Profesionalidad informativa sobre el "infortunio" del Papa

Con la historia de la Iglesia en la mano parece que los Papas eran inmortales. Hasta hace relativamente poco las enfermedades papales eran desconocidas. Solamente, cuando fallecía y se convocaba el necesario Cónclave, era cuando los cristianos sabían que un Papa habia dejado este mundo.

Con la presencia de los medios de comunicación y con la medio superación del miedo a informar por parte del Vaticano ha sido cuando el mundo cristiano ha conocido las vicisitudes en la salud de los Papas. El pontificado de Juan Pablo II ha sido un ejemplo de cómo el Papa recibe varios disparos y a partir de ahí se convierte en un hecho noticioso de primer orden mundial.

Ahora con Benedicto XVI con el motivo del “infortunio", según sus palabras, de haberse roto la muñeca derecha, tenemos que reconocer que el tratamiento informativo dado a este asunto ha sido excelente.

Desde primera hora del pasado viernes la información ha sido fluída y rápida. En todos los medios de comunicación se disponía de las últimas novedades sobre la salud del Papa. La misión de la Oficina de Prensa y del portavoz vaticano el padre Lombardi, ha sido profesional y destacada adelantándose a especulaciones y posibles embustes de algunos interesados en crear alarmismo.

Además, la rapidez con la que se actuó para acudir al hospital de Aosta, la publicidad con la que se hizo, y la información suministrada hasta gráficamente, se ha demostrados que la claridad informativa sobre el “infortunio” ha sido más que profesional.

El hecho de que los médicos recomendaran no cortar los compromisos que la agenda del Papa tenía para el fin de semana ha contribuido mucho. Ver la fotografía del Papa impartir su bendición apostólica con el brazo escayolado ha sido la mejor prueba. Y quejarse que lo único que le ha molestado ha sido no poder escribir, algo que tenía previsto en los días de descanso, es la muestra más evidente de una responsable información a todos los cristianos y a los medios de comunicación contribuye a la serenidad y nunca a la especulación.

En unos digitales he encontrado algún perturbado mental que se ha puesto a ejercer de “hechicero” barato y a especular sobre mentiras e ilusiones, propias de gente que debía estar en un manicomio desde hace tiempo. Pero con su pan se lo coma.

Deseamos destacar, finalmente, la profesionalidad informativa del Vaticano. En esta ocasión todos las piezas de la maquinaria de información han funcionado a la perfección, y nos unimos a las oraciones de muchos cristianos para encontrar pronto a Benedicto XVI con su mano derecha en perfecta utilidad.

Tomás de la Torre Lendínez

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