La religión de los godos

Glaciar Wulfila en la AntártidaDespués de la venida del Espíritu Santo en Pentecostés, los Apóstoles comenzaron a proclamar el acontecimiento de Cristo: el Hijo de Dios hecho hombre que pasó haciendo el bien y, después de sufrir la Pasión y ser crucificado por nuestros pecados, resucitó victorioso. Esta ha sido y sigue siendo la misión de la Iglesia y de los cristianos en la Historia.

A la predicación sigue la respuesta personal. El que acoge con un corazón limpio y humilde la predicación, se pregunta: «¿Qué tenemos que hacer?», y la respuesta es la invitación a bautizarse y convertirse orientando toda la vida según el modelo de Jesús.

Los pueblos godos recibieron la predicación cristiana en el siglo IV, pero se trataba de una versión rebajada del Cristianismo: el Arrianismo. [Grandes rebajas del cristianismo y Los arrianos antiguos y los actuales]. Arrio (260?-336), sacerdote de Alejandría, predicaba que el Hijo tiene principio y ha sido creado por el Padre, colocándole por tanto en el lugar de las criaturas. Aunque haya sido “divinizado”, el Hijo no es verdadero Dios, y está subordinado al Padre1. De este modo se subrayaba el monoteísmo.

En los artículos citados del P. Iraburu y en muchos y muy buenos libros de Historia de la Iglesia y de Cristología se puede encontrar el trasfondo teológico de esta herejía y su devenir… La labor de san Atanasio, los conflictos en Alejandría y en casi todo el oriente cristiano, las intervenciones de los emperadores, y sobre todo la afirmación de la fe católica en el Concilio de Nicea (325), son momentos apasionantes de esta época en la que las controversias acerca de la fe levantaban grandes pasiones. Parece ser que esta herejía influyó en Mahoma que, habiendo conocido a judíos y a cristianos arrianos, admiraba la fuerza de su creencia monoteísta frente al politeísmo de las tribus árabes que él quería unificar.

El caso es que en la segunda mitad del siglo IV encontramos a un joven llamado Ulfilas (o Wulfila), ordenado sacerdote por un defensor del Arrianismo, el obispo de Constantinopla Eusebio de Nicomedia. Por haber crecido bajo el dominio de los godos, Ulfilas dominaba su lengua y conocía su temperamento y su estilo de vida, y el emperador Constancio II lo envió como misionero -obispo de los godos- para anunciarles el Evangelio. Creó un alfabeto para traducir la Biblia, sufrió persecución y tuvo que huir, pero la semilla sembrada se fue extendiendo por el norte, el centro y el oeste de Europa. Incluso hay un glaciar en la Antártida que en su honor fue bautizado como “glaciar Wulfila”.

Cuando aquellos pueblos godos se fueron extendiendo antes y después de la caída del Imperio Romano, se fueron haciendo con el control de diversas regiones, y entre ellas llegaron a lo que había sido la provincia de Hispania. Asentados al norte de los Pirineos, los visigodos fueron expandiéndose hacia la Península Ibérica por medio de sucesivas expediciones en las que luchaban con suevos y vándalos y saqueaban los poblados de los hispano-romanos. Progresivamente, en la segunda mitad del siglo V, al emigrar los vándalos hacia el sur, aumentaron los asentamientos de la población visigoda y su dominio se extendió sobre zonas cada vez mayores. Los visigodos eran grandes guerreros, pero lo cierto es que no encontraron gran resistencia a su poder por parte de la población autóctona, que no contaba con grandes ejércitos ni con la posibilidad de contratar fuerzas mercenarias.

El gobierno de la antigua Hispania romana pasó a los reyes visigodos, pero eso no significó en absoluto que la población sintiera afecto por sus gobernantes y que estuvieran satisfechos con la nueva situación. Al sentimiento de haber sido invadidos y dominados por unos bárbaros del norte se sumaban las costumbres y modos de ser tan diferentes entre hispanos y germanos: entre los primeros había una clase alta refinada y culta, mientras que la nobleza de guerreros visigodos estaba acostumbrada a la violencia, el griterío y la fuerza bruta. Además, aunque compartían la religión cristiana, esto no era un elemento de unión sino todo lo contrario: los visigodos profesaban el arrianismo, doctrina que negaba la divinidad de Jesucristo y había sido condenada por el Concilio de Nicea, cuyo credo católico era mayoritario entre los hispanos.

El reino visigodo ocupaba gran parte de la Península Ibérica unida bajo el gobierno de su rey, pero existía una profunda división entre los dos grandes grupos de población. Incluso estaba prohibido el matrimonio entre visigodos e hispano-romanos. Hacia la mitad del siglo VI el rey Atanagildo —gran admirador de la corte bizantina—, con la intención de fortalecer su poder como monarca, fijó su corte en la ciudad de Toledo.

Generalmente hubo en el reino visigodo un ambiente de tolerancia religiosa, con tranquilidad y libertad a pesar de las diferencias en la confesión de la fe. Se conservan textos de concilios en los que los católicos rezaban por el rey dando gracias y pidiendo la clemencia divina sobre él. Algunos católicos, buscando su propio beneficio, pasaron al arrianismo, lo cual dio lugar a determinaciones de los obispos acerca de su arrepentimiento y reconciliación con la Iglesia católica cuando pedían volver al catolicismo.

Sin embargo, los problemas llegaron con el reinado de Leovigildo, arriano convencido, que buscaba la unificación religiosa…

1 AMATO, Angelo: Jesús el Señor. BAC, Madrid, 1988.

7 comentarios

  
Javidaba
... nos vamos acercando al 589...
29/06/22 11:30 AM
  
Argia
" el emperador Constancio II lo envió como misionero -obispo de los godos para anunciarles el evangelio"

¿En aquella época, eran los emperadores los que mandaban en la iglesia ?
¿ Que papel tenia entonces el Papa ?


