Entrevista en "Tras las huellas del Nazareno"
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Es especialmente doloroso que un misionero fiel tenga que encontrarse no solo con las dificultades que le son propias a su encomienda sino tambien con las veleidades de una Iglesia en retirada ¿No se trata de ir a las periferias? ¿Qué mayores periferias, físicas y espirituales?
Me ha emocionado especialmente la historia que cuenta acerca de esa anciana miserable que le recibe sola en su casa. Ahí se ve con claridad la verdad del espíritu misionero y el espíritu de épica que acompaña a toda misión. Ciertamente, en una choza perdida en medio de las montañas, en mitad de ninguna parte, a donde no llega ninguna de las componendas del mundo moderno; un rincón perdido que a nadie importa, una mujer insignificante a la que nadie conoce; y sin embargo de acuerdo a como entra el sacerdote en esa casa, con el temblor de un trueno, da entrada a su vez la Iglesia y el socorro de la Palabra.
¿Se puede concebir definición mas pura de lo que es la misericordia? ¿Cómo va a caber duda acerca de cuál es la religión verdadera? ¡Y qué tristes y miserables quedan todas esas otras pseudreligiones a las que otros se abrazan con desespero, la política o las ideologías!
Quizá esa pobre mujer se muera pronto, quizá la semilla de verdad que el cura ha plantado en su casa no fructifique en otros corazones, y parezca que esta está llamada a perderse en el tiempo, a pudrirse en la nada. Y sin embargo ¿dejaría uno de regocijarse sabiéndo que esa vieja, anónima y miserable, ha dejado ya de ser anónima al tiempo mismo en que se postraba y que la miseria de su casa casi se convierte en carisma cuando el Espiritu Santo ha entrado a reinar entre las cuatro paredes? ¡Bienaventurada pues esa pobre y miserable vieja!
Espero que si bien no la comprensión, al menos tenga siempre el ámparo de la Iglesia y no tenga que verse nunca solo, padre. Me recuerda usted en entusiamo a un misionero español, de León, que misionó en tierras árticas y que se llamaba Segundo Llorente. No se si lo conoce, escribió mucho, lo mas conocido está recojido bajo el nombre de "las crónicas akulurakeñas".
En nuestras oraciones.
A veces me quema el deseo de evangelizar, y mi poca fe y mi soberana flaqueza, terminan apagando ese deseo que en cualquier otro momento vuelve a surgir.
Y cada vez que pongo frenos a ese "impulso" siento un peso en mi conciencia que, posteriormente, me inquieta por un buen tiempo.
Soy cobarde.
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Ramvel
Suplícale con ardor e insistencia al Espíritu Santo que te llene de Sí. Y verás como devendras gran apóstol.
Duele comprobar que la evangelización de la cultura -que hoy en día es la lucha contra-revolucionaria que confronta a la vieja Francesada y al reciente Mayo francés- , así como también la evangelización de las fronteras católicas, motores de la pequeña congregación San Elías, fueron la razón de ser de una de las congregaciones más grandes y pujantes de la Iglesia, los jesuitas.
Mientras una logra poner un representante suyo en la cátedra de Pedro, a la otra en cualquier momento le echan el cierre. Toda una patética fotografía de la decadencia de la Iglesia actual.
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