Una coral para la parroquia
Hace apenas un mes celebramos el quinto aniversario de la dedicación del templo parroquial. Desde entonces, cada año tratamos de “darnos” un regalo como conmemoración que nos ayude a ser mejor parroquia, más fraterna y más evangelizadora.
El regalo del primer año fue la puesta en marcha del SOIE, servicio de orientación e información para el empleo, que a día de hoy lleva atendidas a más de mil personas de la zona con un indice de reincorporación al mundo laboral de más de un 30 %.
El segundo año comenzamos el proyecto de reparto gratuito de alimentos a familias desfavorecidas de la zona.
El tercero ¡ay el tercero! supuso la apertura de la capilla de la adoración perpetua. El año pasado, el paso de la entrega gratuita de alimentos al economato solidario que atiende ya a cien familias.

Antes de nada me voy a permitir recordarles que llevo colaborando treinta y cinco años en Cáritas, que en la parroquia de un servidor funciona un servicio de empleo que lleva atendidas a más de mil personas de las cuales ha conseguido reinsertar en el mundo laboral a más de un 35 %, y que también llevamos el primer economato de Cáritas en Madrid que está dando servicio en la actualidad a cien familias.
Pues ya ven, es un capricho de un servidor como sacerdote y religioso agustino que fue. Yo creía que eso era un imposible, pero acabo de leer unas declaraciones del defensor del pueblo andaluz en las que se refiere a la catedral de Córdoba, como un monumento con dos templos que tienen dos historias y eso hay que regularlo conforme a su propia idiosincrasia.
Un completo escándalo, o al menos es lo que piensa gente otrora tan imprescindible como José María Castillo. Bueno, José María Castillo y bastante gente más.