El rosario de hombres de Braojos in crescendo
Nunca se sabe. Total, una ermita a 80 kilómetros de Madrid no parece que sea un lugar de especial convocatoria. Nos lanzamos hace tiempo a convocar un rosario de hombres, con toda la timidez del mundo, y acudió un grupito. Repetimos, pensando que la respuesta a la primera vez fue un espejismo, y también acudió gente. Ayer convocamos la quinta edición.
Insisto. En Braojos. A 80 kilómetros de Madrid. A las diez de la mañana, lo que hace que el que quiera acercarse desde Madrid, por ejemplo, en sábado, tenga que madrugar para llegar a tiempo. ¿Vendrá la gente o no vendrá? Eso Dios y la Virgen lo saben.

Yo no sé, o en todo caso, prefiero no saberlo, qué leches pasa en la Iglesia con el mundo gay, o siendo más inclusivo y abierto, con los colectivos LGTBIJKLM…
Esta mañana, en mis brazos, y atendido por los buenos haceres de Rafa y Amparo, sus veterinarios y excelentes amigos, Socio se ha dormido para no despertar más. 
La Iglesia pide, la Iglesia reclama, la Iglesia exige, la Iglesia reivindica, la Iglesia prefiere, la Iglesia sugiere. Yo no sé si a ustedes, mis amables lectores, alguien les ha preguntado qué reclaman, exigen, reivindican, prefieren o sugieren. A un servidor, desde luego, no. Pero el caso es que si la Iglesia habla así, alguien lo estará decidiendo.





