La murga anual de las misas por Franco
Si es que somos más previsibles que el hasta el año que viene de cada 31 de diciembre. Cada año, al llegar el 20 de noviembre, siempre surge el grupo de guardianes de la memoria histórica, la suya por supuesto, que se rasgan las vestiduras democráticas pidiendo que se sancione a la Iglesia católica por celebrar misas en honor a Francisco Franco.
Es inútil discutir con personas que hacen gala de no conocer, ni querer conocer, lo que es la doctrina de la Iglesia. Con una elementalísima formación deberían saber que la Iglesia católica no tiene por costumbre celebrar misas en honor de nadie que no sea santo canonizado. Encontrarán misas en honor de san Roque, la Virgen de las Angustias, santa Gertrudis o el beato Ceferino. Las demás misas que se celebran por personas fallecidas concretas no son en honor, sino en sufragio, es decir, para pedir a Dios el perdón de sus pecados y que puedan entrar en el cielo.

Sí. Porque son las dos cosas.
Ya. Ya sé que lo hay en las empresas. En la Iglesia católica, también. Sólo faltaba. En muchas diócesis lo tienen colgado en su web y así uno puede conocer el funcionamiento interno de la Iglesia local. Claro que además de que tengamos un organigrama de la iglesia universal, otro quizá de la Conferencia episcopal, alguno diiocesano, y de ahí para abajo no pueden faltar el de la vicaría, el arciprestazgo, la delegación o la parroquia de cada cual.
Tiene su mérito. Son las cinco magníficas de Gandullas. Tienen su mérito, porque en una localidad que apenas llega a los 80 habitantes, es todo un lujo que un jueves cualquiera, a la adoración, el rosario y la misa acudan cinco buenas mujeres.





