto es todo ser que depende del ser de otro.

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Solamente hay que precisar: a veces de la causa puede depender no el ser del efecto, pero sí su movimiento, como la pelota depende del pie para moverse. En cuanto al ser, puede ser el comenzar a ser, como la silla depende del carpintero, o el permanecer en la existencia, como la casa depende de los ladrillos.

En cuanto al efecto, depende propiamente de la acción de la causa. Obviamente que ello supone el ser de la causa, pero ningún ente produce algo sin algún tipo de acción productora que emana de su ser, sea en forma libre, en las causas racionales, o necesaria, en las causas naturales.

Saludos cordiales

---------------------------------

P.D.: También hay que agregar que las causas del movimiento (en el sentido amplio de "cambio") pueden ser causas del llegar a ser sustancial, como el padre respecto del hijo, o del llegar a ser accidental, como el que pinta una pared.

En cuanto a causas del ser, la sustancia es causa del ser del accidente, que existe por el acto de ser de la sustancia en la que inhiere.
29/11/11 10:49 PM
  
indignado 1
Totalmente de acuerdo con sus precisiones, Néstor.

Las meditaré y tendré en cuenta. Gracias por su magnífico blogg.

Un cordial saludo.
30/11/11 2:21 PM
  
indignado 1
Ciertamente Néstor, y en todo ese tipo de diversas causalidades siempre vemos que hay un ser sin el cual no se daría otro distinto, ya sea en cuanto a la sustancia, al accidente o al movimiento. Así, sin los padres no se daría el ser substancial del hijo, sin el pintor no se daría la blancura de la pared, sin el pie no se daría el movimiento de la pelota, etc.

Por ello, pienso que se puede hablar de causas sustanciales, accidentales y dinámicas. De las sustanciales depende que se dé la sustancia de otro ser, de las accidentales el accidente y de las dinamicas el movimiento.

Pero en todos esos casos hay algo (causa) de lo que otro algo depende (efecto), o algo sin lo cual otro algo distinto no se daría.

Por ello pienso que el que niegue el principio de causalidad tendría que negar también cualquier tipo de dependencia entre los seres y por consiguiente ningún ser dependería de ningún otro, ni en cuanto a la sustancia, ni encuanto al accidente ni en cuanto al movimiento.

Pero entonces ese tal se contradice si, al negar el principio de causalidad, afirma al mismo tiempo que hay algo que dependa de otro algo distinto, y así por ejemplo Kant se contradice al negar el principio de causalidad y al mismo tiempo afirmar que nuestro conocimiento depende de las intuiciones sensibles y de las formas a priori, pues con esta afirmación está admitiendo que el conocimiento depende de otras cosas distintas,y donde hay dependencia hay causalidad.

Es tan general, ordinaria y habitual la experiencia que tenemos de cosas y fenómenos que tienen entre sí una relación de dependencia, que la noción de causa y efecto y de causalidad es normal en todo hombre sin necesidad de reflexión o deducción previa: basta con la experiencia inmediata de estos casos de dependencia para que nuestra mente genere los correspondientes conceptos o ideas de causa, efecto y causalidad.

Todo esto que digo, Nestor, es en plan "carbonero", como dice nuestro amigo Ricardo de Argentina.

Se admiten precisiones, correcciones, y puntualizaciones,(incluso kantianas)


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Incluso Hume incurre en esa contradicción cuando explica nuestra creencia en una conexión necesaria entre el efecto y su causa por la costumbre que surge en nosotros como consecuencia de la repetición de experiencias semejantes. La costumbre es entonces un efecto de esa repetición de experiencias, y nuestra convicción, de la costumbre.

Y es que la ciencia, en general, es, como dice Aristóteles, el conocimiento de las cosas por sus causas, y la Filosofía, en particular, es el conocimiento de las cosas por sus últimas causas. Así que querer explicar algo filosóficamente, y negar la causalidad, es contradictorio.

Saludos cordiales.
01/12/11 7:54 PM
  
indignado 1
Ciertamente, Néstor, Hume también incurre en tal contradicción: niega la causalidad y sinembargo la tiene que admitir al afirmar que nuestra creencia en una conexión necesaria entre causa y efecto depende de la costumbre dependiente, a su vez, de la repetición de experiencias de sucesión entre fenómenos.

La causalidad, a mi modo carbonero de ver las cosas, no es simplemente la relación de mera sucesión espacio temporal entre dos fenómenos, sino que incluye una relación de dependencia entre ellos, de tal manera que no sólo uno sucede a otro sino que sin uno de ellos (causa) no podría darse el otro (efecto).

A mi juicio, estos filósofos que niegan la causalidad, lo hacen entre otras cosas, por privar de base al argumento que demuestra la existencia de Dios basándose precisamente en las relaciones de causalidad o dependencia que experimentamos en los seres.

Si no hay causalidad tampoco habrá Causa Primera, ni por tanto Dios.

Pero no reparan que si no hay causalidad, nada hay causado realmente, y por tanto todo lo que hay es incausado, lo cual nos lleva derechamente al panteísmo absoluto. Es decir, negar que hay un solo Dios, lleva al absurdo de afirmar que todo es Dios.

En fín, como siempre, quien niega la existencia de Dios se ve obligado también a negar las evidencias positivas más fundamentales, como lo es la causalidad.

Pero con tal impugnar la verdad de que Dios existe son capaces de cualquier cosa: primero tratan de negar la causalidad, y si ven que esto no es posible, la admiten, pero afirman que hay un número infinito de causas y no una Primera. Se pasan de un extremo al otro: primero nos dicen "no hay ninguna causa", después nos dicen "las hay en número infinito."

Saludos cordiales y, como siempre, se admiten y agradecen todo tipo de objecciones aunque sean kantianas y humenianas.
02/12/11 10:45 PM
  
Ricardo de Argentina
Muy buen resumen, Indignado.

Néstor, muchas gracias por este espacio y tus aportaciones, de las que he aprendido muchísimo. Y ya lo he podido aplicar en otros blogs y en otras circunstancias.
05/12/11 6:18 PM
  
indignado 1
Ricardo de Argentina:

Agradezco el ánimo que me das compañero. Hago lo poco que puedo, dentro de mis límites de filósofo y teólogo "carbonero" como tú bien dices.

Menos mal que contamos con Néstor, que nos hace precisiones, puntualizaciones e incluso correcciones que nos vienen muy bien y nos obligan a perfeccionar nuestros primarios conceptos filosóficos y teológicos.

Nunca agradeceremos lo sufiente a Néstor el trabajo y paciencia que tiene al responder a los comentarios tanto de los ateístas como de los teístas aficionados a la teología escolástica.
06/12/11 9:57 PM
  
manuel gonzález (el que va al fondo del problema)
o por lo menos eso creo.jeje.
Hemos hablado de principio de causalidad, del de razón suficiente, que efectivamente está íntimamente emparentado con el primero. Pero yo parto de una premisa idiscutible, es la siguiente: TODO CONOCIMIENTO ABSTRACTO PARTE NECESARIAMENTE DEL INTUITIVO. Éste es el alimento de las ciencias, y las ciencias alimentan a su vez a la filosofía. Éste es el camino a seguir y no otro.
Esto por aquí. Ahora, según ésto, yo no veo crear materia de la nada, yo no veo la materia aparecer de la nada, yo veo a la materia transformarse. En el fondo es un mero cambio de forma de la materia, pero materia al fin y al cabo sigue siendo. Por ésto veo que POR EL PRINCIPIO DE CAUSALIDAD Y EL DE RAZÓN SUFICIENTE NO SE EXPLICA LA EXISTENCIA DE UN SER CREARDOR DE LA NADA, lo mismo que no se puede hacer la digestión sin estómago. Cuando dices que las hojas de mueven por que hay viento es efectivamente una conclusión lógica puesto que ves las hojas y notas el viento. Sabes que es el viento por que lo notas, pero ¿PODEMOS INTUITIVAMENTE "NOTAR" A DIOS CREADOR?No, aparece como un ser teórico que sólo puede explicar el mundo una vez que has asumido su existencia. En el fondo veo que es una "petición de principio".
Cuando dices que todo efecto tiene una causa, como es cierto,debes de circunscribirlo al caso extricto en que sólo se produce o un cambio de apariencia o un cambio por transformación de sustancia, pero siempre el efecto era algo , aunque distinto, pero algo. NO veo que se puede hacernos ver que la causa crea de la nada algo, puesto que es lógicamente imposible, a no ser que aceptemos la existencia de Dios, que es lo que en el fondo se trata de probar. ¿QUE RESPONDES A ÉSTO,NESTOR?

