Una opinión.

Pienso en algunos de mis alumnos, de mis estudiantes, cuya profunda vida cristiana he podido conocer… Que estos cristianos que conozco, y los que no conozco, pero adivino a imagen de éstos, sepan que su testimonio vivido es necesario…

Contra lo que parece, si las persecuciones aumentan es porque la fe gana profundidad en el mundo. El odio de Satán es el testimonio que da, mal que le pese, de la presencia victoriosa de Jesucristo

Pentecostés no alcanzó más que a unos ciento veinte discípulos. Sin embargo, puso fuego al mundo. Hombre a hombre. Un nuevo Pentecostés, nacido del primero, está indudablemente actuando en el mundo. Es en la paciencia donde estas pequeñas comunidades cristianas verán, un día, no el triunfo visible [y material] de la Iglesia, sino su crecimiento en profundidad [y extensión]…

El desarrollo apocalíptico de nuestro siglo XX nos ha enseñado que los caminos del Señor no son nuestros caminos. Al cabo de un largo viaje, vislumbramos el verdadero rostro de Dios. Y es mejor que nuestras mejores dichas humanas. Su gracia revela un mundo de tal esplendor, que necesitamos vernos un poco transformados en nuestras cómodas costumbres para conocerlo tal como es; para saber que es Jesucristo.


¿Quién decía todo esto?

Un Catedrático de la Universidad Católica de Lovaina, el p. Charles Moeller (1913-1986). Se trata del Prefacio del v.I: “El silencio de Dios” (1953) de su magna obra “Literatura del s.XX y Cristianismo”.

Con el tiempo, Charles Moeller sería elegido perito consultor por el cardenal arzobispo de Malinas-Bruselas, Leo Joseph Suenens (1904-1996), uno de los cuatro cardenales moderadores durante el Concilio Vaticano II (1959-1962). Moeller tuvo una gran responsabilidad en la redacción y revisión final del Esquema XIII, que acabaría convirtiéndose en la Constitución Pastoral “Gaudium et Spes” (1965) sobre la Iglesia en el mundo moderno.

Después del Concilio Vaticano II, Pablo VI le nombró Subsecretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Secretario del Secretariado para la Unidad de los Cristianos, actualmente Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, y Rector del Instituto Ecuménico de Jerusalén.

En 1970 ocupó el sillón “1″ de la Real Academia de la Lengua y de la Literatura Francesas de Bélgica. En 1978 se convirtió en Catedrático Emérito de la Universidad Católica de Lovaina.

No está mal mirar cara a cara la situación de la Iglesia en el mundo moderno. No parece que las cosas hayan cambiado tanto en los últimos 56 años. No sé si Charles Moeller firmaría este texto con el significado con el que yo lo presento aquí. Pero lo que sí sé es que yo sí lo firmaría.

Y lo firmaría pensando en EpC, en la sentencia del Tribunal Supremo, en la FERE-CECA y EyG, en el Grupo Editorial SM, y en algunos de nuestros distinguidos pastores.

Distinguidos por sus silencios.


3 comentarios

  
Josafat
Lo que está claro es que si la situación de 1953 era de "apostasía planetaria" prefiero no pensar en el epíteto que se merece en el 2009.

La verdad es que estoy con todo de acuerdo, pero sin pretender ser tiquismiquis, me gustaría mostrar mi desacuerdo con la expresión "padres de la Fe del XIX".

El XIX fue el siglo del atrincheramiento católico, ninguna gran obra se fundó (sí eso los salesianos, pero no hay más que ver como han acabado), el positivismo, naturalismo, ateísmo cientifico, marxismo...vencieron la batalla de las ideas abonando el camino al desastroso siglo XX, y no sólo me refiero a la apostasía, estoy pensando en todo esas matanzas satánicas que eliminaron de un plumazo millones de vidas.
01/03/09 12:24 PM
  
Miguel Serrano Cabeza
_Josafat_

Estoy totalmente de acuerdo.

Moeller veía el s. XX como una época de crisis, transformación y renacimiento del cristianismo. Creía que ese renacimiento procedería de un diálogo del cristianismo con la modernidad. De ahí la redacción de su magna obra "Literatura del s. XX y cristianismo", enfocada como un diálogo con la modernidad.

Moeller tenía una visión un tanto "protestante" de la Iglesia, más como asamblea de fieles que celebran el ágape que como participación en el Sacrificio de Cristo a través de su Cuerpo Místico, la Iglesia, Una, Santa, Católica y Apostólica. Por eso, en la introducción a su obra magna habla de Cristo, de los cristianos y de Satanás. Pero no de la Iglesia. Parece como si creyera que no es relevante para el asunto que está tratando: el diálogo del cristianismo con la sociedad.

Moeller interpretaba la historia del cristianismo usando una hermenéutica de discontinuidad. Esa actitud se refleja claramente en la forma de aludir al siglo del Concilio Vaticano I y de los grandes santos de la modernidad: San Antonio María Claret, Santa Catalina Labouré, Santo Domingo Savio, Santa Joaquina de Vedruna, San José Benito Cottolengo, San José Pignatelli, San José Mañanet Vives, San Juan Bosco, San Juan María Vianney, Santa María Soledad Torres Acosta, Santa Teresa de Jesús Jornet Ibars, Santa Teresita del Niño Jesús, el Beato Papa Pío XI, y tantísimos otros santos.

Aunque San Pío X (1835-1914) fuera un Papa Santo del s. XX, es posible que no fuera muy de su agrado. A pesar de ser el único papa santo desde San Pío V (1504-1572) hasta el día de hoy.

He traído a colación este texto para mostrar una opinión acerca de cuál era la situación de la Iglesia en el mundo a mediados del s. XX. Una opinión que nadie podrá calificar de "cismática", "sedevacantista", "tradicionalista", "reaccionaria", "conservadora" ni nada por el estilo.

Se trata de la visión de uno de los principales redactores de la constitución pastoral Gaudium et Spes, justo antes de preparar el Esquema número XIII en el que se basaría su redacción final.

El mensaje del texto es, efectivamente "Si así estaban antes las cosas a mediados del s. XX ¿Cómo estarán ahora?"

La razón de ese estado de cosas puede que esté, al menos parcialmente, en que muchos de nuestros pastores, quizá haciendo caso a Juan Carlos Onetti, han dejado hablar al viento.

Como en el caso de EpC.

Es todo una placer escribir para lectores tan avisados. No se les escapa una.
01/03/09 5:25 PM
  
Tomás de la Torre Lendínez
Un buen artículo, Miguel. De manera especial le vendría bien leerlo y "entenderlo" a los señores de Fere y cía.
01/03/09 5:59 PM

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