Ante todo, y sobre todo, el Evangelio y, después, la doctrina
Pues ya ven, esto que parece el summum de la perfección evangélica, la cima de la nueva evangelización y la expresión más sublime de la caridad pastoral, es el mayor fraude, la manipulación más torticera de la realidad y el retorcimiento más sinuoso de la teología que pueda darse, y todo en aras de una supuesta “actualización bondadosa e imprescindible” de la praxis pastoral. Se lo explico.
Es muy sencillo. Si el evangelio va primero, y la doctrina en segundo lugar, eso quiere decir que evangelio y doctrina son cosas diferentes, más aún, pueden ser contradictorias, y más aún, que la doctrina no siempre es evangélica.

Cinco años y medio en Infocatólica, cientos y cientos de post, más de cinco millones de visitas… He decidido que ha llegado el momento de empezar a pedir algo a cambio. Oigan, que ya está bien de gratis total.
Que soy crítico con Cáritas, lo saben. Cáritas me parece una extraordinaria institución con una labor del todo encomiable en favor de las personas económica y socialmente más desfavorecidas. Llevo toda mi vida de sacerdote trabajando y colaborando con Cáritas.
Es así. Hay mucha gente de iglesia, curas, religiosos y religiosas, laicos y laicas, jóvenes y jóvenas… expertos en labrarse un prestigio a base de vender humo, epatar con la nada, comprometerse consigo mismos y todo con la apariencia de la más profunda espiritualidad y la más madura de las opciones evangélicas.
A los curas, como a los obispos, nos cuesta mucho trabajo decir no. Lo más sencillo es dejar que la gente haga, que los curas hagan, dar palmadas en la espalda, todos buenos y nunca pasa nada. A los obispos, como a los curas, lo que nos resulta más sencillo es animar, alentar, repartir sonrisas, todo bien, ánimo, porque esto nos lleva a ser considerados por la gente como pastores buenos, simpáticos, agradables, comprensivos y todas esas cosas.





