6.01.22

De la Epifanía del Señor según S.S. San León Magno

Sermón de San León, Papa.

Sermón 2 de la Epifanía.

Alegraos, ya que tras la solemnidad del Nacimiento de Cristo, ha brillado la fiesta de su declaración: y a quien en aquel día la Virgen dio a luz, hoy le ha conocido el mundo. El Verbo hecho carne, así dispuso los principios de su aparición entre nosotros, que nacido Jesús se manifestase a los creyentes y se ocultara a sus perseguidores. Los cielos publicaron la gloria de Dios, y la voz de la verdad se extendió por toda la tierra, cuando el ejército de los Ángeles se mostraba para anunciar al Salvador nacido, y la estrella conducía a los Magos para que le adoraran. Desde el Oriente hasta Occidente, resplandeció el nacimiento del verdadero Rey, ya que por medio de los Magos los reinos de Oriente conocieron la verdad de lo sucedido, y no quedó oculto al Romano imperio.

La crueldad de Herodes, pretendiendo dar muerte en su cuna al Rey que le infundía sospechas, contribuía a esta difusión de la fe. La matanza de los inocentes publicaba por doquier el nacimiento del Rey de los cielos. La nueva se difundió tanto más pronto cuanto más inusitada fue la señal prodigiosa del cielo y más cruel la impiedad del perseguidor. El Salvador fue conducido a Egipto, para que aquellos pueblos entregados a los antiguos errores, se dispusieran mediante una gracia oculta a recibir su próxima salvación, y para que, aun antes de rechazar las viejas supersticiones, aquel país ofreciera ya morada a la verdad.

Reconozcamos en los Magos adoradores de Cristo, las primicias de la bienaventurada esperanza. Desde aquel momento comenzamos a entrar en la eterna herencia; desde aquel momento los arcanos de la Escritura que nos hablaban de Cristo se nos pusieron de manifiesto, y la verdad que los ciegos Judíos no quisieron recibir, esparció su luz por todas las naciones. Por lo mismo honremos este día sacratísimo, en el que apareció el Autor de nuestra salud; y al que siendo infante los Magos veneraron en la cuna, nosotros adorémosle omnipotente en los cielos. Y así como ellos de sus tesoros ofrecieron al Señor místicos dones, así nosotros de nuestros corazones presentémosle lo que es digno de Dios.

26.12.21

Sharia Sanitaria

Vivimos bajo la Sharia Sanitaria. La Sharia Islámica es indeciblemente perversa y absurda, pero se limita a espacios reducidos regidos por algún jeque o terrorista que quiere llevar los tenebrosos mandatos coránicos hasta el extremo de la coherencia interna (no veritativa), pero la Sharia Sanitaria es global y llega hasta las mismas periferias del África Negra donde incontables niños sufren sarnas caninas (y nadie los atiende) pero los escasos puestos de salud previenen contra el covid, aunque no se tenga la sospecha, siquiera remota, de algun “caso". 

No importa si uno camina por el metálico aeropuerto de Frankfurt o las desoladas sabanas africanas, la influencia inapelable de la Sharia Sanitaria estará ahí -con mayor o menor grado de agresividad según sea la solvencia económica del paraje- dictaminando interminables y agotadoras normas conductuales, que son suficientes para dañar o aún quebrar la salud psíquica del ser humano promedio. 

Si uno tiene que hacer un vuelo, aunque dure doce interminables horas, uno deberá llevar el bozal oficial, incluso cuando uno esté durmiendo, aún cuando esto dificulte la respiración, so pena de ser entregado a la policía -como nos amenazaron al ir al África-. Si uno quiere entrar a Europa sin tener la papeleta de inoculación, uno podrá ser interrogado hasta la náusea (al mejor estilo de la policía estalinista) corriendo serio riesgo de ser deportado, como nos acaba de suceder hace unas horas, en las que padecimos el más surrealista de los interrogatorios kafkianos. 

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23.12.21

De Traditionis Custodes a los Responsa Ad Dubia

De Traditionis Custodes a los Responsa Ad Dubia

Apuntes sobre la hermeneútica de la legislación del Santo Padre Francisco

Introducción

Su Santidad Francisco ha publicado el Motu Proprio Traditionis Custodes (TC) y, el 18/12/21, ha aprobado las Responsa ad dubia (RAD) sobre dicho documento.

Algunos consideran que los Responsa son como un responso al Rito Romano, pero en estas líneas mostraremos que no es tan así, aclarando desde el vamos que sometemos nuestra interpretación al juicio de la Autoridad Jerárquica y puntualizando ab initio que nuestro escrito sólo quiere servir como un subsidio orientado a aportar elementos para profundizar los criterios hermeneúticos que deberían ser utilizados para leer las diversas normativas promulgadas por el Santo Padre Francisco siguiendo las pautas que él se digno dar a la Iglesia. Sobra decir que agradeceremos toda contribución que nos ayude a mejorar o corregir algún punto defectuoso que nuestro estudio pueda tener.

