Que todos los pueblos lo adoren
Nosotros vivíamos en medio de la oscuridad del pecado. Y la luz de una estrella brilló en el cielo para conducirnos a adorar a Cristo. Es la Caridad la única estrella que nos lleva hasta Jesús. Dios nos sacó de la oscuridad en que vivíamos y nos llevó al Reino de su Hijo Amado, quien por su muerte nos salvó y perdonó nuestros pecados.
Jesús Sacramentado es la imagen del Dios que no podemos ver. Por medio de Él, Dios creó todo lo que hay en el cielo y en la tierra, lo que puede verse y lo que no se puede ver, y también los espíritus poderosos que tienen dominio y autoridad. En pocas palabras: Dios creó todo por medio de Cristo y para Cristo.
Cristo es el Cordero degollado que, con su sangre ha comprado para Dios hombres de toda tribu, lengua, pueblo y nación.
Digno es el Cordero, que ha sido degollado, de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fortaleza, el honor, la gloria y la bendición.
Y todas las criaturas que existen en el cielo y sobre la tierra y debajo de la tierra, y en el mar, y en todo cuanto hay en ellos, oí que decían: Al que está sentado en el trono y al Cordero, la bendición, el honor, la gloria y el imperio por los siglos de los siglos.
Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios. Póstrense ante Él todos los reyes de la tierra; sírvanle todas las naciones.