Enfermos así necesitan a veces una ayudita para poder terminar
Venía un servidor de atender a un enfermo. Un hombre muy anciano cuya vida se viene apagando desde hace días. Su situación ahora mismo es dura. Situación de espera a que el corazón se canse de latir. Puede pasar en un momento o aguantar aún días o semanas. Cosas difíciles de comprender, pero los caminos de Dios sabemos que son inescrutables.
Al llegar a la parroquia me preguntan por el enfermo, y al responder que sigue igual y que puede mantenerse en ese estado días o semanas, una persona, creyente, practicante, de esas de misa dominical de toda la vida, me dice lo siguiente: “hay veces en que enfermos así necesitan una ayudita para poder terminar".

Decididamente el mundo al revés. Porque digo yo que un católico, para saber lo que es fe de la buena, teología fetén que diría un castizo, doctrina que va a misa, moral cierta y liturgia correcta lo que hace es fiarse del catecismo, los documentos de la Iglesia y el magisterio del papa y los obispos. Digo yo y decimos algunos.
Pequeñas reflexiones que estoy ofreciendo a los feligreses en las misas de hoy.
La demagogia a costa del pobre me parece de lo más vil y rastrero. Me resulta patético tirarle los pobres a alguien a la cara y mucho más a un obispo o a un sacerdote. Cada vez que escucho eso de que D. Fulano o monseñor Mengano no quieren nada con los pobres y que lo que tienen que hacer es estar con los débiles, me vienen un montón de preguntas y reflexiones a la cabeza.