Si bien muchos pueden estar tentados de leer estos textos (TC y RAD) de modo fundamentalista, es fundamental, si queremos ser coherentes con las declaraciones del Santo Padre Francisco, evitar interpretar y/o aplicar rígidamente Traditionis Custodes y los Responsa Ad Dubia.

En efecto, estos documentos hay que entenderlos teniendo en cuenta el modo específico en que Francisco pide que interpretemos y vivamos la ley. Francisco es el legislador que emitió los dichos documentos, ergo debemos hacer una exégesis en el modo en que el mismo Papa nos pidió que la hagamos, esto es, con libertad, con discernimiento, priorizando la caridad y sobre todo, sin rigidez ya que, según él, «la rigidez no es un don de Dios»[1].

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16.11.21

Del postulantado misional a la imposición de sotana

Renunciando provisoriamente a Indochina debido a las abstrusas restricciones sanitarias, abandonados a la Providencia y como forzados por la Voluntad de Dios -en la medida en que nos fue dado discernirla-, nos lanzamos a una obra dificilísima hecha para Su mayor gloria: lanzar un postulantado en una zona remotísima del África Negra, en la frontera de Malawi y Zambia, dos países que ignorábamos por completo y que apenas, si alguna vez, habíamos mencionado en alguna conversación casual.

Fueron muchos los jóvenes que nos escribieron consultando por la vocación, pero a varios les dijimos que no la tenían y a los demás los dejamos esperando ya que la burocracia covidiana mantuvo casi todas las fronteras del orbe cerradas durante interminables meses.

Finalmente, después de (y durante) muchas peripecias, inauguramos el postulantado al mismo tiempo que fundábamos una misión en un enorme territorio donde jamás vivió un sacerdote, una zona que cuenta con 104 aldeas (según la última actualización del listado).

Dispuestos a dormir en carpa y a pasar impensables aventuras por Cristo llegaron los primeros tres jóvenes a discernir su vocación y a misionar. Hace unas semanas, desde Nigeria oriental, llegó el cuarto.

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31.10.21

De la fortaleza del Apóstol Santiago

De la fortaleza del Apóstol Santiago

 

Ayuda al crecimiento en la virtud de la fortaleza, la consideración de los ejemplos de los santos y, de un modo especial, del ejemplo de los santos apóstoles. A este fin, nos referiremos a la fortaleza del patrón Santiago, que fue calificado por Pío XII como apóstol santo, predilecto del Señor, alma de fuego y capitán invencible [1].

La fortaleza del apóstol brilla a lo largo de toda su vida y su misión. Veamos como su fortaleza brilló en su modo de ser, en su empuje misionero, en su muerte y en su herencia.

Vemos la fortaleza jacobea en su modo de ser.

Dice Hophan:

“«Mayor». Este sobrenombre… muestra hasta sus más íntimas raíces la manera de ser de Santiago. Porque Santiago el Mayor es realmente el Grande, el de los altos pensamientos, el de las elevadas ambiciones, el de las grandes empresas y el de los grandes viajes; hombre arrollador por su carácter, por su temperamento… y su capacidad de trabajo. La imagen que de él creó Rubens nos lo muestra como un hombre brillante y poderoso, lleno de expresión y energía” [2].

Es precisamente al evocar la figura de Santiago, que Hophan observa que nuestro Señor Jesucristo “quería para apóstoles hombres de gran aliento y corazón. [Es que, de hecho] sólo los hombres que poseen esta grandeza de alma pueden… llevar a cabo las grandes hazañas que [Jesucristo] quiere confiarles”[3].

Santiago es célebre por su ímpetu y ardor. Por eso, Santo Tomás (In Mat. XVII, 1) lo llama “el principal luchador contra los enemigos de Dios” [4].

 

Vemos la fortaleza jacobea en su empuje misionero.

Fue este el apóstol que conquistó a España para Cristo. Él, predicador de las Españas –como lo llamó S.S. Juan Pablo II– es, a su vez, un astro refulgente de España [5] –como lo exaltó S.S. Pablo VI.

Santiago no conquistó para Cristo cualquier pueblo, sino que ganó para él a España, que es la segunda después de Roma en el reino de la cristiandad, como enseñaba el P. Meinvielle.

Santiago no conquistó cualquier región, sino que fue a ganar para Dios los mismos confines de la tierra, cumpliendo literalmente el mandato divino. Fue Claudel quien cantó que la zancada última de Santiago… sólo termina donde acaba la tierra [6]. Y, los hijos de Santiago –émulos de la fuerza jacobea–, no podían menos que conquistar los “otros” confines de la Tierra, los confines americanos.

Vemos la fortaleza jacobea en su martirio.

Possumus! Esta es aún la respuesta, el mensaje del Hijo del Trueno [7]. “Possumus! Esta palabra sintetiza la disponibilidad del apóstol al martirio, que tuvo lugar cuando “el rey Herodes Agripa, ‘hizo morir por la espada a Santiago’ (Hch 12, 1–2)” [8].

Santiago, en efecto, tuvo la gracia de ser el primero en beber el cáliz de la pasión [9], como señaló S.S. Benedicto XVI.