Yo respondería que filosóficamente ( si partimos de la base que la filosofía es el sentido común vestido de fiesta) es imposible demostrar la existencia de Dios. Por eso como creyente que soy , empleo razonamientos religiosos: POR ESO LA REVELACIÓN DE DIOS, ENTRE OTROS MUCHOS MOTIVOS, a parte de fundamental, el redentor. Motivos no religiosos pero se pueden decir que mediatamente empirícios( perdóname si soy incorrecto en las forma, pero no soy filósofo, sino que tengo sentido común y he leido filosofía). Digo mediatamente puesto que por las notas de prensa se puede sospechar que algo ocurrió en Fátima y por los testimonios de gente no sospechosas de creyentes, algo pasa en Medjujorge. Y los milagros son los cerfificados de autenticidad que todo filósofo seguro que querriá para su propia cosmovisión. ojo, no digo que quisiera un milagro, sin un cerfificado de autenticidad de esta categoría. Tampoco digo que los milagros demuestren necesariamente la veracidad de un credo, sino que son indicativos que coadyuban en la misma dirección. ( me refiero a sucesos inexplicables a día de hoy, no a fraude) Ya que es lógico pensar que si bien el conocimiento intuitivo es la base del abstracto, no podemos ceñir la realidad total al mero conocimiento intuitivo, sino aceptar la posibilidad de otros mundos no experimentables con nuestros medios actuales. Lo que sí se podria admitir es la imposibilidad filosofica de su aceptación.

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Estimado Manuel:

Estamos de acuerdo en que todo conocimiento abstracto parte del intuitivo, si por “intuitivo” entendemos lo inmediatamente evidente, tanto lo evidente sensible como lo evidente intelectual, pero de ahí no se sigue que no podamos tener conocimiento abstracto de las cosas que no intuimos.

Porque sobre la base de conocimientos "intuitivos" en ese sentido de inmediatamente evidentes, se puede razonar para llegar a conclusiones que ya no son intuitivas, sino inferenciales o demostradas por razonamiento lógico.

Por eso, del hecho de que no veamos que la materia es creada de la nada, no se sigue que no podamos concluirlo necesariamente a partir de lo que sí conocemos en forma evidente.

Incluso si fuese cierto, que no lo es, que no podemos demostrar filosóficamente la creación “ex nihilo”, tampoco se sigue de ahí que no podamos demostrar filosóficamente la existencia de Dios. Porque es cierto que Dios es Creador, pero no por eso todo conocimiento que tengamos de Dios tiene que alcanzarlo precisamente en tanto que Creador.

De hecho, el Primer Motor de Aristóteles es, en la realidad de las cosas, Dios, porque Dios es sin duda Primer Motor, pues es origen último de toda causalidad creada y por tanto, de todo movimiento, que siempre tiene una causa, y no hay más que un Dios, y no puede haber tampoco dos primeros motores. Pero Aristóteles no llegó a conocer a Dios como Creador.

En cuanto al principio de causalidad, no dice que todo efecto tiene causa, sino que todo ente contingente tiene causa. Como la contingencia del ente puede tomarse incluso respecto de su mismo ser, pues su acto de ser no está incluido en su esencia ni en su definición, entonces quiere decir que el ente contingente tiene el acto de ser por una causa distinta del ente contingente mismo.

Y eso es ser creado, y ser creado “ex nihilo”, porque el acto de ser es el acto radical, que hace ser a todo lo demás, y por tanto, no puede serle dado a algo que de algún modo ya exista, como sería una materia preexistente.

Por tanto, de todo ello no se sigue que no se pueda demostrar filosóficamente la existencia de Dios.

Por lo que toca a la fe católica, nos exige creer bajo pena de herejía que Dios, vivo y verdadero, Creador y Señor nuestro, puede ser conocido con certeza por la luz natural de la razón, por medio de las cosas creadas (Concilio Vaticano I).

Saludos cordiales
Néstor Martínez.

28/02/12 11:39 AM
  
Manuel González
Le voy a responder copiando sus respuestas y a continuación comentándolo yo, para facilitar su lectura y evitar siempre ir a anteriores mensajes.

1)”Por lo que toca a la fe católica, nos exige creer bajo pena de herejía que Dios, vivo y verdadero, Creador y Señor nuestro, puede ser conocido con certeza por la luz natural de la razón, por medio de las cosas creadas (Concilio Vaticano I).”
Voy a empezar por el final. Este “argumento de autoridad”, esta condena tiene su sentido cuando sea del todo evidente la existencia de Dios filosóficamente. Yo no niego que pueda conocerse, sólo que en este apartado sobre el “principio de Causalidad” y en las respuestas de los foreros no está claro. No creo que se haya demostrado. Por otra parte, yo como católico que soy no me parece acertado este tipo de actuaciones, puesto que más vale una exposición convincente que un anatema. El acercamiento a la verdad se consigue con lo primero, con lo segundo, sólo acallar a los disidentes, pero su rebeldía sigue viva en su interior.


2)Tu dices” Estamos de acuerdo en que todo conocimiento abstracto parte del intuitivo, si por “intuitivo” entendemos lo inmediatamente evidente, tanto lo evidente sensible como lo evidente intelectual, pero de ahí no se sigue que no podamos tener conocimiento abstracto de las cosas que no intuimos.

Porque sobre la base de conocimientos "intuitivos" en ese sentido de inmediatamente evidentes, se puede razonar para llegar a conclusiones que ya no son intuitivas, sino inferenciales o demostradas por razonamiento lógico.

Por eso, del hecho de que no veamos que la materia es creada de la nada, no se sigue que no podamos concluirlo necesariamente a partir de lo que sí conocemos en forma evidente”

Los dos primeros párrafos sólo puedo decir OK. Nada que decir, puesto que ir contra tu argumentación es ir contra la razón. El tercer párrafo supone un salto al infinito cualitativamente, puesto que lo que conocemos de forma evidente es sólo transformación, variación de formas, la materia sigue ahí. Hay una falla, por lo menos lo veo así.

El primer motor de Aristóteles es Dios? Según Santo Tomas. Yo sólo puedo decir que es un ser, al aristolélico, con cualidades que coinciden con la idea Judeo-cristiana de Dios-Creador. Dios que existe real y verdaderamente. Pero tambien la materia según la concepción ateo-panteista es causa incausada y generadora de vida y movimiento, ahí puedo ver este desconocimiento de Dios-creador de Aristóteles ¿se puede casar la ideas de motor inmóvil aristotélico con el panteísmo?

4) “ En cuanto al principio de causalidad, no dice que todo efecto tiene causa, sino que todo ente contingente tiene causa. Como la contingencia del ente puede tomarse incluso respecto de su mismo ser, pues su acto de ser no está incluido en su esencia ni en su definición, entonces quiere decir que el ente contingente tiene el acto de ser por una causa distinta del ente contingente mismo.

Y eso es ser creado, y ser creado “ex nihilo”, porque el acto de ser es el acto radical, que hace ser a todo lo demás, y por tanto, no puede serle dado a algo que de algún modo ya exista, como sería una materia preexistente.

Por tanto, de todo ello no se sigue que no se pueda demostrar filosóficamente la existencia de Dios. “

En el primer párrafo de este apartado 4º ya en parte lo he comentado, no se si acertadamente, anteriormente. Es una definición totalmente separada del conocimiento intuitivo, base para el progreso de la humanidad científica y filosóficamente hablando. Dijistes que” sobre la base de conocimientos "intuitivos" en ese sentido de inmediatamente evidentes, se puede razonar para llegar a conclusiones que ya no son intuitivas, sino inferenciales o demostradas por razonamiento lógico”. Ok, pero en esta afirmación no abandona la base intuitiva este concepto, no es mera especulación, no es un concepto vacío. Esto no hay un Aristóteles que te lo pueda desmontar, no porque seas realmente sabio, que por tus escritos así lo demuestras, sino por que está basado en, COMPROBABLE EMPÍRICAMENTE POR LOS SENTIDOS. Otro debate sería si los sentidos nos engañan. Segunda digreción. Tú ni caso.
En el parrafo primero de este cuarto apartado, humildemente, el concepto de causalidad según ahí está expresado, no está basado en la experiencia. No digo que esto sea responsabilidad suya.

“la contingencia del ente puede tomarse incluso respecto de su mismo ser, pues su acto de ser no está incluido en su esencia ni en su definición” dice vd. Esta definición es cualitativamente un salto para casar el teismo/deismo con la existencia del mundo intuitivo, casarlo forzosamente. Repito, filosóficamente hablando, es decir, basándonos en los datos que mediatamente nos suminitra los sentidos o captados por el intelecto basándose en ellos e interpretados por la ciencia y la filosofía en último término. No vemos sino cambio de forma no un crearse “ex nihilo”. Una persona no se crea de la nada, sino de la unión de algo tan chico como un espermatozoide con un óvulo. Minúsculo , pero hay materia al fin y al cabo. Otra cosa es el alma. Tercera digresión. Vd. ni caso.

Yo le pido por favor que me demuestre filosóficamente que es posible, a partir del mundo intuitivo, que se puede crear “ex nihilo”. Aristóteles, como bien dices, no la halló.

Un cordial saludo de Manuel González.





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Estimado Manuel:

Edité su mensaje porque si no el conjunto iba a quedar demasiado largo, incluyendo las “disgresiones”.

Entre católicos los dogmas de fe no se discuten sino que se toman como punto de partida del pensamiento. De lo contrario, no estamos entre católicos. Es así de sencillo. Respecto de la fe, el que es católico no tiene “disidencia” alguna.

No es una cuestión de autoridad, sino de realidad. Decir que un católico pone voluntariamente en duda una verdad de fe es como decir que un ser vivo es algo que ha dejado de respirar en forma definitiva. Sin duda que Juan, que es católico, puede poner voluntariamente en duda una verdad de fe. Lo que no puede hacer es seguir siendo católico después de eso.

