26.04.09

Misterio de la Fe

Si la Sagrada Liturgia ocupa el primer puesto en la vida de la Iglesia, el Misterio Eucarístico es como el corazón y el centro de la Sagrada Liturgia, por ser la fuente de la vida que nos purifica y nos fortalece de modo que vivamos no ya para nosotros, sino para Dios, y nos unamos entre nosotros mismos con el estrechísimo vínculo de la caridad.

Y para resaltar con evidencia la íntima conexión entre la fe y la piedad, los Padres del Concilio, confirmando la doctrina que la Iglesia siempre ha sostenido y enseñado y el Concilio de Trento definió solemnemente juzgaron que era oportuno anteponer, al tratar del sacrosanto Misterio de la Eucaristía, esta síntesis de verdades:

«Nuestro Salvador, en la Ultima Cena, la noche en que él era traicionado, instituyó el sacrificio eucarístico de su cuerpo y sangre, con el cual iba a perpetuar por los siglos, hasta su vuelta, el sacrifico de la cruz y a confiar así a su Esposa, la Iglesia, el memorial de su muerte y resurrección: sacramento de piedad, signo de unidad, vínculo de caridad, banquete pascual, en el cual se come a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la gloria venidera».

Con estas palabras se enaltecen a un mismo tiempo el sacrificio, que pertenece a la esencia de la misa que se celebra cada día, y el sacramento, del que participan los fieles por la sagrada comunión, comiendo la carne y bebiendo la sangre de Cristo, recibiendo la gracia, que es anticipación de la vida eterna y la medicina de la inmortalidad, conforme a las palabras del Señor: «El que come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna y yo le resucitaré en el último día» (Jn 6,55).

Así, pues, de la restauración de la sagrada liturgia Nos esperamos firmemente que brotarán copiosos frutos de piedad eucarística, para que la santa Iglesia, levantando esta saludable enseña de piedad, avance cada día más hacia la perfecta unidad e invite a todos cuantos se glorían del nombre cristiano a la unidad de la fe y de la caridad, atrayéndolos suavemente bajo la acción de la divina gracia.

Encíclica «Mysterium Fidei», del Papa Pablo VI. Manual de la Adoración Nocturna Española, pp. 60 – 71. Ed: Adoración Nocturna Española. Diciembre 1.988

23.04.09

Misa de Juan XXIII en San Juan de Letrán

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El Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, Cardenal Cañizares, celebró la Misa según la forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia hace unos días. Estamos ante una noticia gozosa, tanto por lo que significa - el celebrante es el Prefecto, Cardenal de la Iglesia Católica -, como por lo que supone de espaldarazo para el usus antiquior.

Siendo un paso importante, es de justicia añadir que no es suficiente. El Motu Proprio no se ha recibido con la alegría que debía por parte del espiscopado español, más bien la reacción ha sido fría, cuando no displicente. Es cierto que no hay una oposición activa, pero sí una activa pasividad.

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21.04.09

Aído, Peces-Barba y el terror

Las declaraciones de la ministra orwelliana Bibiana Aído y las de Gregorio Peces – Barba – aquél que se apuntó al PSOE tres años antes de la muerte de Franco, ¡otra víctima del franquismo!, ¡anda que no! - , denotan la perversión moral en la que se mueve la izquierda española.

Las afirmaciones realizadas por el expresidente del Congreso y por la ministra de des-Igualdad son intercambiables en sus términos, aunque con distinta suerte: si la ministra deja muestra de su torpeza e ignorancia, Peces – Barba, por otro, deja ver el lado más siniestro de la izquierda.

