Cómo manipular el evangelio: un añadido posterior y el papiro copto
Ya voy comprendiendo la técnica para hacer que la doctrina vaya coincidiendo exactamente con lo que uno piensa.
Imaginen el caso. Uno de repente decide que la doctrina de la iglesia no le gusta, que hay exigencias morales que no le convencen o cuestiones con las que no está de acuerdo. ¿Qué hacer? En estos casos se puede optar bien por la conversión personal, bien por manipular y retorcer las cosas hasta que se obtenga el resultado deseado, que no es otra cosa que conseguir que la doctrina acabe diciendo justo lo que a mí me interesa.
La cosa supone exactamente tres pasos que voy a ir explicando.

Soy una persona así de extraña. Huyo del ecologismo, los supuestos productos ecológicos, la vuelta a la vida natural y la protección de la mariposa loca.
En España tuvimos una vez un político claro como el agua clara. Se llamaba Pablo Iglesias y nunca ocultó sus intenciones. En el diario de sesiones del congreso de los diputados quedan recogidas algunas de sus perlas: “El partido que yo aquí represento aspira a concluir con los antagonismos sociales,… esta aspiración lleva consigo la supresión de la magistratura, la supresión de la iglesia, la supresión del ejercito… Este partido está en la legalidad mientras la legalidad le permita adquirir lo que necesita; fuera de la legalidad cuando ella no le permita realizar sus aspiraciones“. Es decir, el fin justifica absolutamente todos los medios.
No lo digo yo. Fue el viejo profesor, D. Enrique Tierno Galván quien llamaba por este nombre a Juan Barranco. Toda una visión de futuro.