No es católico afirmar que la condena de una herejía sólo tiene sentido si la verdad opuesta ha sido demostrada filosóficamente. La herejía no es lo que va contra la verdad filosóficamente demostrada, sino lo que va contra la verdad revelada por Dios y creída en la Iglesia.

No sirve tampoco filosóficamente decir “no estoy de acuerdo”, “no lo veo”, “no veo que esté demostrado”. Cuando se está en desacuerdo con un argumento, hay que señalar el punto preciso en que falla, si no, no se tiene nada que decir.

En el tercer párrafo no hay ningún “salto al infinito”, porque lo único que se dice ahí es que el salto, como allí se explica, lo da Ud. al pretender concluir del hecho de que no se intuye la Creación, que ésta no se puede demostrar. No se puede dar “salto” ninguno cuando simplemente se dice que una cosa no se sigue de otra, al contrario.

En las posturas panteístas materialistas la materia está en continuo cambio, así que no se la puede identificar con el Primer Motor Inmóvil de Aristóteles.

Que en la definición de los entes contingentes no se incluye su acto de ser es un hecho ciertamente “intuitivo”. En nada cambia la definición de un ente contingente el saber que este ente existe o que no existe. La razón de ello, bastante “intuitiva”, es que si la existencia formase parte de la definición de estos entes, decir que no existen sería contradictorio, como decir que el triángulo no tiene lados. Pero no es contradictorio, por ejemplo, decir que los dinosaurios no existen.

Repito que los problemas filosóficos se tienen que resolver con base en la intuición, pero no mediante intuiciones, sino mediante razonamientos que parten de las intuiciones. La ciencia tiene por objeto las conclusiones, no los principios, y son los principios los que son evidentes y en ese sentido “intuitivos”. Las conclusiones se obtienen por razonamiento. No hay ciencia, como tal, de lo evidente.

Esto es fundamental: lo esencial de la Filosofía está en el razonamiento lógico y en las conclusiones necesarias a que dicho razonamiento lleva, basado siempre, en última instancia, en las verdades primeras y evidentes, y en ese sentido, “intuitivas”.

En la Filosofía los principios reales, explicativos de las cosas, no se intuyen, se deducen, se infieren, sobre la base de las primeras verdades evidentes y en ese sentido “intuitivas”, entre las cuales también están los primeros principios lógicos.

Así sucede con la “materia primera”, que no es una “intuición”, sino una conclusión necesaria basada en lo que se conoce intuitivamente, más la deducción racional.

Por eso, en cuanto a la creación “ex nihilo”, una forma de demostrarla filosóficamente es ésta:

“Los entes compuestos de materia primera y forma sustancial han debido ser creados “ex nihilo”. Pero los entes de nuestro mundo se componen de materia primera y forma sustancial. Ergo.”

Prueba de la primera Mayor:

“En los entes compuestos de materia primera y forma sustancial, la misma materia primera es causada. Pero no puede ser causada a partir de otra materia anterior, porque entonces, no sería primera. Luego, es causada “ex nihilo”, es decir, sin materia previa.”

Prueba de la segunda Mayor:

“La materia primera es pura potencia respecto de la forma sustancial que la actualiza en cada caso, y por tanto, es causada por ella, sin la cual no existiría en acto.”

Prueba de la primera Menor:

“Los entes corpóreos son compuestos de forma y materia, como se ve, por ejemplo, por el hecho de que los mismos elementos químicos integran a todos esos entes en distintas combinaciones, de las cuales ellos son la materia, y una cierta clase de organización o estructura, la forma. Pero no es posible que toda materia sea a su vez compuesta de materia y forma, porque entonces retrocedemos al infinito. Tiene que haber, por tanto, una materia que no sea compuesta de materia y forma, no tenga por tanto de suyo forma ni acto alguno, y por tanto, sea pura potencia respecto de las formas. Ésta es la materia primera.”

Santo Tomás admite la posibilidad de un Universo material sin comienzo. En esa hipótesis, toda materia primera estaría desde siempre bajo alguna forma, sin la cual no podría simplemente existir, y todo comenzar a existir sería un cambio con materia previa, donde esa materia perdería la forma que ya tenía, y adquiriría otra.

Pero incluso en esa hipótesis, hay que notar dos cosas:

1) Esa materia primera estaría siempre siendo causada “ex nihilo”, al menos por la forma que la actualiza, por lo ya explicado.

2) Toda esa serie sería contingente, siendo contingentes cada uno de sus elementos, los entes corpóreos, que serían compuestos de materia primera, contingente, por depender de una causa que la actualiza, que es la forma, y de forma sustancial, que es también contingente, porque es lo determinante de la esencia, que se expresa en la definición, la cual no contiene, como dijimos, la existencia de la cosa. De hecho, las formas sustanciales de estos entes corpóreos comienzan a existir y dejan de existir con ellos.

3) Al ser contingente toda esa serie sin comienzo de entes corpóreos, tiene que tener una causa, y esa causa no puede ser a su vez siempre contingente y causada a su vez por otra causa contingente, para no retroceder hasta infinito. Por tanto, tiene que ser Necesaria.

4) Recordemos cosas que ya están dichas en los “posts” dedicados a la prueba de la existencia de Dios y sobre las cuales por eso no vamos a volver: la serie de causas en la que no se puede retroceder al infinito es la serie actual, presente, no la serie temporalmente sucesiva.

5) Igualmente sobre los atributos del Ser Necesario que permiten identificarlo con Dios, hemos hablado en los “posts” correspondientes, así como del principio de causalidad, etc., así que lo único que admitimos son objeciones concretas y precisas sobre algún punto de lo ya dicho.

En el siguiente texto, Santo Tomás profundiza mucho más de lo arriba expuesto, y llega hasta el mismo “acto de ser”:

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(Suma teológica - Parte Ia - Cuestión 44, art. 2)

“Los antiguos filósofos poco a poco, y a tientas, fueron entrando en el conocimiento de la verdad. Pues desde el principio, tal vez por su primitiva rudeza, no pensaron que hubiera otros seres fuera de los cuerpos sensibles. Algunos, que admitían el movimiento, no consideraron el movimiento más que a partir de algunos accidentes como la vaporización y la densidad, la unión y la separación. Suponían que la sustancia de los cuerpos no había sido creada, e indicaban algunas causas de estos cambios accidentales, como, por ejemplo, la amistad, la discordia, el entendimiento, o cosas parecidas.

Posteriormente, otros distinguieron, por el entendimiento, entre forma sustancial y materia, la cual la suponían increada; y observaron también que en los cuerpos hay cambios según sus formas esenciales. Estos cambios los atribuyeron a causas más universales, como el círculo oblicuo, según Aristóteles; o las ideas, según Platón.

Pero hay que tener presente que la materia se contrae por la forma en una especie determinada; así como la sustancia de cualquier especie se contrae a un modo particular de existir por los accidentes que se le añaden, como hombre se limita por blanco. Así, pues, ambos consideraron el ser bajo un aspecto particular, bien en cuanto es este ser o en cuanto es tal ser. De este modo asignaron a las cosas causas agentes particulares.

Otros progresaron más hasta considerar el ser en cuanto ser; y consideraron la causa de las cosas no en cuanto que son éstas o aquéllas, sino en cuanto que son seres. Así pues, lo que es causa de las cosas en cuanto que son seres, es necesario que sea causa de las cosas, no sólo en cuanto que son tales cosas por las formas accidentales ni tampoco en cuanto que son estas cosas por las formas sustanciales, sino también en cuanto todo aquello que pertenece a su ser en el modo que sea. Así, es necesario sostener que también la materia prima fue creada por la causa universal de todos los seres.”

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Aquí Santo Tomás explica porqué no son tampoco las formas sustanciales, en última instancia, la explicación suficiente de la existencia de la materia. Las formas sustanciales hacen que la cosa sea esto o aquello, su efecto está limitado a una región particular del ser: caballo, hombre, etc.

Pero además de eso, todas las cosas tienen en común el hecho de que son, simplemente. Y el ser es más fundamental que el ser esto o aquello, porque lo que simplemente no es, no puede tampoco ser de algún modo específico.

Luego, si la forma sustancial hace ser en acto, simplemente, a la materia, no es por ella misma, sino por otro principio más profundo, que está unido a la forma sustancial y la actualiza a ella misma, y mediante ella, a la materia: el acto de ser, que siendo el efecto más universal, porque lo que no tiene ser, no es nada, depende de la Causa más universal, Dios.

Así se entiende radicalmente la creación “ex nihilo”, como don del acto de ser a una esencia posible, en este caso compuesta de materia y forma. Es claro que tiene que ser “ex nihilo”, porque nada puede ser en acto, del modo que sea, antes de recibir el acto de ser, y por tanto, no puede haber una materia preexistente o independiente que pueda recibirlo.

Saludos cordiales.
01/03/12 8:01 PM
  
Néstor
Sintetizando un poco más:

La materia primera es de suyo pura potencialidad indeterminada, toda su determinación le viene de la forma sustancial.

La forma sustancial, a su vez, es responsable de que la materia sea esto o aquello, pero no, por sí misma al menos, de que sea, simplemente hablando. “Ser esto o aquello”, que es lo propio de cada cosa, no es lo mismo que “ser, sin más”, que es común a todas las cosas.

