7.01.09

Probablemente Dios no existe

Algo por el estilo dicen que dice una campaña publicitaria de ciertos apologetas del ateísmo. “Probablemente”; o sea, con verosimilitud o fundada apariencia de verdad; con buenas razones para creerlo. Los ateos apologetas “creen” que Dios no existe y consideran que la “fe” que profesan es razonablemente prudente.

No es nuevo el recurso a la probabilidad en cuestiones de fe. El teólogo anglicano J. Butler (1697-1752), Obispo de Durham, sostenía que “la probabilidad es la guía de la vida”. El hombre, para actuar racionalmente en la vida cotidiana, no se guía por demostraciones estrictas, sino por lo probable, tratando de seguir “the safest Way”, el camino más seguro. La senda de la certeza, en las cuestiones que más importan, es un itinerario que discurre por las vías de la racionalidad, aunque no necesariamente de la racionalidad demostrativa.

“Probablemente”. Este adverbio indica nuestra grandeza y nuestros límites. Es preciso optar, decidir, poner en juego nuestra razón libre. Y nuestras opciones y decisiones dependen no sólo de las pruebas o argumentos que, razonablemente, las amparen. Dependen en mayor medida aún de nosotros mismos, de nuestro talante moral, de nuestra disposición global ante la vida. A quien es desconfiado, pocos motivos le llevarán a confiar. A quien es miserable, infinidad de razones no le bastarán para convencerle de la grandeza de la generosidad. Nuestra inteligencia no es un “intellectus separatus”, sino una inteligencia sintiente, emocional, encarnada.

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6.01.09

Galileo y el Papa

La solemnidad de la Epifanía ha dado ocasión, desde antiguo, para reflexionar sobre la relación entre la astronomía y la teología. Santo Tomás de Aquino, en la cuestión 36 de la tercera parte de la Summa, se pregunta, por ejemplo, si la estrella que se apareció a los Magos fue uno de los astros del cielo: “Parece más probable – responde el Doctor Angélico - que fuese una estrella creada de nuevo, no en el cielo, sino en la atmósfera próxima a la tierra, y que se desplazaba a voluntad de Dios”.

Benedicto XVI, en su homilía de este 6 de Enero, vuelve sobre el tema. Alude a una efeméride, el cuarto centenario de las primeras observaciones de Galileo a través del telescopio. Para los Padres de la Iglesia, nos dice el Papa, la aparición de la estrella a los Magos fue interpretada como una “revolución” cosmológica, causada por el ingreso en el mundo del Hijo de Dios.

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Los posts que interesan

Resulta curioso el ejercicio de seguir las entradas – en definitiva, el interés de los lectores – con respecto a los posts que uno publica en el blog. No se trata de entrar en una “guerra de audiencias”. Ni de busca ser “popular”. La regla de oro, a mi juicio, es escribir sobre lo que a mí me interesa, con la confianza de que si me interesa a mí podrá también interesar a otros, sean muchos o pocos. Pero en un medio interactivo, si no hay “respuestas” cabe cuestionar el sentido de las “propuestas”.

Me atendré, en este somero análisis, a los últimos siete posts. No me fijo en los comentarios, porque éste es un índice engañoso. No siempre el artículo más comentado es el más leído. Me fijo sólo en las entradas. Pues bien, de los siete últimos escritos, el texto más visitado se refiere a Tamayo, un teólogo disidente. La polémica es un ingrediente que atrae al público. La exposición pacífica de la doctrina le atrae, parece ser, mucho menos, si es que le atrae de algún modo.

El segundo post más leído ha sido el que trata acerca de la forma extraordinaria del rito romano. En este asunto, los comentarios se han disparado. Es obvio que el tema interesa, quizá no a todos los posibles lectores, pero a aquellos a los que les interesa les interesa mucho. Este dato me permite confirmar la sospecha de que mis lectores pueden ser encuadrados en el marco de un sector de la población católica con alto nivel de conocimientos teológico-litúrgicos y con un nivel de información sobre las cuestiones de Iglesia muy por encima de la media.

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5.01.09

Herodes, los sumos sacerdotes, los Magos

En el relato evangélico de la adoración de los Magos (cf Mt 2,1-12) contrastan tres actitudes diversas: La actitud de Herodes, que presiente que la salvación de Dios es un peligro; la actitud de los sumos pontífices y de los letrados, que conociendo las profecías permanecen en la indiferencia; y, finalmente, la actitud de los Magos, que se ponen en camino para buscar a Jesús y adorarlo.

Herodes era el rey de Judea. Su modo de actuar es el de un tirano que busca, a toda costa, alcanzar y mantener el poder. El historiador Flavio Josefo trazó el siguiente retrato de su personalidad: “Era de carácter indómito y apasionado, cruel e inflexible. Le eran extraños los sentimientos de ternura y las emociones sensibles. Dondequiera su interés parecía exigirlo, obraba con mano férrea hasta hacer correr ríos de sangre”. El comportamiento de Herodes en absoluto es pasivo, sino que hace todo lo que está en su mano para disipar una posible amenaza. Se sobresaltó, nos dice San Mateo, al enterarse de que los Magos preguntaban por el Rey de los Judíos que había nacido. Convocó a los sabios de su reino para indagar dónde tenía que nacer el Mesías. Llamó a los Magos con la intención de saber exactamente dónde se encontraba el Niño.

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3.01.09

El uso de la Liturgia Romana anterior a la reforma de 1970

Es conocida la Carta Apostólica “Summorum Pontificum”, “motu proprio data”, del Papa Benedicto XVI sobre el uso de la Liturgia Romana anterior a la reforma efectuada en 1970. No es fácil, para los que no somos expertos, adentrarse en estas cuestiones. Todo lo que concierne a la Liturgia es complejo, por la inmensidad de aspectos teológicos y jurídicos que están implicados. De un Misal, por ejemplo, no se cambia ni una coma sin que, precedido de muchos estudios, la autoridad competente no lo permita. Sea pues nuestra aproximación una aproximación cauta y modesta.

Creo que el mejor comentario y la mejor introducción al “Motu proprio” es la misma carta de Benedicto XVI dirigida a los obispos que acompaña la “Summorum Pontificum”. Nadie como el Papa puede decirnos mejor lo que el Papa piensa y desea.

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