Carteleras parroquiales: en viendo la choza, se ve el melonar
La primera impresión que uno se lleva de una casa es el vestíbulo. Si lo encuentras con las correspondencia de los últimos seis meses, dos plantas secas, un cenicero lleno hasta arriba y tres bolsas de basura, perfectamente puedes imaginar el interior. No hace falta más. Como dice un amigo mío “en viendo la choza se ve el melonar”.
La primera impresión de una parroquia la damos con el atrio, donde solemos tener colocadas las carteleras de anuncios y generalmente unas mesitas con propaganda, folletos e informaciones. Pues pasa lo mismo, que en viendo la choza se ve el talante de esa parroquia.

Al menos en la prisión Madrid V situada en Soto del Real. Ayer mismo nos lo contaba en una reunión de coordinadores de Cáritas el sacerdote encargado de moderar las Cáritas de la zona.
A todos los sacerdotes nos han colado goles de libro. Algunos por toda la escuadra. De jovencitos más, la cosa de la ingenuidad de los primeros años, pero a pesar del paso de los años nos los siguen colando, aunque ahora, como no podía ser de otra manera, con más mesura.
Felicidades, monseñor Sebastián, cardenal in pectore de la Santa Iglesia Romana. Acabo de enterarme de que ha colgado sobre su flamante sotana, pronto adornada con el púrpura de su dignidad, la medalla de oro de la decencia y el bien hacer. No podía ser de otra manera.
Así son las cosas, para qué nos vamos a engañar. Hay parroquias con más medios materiales que otras porque están en zonas más ricas o porque tienen una feligresía especialmente espléndida, mientras que en otras no alcanzan ni para pagar la luz.