Para ver esto, hay que ver que el ser es lo común a todas las cosas, pero no es un rasgo integrante de ninguna forma sustancial, por lo ya dicho: el ser no forma parte de la definición de estas esencias finitas, cuyo elemento determinante es la forma sustancial.

Luego, si la forma sustancial actualiza la materia prima y la hace ser simplemente, no es por sí misma, sino por el acto de ser que a su vez la actualiza a ella.

Y eso quiere decir que todas las esencias de los entes compuestos de materia y forma son contingentes, pueden tanto ser como no ser, según que reciban o no el acto de ser.

Eso quiere decir que son causadas, y que su Causa Primera no es contingente, sino Necesaria, para evitar el retroceso al infinito.

Y también quiere decir que son causadas “ex nihilo”, y por tanto, propiamente, creadas, porque nada puede presuponerse, en un efecto cualquiera, al acto de ser, ya que sin él, nada es.

Saludos cordiales.
02/03/12 2:50 PM
  
Pedro
Nestor dice: "A ver si esta vez se entiende: Si A no puede existir sin B, es que B es condición necesaria de A, y entonces es verdadera la proposición condicional que dice:

"Si A existe, B existe".

Para hacer un Modus Ponens, sólo hace[...]"

Error garrafal típico de filósofos: Si A es lo causado, y B el causante, A tiene que estar en la prótasis y B en la apódosis. Por tanto el enunciado debía de haber sido:

Si B (dios) existe, A (Pedro, por ejemplo)existe.

Es cierto que yo existo, de lo cual NO (jamás, never, nunquam) podemos deducir nada (escribe la tabla de valores de juntor condicional y verás que de la verdad de lo condicionado no se deduce ni la verdad ni la falsedad del condicionante)

¿Queda claro? Todo lo demás se cae por su propio peso.

Para hacerse pasar por discípulo de Tomás, hay que controlar un poco más de lógica. De seguir él vivo, le hubieras defraudado mucho
03/06/12 5:01 PM
  
Néstor
Estimado Pedro:

1) “Prótasis” es el antecedente de un condicional, “apódosis”, el consecuente. Basta una búsqueda en Google de estos términos para ver que es así.

Por tanto, en la proposición “Si hoy llueve, me mojo”, la prótasis es “hoy llueve”, y la apódosis es “me mojo”.

2) Por tanto, en tu mismo planteo es un error decir que en

“Si Dios existe, Pedro existe”

lo causado está en la prótasis. Allí en la prótasis está Dios, que no es lo causado, sino la causa.

3) En mi argumento, lo causado está en la prótasis, porque lo causado es A, que es aquello que no puede existir sin tener a B como condición necesaria y suficiente de su existencia. En el caso concreto del ente contingente, resulta que la condición necesaria y suficiente de su existencia es justamente la acción de su causa.

4) O sea que estoy de acuerdo contigo en que, en mi argumentación, lo causado tiene que estar en la prótasis. Pero entonces no entiendo porqué en la proposición que tú propones (“Si B (dios) existe, A (Pedro, por ejemplo) existe”), lo causado está en la apódosis, y la causa en la prótasis.

Si corriges ese error tuyo, verás que estás de acuerdo conmigo. Lo causado tiene que ir en la prótesis:

“Si Pedro existe, entonces Dios existe”.

Y así, para demostrar la existencia de Dios (una vez, obviamente, que se demostrado la verdad de la proposición “Si Pedro existe, entonces Dios existe”) basta el Modus Ponens:

“Es así que Pedro existe. Luego, Dios existe”.

Saludos cordiales.
03/06/12 5:39 PM
  
Pedro
Repito porque me he debido trabucar:

Error garrafal típico de filósofos: Si A es lo causado, A tiene que estar en la apódosis. Si B es el causante, B tiene que estar en la prótasis. Por tanto el enunciado debía de haber sido:

Si B (dios) existe, A (Pedro, por ejemplo)existe.

Es cierto que yo existo, de lo cual NO (jamás, never, nunquam) podemos deducir nada (escribe la tabla de valores de juntor condicional y verás que de la verdad de lo condicionado no se deduce ni la verdad ni la falsedad del condicionante)

¿Mejor? Todo lo demás se cae por su propio peso.
03/06/12 6:14 PM
  
Néstor
Estimado Pedro:

Ahora tu escrito es coherente, pero ya no estamos de acuerdo. No necesariamente lo causado tiene que estar en la apódosis o consecuente. El orden de nuestras proposiciones condicionales no tiene porqué ser el de la realidad. Es tan legítimo decir “Si hay fuego, hay humo”, como decir “Si hay humo, hay fuego”. Nuestro conocimiento sigue muchas veces el camino inverso al de la realidad: de los efectos a las causas.

Es cierto, por tanto, que si el condicional es “Si hay fuego, hay humo”, o “Si Dios existe, Pedro existe”, no se puede razonar diciendo “hay humo, por tanto, hay fuego”, tampoco diciendo “Pedro existe, por tanto, Dios existe”.

Pero si el condicional es, como es en mi argumentación, “Si hay humo, hay fuego”, o “Si Pedro existe, Dios existe”, entonces sí se puede argumentar lógicamente de este modo: ”Hay humo, por tanto, hay fuego”, o bien: “Pedro existe, por tanto, Dios existe”.

La lógica es una disciplina que exige mucha atención, por eso hay que revisar muy bien los razonamientos propios antes de acusar de ilogicidad a los demás.

Saludos cordiales.
03/06/12 6:31 PM
  
Pedro
Por si no se entiende mi crítica:

Si ponemos lo condicionado como antecedente y la condición como consecuente tenemos lo siguiente:

Si el suelo se moja, entonces llueve

Mediante modus ponens: el suelo se moja, luego llueve.

¿Seguro que está lloviendo y no están regando el suelo, por ejemplo?

Lo único que haces, Néstor, es camuflar la falacia formal de la afirmación del consecuente (disfrazado disimulada y convenientemente por ti de antecedente).

Tu argumentación no demuestra absolutamente nada. Tendrás que intentarlo por otra vía. Lo malo es que no existe tal vía.
04/06/12 10:04 AM
  
Néstor
Estimado Pedro:

Tu crítica se entiende bien, lo que pasa es que no da en el blanco.

Ahora dices que si ponemos lo condicionado como antecedente y la condición como consecuente, el argumento no concluye, porque si digo “Si el suelo está mojado, llueve”, no porque el suelo esté mojado quiere decir que haya llovido.

Muy cierto, si lo que ponemos como condición en el consecuente es una condición suficiente, pero no necesaria.

“Condición suficiente” es aquella con la cual alcanza para que algo se dé.

“Condición necesaria” es aquella sin la cual algo no puede darse.

No es lo mismo. Algo puede ser condición suficiente, y no necesaria, es el caso de la lluvia respecto de la mojadura del piso. Alcanza con que llueva para que el piso esté mojado, pero no hace falta, no es necesario, puede el piso estar mojado por otras razones.

Algo puede ser condición necesaria, y no suficiente, por ejemplo, para vivir es necesario que haya oxígeno, pero por más oxígeno que haya en la morgue, los cadáveres no viven.

Y algo puede ser condición necesaria y suficiente a la vez, por ejemplo, para que una figura cerrada tenga no más ni menos de tres lados rectos es necesario y suficiente que tenga tres ángulos.

En tu ejemplo, como dijimos, la lluvia es condición suficiente de la mojadura, no necesaria. Por eso de la mojadura no se puede concluir que llovió.

Pero si en el consecuente del condicional hubiese una condición necesaria, es claro que sí concluiría el argumento.

Eso se desprende de la noción misma de "condición necesaria": "aquello sin lo cual la cosa no puede ser". Luego, si la cosa es, también es su condición necesaria.

Por ejemplo, si el condicional fuese “Si Pedro es abogado, entonces es humano”. Evidentemente que si agregamos una Menor que dice “Pedro es abogado” podemos concluir que “Pedro es humano”.

En la prueba de la existencia de Dios, la Causa Primera es condición necesaria de la existencia misma del ente contingente. Mostrar que eso es así es lo que hace la prueba publicada, por eso no lo repito aquí.

Por eso, de la existencia del ente contingente se deduce válidamente la existencia de Dios.

Y eso, mediante un Modus Ponens, no mediante ninguna falacia del consecuente:

"Si el ente contingente existe, existe su condición necesaria, a saber, el Ser Necesario.
Pero el ente contingente existe.
Luego, existe el Ser Necesario".

Parece claro que lo que no termina de cerrar es tu intento de crítica a la prueba filosófica de la existencia de Dios y que deberías intentar por otro lado.

Saludos cordiales.
04/06/12 5:15 PM
  
Pedro
No hace falta probar por otro lado (como me dices), porque éste es el lado desde el que tiene sentido hablar.

Ya que te mueves por el lado del tomismo, echaré mano de la lógica aristotélica (la argumentación de la lógica moderna discurre por otro derrotero, pero el resultado es básicamente el mismo).

Para Aristóterles hay dos tipos de razonamiento. A saber, el hipotético y el categórico.

