Vagos morales
Podemos decir que la moral católica es el conjunto de las normas que enseñan al hombre cómo debe comportarse para vivir según Dios, y así realizarse así mismo y alcanzar después de esta vida la felicidad eterna del Paraíso.
Conocer, comprender y vivir de acuerdo con la moral católica en todo no es tarea sencilla. Hacer que pensamientos, palabras, acciones y omisiones de cada cual sean en todo conformes a la moral católica supone estudio, discernimiento y una buena dirección espiritual. Podría poner muchos ejemplos: desde dar limosna al pobre a la puerta de la iglesia, o si amar más a mi padre es llevarle a mi casa o a una residencia, qué hacer con el hijo que no me habla, cómo practicar mejor la oración y la vida sacramental en mis propias circunstancias, o si tener más hijos o no.
La forma correcta de ir dando soluciones pasa por el estudio, la reflexión, la oración ante el Señor, y la petición de ayuda a un buen director espiritual. Pero esto es muy cansado. Por eso existen los vagos morales que han decidido dar respuesta a sus interrogantes siguiendo dos caminos igualmente disparatados.

Yo tengo una madre muy anciana y con los defectos de una persona de mucha edad. Pero jamás consentiré que nadie me hable mal de ella, y mucho menos contaré sus miserias a sus enemigos para congraciarme con ellos, pensando que si me burlo de la mujer que me dio la vida eso me hará más humano y facilitará el encuentro con los que la critican.
Es el dato que nos dieron ayer. Tocaba reunión de sacerdotes responsables de Cáritas de mi zona y es una de las cosas que nos contaron.
Cuando comencé el blog uno de los títulos que consideré fue “Desde el otro lado del altar”, pensando que a los fieles les podría resultar interesante conocer la vida día a día de la parroquia pero desde el punto de vista del cura. 





