25.04.10

La alegría de pertenecer a la comunión de la Iglesia

Como lo prometido es deduda, presento ahora en el blog la crónica de la toma de posesión de D. Luis Quinteiro como Obispo de Tui-Vigo, que tuvo lugar en la tarde de ayer en la catedral de Tui. Firma la crónica la enviada especial de La Puerta de Damasco, Yolanda:

Caminar por Tui a la hora de sobremesa, en una tarde cálida aunque nublada es –salvo por lo dolorido de unos pobres pies que han pisado todos los empedrados de la zona con el más inadecuado y desacostumbrado calzado- una delicia. Me acordaba aas: placas conmemorativas, estatuas y nombres de calles recuerdan a los antecesores ilustres de don Luis Quinteiro Fiuza. Y, según don Guillermo nos explica los detalles, los tres recordamos con una sonrisa cariñosa a nuestro nakmigo antiguo alumno salesiano. Otro encanto del paseo: todo el mundo saluda a nuestro párroco virtual con muestras de amistad y reverencia. Y es que, ya lo comenté ayer, don Guillermo tiene exactamente el carácter que todos conocemos en el blog; no da ninguna sorpresa: a los cinco minutos parecía que estuviéramos con alguien a quien conocemos personalmente hace mucho. No es de extrañar, pues, ver con cuánta alegría lo saludan sus muchos conocidos a su paso por las calles tudenses.

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23.04.10

Apacentar el rebaño de Dios

Homilía para el Domingo IV de Pascua (Ciclo C)

La Sagrada Escritura emplea la metáfora del pastor y del rebaño para describir las relaciones que unen a Dios con su pueblo: “como pastor que apacienta su rebaño, recoge en sus brazos a los corderos, se los pone sobre el pecho, conduce al reposo a las ovejas madres” (Is 40,11). Dios confía las ovejas de su rebaño a sus servidores y promete enviar a un rey-pastor, a un nuevo David, al Mesías (cf Ez 34,23), que vendrá en forma de siervo y que, como una oveja muda, justificará por su sacrificio a las ovejas dispersas (cf Is 53).

Jesús cumple esta profecía del pastor venidero. Él es el Buen Pastor, que guía a su grey y la conduce “hacia fuentes de aguas vivas”. Reúne al “pequeño rebaño” de la Iglesia, un rebaño perseguido por los lobos de fuera y por los de dentro, disfrazados de ovejas, pero pastoreado por Jesús, el Hijo de Dios, que revela a los suyos el amor del Padre.

Entre Jesús y los suyos se crea un vínculo que se caracteriza por el conocimiento mutuo y por el amor recíproco, un amor fundado en el que une al Padre y al Hijo: “Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre y nadie las arrebatará de mi mano”.

Escuchar la voz del Buen Pastor es acercarse al Evangelio, abriendo el oído para percibir “la Palabra única, perfecta e insuperable del Padre” que es Jesucristo, nuestro Señor (cf Catecismo 65). En la Sagrada Escritura, leída en la Tradición de la Iglesia e interpretada con autoridad por el Magisterio, resuena hoy en el mundo esa voz viva que proviene de Dios.

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22.04.10

¿Pueden comulgar los divorciados?

La sociedad de la comunicación parece querer empujarnos a respuestas simples para todos los problemas. Un titular no suele ser matizado. Pero el pensamiento humano no puede dejarse encadenar por la lógica de los titulares. A casi nada se puede responder, de modo tajante, “sí” o “no” y no hay que ser relativistas para tener que recurrir, muchas veces, al “depende”.

La moral católica es una obra de filigrana, delicada y pulida, en la que se engarzan la fe y la razón, el sentido común y la luz de la gracia, la conciencia de las exigencias del Evangelio y el realismo que conoce la debilidad humana. Un tratado de teología moral no es una lista de pecados. Es, más bien, un esfuerzo sereno orientado a ayudar al hombre a llegar a ser lo que está llamado a ser; a vivir, en definitiva, a la altura de su dignidad y de su vocación.

La experiencia pastoral dice que, a problemas concretos de tipo moral, hay que responder más en el confesionario que en el púlpito. Sólo sopesando las circunstancias se puede ayudar a quien lo necesite a enderezar su vida para caminar a la luz de la verdad.

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21.04.10

Un nuevo feligrés

Entre los seguidores de este blog – inteligentes, fieles y divertidos – se ha creado una fraternidad que no por “virtual” resulta menos “real”. En esta era cibernética, el “otro” ya no es, exclusivamente, el que está delante de mí. Es también el que está conectado a su ordenador e interactúa conmigo.

En la vida “real” es muy difícil que surja una comunidad amplia de personas que compartan los mismos intereses, las mismas aficiones, y hasta, casi, una misma franja de edad. La vida “real” se caracteriza por la prisa, por la premura de atender primero una cosa y luego la otra. Pero hay momentos en esta realidad de la vida que, sin riesgo de importunar al otro, nos permiten conectarnos a la red y escribir un post en el blog o comentarlo. No hay que llamar por teléfono antes, ni concertar una cita, ni sospechar que, quizá, nuestra visita resulte inoportuna.

Gozamos, pues, de una libertad en las relaciones personales “virtuales” que no siempre está presente en las análogas relaciones “reales”. Obviamente, no soy partidario de que una cosa sustituya a la otra. Pero sí puede complementarla.

Pues bien, en esta parroquia-cabildo virtual hemos seguido con expectación el proceso de nacimiento de un nuevo “feligrés”. Su nick es “Evagrito”, en reconocido homenaje a nuestro admirado Evagrio Póntico, de quien tanto hemos aprendido y seguimos aprendiendo.

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19.04.10

Cinco años con Benedicto XVI

Reproduzco aquí un artículo mío de 2005. Tal día como hoy estaba en la Plaza de San Pedro aguardando con ilusión la “fumata blanca". Recuerdo la enorme alegría de todos los allí convocados al escuchar el anuncio de un nuevo Papa, el Cardenal Ratzinger:

El Papa, guía de la fe
De lo visible a lo invisible, de los signos al significado, de los símbolos al Misterio


El Papa, guía de la fe

La providencia de Dios me ha permitido estar presente en la Plaza de San Pedro, el domingo 24 de Abril de 2005, para participar en la Santa Misa de Inicio del Ministerio Petrino del Obispo de Roma Benedicto XVI. Ministerio “petrino” porque el Papa es el Sucesor de Pedro, que ha recibido de Cristo la misión de apacentar a su grey. En toda la celebración, y de modo muy destacable en la predicación, el nuevo Papa se ha revelado como un auténtico “mistagogo”. Benedicto XVI nos ha tomado de la mano a cada uno de los fieles allí presentes para conducirnos a contemplar la belleza de la salvación de Dios realizada en Cristo.

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