Dominic, Confessor Fidei en tierras del Islam.

Transcribimos en inglés y posteriormente la traducción al español del testimonio de Dominic, recién converso en un país musulmán. Omitimos el nombre del país por ser un lugar de extrema persecución cristiana.

Pedimos oraciones por nuestros hermanos, como el mismo Dominic nos lo pide: que puedan permanecer fieles en su camino de conversión.

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Dear Father,
I hope you are doing well.

Unfortunately, I am in a very difficult situation. I returned home to check on my parents, but sadly, my father, mother, sister, and brother-in-law attacked me with stones and sticks. After beating me severely, they even broke the crucifix you had gifted me.

I could have defended myself—my fists are strong enough to break more than two of their bones with each strike. But I chose instead to pray for them, just as our Lord commanded: “Love your enemies.”

I now deeply understand what it means to carry the cross of our Lord as a Christian, and I take pride in this cross. Their beatings, insults, and the breaking of wooden crucifixes cannot stop the Church from growing in…—because the true cross lives in our hearts.

We strive to be the manifestation of the living Church. I humbly ask for your prayers, so that I may remain steadfast on this path and truly become the light and salt of my community.

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Querido Padre:
Espero que se encuentre bien.

Lamentablemente, me encuentro en una situación muy difícil. Regresé a casa para ver a mis padres, pero tristemente, mi padre, mi madre, mi hermana y mi cuñado me atacaron con piedras y palos. Después de golpearme brutalmente, incluso rompieron el crucifijo que usted me había regalado.

Pude haberme defendido —mis puños son lo suficientemente fuertes como para romper más de dos huesos con cada golpe—, pero en su lugar elegí orar por ellos, tal como nuestro Señor nos mandó: “Ama a tus enemigos”.

Ahora comprendo profundamente lo que significa cargar la cruz de nuestro Señor como cristiano, y me enorgullezco de esta cruz. Sus golpes, insultos y la ruptura de los crucifijos de madera no podrán detener el crecimiento de la Iglesia en…, porque la verdadera cruz vive en nuestros corazones.

Nos esforzamos por ser la manifestación de la Iglesia viva. Le pido humildemente sus oraciones, para que pueda permanecer firme en este camino y convertirme verdaderamente en la luz y la sal de mi comunidad.