El segundo tipo conoce a través de las causas, y por tanto la causa se encuentra en alguna de sus premisas. Ejemplo de tal razonamiento es: Dios es la causa de todo lo contingente, algo existe, luego dios existe. Lo malo es que tal forma de razonamiento no existe ya que se trata de una afirmación del consecuente. Por lo tanto es imposible una demostración de dios por este camino. Si se tratara de un razonamiento válido en su forma, sería puramente demostrativo. Partiendo de dos premisas categóricas (no se aprecia ninguna forma condicional en ellas) concluye un enunciado categórico.

El primer tipo, el hipotético, consiste en concluir la causa únicamente a través de los efectos. Voy a desentrañar sus partes:

1ª premisa: "Si el ente contingente existe, existe su condición necesaria, a saber, el Ser Necesario". Se trata claramente de una premisa hipotética (la marca si... entonces nos indica que es hipotética) y nada categórica.

2ª premisa: "Pero el ente contingente existe", es categórica sin duda alguna.

La conclusión: "Luego, existe el Ser Necesario". ¿Esta conclusión es categórica o hipotética? A simple vista parece que tiene forma categórica, pero ¿lo es ciertamente? No, rotudamente no. La conclusión siempre se lleva la peor parte. Si una de las premisas es hipotética, la conclusión ha de ser hipotética también, pues su verdad depende de la condición de la primera premisa.

Con la lógica moderna desaparecen los juicios categóricos. En lógica moderna hay enunciados necesarios (que son un poco más o menos equivalentes a los categóricos) y posibles (que son poco más o menos los hipotéticos). El caso es que nadie te va a conceder que "Si el ente contingente existe, existe su condición necesaria, a saber, el Ser Necesario" sea un enunciado necesario porque colocas el efecto en el antecedente, y la causa en el consecuente (véase el ejemplo de la lluvia y el suelo mojado).

Tanto para la lógica aristotélica, como para la lógica moderna, tu argumentación es válida, pero su conclusión no es ni categórica, ni necesaria respectivamente(para la moderna). Su conclusión es hipotética para la aristotélica (es decir, no demostratriva), o posible para la moderna (que a lo sumo puede concluir que la existencia de dios es posible partiendo de tales premisas).

Insisto, no demuestras. Aunque tuvieras más razón que un santo a la hora de decir que dios existe, no demuestas.

Si quieres demostrar (concluir un enunciado categórico o necesario), no te queda otra que partir de premisas categóricas o necesarias, pero te vas a encontrar siempre con el escollo de la afirmación del consecuente.

Saludos y perdón por el megacomentario. Pero creo que era necesario aclarar los conceptos en condiciones.
22/06/12 1:26 PM
  
Pedro
Se me ovidaba comentar lo que crees el punto fuerte de tu demostradión de dios:

Si crees que el hablar de causa suficiente hace inmune tu argumentación, no es así. Veamos el porqué sigue sin producirse razonamiento categórico-demostrativo. Tampoco razonamiento necesario:

La crítica no tiene su fuerza en que haya distintas clases de causa. Al contrario, la crítica reside en que mientras partas de enunciados hipotéticos, solo vas a concluir enunciados hipotéticos. Que hables de condiciones necesarias es irrelevante, porque sigues partiendo de premisas hipotéticas y por tanto no resuelves el problema.

Una solución sería la de declarar necesario una condición necesaria, para lo cual tenemos tres fómulas:

1ª "Si el ente contingente existe, NECESARIAMENTE existe su condición necesaria, a saber, el Ser Necesario"

En este caso haces depender la necesidad de la verdad del antecedente. Por tanto el enunciado sigue siendo absolutamente hipotético. No solucionamos el problema: la condición ha de ser necesariamente hipotética (meramente posible) con lo que no demostramos nada más que su posibilidad.

2ª "ES NECESARIO QUE si el ente contingente existe, NECESARIAMENTE existe su condición necesaria, a saber, el Ser Necesario"

Si escribimos su matriz (su tabla de verdad) comprobaremos que tal enunciado ha de ser recusado, todos sus valores de verdad son cero. Si pensamos un poco en el significado de tal enunciado comprobaremos que declara necesario a un enunciado hipotético (es decir, meramente posible) lo cual resulta paradójico y contradictorio.

3ª "ES NECESARIO QUE si el ente contingente existe, existe su condición necesaria, a saber, el Ser Necesario"

Idéntico resultado que la 2ª fórmula.

Por tanto: sigue sin haber prueba de la existencia de dios por el camino que has escogido. Da lo mismo que partamos desde la lógica aristotélico-medieval, que desde la moderna. A lo sumo podemos concluir la posibilidad de su existencia.

Saludos.
22/06/12 2:13 PM
  
Néstor
Estimado Pedro:

En primer lugar, lo que pones como ejemplo de silogismo categórico no es válido. Tiene cuatro términos: “Dios”, “causa de todo contingente”, “algo”, y “existe”.

En efecto, su forma es ésta: “Dios es la causa de todo contingente. Pero algo existe. Luego, Dios existe”.

La división del razonamiento en hipotético y categórico depende exclusivamente de si las premisas son todas categóricas, como es el segundo caso, o alguna es hipotética, como el primero.

Pero eso depende a su vez de lo que se entiende aquí por “hipotética”, que en el uso neoescolástico al menos quiere decir simplemente “compuesta”. Al menos, si se quiere que la división del silogismo en "categórico" e "hipotético" sea completa y dentro de los “hipotéticos” entren también los silogismos disyuntivos, que evidentemente no son categóricos.

Por ejemplo, es disyuntivo el silogismo que dice “O llueve o es Viernes. Pero no es Viernes. Luego, llueve”.

Si se quiere, entonces, se puede reservar el nombre de proposiciones “hipotéticas” a los condicionales, del tipo “Si se da A, entonces se da B”.

En todo caso, un silogismo “hipotético” será aquel que tenga al menos una premisa “hipotética”, como

“Si llueve, es Viernes. Pero llueve. Luego, es Viernes”.

Dices:

“El primer tipo, el hipotético, consiste en concluir la causa únicamente a través de los efectos.”

No necesariamente. También puede consistir en concluir los efectos a través de las causas. Por ejemplo:

“Si la bola A le pega a la bola B, la pone en movimiento. Pero la bola A le pega a la bola B (causa). Luego, la pone en movimiento (efecto)”.

Luego dices:

“La conclusión: "Luego, existe el Ser Necesario". ¿Esta conclusión es categórica o hipotética? A simple vista parece que tiene forma categórica, pero ¿lo es ciertamente? No, rotudamente no. La conclusión siempre se lleva la peor parte. Si una de las premisas es hipotética, la conclusión ha de ser hipotética también, pues su verdad depende de la condición de la primera premisa.”

Desde el punto de vista de la lógica moderna, entiendo que la conclusión es necesaria, simplemente porque se trata de un Modus Ponens:

“Si A (el ente contingente existe) entonces B (existe la causa del ente contingente). Pero A (el ente contingente existe). Luego, B (existe la causa del ente contingente”).

Tú dices, también en tu segundo mail, que la conclusión no es necesaria porque supone unas premisas, y en una de esas premisas todo depende de una condición . Y yo respondo que en la premisa categórica de ese Modus Ponens se aclara que la condición es verdadera.

Puedes decir también, que aunque sepamos que la condición es verdadera, eso no quita que la verdad de la conclusión del silogismo siga siendo en definitiva una verdad condicionada a otra, y por tanto, no absolutamente necesaria, en ese sentido.

Y ahí yo respondo que ya desde Aristóteles por lo menos se distingue entre necesidad absoluta y necesidad condicionada, y que para la prueba de la existencia de Dios alcanza con esta última.

En efecto, “necesidad condicionada” es la de aquello que se sigue necesariamente, y con necesidad absoluta, incluso, de determinados supuestos que no son ellos mismos absolutamente necesarios.

Así, si en mi bolsillo tengo una figura triangular, es absolutamente necesario que tenga en mi bolsillo una figura de tres lados.

Lo cual es lo mismo que decir que no es absolutamente necesario absolutamente hablando, porque en mi bolsillo puedo tener o no tener una figura triangular.

Pero una vez que descubro que efectivamente tal figura está en mi bolsillo, es absolutamente necesario afirmar que tal figura que tengo en mi bolsillo tiene tres lados.

Y eso ocurre en la prueba de la existencia de Dios. Si el ente contingente existe, es absolutamente necesario que exista su Causa.

La existencia de esa Causa, por tanto, no es absolutamente necesaria absolutamente hablando, “quoad nos”, es decir, por relación a nosotros, porque el ente contingente, por definición, puede no existir, y nosotros sólo podemos llegar al Ser Necesario sobre la base de los entes contingentes.

Eso equivale a decir que la existencia de esa Causa, “quoad nos”, es decir, en relación a nosotros, no es absolutamente necesaria absolutamente hablando, pero sí lo es, una vez que debemos afirmar la existencia de al menos un ente contingente. Que es lo que nos suministra, precisamente, la premisa categórica de ese “Modus Ponens”: “existe al menos un ente contingente”.

“Quoad se”, o en sí misma, es decir, para Dios mismo o para los que lo ven en forma intuitiva, en el Cielo, obviamente, la necesidad de la existencia de esa Causa es absoluta, absolutamente hablando.

Por tanto, cuando decimos que la conclusión sigue siempre la parte más débil, aquí tenemos una parte que es categórica, y otra, que es hipotética, pero de tal modo, que establece la necesidad absoluta del consecuente del condicional, supuesta la verdad de su antecedente.

