Acción de gracias

El fin de semana recién pasado asistí a una cena de acción de gracias. Y no me refiero a la que hacen los gringos por esta época del año, bajo las órdenes del gobierno federal y las casas comerciales, sino a la que celebramos los católicos cada domingo. Porque la misa es ante todo un sacrificio, y también un acto de comunión, pero no podemos olvidar que además es acción de gracias.

¿Se imaginan lo difícil que debió hacer sido agradecer para los primeros cristianos? Reunidos en una catacumba húmeda y oscura, a la que llegaron a escondidas de guardias y ciudadanos romanos que los culpaban de todo lo malo que ocurría en su ciudad, muchos de ellos habrían perdido sus bienes o algún familiar que hubiera terminado en el circo devorado por leones. Para ellos sí que debió ser difícil escuchar al sacerdote decir “levantemos el corazón” (es decir, “¡ánimo, alégrense!") y responder “lo tenemos levantado hacia el Señor".

No tengo dudas que uno de los planes más sutiles de nuestro enemigo es destruir nuestra capacidad de dar gracias, y en ese esfuerzo ha recibido la colaboración de la nueva religión humanista -y su clero de observadores de derechos humanos-, que todo lo convierten en un derecho. La estrategia es simple, en realidad: si todo lo que quieres se ha convertido en “tu derecho” (educación, salud, trabajo, comida, internet, etc.), cuando lo recibes no debes agradecérselo a nadie -después de todo, quien te lo da no ha hecho más que cumplir con su deber-, y si no te dan lo que te corresponde, tienes el derecho de saquear y destruir.

Por eso no nos sorprende que las calles estén llenas de furiosos manifestantes, porque esa es la actitud lógica cuando alguien no te ha cumplido lo que debía dar o hacer. El problema es que no sólo ellos, sino todos nos convertimos en una manada de niños malcriados esperando que nos llenen la boca, sin tener que dar las gracias por nada.

La misa es completamente subversiva, es la semilla de la revolución jerárquica que el igualitarismo no puede tolerar.

Porque cuando nos reunimos para agradecer a Dios, estamos reconociendo que estamos completamente desnudos ante él, en sus manos, que no podemos exigirle nada a Él y que la abundancia de gracia sobre gracia de la que disfrutamos cada día provienen totalmente de la insondable profundidad de Su amor. Por eso, debemos reconocer que el movimiento central de toda misa es vertical: Dios está en lo alto prodigándonos de su abundancia, mientras nosotros estamos infinitamente bajo Él, sin poder responder con nada más que nuestra gratitud de mendigo, ese que se alegra con cada migaja.

Por eso la actitud lógica de quien sale de misa es una quieta alegría.

Pero los cristianos no se contentan con reconocer a Dios en el cielo, sino que además ponen a ciertos hombres como intermediarios, escogidos de esa divinidad que se ponen por sobre los otros para establecer una verdadera jerarquía (del griego que significa “gobierno sagrado”). Para el mundo moderno, esto es ridículo e insoportable.

Es una extraña paradoja: El Estado nos prometió la satisfacción de todas nuestras necesidades materiales, intentó hacerlo, y lo que ha conseguido es enfurecernos más; Dios, en cambio, nos ofrece la oportunidad de agradecerle en cada misa, y a cambio nos da la alegría y la paz del corazón. Si alguien necesitaba pruebas de que el materialismo (tanto liberal como estatista) está equivocado hasta sus raíces, no tiene que ir más lejos.

No faltará quien, al leer esto, piense en que propongo una forma de quietismo, que los pobres se queden tranquilos con lo que tienen y no luchen por terminar con las injusticias.

Nada más lejos de la realidad. La Iglesia siempre ha sido instancia de integración social, de organización y de ayuda, tanto material, en la caridad, como de apoyo en denunciar los abusos. Y esto no es casualidad, porque es en la eucaristía donde conocemos y asumimos nuestro rol de hijos de Dios, y a partir de ahí podemos conocer y construir nuestras legítimas exigencias de salud, educación, abrigo, etc.

