Necesito un cura - Y postdata muy importante
Suena el teléfono y aparece en la pantalla un número desconocido.
- Dígame.
- ¿Es usted D. Jorge?
- Sí, dígame.
- No sé si se acordará de nosotros, soy Pepita Garcifernández, de la parroquia de X. La verdad es que nosotros nos acordamos mucho de usted, no se crea.
- Huy, sí, cuantísimo sin saber de vosotros. ¿Qué es de vuestra vida?
- Pues nada, todo bien. Le llamo porque la niña se casa el mes que viene y siempre hemos dicho que nos gustaría que esa boda la oficiase usted, porque, a pesar de tanto tiempo, seguimos teniendo un recuerdo estupendo de cuando fue nuestro párroco.
- Vaya, muy agradecido. ¿Y dónde se casa la niña?
- En la capilla de la finca de Tal. Un sitio precioso. No sabe con cuánta iliusión lo estamos prerparando todo.
- Ya. ¿Y cuándo es?
- El sábado, tantos de tantos, a las 19 h.
- Pues cuánto lo siento, pero es que servidor tiene misas los sábados por la tarde.
- Vaya por Dios. ¿Y no podría arreglarlo, o no conocería algún sacerdote que pudiera hacernos el favor?
- No se me ocurre. Pero vamos a ver, ¿esa capilla no tiene un capellán, no depende de alguna parroquia?
- Sí, pero ellos no pueden.
- ¿Y no lo han hablado en su parroquia?
- Sí. Imposible. Además nos encantaría que fuera usted, que ya sabe que le tenemos mucho aprecio.
- Comprendo. Pero no va a poder ser…
Calquier parecido con la realidad no es coincidencia. Esto es la realidad misma. Demasiadas veces la gente se monta la celebración a su gusto, sea boda, bautizo o primera comunión. Buscan lugar, dia, horario, iglesia, restaurante, finca. Lo arreglan con la familia. Y cuando ya lo tienen todo casado, se encuentran con que en el colegio de Tal, la ermita de Cual o la iglesia de Pascual no tienen sacerdote y que son ellos los que tienen que buscar al cura. Es entonces cuando uno descubre que, por lo visto, tenía unos amigos de siempre en no sé dónde.
Tampoco sería la primera vez que al decir que no puedes encargarte de esa celebración tengas que escuchar eso de que “no me extraña que la gente no quiera casarse por la Iglesia, si ustedes no hacen más que poner pegas".
También esto es la vida del cura.
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Post data:
Hemos tenido que cancelar la convocatoria del rosario de hombres de este próximo sábado. Otra vez será.
31 comentarios
Le rezo su Avemaría.
Me dijo, todo son facilidades para atraer la gente alejada a la Iglesia. Ya se sabe, hay más alegría en cielo por un pecador que se arrepiente que por cien justos que no necesitan conversión.
Consultado Monseñor Casalotodo recuerda que las bodas empiezan y terminan “en casa”, la Iglesia, el Cura viene luego y a veces de “relleno” porque no puede faltar.
Ahora si se trata del Sacramento del Matrimonio como tal instituido por Cristo y administrados por la Iglesia seguirá siendo un desconocido, por ejemplo una pregunta, para poder celebrarlo existe algún otro Sacramento previo….
Como la ves
Su olfato de viejo párroco le ha avisado de que abandonar su parroquia y sus obligaciones parroquiales por una petición muy honorable pero no extraordinaria ni de alto compromiso, por gente seguro que muy católica y buena, pero con la que no había una responsabilidad especial y tampoco un compromiso de alta importancia, no era lo correcto. Hay prioridades, y ser prudente es vital.