Hay por tanto aquí dos “debilidades” bajo la forma de “condicionalidades”: la de un consecuente respecto de un antecedente que puede ser verdadero o falso, y la de un consecuente respecto de un antecedente en general, incluso si ya se sabe que es verdadero.

Ahora bien, ese antecedente es precisamente lo que se nos da categóricamente en la premisa categórica, como verdadero. Por tanto, la primer condicionalidad y primer debilidad desaparece en las premisas mismas y así ya no tiene porqué estar en la Conclusión.

De lo contrario habría que decir que el Modus Ponens es inválido, pues su conclusión no es “Si A, entonces B”, sino, simplemente, categóricamente, “B”.

Queda la condicionalidad de toda conclusión respecto de sus premisas, de todo consecuente respecto de su antecedente aún sabido verdadero.

Pero esa no va contra la necesidad de la conclusión “Dios existe”, porque ésta, como ya dijimos, no es absoluta absolutamente hablando, “quoad nos”, sino que es absoluta “quoad nos” en el supuesto de que exista al menos un ente contingente, cosa que nos es suministrada en la premisa categórica.

Luego dices:

“El caso es que nadie te va a conceder que "Si el ente contingente existe, existe su condición necesaria, a saber, el Ser Necesario" sea un enunciado necesario porque colocas el efecto en el antecedente, y la causa en el consecuente (véase el ejemplo de la lluvia y el suelo mojado).”

En primer lugar, a los efectos lógicos, es accidental que aquí la condición necesaria del ente contingente sea su causa real. La condición necesaria no tiene porqué ser necesariamente la causa. Es “aquello sin lo cual algo no puede existir”, y entonces, puede ser muy bien un efecto necesario de ese algo.

Por ejemplo, en la proposición “Si algo es un triángulo, la suma de sus ángulos es de 180 grados”. Ahí el consecuente es a la vez efecto necesario y condición necesaria del antecedente. En efecto, es porque es un triángulo, que algo tiene como suma de sus lados 180 grados, y no al revés, porque también un hexágono, por ejemplo, puede sumar en sus ángulos 180 grados.

Y sin embargo, sin tener 180 grados como suma de sus ángulos, una figura no puede ser un triángulo (condición necesaria).

Igualmente, supuesta la verdad del enunciado “Si hay fuego, hay humo”, ahí el humo es a la vez efecto y condición necesaria del fuego.

En segundo lugar, la necesidad del enunciado que criticas se desprende de la misma definición de “condición necesaria”, como “aquello sin lo cual algo no puede ser”, porque lo que viene a decir es que:

“Si el ente contingente existe, existe aquello sin lo cual el ente contingente no puede existir”.

Lo cual es la obviedad misma. Si el ente contingente existiese sin aquello sin lo cual no puede existir, entonces lo imposible existiría, lo que es contradictorio.

En tercer lugar, la relación necesaria puede darse del efecto a la causa, y no solamente de la causa al efecto, de modo que no solamente sea necesaria la proposición “Si hay fuego, hay humo”, sino también esta otra: “Si hay humo, hay fuego”.

Más aún, la única relación que podemos afirmar como absolutamente necesaria es la que va del efecto a la causa, porque decir que lo que puede existir y puede no existir, y por tanto, no tiene en sí mismo la razón determinante de su existencia, no la tenga tampoco en otro, va contra el principio de razón de ser, por el cual no podemos admitir que algo sea “porque sí”, sin alguna razón suficiente de que sea así en vez de no ser o ser de otro modo.

Por el contrario, la relación de la causa eficiente al efecto es siempre contingente, en última instancia, aunque pueda tener una necesidad natural. Así, es contra las leyes naturales que los cuerpos se atraigan según otra ley distinta de la de Newton, pero no parece que implique contradicción.

Me da la impresión de que partes de una filosofía en la cual la única necesidad real que se reconoce es la que la causa, actuando, tiene, de producir su efecto propio, y no se reconoce la necesidad metafísica, mucho más clara e inmediata, de que el efecto, es decir, lo contingente, tenga causa de su existencia, si existe.

También me da la impresión de que confundes a veces el orden lógico con el orden ontológico, al usar indistintamente conceptos como “causa” y “condición necesaria”. Eso te lleva, parece, a una tendencia a querer seguir siempre en el pensamiento el orden de la realidad, lo cual no tiene porqué ser así. Siendo como somos los humanos las más bajas de las inteligencias, como dice Santo Tomás, muchas veces nuestro pensamiento tiene que seguir el camino inverso al de la realidad: de los efectos a las causas.

En cuanto a Aristóteles, él no trató sistemáticamente el silogismo hipotético o condicional, eso lo hizo la escuela megárico – estoica y fue integrado luego por la lógica medieval al tratado general del silogismo al lado del silogismo categórico aristotélico.

Saludos cordiales.
22/06/12 6:24 PM
  
Néstor
Estimado Pedro:

De tus últimos mensajes extraigo algunos argumentos, que paso a responder.

Ante todo, recuerdo algunos principios fundamentales:

1) El que una proposición sea “categórica” o no es una cuestión puramente formal, porque depende simplemente de que la proposición tenga la forma “S es P”, o no la tenga. Una proposición categórica es la que se compone de términos, que son sujeto y predicado, no de otras proposiciones, en ese sentido se la llama también “simple”. “Compuesta” es, en este sentido, la proposición que se compone de otras proposiciones, como el condicional, la conjunción, la disyunción, etc.

2) Un “razonamiento categórico”, por tanto, es aquel cuyas premisas son todas categóricas, y por tanto, también, obviamente, la conclusión, mientras que un razonamiento “hipotético” es aquel en el que hay por lo menos una premisa “hipotética”, bajo cuyo nombre se entiende aquí a proposiciones compuestas como el condicional o la disyunción. El “Modus ponens”, por ejemplo, es un caso de razonamiento “hipotético”.

3) No tiene nada que ver, por tanto, con el hecho de que un razonamiento sea categórico o no, el que demuestre o no algo por sus causas. Un razonamiento categórico ni siquiera tiene porqué ser demostrativo, aunque sea válido. Por ejemplo:

“Todo elefante vuela y todo perro es un elefante, por tanto, todo perro vuela”.

Y esto es así, porque "razonamiento correcto, o válido", es aquel en el que la conclusión se sigue necesariamente de las premisas desde el punto de vista formal, independientemente de lo que suceda con la materia de las proposiciones.

4) Una proposición puede ser necesaria por su forma, o por su materia. Ejemplo de lo primero es: “Si este caballo es blanco y veloz, entonces es veloz”. Ejemplo de lo segundo es: “Si esta figura es un triángulo, entonces la suma de sus ángulos equivale a 180 grados”. Hay por tanto proposiciones que no son necesarias ni por su forma ni por su materia. En ese sentido, es verdad que “Si el piso está mojado, ha llovido” y “Si hay humo, hay fuego” son solamente posibles y en todo caso probables.

5) Igualmente, un razonamiento formalmente correcto puede tener al menos una premisa solamente posible o probable desde el punto de vista de la materia, y entonces la conclusión tampoco será demostrativa, porque no será necesaria simplemente hablando, aunque lo sea desde el punto de vista de la forma. Por ejemplo:

“Si Pedro es músico, tiene buen oído. Pero Pedro es músico. Luego, Pedro tiene buen oído.”

En efecto, no necesariamente un músico tiene buen oído, pero es de esperar que la mayoría de ellos sí lo tenga.

Pero si miramos a la sola forma, es un Modus Ponens, y por tanto, necesario, como se puede ver haciendo la tabla de verdad de:

[(A -> B) ^ A] -> B

6) Por eso mismo, una demostración no es tal solamente por su forma, sino también por su materia. Un razonamiento formalmente correcto puede tener premisas y conclusión falsas, o bien, premisas meramente posibles, o premisas verdaderas pero solamente probables, y no ser por tanto para nada demostrativo. Es decir, "razonamiento correcto" y "razonamiento demostrativo" no es lo mismo. Lo segundo implica lo primero, pero no viceversa.

Por eso la teoría de la demostración, en Aristóteles, no está en los Primeros Analíticos, donde estudia la validez formal del razonamiento, sino en los Segundos Analíticos, donde incorpora la consideración de la materia de las proposiciones.

7) De ningún modo, por tanto, un razonamiento es “dialéctico” por el hecho de que la conclusión sea necesaria en razón de la materia. En realidad, un razonamiento correcto siempre es necesario en razón de la forma, y si un razonamiento es “dialéctico” lo es porque no es necesario en razón de la materia, como en el ejemplo arriba dado, o porque no es correcto formalmente. Pero si además de ser necesario por su forma el razonamiento es necesario por su materia, entonces es demostrativo.

8) Parto de la base, que no estamos discutiendo ahora, de que la proposición “Si un ente contingente existe, tiene causa”, o sea, el principio de causalidad (en su formulación condicional), es necesaria, y no meramente posible o probable, y lo es, no por su forma, sino por su materia. La demostración de la necesidad de esa proposición la he dado en el “post” sobre la prueba por la contingencia.

