Rosario de hombres. El mayor fracaso pastoral es partir de la derrota

Tenían que haber visto las caras de la gente que estaba en misa cuando anuncié el domingo pasado un rosario para hombres en la ermita de Braojos ayer sábado a las 10 h. Escepticismo con su punto de cachondeo.
Esto es partir de la derrota: no va a venir nadie, no merece la pena, a la gente no le van esas cosas… Vamos por partes.
No va a venir nadie. O sí. Ya se verá. Lo que tengo claro es que en un templo cerrado, sin actividad, sin una sola convocatoria, efectivamente no irá nadie. Si se abre, si se convoca, si se tocan las campanas irán o no irán, pero al menos cabe la duda. Si permanecen cerrados los templos, si asumimos la derrota antes de comenzar, mal negocio. No va a venir nadie. O sí. Al menos uno: un servidor, y en caso de duda con el Socio, para que no puedan decir que no me acompañó ni un perro.

Sorprendida se quedó Rafaela al ver a los Heraldos del Evangelio en la tele. Sorprendida, sobre todo, porque escuchó cosas raras y no le entraban en sus esquemas. Así que llamadita a un servidor:
Ayer me acordé de ella. Qué cosas. De la suegra, de la mujer y de los amigos de buena voluntad que tuviera en Cafarnaum. Me extrañaría que se estuvieran calladitos ante las ocurrencias de Pedro el pescador.