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20.04.09

Los bárbaros y Benedicto

Siempre es peligroso hacer paralelismos históricos demasiado estrechos entre un período y otro; entre los más engañosos de tales paralelismos están los que se han hecho entre nuestra propia época en Europa y Norteamérica y el Imperio romano en decadencia hacia la Edad Oscura. No obstante, hay ciertos paralelos. Se dio un giro crucial en la antigüedad cuado hombres y mujeres de buena voluntad abandonaron la tarea de defender el imperium y dejaron de identificar la continuidad de la comunidad civil y moral con el mantenimiento de ese imperium. En su lugar se pusieron a buscar, a menudo sin darse cuenta completamente de lo que estaban haciendo, la construcción de nuevas formas de comunidad dentro de las cuales pudiera continuar la vida moral de tal modo que moralidad y civilidad sobrevivieran a las épocas de barbarie y oscuridad que se avecinaban. Si mi visión del estado actual de la moral es correcta, debemos concluir también que hemos alcanzado ese punto crítico. Lo que importa ahora es la construcción de formas locales de comunidad, dentro de las cuales la civilidad, la vida moral y la vida intelectual puedan sostenerse a través de las nuevas edades oscuras que caen ya sobre nosotros. Y si la tradición de las virtudes fue capaz de sobrevivir a los horrores de las edades oscuras pasadas, no estamos enteramente faltos de esperanza. Sin embargo, en nuestra época los bárbaros no esperan al otro lado de las fronteras, sino que llevan gobernándonos hace algún tiempo. Y nuestra falta de conciencia de ello constituye parte de nuestra difícil situación. No estamos esperando a Godot, sino a otro, sin duda muy diferente, a San Benito.

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14.04.09

Iqbal Masih

Un amigo me pide que me haga eco de los actos contra la esclavitud infantil que se realizarán en distintas ciudades, Dios mediante, el 16 de Abril, en el aniversario del martirio de Iqbal Masih.

Así que reproduzco la Carta del Obispo de Santander Vicente Jiménez Zamora.

Vivir la caridad política luchando contra la esclavitud infantil

El 16 de abril de 1995 moría asesinado Iqbal Masih, un niño esclavo pakistaní bautizado católico en un país de mayoría musulmana. Su vida fue un testimonio de lucha por la liberación de otros niños esclavos, y por ese motivo lo mataron. Ese testimonio es desde entonces referente para miles de católicos y personas de buena voluntad en su lucha contra la esclavitud infantil. El Movimiento Cultural Cristiano, acogiendo la llamada de la Iglesia a los laicos a vivir la caridad política, lanzó la campaña internacional contra las causas de la esclavitud infantil, proponiendo a toda la opinión pública que el 16 de abril sea considerado Día Mundial contra la esclavitud infantil.

Es necesario denunciar la esclavitud de la infancia. Son más de 400 millones de niños que en muy diversas formas son esclavizados hoy. En España se calcula que son entre 250.000 y 800.000 los menores obligados a trabajar.

En esta carta pastoral quiero ofrecer algunas reflexiones sobre este tema, a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia. Jesús en los evangelios trató con cariño a los niños, poniéndolos como ejemplo de sencillez e inocencia. Los Padres de la Iglesia manifiestan la importancia de la protección de los niños así como la lucha contra la esclavitud. San Agustín dedicó admirables páginas a la infancia en el libro de las Confesiones y cuestionó la existencia de la esclavitud, ya que Dios no ha creado al hombre para ser dueño de sus semejantes (La Ciudad de Dios 19, 15).

Juan Pablo II no se cansó de advertir que el trabajo debe ser rescatado de la lógica del beneficio, de la falta de solidaridad, del frenesí de ganar cada vez más, del deseo de acumular y consumir. Pidió en múltiples ocasiones acabar con el abuso que constituye el trabajo infantil, pues impide la educación primaria de millones de niños en el mundo.

El Papa Benedicto XVI está alzando la voz para defender a la infancia. En un discurso a los Obispos de Sri Lanka fijándose en los más jóvenes decía: “la comunidad cristiana tiene la obligación particular de cuidar de los niños. El reino de los cielos pertenece a estos miembros más vulnerables de la sociedad, pero, muy a menudo, se les olvida simplemente o se los explota sin escrúpulos, como soldados, trabajadores o víctimas inocentes del tráfico de seres humanos. No hay que escatimar ningún esfuerzo para instar a las autoridades civiles y a la comunidad internacional a combatir estos abusos y brindar a los niños la protección legal que merecen justamente”.

Ojalá que estos textos de la Doctrina Social de la Iglesia interpelen nuestras conciencias y nos muevan a obrar en contra de la esclavitud infantil y en defensa de la infancia.

Autor: Obispo de Santander Vicente Jiménez Zamora.- Fecha: 2009-04-13

Fuente: Solidaridad.net