9) Por otra parte, la Tercera Vía tomista, en su forma hipotética, es un “polisilogismo” que consta de varias premisas, entre ellas: Si el ente contingente existe, tiene causa. Si el ente contingente tiene causa, tiene una Causa Primera. Si el ente contingente tiene una Causa Primera, esa Causa Primera es el Ser Necesario. Si el Ser Necesario existe, Dios existe. Etc. Y todas ellas son necesarias desde el punto de vista de la materia. Ver para ello el “post” citado.

10) Aristóteles distingue dos clases de demostración: una que es “perfecta” (llamada también por los escolásticos “propter quid”), porque es explicativa, y otra que es “imperfecta” (llamada “quia”), porque sólo nos la certeza de la existencia de algo sin explicarnos nada. Pues bien, si la primera es explicativa, es porque en las premisas tiene la causa, y en el efecto, la conclusión. Y si la segunda no es explicativa, es porque en las premisas tiene el efecto, y en la conclusión la causa. Así que no necesariamente un razonamiento demostrativo, en Aristóteles, tiene la causa en la premisa y el efecto en la conclusión, puede ser a la inversa. Y así es efectivamente en las pruebas filosóficas de la existencia de Dios.

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Vamos entonces a tus argumentos:

“La parte más débil de un razonamiento hipotético como el Modus Ponens es su premisa hipotética. Pero la conclusión de un razonamiento sigue la parte más débil. Por tanto, la conclusión de un razonamiento hipotético como el Modus Ponens es hipotética.”

Respuesta:

Distingo la Mayor:

A) La premisa es hipotética en el sentido de que tiene un antecedente y un consecuente: Concedo.

B) Es hipotética en el sentido de que necesariamente su verdad depende de la verdad de otra proposición: Niego. Una proposición hipotética cuyo antecedente y consecuente sean falsos puede ser igualmente verdadera.

C) Es hipotética en el sentido de que afirma que la verdad del consecuente depende de la verdad del antecedente: Subdistingo: A) Porque dice que si el antecedente es verdadero, el consecuente lo es: Concedo. B) Porque dice que si el consecuente es verdadero, el antecedente lo es: Niego.

D) Es hipotética en el sentido de meramente posible: Subdistingo: A) Si es meramente posible por su materia: Concedo. Así es la proposición “Si el suelo está mojado, ha llovido”. B) Si es necesaria por su materia: Niego. Así es la proposición “Si un ente contingente existe, tiene causa”. C) Si es necesaria por su forma: Niego. Así es la proposición “Si un caballo es blanco y veloz, es blanco”.

Distingo la Conclusión:

A) La conclusión es hipotética en el sentido de que tiene un antecedente y un consecuente: Niego. En la conclusión de un Modus Ponens no hay antecedente y consecuente.

B) Es hipotética en el sentido de que necesariamente su verdad depende de la verdad de otra proposición: Niego, por lo ya dicho.

C) Es hipotética en el sentido de que el que esté demostrada o no depende de la verdad de otra proposición o proposiciones, a saber, las premisas: Concedo, como sucede con todas las demostraciones en general.

D) Es hipotética en el sentido de que afirma que la verdad del consecuente depende de la verdad del antecedente: Niego, por lo ya dicho: no hay antecedente y consecuente en la conclusión del Modus Ponens.

E) Es hipotética en el sentido de “meramente posible”: Subdistingo: A) Si la premisa hipotética de ese razonamiento es meramente posible por su materia: Concedo. B) Si la premisa hipotética es necesaria por su materia: Niego. Así es la proposición “Si un ente contingente existe, tiene causa”. C) Si la premisa hipotética es necesaria por su forma: Niego.

F) Es hipotética en el sentido de que siendo verdaderas esas mismas premisas, podría no serlo la conclusión: Subdistingo: A) Si la premisa hipotética de ese razonamiento es meramente posible por su materia: Concedo. B) Si la premisa hipotética es necesaria por su materia: Niego. Así es la proposición “Si un ente contingente existe, tiene causa”. C) Si la premisa hipotética es necesaria por su forma: Niego.

G) Es hipotética en el sentido de que mirando a la sola forma del Modus Ponens las premisas podrían ser verdaderas y la conclusión falsa: Niego. Aquí basta hacer la tabla de verdad de la proposición:

[(A -> B) ^ A] -> B

para ver que es una tautología.

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“La conclusión que es necesaria solamente en virtud de la materia de las premisas no es demostrativa. Pero la conclusión que es necesaria porque el consecuente de la premisa hipotética es condición necesaria del antecedente de la misma, es necesaria solamente en virtud de la materia. Por tanto, no es demostrativa”.

Respuesta:

Niego la Menor. Tratándose de un razonamiento correcto, ninguna conclusión es necesaria solamente en virtud de la materia de las premisas, todo razonamiento correcto, por definición, concluye necesariamente en virtud de la forma.

Para que sea demostrativo, como dijimos, debe concluir necesariamente también en virtud de la materia, que es lo que ocurre, justamente, en el caso en que el consecuente de la premisa hipotética es condición necesaria del antecedente de la misma, desde el punto de vista de la materia.

Así, en “Si el suelo está mojado, ha llovido”, el consecuente no es condición necesaria del antecedente desde el punto de vista de la materia; mientras que en “Si algo es un triángulo, la suma de sus ángulos es de 180 grados”, sí lo es.

Eso sucede en la prueba de la existencia de Dios por la contingencia de los entes, donde las premisas hipotéticas “Si el ente contingente existe, tiene causa”, “Si el ente contingente tiene causa, tiene una Causa Primera”, etc., son necesarias desde el punto de vista de la materia, como se ha dicho, por lo que en ellas el consecuente es condición necesaria del antecedente desde el punto de vista material.

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Agreguemos ya saliendo del tema anterior, que no hay otro razonamiento deductivo categórico que no sea el silogismo categórico. Con más de dos premisas, lo que tenemos en realidad es un polisilogismo, que se resuelve en varios silogismos de dos premisas, por ejemplo:

“Todo hombre es mortal, todo sofista es griego, y todo griego es hombre, por tanto, todo sofista es mortal”.

Que está integrado por:

“Todo griego es hombre, y todo sofista es griego, por tanto, todo sofista es hombre”

Y

“Todo hombre es mortal y todo sofista es hombre (conclusión del anterior), por tanto, todo sofista es mortal”.

Con menos de dos premisas, las que hoy se llaman “inferencias inmediatas”, en realidad, no son razonamientos, porque no consisten en conocer una nueva verdad a partir de lo ya conocido, sino en decir la misma verdad invirtiendo el sujeto y el predicado, como se ve en la teoría de la conversión de las proposiciones. Por ejemplo en:

“Ningún ángel es hombre, por tanto, ningún hombre es ángel”.

Con dos premisas categóricas y una conclusión, lo único que hay en materia de razonamiento deductivo válido es el silogismo categórico, donde hay tres términos: el Mayor, el Medio y el Menor, como en:

“Todo mamífero (término Medio) tiene sangre caliente (término Mayor), y toda ballena (término Menor) es un mamífero (término Medio), por tanto, toda ballena (término Menor) tiene sangre caliente (término Mayor).”

La primera regla, justamente, para un silogismo categórico, ese “que haya tres términos”. Y la falacia más usual es la de “cuatro términos”, como en el ejemplo:

“Los senadores son un cuerpo electo. Pero Pedro es senador. Por tanto, Pedro es un cuerpo electo”.

Donde se ve claro que hay cuatro términos, porque “senador” está tomado en la premisa Mayor en sentido colectivo, y en la Menor, en sentido divisivo o distributivo.

Obviamente que si alguna de las premisas es hipotética y no categórica, ya no tenemos un razonamiento categórico, sino hipotético.

Saludos cordiales.
04/07/12 6:31 AM
  
Pedro
Estimado Pedro:

Respondo por ahora a esta parte de tu mensaje, mientras continuamos el diálogo por e-mail.

Dices:

“Estás completamente equivocado y solo hace falta echar un vistazo a los Analíticos segundos I, 13 para darse cuenta de que no todo razonamiento es demostrativo. Sólo es demostrativo aquel que Aristóteles llama silogismo "dioti" (o "propterqui")que se corresponde con el silogismo categórico porque es el único cuya verdad es universal y necesaria. Que no hay ciencia (sinónimo de verdadero conocimiento) en los razonamientos del "oti" (o "quia"), es algo que las summalogicae medievales dejan muy claro al igual que el propio Aristóteles”

Pues fíjate que precisamente en ese texto que citas Aristóteles se fatiga de tanto utilizar la palabra “demostración” y “demostrar” a propósito del razonamiento que va de los efectos a la causa, decir, los razonamientos “quia”:

Posteriores Analíticos, Libro 1, Sección 2, Cap. 13.

