La cofradía de los santos amenazantes
Hay momentos en los que la vida pastoral no es en absoluto sencilla. Tienes que estar atento al anuncio fuel del evangelio, a la administración da los sacramentos, al ministerio de la caridad… y todo eso tratando de compatibilizar –vano esfuerzo- el atender a cada cual como necesita, y a la vez intentar tratar a todos por igual. Porque claro, cada uno es cada uno, pero a la vez por qué Fulanito sí y yo no. Y ahí tienes al señor cura haciendo encaje de bolillos.
No suele haber problemas en estas cosas. La inmensa mayoría de la gente, aunque no siempre comprenda, se da cuenta de las dificultades, y acaba aceptando las cosas con una cierta deportividad. Pero… también existe la cofradía de los santos amenazantes… ¿No los conocen? Pero bueno…

¿De dónde habremos sacado y mamado los católicos ese complejo de culpabilidad que parece que arrastramos desde siempre, y especialmente en el último siglo? Es como si la humanidad, desde Sumer a la Unión Europea, pasando por Egipto, Grecia, Roma, las civilizaciones precolombinas, el islam y el estalinismo hubiera vivido siempre en un estado de bonhomía, paz y fraternidad universal que se rompió hace dos mil años con la llegada del cristianismo al mundo, y especialmente del catolicismo.
¿Y qué tienes tú que hacer un sábado por la mañana? Esto me soltó hace apenas unos días un joven padre de familia. Es el momento de bautizar al niño y comienzan los problemas: quiero el bautizo de mi niño solo, nada de una celebración colectiva, un sábado por la mañana y con misa.
Hay gente que me tiene dicho que no lea ciertas cosas. Pero los que escribimos en la blogosfera estamos condenados a mantenernos al día de lo que se dice por ahí.
Esta tarde retomamos el camino de la catequesis de adultos en la parroquia. Utilizaremos el segundo libro del proceso catecumenal de adultos de la diócesis de Madrid que comienza por el credo.





