Teologuillos de chichinabo
Día de todos los santos. Los cementerios, a tope. Ayer pude ausentarme de la parroquia por la tarde para acudir al cementerio del pueblo y rezar por mis padres y demás familiares. Es una sana y piadosa costumbre que aprendí de mi madre: ir alguna vez al cementerio y recorrer las sepulturas de los parientes y amigos para rezar un breve responso en cada una de ellas.
Cada año me sorprenden unos cuantos teólogos, pseudo teólogos, teologuillos y nadas con pretensiones, aclarándome esa bobada de rezar por los difuntos. Si es que la cosa, según ellos, es evidente. Dios es bueno y todos vamos al cielo desde el mismísimo instante de nuestra muerte, por tanto, lo más que se puede hacer son “homenajes” al difunto, misas de acción de gracias por su vida y celebración de su resurrección y llegada a la gloria eterna.

Contenido y tenso. Porque aquí nadie dice nada, pero hay mucho murmullo entre dientes. No se dice nada en alta voz porque el papa es el papa y un católico medianamente formado no se pone a despotricar contra el santo padre y menos en público. Un católico formado calla, acepta la providencia, reza por el sumo pontífice y si tiene algo que comentar lo dice a su director espiritual o a alguna persona de toda confianza.
Hace un par de días supimos, a través de los medios, el nombramiento del cardenal español Ricardo Blázquez como miembro de la Congregación para el culto divino y la disciplina de los sacramentos. En principio nada que aportar, si acaso sus anteriores nombramientos para otras tres congregaciones y además en la administración de patrimonio de la Santa Sede. Afortunadamente tiene un obispo auxiliar.
Pobres cuatro viejas. Nada hay más denostado y despreciado en la vida pastoral que las cuatro viejas. Ya saben eso de “no merece la pena, total, para cuatro viejas que vienen”. El rosario, la adoración, vida ascendente, una charla. Bah, si solo acuden cuatro viejas.
Muchas iniciativas pastorales de posible buen resultado no llegan siquiera a plantearse en serio abortadas bajo un contundente “es que es un lío”. Todos podemos poner mil ejemplos.