Otra cosa es que unos amigos íntimos se lo pidan, y entonces puede hacer una verdadera excepción. Otra que detecte que hay una verdadera necesidad, algo muy bonito y justo y con auténticas carencias que llenar, entonces se hace también la excepción. Pero una boda en la que sencillamente están buscando un sacerdote porque allí donde se celebra no hay, pues entonces que vaya alguien que pueda ir sin problemas ó que tenga una amistad ó compromiso especial con esa familia, que seguro es una familia católica muy bonita y que además tiene buen gusto, escogiendo a un párroco de sana doctrina y con lo que hay que tener... Amor y fidelidad a Cristo.
En definitiva, que más sabe el diablo por viejo que por diablo, y que además, como reza el castizo refrán castellano: "ante el vicio de pedir, la virtud de no dar", curioso refrán que hay que saberlo aplicar cuando toca, que no es siempre sino en determinadas ocasiones.
Para la familia, un abrazo en Cristo, la mejor de las suertes y de las ayudas providenciales, y que los novios sean muy felices y tengan muchos hijos para llenar el Cielo con ellos y llenar mucho sus vidas en esta prueba espiritual de Amor y obediencia a Dios y caridad con todos, y ¡Vivan los novios!, que Dios les bendiga, de todo corazón.
Pues casase usted en una parroquia o en una catedral pero no en una finca, y reserve la boda con tiempo, al menos 6 meses, esto para lo que verdaderamente están interesados en casarse sacramentalmente, y luego celebre el banquete donde quiera, en una finca o en las Bahamas, pero el matrimonio eclesiástico tiene que ser en la parroquia, templo, o catedral.
A veces se les ocurre hacerlo en el club (sin condiciones para ello, y con Misa), en la playa o dentro de la piscina, en una isla casi desierta, o en un helicóptero. Sin broma.
Lo que ven de las bodas protestantes, no sacramentales, en el cine. Y cualquier otra locura que se les pase por la cabeza. El foco es la parafernalia "romántica" y rompedora. Originalidad.
Y, encima: "búsqueme usted un cura que lo haga".
Una parroquia ha sido consagrada por el obispo de la diócesis, y no solamente la parroquia ha sido consagrado el altar... ¿cómo te vas a casar en una finca, en qué cabeza cabe?
Supongo que ese tipo de llamada la tendrá usted con frecuencia.
Aunque ser "de profesión cura" es una función muy particular, la señora probablemente tuvo conversaciones similares con el peluquero, el modista y hasta con los camareros. A veces, por más buena voluntad que haya, no se puede en ese día y en ese lugar.
Los sacramentos, el matrimonio entre ellos, son parte de la vida parroquial. Lo normal es que los fieles se bauticen, se confiesen, asistan a la Santa Misa, comulguen y se casen en el templo al que asisten. No sé si es el caso en España, pero en Costa Rica se acostumbra que la boda se realice en la parroquia de la novia.
Otra cosa que los files no comprenden es que, aunque la Iglesia es universal, los curas tienen su territorio encargado. No es apropiado que un cura vaya a celebrar a sitio que, seguramente, tendrá su cura. En el caso de los obispos la cosa es más estricta. Un obispo puede ir de visita privada a cualquier sitio, pero un obispo no va a celebrar ni a predicar en una diocésis que no sea la suya sin antes haber informado, explicado las razones y obtenido el permiso del ordinario del lugar. En todo caso, evitan hacerlo.
También es extraño, por decir lo menos, que una pareja aparezca de repente en el despacho o el teléfono de un cura, pidiéndole que oficie su boda sin que sean sus feligreses.
Dice el Evangelio que el buen pastor conoce a sus ovejas. Estas ovejas de otro rebaño que aparecen sin que el pastor las conozca para algún asunto particular y luego, muy probablemente, no las vuelva a ver, un buen pastor debe tratarlas con caridad, pero con mucha prudencia.
Rezo su Ave María.
Saludos cordiales.
Si yo fuera sacerdote y me piden que celebre una boda fuera de una parroquia, templo, o catedral, lo primero que hago es consultar a mi obispo, y lo segundo que hago es decirle al susodicho, mire vaya usted a la porra, a lo mejor encuentra alguien allí que le case. Si no procede no procede, tampoco tenemos que aguantar todo.
