Ser voluntario de Cáritas es una cosa muy seria
Parte es moda. Cada vez más se habla de voluntariado, de voluntarios, de hacer algo por los demás. ONG’s por doquier ofrecen posibilidad de colaborar. De Cáritas qué vamos a decir, que cada vez son más las personas que, conscientes de las graves necesidades sociales, se ofrecen para trabajar de forma voluntaria con personas y colectivos necesitados de ayuda.
A la parroquia llegan. Es verdad que la primera reacción es dar el pase a todo el que aparece, convencidos de que si ha dado el paso de ofrecerse, es más que suficiente. Craso error. Una cosa es la buena voluntad, que a todos se supone aunque sea mucho suponer, y otra que el candidato sepa qué es eso de ser voluntario, conozca los proyectos y la organización y tenga unas capacidades mínimas para desempeñar su tarea.

Imaginen media docena de “Rafaelas”. El caso es que al bueno de D. José le encomendaron una nueva parroquia perdida en la periferia de una gran ciudad. Apenas esa media docena de Rafaelas cada día en misa. Mujeres de edad provecta que acudían cada tarde con su mejor voluntad.
La primavera dicen que es una estación meteorológica que en el hemisferio norte se extiende de finales de marzo a finales de junio. La prima Vera es una pariente lejana del pueblo que viene de visita y de compras dos veces al año. El primavera es el tipo ingenuo, que va por la vida de incauto, que hace el primo.
La palabra “democracia” es algo así como esa salsa mágica que hace buenas todas las cosas. Aplíquese a donde sea y para una enorme cantidad de palurdos la cosa cambia, reluce, saca esplendor, brilla y deslumbra. Prueben, prueben… Centro democrático, república democrática, asociación democrática de… Deslumbra a los palurdos y de tal manera que ayer me viene un feligrés a decirme que ha leído vaya usted a saber dónde que el problema de la teología es que no es democrática.