Supongo que lo que quiero decir es “Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura.” (Mt 6,33)

En eso estamos.

10 comentarios

  
carlos
Es excelente, MUCHAS GRACIAS!!!Es cierto, lo que usted manifiesta.
Una vez una jovén pensó que le hablaba de un Nirvana, escapista de la realidad.
Le relate hechos observados en la realidad que me circunda, que se dió cuenta, que estaba lejós de estar en un nivana escapista.La realidad, hace sufrir.Produce compasión,no pasa de largo frente a todo sufrimiento humano.
Esa oración, en la Santisima Misa, nos une a la Verdad.
A los ojos del cuerpo,se le agregan los del alma, como manifiesta,DIOS en la EUCARISTIA, ES DIOS, es el que ES, uno es el que no Es,requiere un respeto inmenso, ese respeto nace del temor de Dios, principio de la sabiduria.
Con el CONOCIMIENTO PERSONAL del SEÑOR,es tan grande, tan inmensos los beneficios, los dones, que recibimos, que es evidente,que ya crece el amor, que nace de la Cruz, con el reconocimiento de que uno es una mentira total.Este el humanismo más grande que existe.Por eso
Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, fuerón realistas y como!!!.
Mis hermanas del Carmén observante,también lo son.
En realidad los que viven en la palmera,son los que no tienen fe.
A Cristo por Maria y con el Papa.
05/12/13 7:57 PM
  
Franco
Pato, esta vez te luciste :)
De todo esto, ¿Algo tiene que ver lo sucedido en Córdoba?
05/12/13 9:59 PM
  
carlos
“Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura.” (Mt 6,33)


Muchas gracias, esté es el secreto,no buscar el dinero, si bien lo necesitamos, el prestigio, pensar que con las virtudes exteriores, que son importantes.La vanidad de esté mundo, es pelagianismo, el señor da por añadirura, lo que necesitamos.
Y también es importantel lo que sucedió en Córdoba, y en todos los lugares que haya injusticia,y dolor.
Era previsible es el resultado, de lo escribió el autor.
No es el resultado de personajes que se mueven, hace años, que estó, está preparandose, es mundial.
El hedonismo, la droga,la educación en caída libre, la framentación de la sociedad.La Injusticia, lo veo a través de personas que asisto,el neoliberalismo en los 90.Leer R. Cachanosky y neoliberalismo,te darás cuenta que lo de Córdoba,me aflige.
Son mis Compatriotas, nadie puede amar a la Patria, sino ama a sus compatriotas.
Y retiro, y pido perdón porque hay ateos que tienén mucha compasión.
Te cite uno aparte de su idoneidad, mi maestro era ateo y me enseño verdades."La decidia carlos"Es una verdad ,grande como una casa.A cristo por Maria y con el Papa."No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy", otra verdad de mi maestro.
05/12/13 11:09 PM
  
Pato Acevedo
@ carlos: Creo que es mucho más fácil amar a la patria que a nuestros compatriotas. La patria es abstracta, permanente, inmutable, un continente ideal que cada uno rellena con lo mejor de sí. Mis compatriotas, en cambio, son ladrones, traicioneros, débiles y tontos. Por eso, el amor más grande no es dar la vida por un ideal (como suele repetirnos Hollywood, y tantos hombres lo han hecho en la historia), sino por nuestros amigos, como dice NSJC, porque a ellos los conocemos, y sabemos todos sus defectos y pecados, pequeños y grandes, pero el amor verdadero nos lleva a ver en ellos lo que hace que valga la pena morir.

Por eso el sacrificio de Cristo nos habla con tanto valor.

