7.11.10

Tartazo a Mons. André-Joseph Léonard

Agencia EFE, 6 de Noviembre, a.D. 2.010:

Bruselas, 6 nov (EFE).- El jefe de la Iglesia católica en Bélgica, André-Joseph Léonard, que ha acaparado portadas en los últimos días por sus polémicas declaraciones sobre el sida, la pederastia y la homosexualidad, ha recibido hoy un “tartazo” en la cara mientras oficiaba una misa en la catedral de Bruselas.

El incidente fue registrado en vídeo por una persona que grababa la liturgia en la catedral de San Miguel y Santa Gudula, y que posteriormente publicó el portal católico de internet “Gloria TV” y el diario flamenco “De Standaard” en su página web.

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5.11.10

3.11.10

La protervia de la diócesis de Linz

¿Se acuerdan ustedes de lo ocurrido hace poco más de un año en la diócesis de Linz? Sí, aquella procesión del Corpus Christi donde una pértiga sustituía a la Custodia. Bien, pues por si no fuera bastante, el Obispo de Linz, Ludwig Schwarz, celebró el día 16 del mes pasado, el Día Diocesano de Hombres y Mujeres Católicos con una Misa Pontifical.

Como se ve en la foto, en el altar hay dos presbíteros y dos mujeres, estas vestidas con el alba y la estola.

Terrorífico. Tanto como el Crucificado, que más bien parece famobil, y que emerge en el lado inferior izquierdo de la foto.

¿Qué será lo próximo?

¡Señor ven pronto!

Fuente: Kreuz.net y Secretum meum mihi

2.11.10

Dales Señor el descanso eterno. Y brille para ellos la luz perpetua

Por consiguiente, todo lo tocante a las honras fúnebres, a la calidad de la sepultura o a la solemnidad del entierro, constituye más un consuelo de los vivos que un alivio de los difuntos. De lo dicho no se deduce que hayamos de menospreciar y abandonar los cuerpos de los difuntos, sobre todo los de los santos y los creyentes, de quienes se sirvió el Espíritu Santo como de instrumentos y receptáculos de toda clase de buenas obras. Si las vestiduras del padre y de la madre, o su anillo y recuerdos personales, son tanto más queridos para los descendientes cuanto mayor fue el cariño hacia ellos, en absoluto se debe menospreciar el cuerpo con el cual hemos tenido mucha más familiaridad e intimidad que con cualquier vestido. Es el cuerpo algo más que un simple adorno o un instrumento: forma parte de la misma naturaleza del hombre. De aquí que los entierros de los antiguos justos se cuidaran como un deber de piedad; se les celebraban funerales y se les proporcionaba sepultura. Ellos mismos en vida dieron disposiciones a sus hijos acerca del sepelio o el traslado de sus cuerpos.

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