“…es muy posible que entre los términos que pueden ser atribuidos mutuamente el uno al otro el término que no es causa sea sin embargo el término más notorio, y que en este concepto se emplee para la demostración. Por ejemplo, se demuestra que los planetas están próximos a la Tierra, porque no centellean. Supóngase que C representa los planetas, B no centellear, A estar próximo. Se está en lo cierto al decir B de C, porque los planetas no centellean, pero también se puede decir con verdad A de B, porque cuando un cuerpo no centellea, es porque está próximo. Puede suponerse por otra parte que esta última proposición sea proporcionada por la inducción o por la experiencia sensible, de aquí se concluye necesariamente que A es atribuida a C, y de esta manera se demuestra que los planetas están próximos. Pero bajo esta forma el silogismo no dice el porqué de la cosa, y sólo dice que la cosa existe; porque los planetas no están próximos a la Tierra porque no centellean, sino que por el contrario, no centellean porque están próximos. Por lo demás, puede también demostrarse a la inversa el efecto por la causa, y entonces la demostración dará el porqué de la cosa (…) Lo mismo sucede cuando se demuestra la esfericidad de la Luna por los aumentos de su luz (…) de esta manera se forma simplemente el silogismo que demuestra por el efecto. (…) Cuando los medios no son recíprocos, y el término que no es causa es el más notorio, se demuestra ciertamente que la cosa existe, pero no se demuestra porqué existe. (…) Tales son, en relación a una misma ciencia y en lo concerniente a la posición de los términos medios, las diferencias entre el silogismo que prueba que la cosa existe, y el silogismo que prueba porqué existe.

Saludos cordiales
04/07/12 11:49 AM
  
Pedro
Estas consultando una mala traducción.
ἀποδειξισ significa tanto exposición, mostración o, incluso, declaración; como demostración o prueba.

Tu traducción siempre vuelca demostración, sin embargo lee lo siguiente:

"A la demostración la llamo razonamiento científico; y llamo científico a aquel [razonamiento] en virtud de cuya posesión sabemos. Si, pues, el saber es como estipulamos, es necesario tambiñen que la ciencia demostrativa se base en cosas VERDADERAS, PRIMERAS, INMEDIATAS, MÁS CONOCIDAS, ANTERIORES Y CAUSALES respecto de la conclusión: pues así los principios serán también apropiados a la demostración. En efecto, razonamiento lo habrá sin estas cosas, PERO DEMOSTRACIÓN NO: PUES NO PRODUCIRÁ CIENCIA."

Analíticos segundos, I, 3 (para más precisión Analíticos segundos, 71b,18-25).

Es más que evidente que la traducción correcta es exposición y que tu traducción no es correcta. Los silogismos "quia" muestran o exponen. Y los silogismos "propterqui" son los únicos que demuestran.

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Estimado Pedro:

Lo que sucede es que la palabra “demostración” puede entenderse en sentido genérico, sin especificar si es demostración perfecta o no lo es, como dije, o puede entenderse específicamente de la demostración imperfecta o de la demostración perfecta.

En sentido genérico, demostración quiere decir cualquier razonamiento que lleva a una conclusión verdadera y cierta. Es decir, cualquier razonamiento que garantiza la verdad de la conclusión. En ese sentido, la demostración imperfecta o “quia” es demostración.

La demostración perfecta agrega a lo anterior el que se conozcan los efectos mediante las causas.

Lo que la “demostración perfecta” agrega sobre la imperfecta, no tiene que ver con una mayor verdad o certeza de la conclusión, sino con el carácter explicativo que aquella tiene, por el hecho de valerse de la causa de la cosa como medio demostrativo, del cual carece ésta.

Eso explica que Aristóteles, en el pasaje citado, ponga a la demostración “quia” y a la demostración “propter quid” como especies del género “demostración”, por ejemplo, aquí:

“Por lo demás, puede también demostrarse a la inversa el efecto por la causa, y entonces la demostración dará el porqué de la cosa”

En ese “también demostrarse” ¿cómo hay que entender “demostrar”, en sentido específico o en sentido genérico?

Porque si es en sentido específico, el “también” nos lleva a que también la demostración “quia” es demostración perfecta, lo cual no es así según Aristóteles. Por tanto, si es en sentido genérico, entonces resulta que efectivamente, tanto la demostración “quia” como la demostración en sentido estricto o “propter quid”, quedan incluidas en el concepto genérico de “demostración”.

Lo mismo surge de la frase:

“Tales son, en relación a una misma ciencia y en lo concerniente a la posición de los términos medios, las diferencias entre el silogismo que prueba que la cosa existe, y el silogismo que prueba porqué existe. “

Nótese que se está hablando de ambos tipos de demostración “en relación a una misma ciencia”, o sea, que incluye dentro de la ciencia también a los silogismos “quia”, aunque no, obviamente, con el mismo título que los silogismos “propter quid”.

Por eso hablamos de “demostración imperfecta”, porque, como dice Juan de Santo Tomás, es demostración desde el punto de vista de la certeza y la evidencia, pero participa imperfectamente de la noción de “ciencia”, desde el punto de vista de su objeto:

“La demostración o ciencia “quia” tiene razón de demostración intrínseca y substancial, en cuanto tiene certeza y evidencia, y así es en forma absoluta y unívoca demostración según el modo formal de proceder cierto y evidente, pero participa imperfectamente de la razón de “ciencia”, porque no tiene un objeto perfectamente científico, como es la esencia y lo que de ella se deriva, sino que su objeto es la existencia de algo, no llegando a la verdad de la raíz y la causa por la cual algo es.” (Juan de Santo Tomás, “Lógica” II, q. XXV, art. IV)

En las pruebas de la existencia de Dios no se trata de explicar por qué Dios existe, sino simplemente de probar que existe. Por eso, la demostración “quia” aporta en este punto toda la cientificidad que hace falta.

Además, desde Aristóteles se sabe que ninguna ciencia prueba la existencia de su objeto, propiamente hablando, sino que suponiéndola, deduce las propiedades necesarias de ese objeto. Así en Teología se deduce la Eternidad de Dios de su Inmutabilidad.

Por eso, los razonamientos que prueban la existencia del objeto de una ciencia son más bien preámbulos a la ciencia en cuestión y no necesitan por tanto, ni pueden, ser demostraciones “propter quid”.

Todo lo que se les puede y debe pedir es que la conclusión que afirma la existencia de ese objeto se derive necesariamente de premisas indudablemente verdaderas. Porque es un principio básico de la lógica que un razonamiento correcto que parte de premisas verdaderas sólo puede tener conclusión verdadera.

Saludos cordiales.
10/07/12 11:55 PM
  
Hdg
No se mucho de filosofia pero, creo que puedo dar una opinion sobre esto.

Segun entiendo - corríjanme si me equivocó - kant y hume, critican al principio de causalidad, dado que este "no esta garantizado por el principio de no contradiccion". La misma frase "circulo cuadrado" o " perro que es un gato", son frases que se contradicen asi misma con el solo echo de mencionarlas, el principio de no contradiccion grantiza que en cualquier lado y lugar, un circulo no sera cuadrado, ni tampoco un cuadrado sera circular.

Pero, segun entiendo, no es dificil imaginar efectos sin causa, "por que el predicado, no esta contenido del todo en sujeto", segun entendi. Pero un efecto sin causa, seria lo mismo que decir que algo "sale de la nada", o en el mismo sentido que "no es, pero ahora es, gracias algo ya era". Si en el sentido de que "la nada fue causante de algo".

Creo que para que un efecto logre surgir, en primer lugar, en necesario que tenga la probabilidad de aparecer, de no ser asi, algo que no tiene probabilidad de surgir, pero surge, es contradictorio, por que en dado caso si tenia la oportunidad de surgir. De la nada, nada sale, por que esta, se queda ahi, "en nada", solo como una exprecion. En la nada, no hay nada, no hay potencialidad, no hay probabilidad, nada, por que si la nada tuviera potencialidad, no seria "nada". Si algo surge, debia tener la posibilidad de surgir, debe de ser de algo que pudiera ser cualquier cosa, menos el "no ser". Pero En dado caso, dicho efecto, si tienen causa, ya "es ser", por del "no ser". No puede nada surgir, por que eso solamente, nada, sin potencia, ni exitencia, ni puede producir efectos, por que entonces seria algo y seria contradictorio decir que el "no ser" es "ser". Y si el efecto tienen causa, de este tiene su razon de ser en este, y como la causa es causante de un efecto, entonces "es ser", y "es ser", debe de tener una "razon de ser", una "razon suficiente". Y por lo tanto, todo efecto tiene causa, por que si no, la nada seria una cuasa, y esto es contradictorio.

Si no es dificil imaginar un efecto sin causa, es debido que en la vida diaria no ocurren muchas cosas de las cuales no conocemos sus causas, como por ejemplo, un acto que nos parece injusto, fenomenos naturales que aun no entedemos, etc, etc. No es dificil hayar contradiccion en "un circulo cuadrado", por que es un juicio sencillo, por que en cuadrado es una simple figura, pero la causalidad, es mas dific de asimilar, dado que muchas veces nos ocurren cosas de las cuales no conocemos su razon de ser.

Por favor, que alguien corrija lo que digo si me equivoco, o me ayude a dar mas comprencion de lo que quiero decir para reforzarlo mas.

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El asunto es que en la definición de "algo que comienza a existir" tampoco está formalmente incluido el "salir de" algo. Solamente incluye primero no existir y luego existir.

El "salir de" algo está exigido, sí, pero por el principio de razón suficiente, que es así la base del principio de causalidad, como decimos en el "post".

Cuando un predicado se desprende del sujeto mediante el principio de razón suficiente, se dice que está, no formalmente, sino "virtualmente" incluido en el sujeto.

Y en esos casos también, por esa misma razón, la negación de tales juicios implica una contradicción, como siempre que se niega una conclusión que se desprende válidamente de premisas verdaderas.

Saludos cordiales.

29/10/16 3:12 AM

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