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Desde que Constantino, con el Edicto de Milán (313) permitió la libertad religiosa en el Imperio romano, y sobre todo desde que Teodosio con el Edicto de Tesalónica declaró el Cristianismo religión oficial del Imperio, los emperadores no es que mandaran, pero sí intervenían mucho en la vida de la Iglesia. El Papa, los patriarcas, los obispos eran los pastores del Pueblo de Dios, pero los emperadores consideraban que debían velar por la Iglesia, y así enviaban misioneros, convocaban concilios, influían en los nombramientos, etc.
Esto provocó problemas que hubo que afrontar e intervenciones de los Santos Padres defendiendo la libertad de la Iglesia... En cualquier buen libro de Historia de la Iglesia se puede profundizar en esta época.

Veremos que en el reino hispano-visigodo ocurrirá algo similar: no había una separación entre la Iglesia y el poder civil, sino que estaban unidos y se influían mutuamente.
02/07/22 12:13 PM
  
Masivo
En el período del Exarcado de Rávena y la dominación bizantina de Roma sí hubo papas impuestos directamente por el Emperador de Constantinopla.
02/07/22 4:44 PM
  
hidaspes
Sin duda, las diferencias de credo pudieron ser un factor de complejidad en la convivencia entre godos e hispanorromanos, pero no parece que las fuentes primarias respalden esa ide de enfrentamiento u oposición frontal entre ambas comunidades. Para empezar, Leovigildo deroga la prohibición de matrimonios mixtos, indicio sólido de que esa prohibición estaba ya obsoleta, y que amas comunidades llevaban fusionándose desde hacía tiempo. Además, los visigodos que llegan a la Hispania tardorromana del siglo V, en calidad de "foederati" (lo que técnicamente nos impide calificarles de invasores, porque venían con la legitimidad de al menos dos foedus imperiales) ya no son el pueblo báltico que asoma a las fronteras imperiales a mediados del siglo III, en tiempos del emperador Decio; ya son un pueblo muy mestizo y mezclado, y sobre todo, muy romanizado. Ni siquiera se observa en ellas la hostilidad antiromana de los tiempos de la batalla de Adrianópolis. Por si fuera poco, los visogodos no derogan la normativa anterior, se conforman con añadir unas leves notas de derecho consuetudinario germánico, pero respetando íntegramente el status anterior: tampoco alteran la planta territorial (será en época visigótica tadía cuando se añadan dos provincias más, sin modificar el resto) ni buscan subvertir el orden administrativo previo.
03/07/22 2:51 PM
  
hidaspes
Es de destacar que las fuentes primarias del siglo VII (San Isidoro de Sevilla, Braulio de Zaragoza, Tajón de Zaragoza, y San Julián de Toledo) no asignan al título "Gens Gothorum" una dimensión racial, segregada del componente hispanorromano, sino que lo identificación con España misma. Con lo cual, pareciera que a partir de Recaredo, a partir del Tercer Concilio de Toledo (año 589) o cuando menos, para la época de Suintila (si atendemos a la nota de unificación territorial peninsular que confirma San Isidoro de Sevilla), la división entre visigodos e hispanorromanos es ficticia, se encuentra ya demasiado diluida y carente de efectos jurídicos o sociales sustantivos.

Tampoco es del todo cierto que el linaje visigodo se dedicase exclusivamente a las armas, frente al linaje hispanorromano vinculado principalmente al ámbito urbano o eclesial. Las fuentes primarias documentan a significados líderes militares de nítido origen hispanorromano, como es el caso del general predilecto del rey Recaredo, el duque Claudio de la Lusitania (personaje reflejado en las maravillosas "Semblanzas Visigodas" del profesor Orlandis). A la inversa, podemos documentar a altos dignatarios eclesiales de comprobado origen godo, como el célebre Obispo Masona de Mérida (también objeto de investigación exhaustiva por Orlandis).

En resumen, que ni el reparto de roles era tan nítido, ni parece que a partir de Recaredo las fuentes primarias empleen el término "Gens Gothorum" como raza diferenciada o separada del resto, sino como sinónimo de un pueblo unificado en torno a una misma fe y una misma Corona, el Regnum Gothorum toledano.

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Muy recomendables los libros del P. Orlandis sobre esta época: "Semblanzas visigodas" y también "Historia del reino visigodo español" y "La vida en España en tiempos de los godos".

04/07/22 10:38 AM
  
hidaspes
Cierto, Padre Pablo, Orlandis es un visigotista de alto prestigio, y un referente imprescindible en toda obra de historia canónica. Esos tres estudios que cita ya están en mi humilde biblioteca, junto con el igualmente brillante "Las raíces cristianas de Europa", un estudio exhaustivo y ameno sobre el proceso de conversión de los diferentes reinos germánicos resultantes de la disgregación del Imperio Romano de Occidente: visigodos, suevos, vándalos, lombardos, francos... etc

Orlandis es el responsable de mi afición apasionada por la España visigoda, luego complementada por otros expertos como García Moreno, Soto-Chica, Sánchez Saus, García Sanjuán, el prior Don Santiago Cantera... etc
04/07/22 12:22 PM
  
Luis I. Amorós
Cabe señalar que no sólo los godos: todos los pueblos germánicos se cristianizaron a la versión arriana, vándalos, ostrogodos, burgundios, hérulos, esciros, suevos, etcétera. No fue hasta la conversión del rey franco Clodoveo al catolicismo (496) cuando esa tendencia comenzó a cambiar.
15/07/22 1:09 PM

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