Quizá no seáis tan libres

El libre albedrío es la piedra angular de la Teología. Porque somos libres de escoger, porque fuimos libres de hacer bien o mal, se nos pedirán las debidas cuentas. Dicho esto pensemos en una minúscula criatura, creada por Dios dentro de un plan misterioso. A la criatura un adán de bata blanca la llamo Toxoplasma gondii. Es un protozoo (ser unicelular) parásito causante de la toxoplasmosis, enfermedad supuestamente leve que causa pavor en las embarazadas por el peligro que corren los fetos ante el contagio.
La vida del toxoplasma es ajetreada. Sintetizándolo muchísimo, su ciclo comienza en un felino (gatos domésticos, por ejemplo) y tras hospedarse en animales de sangre caliente (humanos, por ejemplo) intentan volver a un felino. Es un ciclo que debe ser completado constantemente. Claro que los huéspedes al no beneficiarse de ninguna manera de la presencia del protozoo no debieran colaborar en la consecución exitosa del ciclo; pero para ello nuestro muy familiar toxo (presente en un tercio de la población mundial aprox.) toma sus medidas. Medidas muy eficaces. Invade el cerebro del huésped y entre otras muchas cosas induce a que encuentre muy atractivo el olor a gato (el olor de la orina de gato resultará agradable a un ratón con toxo). Un ratón que se acerca al olor a gato es un ratón que pronto se servirá en los mejores restaurantes gatunos.

La apolillada moderna pedagogía española rescata de vez en cuando el mantra de la lista de los reyes godos que dicen se debía uno aprender de memoria en tiempos pretéritos. Parece que quien no supiera tallista no promocionaba curso. Vaya usted a saber. El caso es que ya no se estudia dicha lista, y ya nadie estudia quienes fueron los pueblos godos que tanto significaron en la historia de España. Se estudia, muy superficialmente que eran pueblos germanos y poco más. Y son esenciales para entender nuestra historia, no sólo la española, sino también la americana. España pudo haber sido arriana y no lo fue (a Dios gracias). Y si España hubiera sido dominada por dicha herejía, que sostiene que Jesucristo fue creado por Dios Padre, ahora, mis queridos lectores, serías parte de una secta hereje (y probablemente aún más populosa que la Iglesia fundada por Cristo, que no habría desaparecido pero quedaría muy disminuida).