Brillante nota de los Obispos de Galicia


La nota emitida por los Obispos de la comunidad gallega, ha sido una declaración verdaderamente importante contra la asignatura de Educación para la Ciudadanía, producto de la aplicación de una ley injusta.

En la nota, los Obispos apelan a «unos derechos y deberes, enraizados en la naturaleza creada del ser humano, que hacen posible la convivencia en paz y libertad en nuestra sociedad».

Esta enseñanza es fruto del principio que impide instrumentalizar a la persona, tal como se deduce a partir de lo que afirma la Mater et Magistra:

La Iglesia católica enseña y proclama una doctrina de la sociedad y de la convivencia humana que posee indudablemente una perenne eficacia.

El principio capital, sin duda alguna, de esta doctrina afirma que el hombre en necesariamente fundamento, causa y fin de todas las instituciones sociales; el hombre, repetimos, en cuanto es sociable por naturaleza y ha sido elevado a un orden sobrenatural (MM n.218 -219)

De ahí que existan un cierto número de derechos innatos e irrenunciables, anteriores a cualquier institución jurídica positiva, entre los cuales se encuentra el derecho de los padres a educar a los hijos, tal como lo expresa el Beato Juan XXIII en la encíclica Pacem in terris:

A los padres, (…), corresponde antes que a nadie el derecho de mantener y educar a los hijos (17)

Como muy bien señalan los Obispos, el «Estado no puede imponer legítimamente una formación moral de la conciencia de los alumnos al margen de la libre elección de los padres, tal como se pretende en la asignatura EpC y en los Decretos que la desarrollan».

Aunque las leyes positivas de un Estado obligan en conciencia, tanto por el bien común como por el derecho natural que expresan, esto no implica que la moral se reduzca a lo legal. Hay ocasiones – por desgracia cada vez más – en las cuales se le exige al individuo comportamientos injustos (véase el caso del aborto o la dispensación de píldoras anticonceptivas). Pues bien, en esos casos no es sólo lícita sino obligada la objeción de conciencia y la desobediencia civil.

La encíclica Gaudium et Spes dice que:

En lo más profundo de su conciencia descubre el hombre la existencia de una ley que él no se dicta a sí mismo, pero a la cual debe obedecer, y cuya voz resuena, cuando es necesario, en los oídos de su corazón, advirtiéndole que debe amar y practicar el bien y que debe evitar el mal: haz esto, evita aquello. Porque el hombre tiene una ley escrita por Dios en su corazón, en cuya obediencia consiste la dignidad humana y por la cual será juzgado personalmente. La conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que éste se siente a solas con Dios, cuya voz resuena en el recinto más íntimo de aquélla (GS 16)

Luego parafraseando a Santo Tomás podemos decir que la conciencia verdadera obliga por la verdad que ha reconocido.
Es decir los Obispos no dicen más que la verdad cuando afirman que

Para defender el derecho que les asiste de determinar la educación moral de sus hijos, los padres tienen, entre otros medios legítimos, el de la objeción de conciencia a la enseñanza de la asignatura EpC.

En definitiva, los Obispos con esta nota, no hacen más que recordar la doctrina de la Iglesia en estos puntos en los que el Estado ha decidido de manera liberticida, entrometerse en la libertad de los padres.

Los Obispos gallegas se han comportado como buenos pastores y mejores padres.

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