Ir creando núcleos mínimos
Por favor, que no me refiero a olvidarnos de nuestra pastoral de siempre. Pero no deja de darme vueltas en la cabeza la necesidad de ir creando en las parroquias núcleos mínimos, con una, dos, tres personas… Dios quiera que más, que de verdad deseen una vida cristiana más profunda y comprometida.
Grupúsculos de formación básica, arraigada y comprometida, enraizados en la oración y en la vida sacramental. Gente concienciada, generosa, que ofrezca por sus parroquias y por el mundo, más que actividades múltiples, su vida entera como ofrenda. Y mientras, haya grupo o no, el compromiso aparezca o no, los sacerdotes dando ejemplo de oración, entrega y fidelidad, aunque aparentemente no hagamos nada…

Ya les he dicho, y me temo que seguiré en ello, que lo que la archidiócesis de Madrid ha enviado a la secretaría del Sínodo como respuesta a las grandes cuestiones sinodales es de lo más tremendo que uno ha visto en Madrid. Tremendo que se hagan pasar por iniciativas diocesanas lo que no son más que las elucubraciones del 0,026 % de los católicos de la archidiócesis, y tremendas las cosas que se piden y sugieren.
No tenemos lo necesario para hacer un día una evaluación muy seria de la situación de la Iglesia católica en general y de las distintas diócesis, órdenes y congregaciones religiosas. Los números no es que sean preocupantes, es que son catastróficos. Invito a mirar datos de los últimos cincuenta años. Si nos atrevemos, claro está.
Reconozco que estoy muy molesto con las