Comulgar de rodillas. Necesito sus sugerencias.
Tengo que decir antes de nada que para un servidor es un tema claro. Es potestativo de los fieles comulgar de pie o de rodillas, como también en este momento pueden hacerlo en la boca o en la mano. Aparte gustos o criterios personales, esto es lo que hay. Por tanto un servidor da la comunión de pie o de rodillas, en la boca o en la mano, según lo pida cada fiel y cuidando, como no puede ser de otra manera, que en cualquiera de las formas se garantice el respeto debido hacia la Eucaristía.
Los problemas que yo veo en la comunión de rodillas son más bien de tipo práctico, que no tengo muy claro cómo resolver y que los expongo aquí por si alguien tiene más experiencia y así podemos ayudarnos.
En mi parroquia son escasísimos los fieles que deciden comulgar de rodillas. No pasamos hoy por hoy de algún caso aislado. En estos casos el fiel directamente se arrodilla en el suelo y recibe la comunión.
Arrodillarse directamente en el suelo plantea algún pequeño problema. Por ejemplo que las personas mayores o con alguna dificultad no pueden hacerlo o les es especialmente costoso. Por otra parte para el sacerdote es forzar un tanto la postura. No parece la solución ideal.
He leído en algunos sitios la sugerencia de colocar un reclinatorio, pero tampoco acabo de verlo claro. Para el que desea la comunión de rodillas es lo perfecto. Pero te encuentras con el problema de los comulgantes de pie. ¿Se quedan de pie delante del reclinatorio? Porque eso significa dificultades para administrar la comunión por parte del sacerdote.
¿Un reclinatorio al lado y el que desee comulgar así se arrodilla?
Por eso pregunto cómo lo van resolviendo en cada iglesia. Les agradecería mucho sus sugerencias.

Perdón ante todo por el anacronismo de meter la imposible tortilla de patatas en tiempos de N.S. J., pero como figura literaria me vale.
Pues sí. Son cosas que pasan. La traes a casa, buscas un buen lugar para ella, te ocupas de su comida, la limpieza, que esté bien. Poco a poco vas notando cómo la cabra te sigue, te conoce, responde a tus cuidados. Y un día, sin buscarlo ni quererlo, de repente descubres que la cabra es el amor de tu vida. Cosas que pasan. Cosas inevitables.
Justo hace hoy una semana publicaba Religión Digital una
Tengo que reconocer que cuando recién ordenado comencé a sentarme en el confesionario, una de las cosas que más me sorprendían era que la gente se acusara de dificultades y poca paciencia en el trato con sus padres mayores. Mis padres eran todavía jóvenes y para mí estar con ellos, poder pasar unos días en casa, era todo un privilegio. Es más, incluso en verano nos íbamos juntos unos días de vacaciones. Por eso mi sorpresa: ¿era posible que hubiera gente que tuviera dificultades para relacionarse con sus padres, que tuvieran incluso conflictos hasta el punto de decir que no soportaban a sus padres?