@ Franco: Muchas gracias. Cuando empecé a escribir, pensaba en mi hija, que con 11 años está empezando con eso de que no quiere ir ya a misa. Luego, sin dudas que me acordé de las diversas manifestaciones protestas y saqueos que han habido estos últimos años en el mundo. Los de Córdoba sí, y también los de Concepción, luego del terremoto de 2010.

¿Sabes qué? una cosa que me quedó en el tintero es la poca eficacia que tienen todos esos movimientos. Dicen "protestamos, porque es la única forma de cambiar el mundo" pero hacen ruido un par de meses y luego se acaban y todo sigue igual. Si ya sabemos que esa forma no resulta ¿por qué no probamos con la misa? Tal vez sea mejor.
06/12/13 3:05 PM
  
Franco
En realidad, Pato, lo de Córdoba fue un paro de policías, y, al no trabajar, hubo una oleada de saqueos. Se sospecha que algunos policías habrían avisado a grupos de delincuentes.
Ahora, con esta parte:
"Mis compatriotas, en cambio, son ladrones, traicioneros, débiles y tontos".
Describiste a la perfección a esos ladrones cordobeses. Porque, créase o no, varios publicaron lo robado en Facebook, y, obviamente, la policía se enteró.
06/12/13 10:04 PM
  
carlos
Estimado Pato, es cierto lo que dices, lo que pasa es que hace años en relación a una afección grave asisti, a muchas personas, sin juzgarlas.
Observe una descomposición, muy grande de los argentinos, que en realidad, están manejados, llevados de la nariz por la ideologías, tiene que ver mucho con tu artículo.Hace 3 decadas de decomposición, esos ladrones están descerebrados a próposito,los arquetipos que se destacan en la sociedad, son sus ejemplos, la descomposición cultural,es muy grave, por eso nome sorprende, no disculpo nada vandalico, pero comprendo a mis compatriotas.El hedonismo, la droga, la fomentación de la igorancia, modelos de ladrones con autos de alta gamma, el robo, no evidenciado, de esta manera, pero de guante blanco, tremendas injusticias.
sociales,esto es producto de la revolución cultural.
Pero en el santo sacrificio Dios sigue derramando su sangre por ellos.
Por eso comprendo y comprendo, está compresión surge de la Oración, de los sacramentos.S
07/12/13 5:17 PM
  
Gloria
Qué hermoso tu post, Pato.

Hace falta que los cristianos compartamos lo más bello y noble que tenemos: Nuestro Señor Jesucristo y Su Presencia en la Eucaristía.
En medio de tanta barbaridad, mediocridad, negligencia, vileza, maldad, leer tus palabras y saber que hay personas que piensan así, y compartirlo, es un bellísimo regalo.
08/12/13 4:14 AM
  
Pato Acevedo
@ Gloria: Muchas gracias.
09/12/13 2:34 PM
  
Rafael
¡Qué bárbaro! Magnífica la exposición los derechos humanos. Yo, como abogado de profesión, he visto como lamentablemente se han prostituido los derechos humanos para significar cualquier cosa, o sea, para no significar nada.
La gente tiene derecho a todo ¡pero vaya civilización de egoístas que jamás están dispuestos a dar!
Vivo en México y la realidad es ésa, todos los días hay manifestaciones (entiéndase motines impunes de revoltosos) contra las supuestas violaciones de cualquier cantidad de derechos humanos. Es una barbarie.
Por cierto, quisiera saber si el título de tu blog lo tomaste de la obra de G. K. Chesterton, o si es un dicho digamos "popular" o creación original. Mera curiosidad.
Saludos y felicidades por este excelente blog
12/12/13 11:22 PM
  
Pato Acevedo
@ Rafael: Comparto plenamente tu diagnóstico respecto de los derechos humanos, no es una cuestión de México o de Chile, es la dirección general de la cultura en que nos ha tocado vivir.

En cuanto al nombre del blog, está tomado del cuento de Chesterton, sin dudas.
14/12/13 1:52 AM

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