PD. Y a estas gentes tan-tan-tan ¿ De verdad no se les puede negar el sacramento del matrimonio ? Se casan por lo esclesial y luego, a la mínima, se divorcian por lo civil
1115 Se han de celebrar los matrimonios en la parroquia donde uno de los contrayentes tiene su domicilio.
El Código de Derecho Canónico, en el canon 1118 § 1, establece lo siguiente:
"El matrimonio entre católicos o entre una parte católica y otra parte bautizada no católica se debe celebrar en una iglesia parroquial; con licencia del Ordinario del lugar o del párroco puede celebrarse en otra iglesia u oratorio."
Esto significa que:
La norma es casarse en la parroquia propia (donde uno de los contrayentes tiene domicilio, cuasidomicilio o al menos un mes de residencia).
Es posible casarse en otra iglesia, capilla o santuario que no sea la parroquia de los novios, siempre y cuando se obtenga la licencia o permiso del Ordinario del lugar (generalmente el obispo o su Vicario General) o del propio párroco de uno de los novios.
¿Por qué esta regla?
La Iglesia busca que el matrimonio se celebre en el contexto de la comunidad parroquial a la que pertenecen los contrayentes, ya que el matrimonio es un sacramento y una vocación que se vive en el seno de la Iglesia, no un evento puramente privado. Sin embargo, se reconoce que hay razones legítimas por las que una pareja puede desear casarse en otra iglesia (por ejemplo, una iglesia familiar, un lugar de peregrinación, o una iglesia con significado especial).
En la práctica:
Para casarse en una iglesia que no sea la propia parroquia, los novios suelen iniciar los trámites matrimoniales en la parroquia de su domicilio y, a través de su párroco, solicitar el permiso a la parroquia o al Ordinario del lugar donde desean casarse. Es un trámite habitual y, en la mayoría de los casos, se concede si se cumplen los requisitos y preparaciones matrimoniales.
En resumen, no es una prohibición absoluta, sino una norma que requiere una autorización específica para su excepción.
1115 Se han de celebrar los matrimonios en la parroquia donde uno de los contrayentes tiene su domicilio o cuasidomicilio o ha residido durante un mes, o, si se trata de vagos, en la parroquia donde se encuentran en ese momento; con licencia del Ordinario propio o del párroco propio se pueden celebrar en otro lugar.
Dicho esto y al hilo de lo que dice Néstor, hay que decir, por desgracia, que cada vez son más los sacerdotes que curiosamente nunca pueden. No pueden ir a llevar la comunión a los enfermos (3 o 4 enfermos), no pueden ir al hospital de madrugada en una emergencia (porque el hospital tiene un capellán, que tampoco está). No sacan tiempo para atender a la residencia de ancianos y no tiene tiempo para decir misa de diario de sábado.
Tienen tiempo de cancelar misas, incluso de del domingo (no como Vd.) si hay un evento clerical. "Tal día no habrá misa en la parroquia, el obispo celebra en la catedral tal cosa y, por supuesto, están todos invitados". Con eso, todo arreglado. Alguno hay que, con un cambio de horario (la misa de las 19:30 a las 10:00, un miércoles, por ejemplo) va a ser lo mismo, aunque luego deja caer que "avisadme si no va a venir nadie, que para estar solo, no vengo". Un curso o una ordenación de un amigo, suelen ser motivos para cancelar la misa parroquial con toda paz.
Yo tengo un par de amigos sacerdotes que sé que en los momentos críticos no me van a fallar. Y punto. Varias veces he tenido que cambiar de director, porque, llegado a un punto, nunca podían atenderme y estamos hablando de dedicar, quizás, ni una hora al mes. Y es estos casos no es porque no trabajasen, pero en los obispados, al cura que no trabaja se le deja tranquilo, y al que muestra celo, se le ahoga.
¿Dónde están los sacerdotes por la mañana con sus parroquias vacías y cerradas?. No lo sé. ¿Y los que empiezan a aparecer a eso de las 18:00 o las 19:00?