Él fue el “primero de los Apóstoles que con su sangre dio testimonio del Evangelio”[10]. Como decía el P. Meinvielle, Santiago fue el primero de los apóstoles en pagar con su cabeza su amor a Jesucristo [11]. Enseñaba S.S. Juan Pablo II que la obediencia a Dios antes que a los hombres “la pagaron –los apóstoles– con el sufrimiento, con la sangre, con la muerte” y que “la furia de los jerarcas del sinedrio de Jerusalén se estrelló con una decisión inquebrantable, la decisión que a Santiago el Mayor le llevó al martirio… El fue el primero de los apóstoles que sufrió el martirio…, dando, como el Divino Maestro, ‘la vida en rescate por muchos’” [12].

De esta manera real y trágica, dice Hophan, acabó por demostrar que él ciertamente era el primero no en el poder, como Pedro, ni en el trabajo, como Pablo, sino en la oblación de su sangre” [13].

Y la fortaleza jacobea fue el detonante de mucha más fortaleza misional, ya que como dice el mismo autor, “su muerte… fue el toque de clarín que inició la evangelización de todo el mundo. Por este servicio a la Iglesia bien merece Santiago el apelativo de «el Mayor» y «el Primero»” [14].

 

Vemos la fortaleza jacobea en su herencia.

La Nación evangelizada y patrocinada por Santiago heredó la fortaleza del apóstol, y esto se dio a tal punto que, como dice el P. Meinvielle, “España es lafortaleza porque conquistada a Jesucristo por Santiago, heredó el ímpetu y ardor de éste,…España al igual que Santiago es hijo del trueno de la Santa Iglesia,… [es] el brazo derecho de la (cristiandad) en las luchas contra todos sus enemigos [15], el brazo derecho de la… Cristiandad en las luchas por la defensa de la fe y en el ardor por llevar la fe hasta el extremo de la tierra [16]. La vocación de España, vocación especial de fortaleza cristiana, está expresada en la vocación del Apóstol [17].

Elogiando, sin saberlo, al Apóstol, un separatista adverso a la Reconquista, llegó a admitir que la frase “‘¡Santiago y cierra España!’” de la Cruzada… quiere decir que Compostela fue la fuente de las energías y de los ideales que mantuvieron la ofensiva” [18].

De hecho, como decía S.S. Pío XII, “al grito irresistible de «¡Santiago y cierra España!» se rompió con los enemigos de la fe” [19] y, feliz por la osadía de sus hijos, Santiago acudió en ayuda de los combatientes, como narra la tradición que le valió el título de Matamoros [20].

Y al igual que Jesús llamó a Santiago y a los otros apóstoles también nos llama a cada uno de nosotros [21]. Respondamos, a su llamada llenos de fortaleza, como Santiago. Pidámosle entonces al Patrón la gracia de que se multiplique el número de misioneros incansables, deseosos de conquistar hasta el finisterrae en las andanzas apostólicas a las que los destine la Providencia Divina.

 

Referencias:

 

1 S.S. PÍO XII, Radiomensaje del Santo Padre Pío XII a los jóvenes reunidos en Santiago de Compostela. Sábado 28 de agosto de 1948.

2 OTTO HOPHAN, Santiago el Mayor, Palabra, Madrid 2009.

3 Ibíd.

4 JULIO MEINVIELLE, Hacia la Cristiandad, Adsum, Buenos Aires 1940.

5 Radiomensaje del Santo Padre Pablo VI a los fieles españoles con motivo del Año Santo Jacobeo, domingo 25 de julio de 1965.

6 JULIO MEINVIELLE, ¿Qué saldrá de la España que sangra?, Buenos Aires 1937.

7 Radiomensaje del Santo Padre Pablo VI.

8 SS. BENEDICTO XVI. Audiencia general del miércoles 21 de junio de 2006.

9 SS. BENEDICTO XVI. Audiencia general del miércoles 21 de junio de 2006.

10 SS. JUAN PABLO II, Viaje apostólico a España. Misa del peregrino, Santiago de Compostela, 9 de noviembre de 1982.

11 JULIO MEINVIELLE, Que saldrá de la España que sangra.

12 S.S. JUAN PABLO II, Viaje apostólico a España.

13 OTTO HOPHAN, op. cit.

14 OTTO HOPHAN, op. cit.

15 JULIO MEINVIELLE, Hacia la Cristiandad, op. cit.

16 JULIO MEINVIELLE, ¿Qué saldrá de la España que sangra?, op. cit.

17 Ibíd.

18 Citado por “Revista Arbil” Nro 81, por Manuel Fernández Espinosa.

19 S.S. PÍO XII, Radiomensaje del Santo Padre Pío XII a los jóvenes reunidos en Santiago de Compostela, sábado 28 de agosto de 1948.

20 “Revista Arbil”, op. cit.

21 S.S. JUAN PABLO II, Viaje pastoral a Santiago de Compostela y Asturias con motivo de la IV Jornada Mundial de la juventud. Vigilia con los jóvenes