Por aclamación: cosas de "Socio"
Esto es por aclamación popular, porque son muchos los que en comentarios o por mail me preguntan por el buenazo de Socio. Ante todo, presentaciones, que quizá no todos sepan quién es el tal “Socio”.
Socio es un ser perruno, raza westy, que comparte su perruna existencia con este su seguro servidor desde hace ocho años. No es un perro precisamente piadoso. Esto lo tengo hablado largo y tendido con Luis Fernando y con el P. Iraburu y lo achacamos a la falta de la gracia bautismal, cosa, por otra parte, harto difícil de solucionar. Lo más que ha recibido, en ocasiones varias, ha sido la bendición en el día de San Antón, pero seguimos en las mismas.

Hoy cumplo cuatro meses desde mi llegada a Braojos, Gascones y La Serna. Y se me ha ocurrido contarles cosas de por aquí, curiosidades, anécdotas o sucedidos.
Leo con mucha alegría las declaraciones del arzobispo de Abuja, en Nigeria, Cardenal John Onaiyekan, en una entrevista concedida a la cadena austriaca ÖRF, y que recoge Infovaticana. En ellas se muestra extrañado de que en Europa estemos tan preocupados de la acogida a las parejas homosexuales o la comunión a los divorciados cuando resulta que nuestros templos se vacían y cada vez son menos los que acuden a nuestras iglesias. Ese es nuestro gran problema. Sin embargo, nos dedicamos a darnos de garrotazos.
Cuatro exaltados o exaltadas que se aprovechan. No tiene mayor importancia. Eso escuché y leí ayer en varios medios al aparecer las fotografías de varios templos, en Madrid y otras ciudades, que sufrieron de manera especial ataques de libertad, respeto y convivencia. Por ejemplo, en Madrid, y que yo sepa, templos como la iglesia del Espíritu Santo o las parroquias de San Juan de la Cruz, San Antonio de Cuatro Caminos o san Cristóbal. Por ejemplo, San Sebastián, con no sé cuántas mujeres con las domingas al aire.
No lo den más vueltas. La parroquia, o se hace de rodillas ante el Santísimo, o no se hace. Pobres, ingenuos de nosotros, si nos creemos que la parroquia se construye con actividades, grupos, marcha y simpatía a raudales. Oigan, que todo eso está bien, pero como no sea más que eso, adiós parroquia.