Hay sacerdotes preocupados como Vd. Pocos. Hay bastantes que hablan con Vd. pero que, quizás, la falta creciente de feligresía les ha acomodado a unos niveles de desidia alarmantes, aunque si, siguen hablando como Vd. Otros, quizás aburridos de la parroquia, se buscan una devoción propia particular a la que dedicar prioridad de tiempo, esfuerzo e ilusión. Carismas los llaman ahora. Y luego los fieles-amigos del susodicho. Capaces de detectar el último matiz progresista del cardenal Rukopnev, pero ciegos para ver que, el párroco, mientras predica de la importancia de confesión, lleva meses sin ser visto en el confesionario esperando penitentes. Siempre van como obligados. Pasan por alto que, mientras predica de la importancia de los últimos sacramentos, solo los cuatro feligreses-amigos conocen su teléfono para una emergencia.
Si padre, si hay laicos que piden a los sacerdotes dejar sus obligaciones parroquiales es porque los hay dispuestos.
Estoy disponible para celebrar esa boda en África, donde soy misionero, o en el hall del prédio de mis padres, cuándo esté de vacaciones. El cambio de anillos puede hacerse en una cueva de leones o en el ascensor, respectivamente.
Contácteme usted como asesor nupcial de la hija de Pepita, por el email que envío.
Qué mal que haya tenido esas malas experiencias, si le sirve de consuelo, yo últimamente tampoco ando muy bien. Un día me acerqué al párroco y le dije si podía confesar, dijo: "No. Tengo cosas que hacer". Me acerqué a otro sacerdote, y le dije lo mismo, si podía confesar, y dijo: "no que te confiese X", X es el párroco y ya me había dicho que no, y se lo dije. Contestó: "es que yo tengo que rezar Vísperas", le dije: pues después de Vísperas. Dijo: "después de Vísperas tengo que exponer el Santísimo". Contesté: después de exponer el Santísimo. Rezamos Vísperas. Expuso el Santísimo, entró en la sacristía. Cuando salía de la sacristía, yo pendiente claro porque quería confesar, hice el ademán de confesar. Me dijo: "ahora vuelvo". Salió por la puerta de la parroquia, se marchó, y no volvió. No pude confesar. Como estaba el Santísimo expuesto, me quedé con el Santísimo 1 hora, vino otro sacerdote para hacer las alabanzas y la reserva y nos fuimos a casa. No pude confesar. Pero esto es nada, para lo que ha pasado hace unos días: pido una misa por una intención y pago los diez euritos de estipendio. Termina la Misa y no ha pedido por la intención. Me acerco a la sacristía, y en el momento oportuno le digo que había una Misa ofrecida. Respuesta: la he ofrecido yo aunque no lo he mencionado porque no hace falta mencionarlo, haz un acto de fe y te lo crees. Vale pues en la próxima misa no voy a pagar el estipendio, lo voy a pagar en espíritu, y no voy a coger sólo una Misa sino 20 por la misma intención pero voy a pagar en espíritu sin billete. Dijo: No tengo porqué decirlo. Le dije: ¿Y eso dónde está escrito, quién lo ha dicho? Dio un par de bocinazos delante de todo el mundo. Dijo: Ya vale. Basta ya. No lo voy a mencionar. Lo que vale es lo que yo ofrezco no lo que ofrezca la asamblea y con que lo sepa yo es suficiente. Todo esto voceando. El Sagrario está al lado y como acababa de terminar la Eucaristía el Sagrario estaba lleno de feligreses. Y esto es el párroco. En fin, Señor, Señor... Pero he hablado con el Señor y le he contado todo lo que ha pasado, porque no se va a ir de rositas.
Seguramente en esas condiciones usted estaría encantado de oficiar la ceremonia y todos contentos.
Lo que ocurre es que lo queremos todo, incluyendo el cura comodín.
El Señor le siga bendiciendo
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