La resolución del dilema
Los católicos siempre habíamos estado dudando de la conveniencia de votar o no a un partido del estilo del PP, especialmente tras el fiasco de sus últimos años de gobierno, donde no puso remedio a problemas como el aborto, a pesar de que muchos de los políticos de este partido profesan la fe católica.
En las últimas elecciones las dudas aumentaron, ya que tras la elevación de la unión homosexual a la categoría de matrimonio, y las amenazas socialistas de legislar sobre la eutanasia y ampliar el aborto hasta las 28 semanas, el problema a resolver sería dilucidar entre dos opciones: bien votar a un partido que defendiera la doctrina de la Iglesia, aunque las opciones de gobernar fueran mínimas, o bien votar al PP, que desde luego no modificaría lo legislado por el PP. La solución siempre se resolvía a favor del mal menor asunto que, sinceramente, empezaba a oler.